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elfonegro

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Comparto lo que dice Chepibe sobre que el amor existe, no importa la orientación sexual de la persona.

Con respecto a la consulta de que "buscan a la hora de enamorarse" creo que justamente no va por ahi el enamoramiento. Es algo que te sucede, que viene a vos. Lo que uno puede buscar es tener vínculos SEXO afectivos con otros, pero el enamorarse es algo que te pasa y que no necesariamente te pasa con el que más lindo te parece o con el que tenga mas afinidad con vos.

Eso es lo desconcertante del enamoramiento, que no tenes idea de porque te sucede y porque se da con esa persona y no con otra.

 

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En 17/10/2023 a las 23:13, elfonegro dijo:

Buenas.

Creen en el amor gay?

Que buscan ustedes en un hombre a la hora de enamorarse?

Primero hay que entender qué es el amor para cada uno y qué buscamos en el otro o en los otros. Yo creo en el amor, pero no como en el idilio que te hacen creer cuando sos más pendejo, sino que creo que es algo que se va construyendo y que no debe lastimarte de manera constante. 

 

También creo que no somos árboles y que nuestros pensamientos pueden variar y como cada ser humano es un mundo complejo, uno trata de adecuar la complejidad propia a la del otro y ver qué tanto el otro adecua su complejidad para conmigo. 

 

Las relaciones son negociaciones y creo que el amor es negociar de manera tal que no renuncie a mis pilares fundamentales y no hacer que el otro renuncie a sus pilares.

 

En cuánto a qué busco... Pues principalmente alguien que tenga alineaciones de vida similares a las mías.  Todo lo demás se va viendo. 

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El amor es universal, tranquilamente podes amar a un amigo/a por un tema intelectual (no sexual) y al mismo tiempo acostarte con 50 tipos por el deseo. O amar a uno por como se complementan en varios aspectos o sólamente el sexual.

Nadie va a entender lo mismo por amor. Como el hètero que se casa y mantiene una vida de juerga.

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El amor gay... ¿una contradicción en términos?

 

SPOILER: Si sos de los que, confundiendo susceptibilidad con sensibilidad, se ofende por cualquier opinión ajena que se salga de la narrativa de lo que se supone que es políticamente correcto... si sos como Novaresio, que a la primera de cambio tilda de antisemita, homofóbico y no se cuántos eslóganes más al que piensa distinto, entonces este posteo NO es para vos.

 

Hecha la aclaración, ahí va mi reflexión sobre un tema al que le he dedicado, no años, sino décadas ya, considerando que he pasado cerca de un cuarto de siglo buscando la respuesta a esa pregunta. Y luego de innumerables decepciones he llegado a la conclusión de que no, no es posible el amor gay. Y es más: hasta llegué a la conclusión de que “amor” y “gay” son antitéticos, justamente porque a mi entender lo gay fue diseñado para aniquilar cualquier posibilidad real de amor entre hombres. Y acá hago una distinción tajante entre lo gay y la homosexualidad, a la que veo como una condición digamos “neutra”, en el sentido de que no expresa más que el deseo hacia el mismo SEXO (y la propensión a relacionarse afectivamente, claro).

En cambio lo gay es un concepto político, un producto más de la ingeniería social con el fin de derivar una libido potencialmente afectiva hacia los carriles de un circuito desenfrenado de SEXO y autodestrucción. “Autodestrucción” no en el sentido literal de suicidio, pero sí de una progresiva pero inexorable caída en un sistema en el cual llega un punto en que se empieza a medir todo en términos de conveniencia y descartabildad. Y a las pruebas me remito: decenas de apps y sitios para “facilitar” el contacto, cuando lo que de hecho predomina son enunciados taxativos del orden de “No esto, no aquello, no aquello otro, etc”, o la queja hacia el accionar ajeno, o el salvoconducto de la histeria, del jugar con el deseo ajeno en una forma de estimular una propia autoestima que en los hechos está por el quinto subsuelo.

 

Y esto lo digo no como fruto exclusivo del resentimiento de alguien que hizo de la idea del amor un culto (y que lo buscó afanosamente la mayor parte de su vida con resultados desastrosos hasta decidir tirar la toalla), sino que también es producto de la observación de ver en los otros la misma insatisfacción, el mismo resentimiento, aunque fuera plasmado de modos distintos al mío. Justamente, la antítesis de ese “mundo color de rosa” que el discurso de lo gay pregonaba. Y mientras los hetero formaban familias y dejaban trascendencia, el gay yiraba y yiraba, siempre en busca de compensaciones más extremas a fin de paliar una sensación de vacío y finitud cada vez más apabullantes. A tal punto, que incluso cuando se habilitó el matrimonio y la adopción, tampoco fue corriendo masivamente a hacer uso de sus derechos adquiridos sino que persistió en la misma tónica parasitaria.

 

Pero, ¿qué hay de los homosexuales? Se decía que los espartanos iban en pareja al combate, y permanecían juntos hasta el último minuto defendiéndose el uno al otro. O en la antigua Grecia, donde las relaciones homosexuales se daban bajo la forma más paternalista del adulto que apadrinaba a un mozuelo. O en el siglo XIX, con personajes como Oscar Wilde, cuyo estilo de vida empezó a alertar al poder de lo inconveniente que podía ser la homosexualidad como una opción amatoria más.

Incluso en muchos relatos de la literatura del siglo XIX sobran muestras de afecto entre hombres. Afecto que, sin llegar a representar deseo homosexual, de algún modo lo sugerían (un ejemplo de esto es lo que se dice de cuando Napoleón invadió Rusia y quedó impactado con la belleza del zar Alejandro I). Y, ya que estamos en la dimensión histórica, en el cine clásico del siglo XX abundan los ejemplos de camaradería estrecha entre varones -convivencia mediante-, y hasta una velada simpatía hacia esta práctica. Esto se plasma en la gran cantidad de “buddy movies” de los 50, 60 y 70. Y hasta era relativamente común que los hombres en ocasiones fueran tomados del brazo mientras caminaban por la calle o demás gestos de caballerosidad hoy perdidos.

 

En cambio ahora, lo que se ve es la pulsión genital desenfrenada puertas para adentro (o para afuera en casos puntuales, como en la Marcha del Orgullo o en una rave... pastis mediante). Pero no se ve afecto, ni solidaridad, ni empatía hacia el otro... ese otro que por lo general termina siendo una variable de ajuste en función de la conveniencia o la necesidad del momento.

Y esta suerte de “muralla afectiva” no pasa por ser hombres u homosexuales. Pasa por habernos comprado el discurso de lo gay, que en definitiva no es más que un intento (exitoso) por cosificarnos y restringirnos a la genitalidad más burda y animal.

 

Y ahora los dejo, que voy a echarle un vistazo al Grindr, a ver si tengo algún like 😉.

 

 

Editado por AleB
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El gay es el homosexual pasado por el tamiz de la ingeniería social

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En 20/10/2023 a las 21:11, AleB dijo:

El amor gay... ¿una contradicción en términos?

 

SPOILER: Si sos de los que, confundiendo susceptibilidad con sensibilidad, se ofende por cualquier opinión ajena que se salga de la narrativa de lo que se supone que es políticamente correcto... si sos como Novaresio, que a la primera de cambio tilda de antisemita, homofóbico y no se cuántos eslóganes más al que piensa distinto, entonces este posteo NO es para vos.

 

Hecha la aclaración, ahí va mi reflexión sobre un tema al que le he dedicado, no años, sino décadas ya, considerando que he pasado cerca de un cuarto de siglo buscando la respuesta a esa pregunta. Y luego de innumerables decepciones he llegado a la conclusión de que no, no es posible el amor gay. Y es más: hasta llegué a la conclusión de que “amor” y “gay” son antitéticos, justamente porque a mi entender lo gay fue diseñado para aniquilar cualquier posibilidad real de amor entre hombres. Y acá hago una distinción tajante entre lo gay y la homosexualidad, a la que veo como una condición digamos “neutra”, en el sentido de que no expresa más que el deseo hacia el mismo SEXO (y la propensión a relacionarse afectivamente, claro).

En cambio lo gay es un concepto político, un producto más de la ingeniería social con el fin de derivar una libido potencialmente afectiva hacia los carriles de un circuito desenfrenado de SEXO y autodestrucción. “Autodestrucción” no en el sentido literal de suicidio, pero sí de una progresiva pero inexorable caída en un sistema en el cual llega un punto en que se empieza a medir todo en términos de conveniencia y descartabildad. Y a las pruebas me remito: decenas de apps y sitios para “facilitar” el contacto, cuando lo que de hecho predomina son enunciados taxativos del orden de “No esto, no aquello, no aquello otro, etc”, o la queja hacia el accionar ajeno, o el salvoconducto de la histeria, del jugar con el deseo ajeno en una forma de estimular una propia autoestima que en los hechos está por el quinto subsuelo.

 

Y esto lo digo no como fruto exclusivo del resentimiento de alguien que hizo de la idea del amor un culto (y que lo buscó afanosamente la mayor parte de su vida con resultados desastrosos hasta decidir tirar la toalla), sino que también es producto de la observación de ver en los otros la misma insatisfacción, el mismo resentimiento, aunque fuera plasmado de modos distintos al mío. Justamente, la antítesis de ese “mundo color de rosa” que el discurso de lo gay pregonaba. Y mientras los hetero formaban familias y dejaban trascendencia, el gay yiraba y yiraba, siempre en busca de compensaciones más extremas a fin de paliar una sensación de vacío y finitud cada vez más apabullantes. A tal punto, que incluso cuando se habilitó el matrimonio y la adopción, tampoco fue corriendo masivamente a hacer uso de sus derechos adquiridos sino que persistió en la misma tónica parasitaria.

 

Pero, ¿qué hay de los homosexuales? Se decía que los espartanos iban en pareja al combate, y permanecían juntos hasta el último minuto defendiéndose el uno al otro. O en la antigua Grecia, donde las relaciones homosexuales se daban bajo la forma más paternalista del adulto que apadrinaba a un mozuelo. O en el siglo XIX, con personajes como Oscar Wilde, cuyo estilo de vida empezó a alertar al poder de lo inconveniente que podía ser la homosexualidad como una opción amatoria más.

Incluso en muchos relatos de la literatura del siglo XIX sobran muestras de afecto entre hombres. Afecto que, sin llegar a representar deseo homosexual, de algún modo lo sugerían (un ejemplo de esto es lo que se dice de cuando Napoleón invadió Rusia y quedó impactado con la belleza del zar Alejandro I). Y, ya que estamos en la dimensión histórica, en el cine clásico del siglo XX abundan los ejemplos de camaradería estrecha entre varones -convivencia mediante-, y hasta una velada simpatía hacia esta práctica. Esto se plasma en la gran cantidad de “buddy movies” de los 50, 60 y 70. Y hasta era relativamente común que los hombres en ocasiones fueran tomados del brazo mientras caminaban por la calle o demás gestos de caballerosidad hoy perdidos.

 

En cambio ahora, lo que se ve es la pulsión genital desenfrenada puertas para adentro (o para afuera en casos puntuales, como en la Marcha del Orgullo o en una rave... pastis mediante). Pero no se ve afecto, ni solidaridad, ni empatía hacia el otro... ese otro que por lo general termina siendo una variable de ajuste en función de la conveniencia o la necesidad del momento.

Y esta suerte de “muralla afectaiva” no pasa por ser hombres u homosexuales. Pasa por habernos comprado el discurso de lo gay, que en definitiva no es más que un intento (exitoso) por cosificarnos y restringirnos a la genitalidad más burda y animal.

 

Y ahora los dejo, que voy a echarle un vistazo al Grindr, a ver si tengo algún like 😉.

 

 

Está muy bueno lo que decís... (me encantó leerte) pero hacé un "resumen" a los mortales que leen este foro (si tenés ganas) Acordate que acá hay gente pidiendo instrucciones y direcciones en posts que tienen TREINTA PÁGINAS dando referencias!

Te agradezco mucho (de nuevo) todo lo que escribiste.

Abrazo

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En 17/10/2023 a las 23:13, elfonegro dijo:

Buenas.

Creen en el amor gay?

Que buscan ustedes en un hombre a la hora de enamorarse?

No creo que uno busque. Sino que se da. Pero la vida te da sorpresas.  Yo estuve así de enamorado que me volví en idiota y mis genitales eran los que  comandaban a mi cerebro.  Perdi dinero y dignidad.  Pero al menos aprendí algo.  El amor no existe. Sólo date una buena revolcada y se feliz. 

En 20/10/2023 a las 21:11, AleB dijo:

El amor gay... ¿una contradicción en términos?

 

SPOILER: Si sos de los que, confundiendo susceptibilidad con sensibilidad, se ofende por cualquier opinión ajena que se salga de la narrativa de lo que se supone que es políticamente correcto... si sos como Novaresio, que a la primera de cambio tilda de antisemita, homofóbico y no se cuántos eslóganes más al que piensa distinto, entonces este posteo NO es para vos.

 

Hecha la aclaración, ahí va mi reflexión sobre un tema al que le he dedicado, no años, sino décadas ya, considerando que he pasado cerca de un cuarto de siglo buscando la respuesta a esa pregunta. Y luego de innumerables decepciones he llegado a la conclusión de que no, no es posible el amor gay. Y es más: hasta llegué a la conclusión de que “amor” y “gay” son antitéticos, justamente porque a mi entender lo gay fue diseñado para aniquilar cualquier posibilidad real de amor entre hombres. Y acá hago una distinción tajante entre lo gay y la homosexualidad, a la que veo como una condición digamos “neutra”, en el sentido de que no expresa más que el deseo hacia el mismo SEXO (y la propensión a relacionarse afectivamente, claro).

En cambio lo gay es un concepto político, un producto más de la ingeniería social con el fin de derivar una libido potencialmente afectiva hacia los carriles de un circuito desenfrenado de SEXO y autodestrucción. “Autodestrucción” no en el sentido literal de suicidio, pero sí de una progresiva pero inexorable caída en un sistema en el cual llega un punto en que se empieza a medir todo en términos de conveniencia y descartabildad. Y a las pruebas me remito: decenas de apps y sitios para “facilitar” el contacto, cuando lo que de hecho predomina son enunciados taxativos del orden de “No esto, no aquello, no aquello otro, etc”, o la queja hacia el accionar ajeno, o el salvoconducto de la histeria, del jugar con el deseo ajeno en una forma de estimular una propia autoestima que en los hechos está por el quinto subsuelo.

 

Y esto lo digo no como fruto exclusivo del resentimiento de alguien que hizo de la idea del amor un culto (y que lo buscó afanosamente la mayor parte de su vida con resultados desastrosos hasta decidir tirar la toalla), sino que también es producto de la observación de ver en los otros la misma insatisfacción, el mismo resentimiento, aunque fuera plasmado de modos distintos al mío. Justamente, la antítesis de ese “mundo color de rosa” que el discurso de lo gay pregonaba. Y mientras los hetero formaban familias y dejaban trascendencia, el gay yiraba y yiraba, siempre en busca de compensaciones más extremas a fin de paliar una sensación de vacío y finitud cada vez más apabullantes. A tal punto, que incluso cuando se habilitó el matrimonio y la adopción, tampoco fue corriendo masivamente a hacer uso de sus derechos adquiridos sino que persistió en la misma tónica parasitaria.

 

Pero, ¿qué hay de los homosexuales? Se decía que los espartanos iban en pareja al combate, y permanecían juntos hasta el último minuto defendiéndose el uno al otro. O en la antigua Grecia, donde las relaciones homosexuales se daban bajo la forma más paternalista del adulto que apadrinaba a un mozuelo. O en el siglo XIX, con personajes como Oscar Wilde, cuyo estilo de vida empezó a alertar al poder de lo inconveniente que podía ser la homosexualidad como una opción amatoria más.

Incluso en muchos relatos de la literatura del siglo XIX sobran muestras de afecto entre hombres. Afecto que, sin llegar a representar deseo homosexual, de algún modo lo sugerían (un ejemplo de esto es lo que se dice de cuando Napoleón invadió Rusia y quedó impactado con la belleza del zar Alejandro I). Y, ya que estamos en la dimensión histórica, en el cine clásico del siglo XX abundan los ejemplos de camaradería estrecha entre varones -convivencia mediante-, y hasta una velada simpatía hacia esta práctica. Esto se plasma en la gran cantidad de “buddy movies” de los 50, 60 y 70. Y hasta era relativamente común que los hombres en ocasiones fueran tomados del brazo mientras caminaban por la calle o demás gestos de caballerosidad hoy perdidos.

 

En cambio ahora, lo que se ve es la pulsión genital desenfrenada puertas para adentro (o para afuera en casos puntuales, como en la Marcha del Orgullo o en una rave... pastis mediante). Pero no se ve afecto, ni solidaridad, ni empatía hacia el otro... ese otro que por lo general termina siendo una variable de ajuste en función de la conveniencia o la necesidad del momento.

Y esta suerte de “muralla afectaiva” no pasa por ser hombres u homosexuales. Pasa por habernos comprado el discurso de lo gay, que en definitiva no es más que un intento (exitoso) por cosificarnos y restringirnos a la genitalidad más burda y animal.

 

Y ahora los dejo, que voy a echarle un vistazo al Grindr, a ver si tengo algún like 😉.

 

 

Concuerdo plenamente contigo. 

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hace 1 hora, ChePibe dijo:

a veces hay que mirar un poco para adentro ( no digo que sea tu caso) y ver que es lo que das o brindas, o NO das  de vos  mismo como para no encontrar el amor, me resulta dificl creer que hay gente que no encuentra el amor, creo que cuanto mas buscas, menos encontras, hay cosas que solo suceden, fluyen, no se, espero que en algun momento encuentres el amor, no importa si gay, si puto, si homosexual, dspues de todo, siempre es amor.

Con todo respeto... pero sabés cuántas veces escuché esa cantinela del "cuanto más buscás, menos encontrás. Hay que dejar fluir y las cosas suceden solas". Si algo me enseñó la experiencia es que es indistinto si se busca o no, si uno vive haciendo introspección o es pura espontaneidad, si Venus está en Acuario o Marte en Piscis. 

Hay gente que nace con la estrella, y gente que nace estrellada. Pero me alegro por vos, que puedas ostentar un amor tan longevo (25 años de un sentimiento te marcan, si yo lo sabré...aunque desde la vereda de enfrente).

De todos modos, más allá de mi angustia personal, el punto central de mi posteo era marcar la naturaleza política del arquetipo del gay y lo que entiendo como el daño que, en términos generales, esta narrativa nos reportó, no sólo a nuestra autoestima sino también al modo de vincularnos con el semejante, al punto de dificultar hasta extremos surrealistas, o directamente aniquilar, la posibilidad de tejer relaciones significativas más allá de la urgencia sexual (esto va para el que pedía un resumen jeje). 

 

Editado por AleB
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El gay es el homosexual pasado por el tamiz de la ingeniería social

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Justamente AleB, eso que vos planteas de que no existen relaciones significativas más allá de la urgencia sexual es algo que te pasó a vos. Pero no me parece algo extrapolable a todos los gays.

Yo no soy gay, soy bi, casado con mina, pero he conocido un montón de parejas gays que son muy felices y llevan años juntas.

Creo que hablar de "arquetipo del gay" me parece que ya pasó. Hay de todo.

Mucha gente infeliz (gay y hétero) en pareja y otra gente que puede emparejarse y pasarla bien.

Lo mismo para los solteros, hay solteros felices con su estado y solteros que la pasan para el orto.

Encasillar estas categorías no sirve de nada, no agrega información y genera una visión esteriotipada de la gente.

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En 19/10/2023 a las 11:46, ZetaJ dijo:

Comparto lo que dice Chepibe sobre que el amor existe, no importa la orientación sexual de la persona.

Con respecto a la consulta de que "buscan a la hora de enamorarse" creo que justamente no va por ahi el enamoramiento. Es algo que te sucede, que viene a vos. Lo que uno puede buscar es tener vínculos SEXO afectivos con otros, pero el enamorarse es algo que te pasa y que no necesariamente te pasa con el que más lindo te parece o con el que tenga mas afinidad con vos.

Eso es lo desconcertante del enamoramiento, que no tenes idea de porque te sucede y porque se da con esa persona y no con otra.

 

Qué verdad! El amor llega cuando menos lo esperas… abzo 

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hace 23 horas, ZetaJ dijo:

Justamente AleB, eso que vos planteas de que no existen relaciones significativas más allá de la urgencia sexual es algo que te pasó a vos. Pero no me parece algo extrapolable a todos los gays.

Yo no soy gay, soy bi, casado con mina, pero he conocido un montón de parejas gays que son muy felices y llevan años juntas.

Creo que hablar de "arquetipo del gay" me parece que ya pasó. Hay de todo.

Mucha gente infeliz (gay y hétero) en pareja y otra gente que puede emparejarse y pasarla bien.

Lo mismo para los solteros, hay solteros felices con su estado y solteros que la pasan para el orto.

Encasillar estas categorías no sirve de nada, no agrega información y genera una visión esteriotipada de la gente.

Curioso, porque no sos gay ni vivís como tal. Pero asumo que usás aplicaciones (por no mencionar otros medios de contacto que, sospecho, por tu condición de tramposo no frecuentás), y en consecuencia habrás notado el tono predominantente agresivo de la comunicación. 

"Encasillar", "estereotipar"... típicos eslóganes de los snowflakes a las que aludí en el spoiler.

Y que conozcas "un montón de parejas gays" felices es igualmente válido a que yo conozca un montón de solteros gays infelices o un montón de parejas gays que sólo sobreviven a base de meterse sistemáticamente los cuernos o con el salvoconducto de la pareja abierta.

Fijate, porque en tu afán de invalidar mi postura por universalista cometés el mismo error, al extrapolar tu experiencia (legítima) como si fuera igualmente universal. 

Ese tipo de reflexiones son las que no aportan nada. Más honesto sería decir que, o ambas visiones son ciertas, o que la realidad quizás esté en algún punto en medio de las dos visiones. 

 

 

 

Editado por AleB

El gay es el homosexual pasado por el tamiz de la ingeniería social

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    • carlos42

      Publicado (editado)

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      Editado por carlos42
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