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Cacerolazo y Bocinazo 20 hs por el Campo y la Seguridad


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Re: Cacerolazo y Bocinazo 20 hs por el Campo y la Seguridad

 

Por favor, lean este articulo de Joaquin Pichon Riviere.

Como psicólogo social, es habitual evaluar “el discurso” de las personas, dándoles importancia a los aspectos de la comunicación manifiestos y latentes. También asignamos una relevancia significativa a los aspectos del “encuadre”, el lugar donde el discurso ocurre, la situación en la que se inscribe y quiénes participan. También los ausentes, pues su ausencia es un acto de comunicación relevante.

Asumimos que la persona que escribió los discursos del 25 y 27 de marzo, cuya oradora fue la Presidenta, goza de buena salud mental. Eso nos impide pensar que las palabras hayan surgido de una persona psicótica, estancada en el tiempo a partir de una situación traumática, que congeló su proceso de madurez. Existen estudios que ubican la figura de Hitler dentro de estos parámetros psicóticos, donde su odio a la comunidad judía se instaló a partir de un hecho traumático en su infancia. La diferencia entre un neurótico y un psicótico reside en que este último no tiene ninguna noción de su enfermedad mental, por lo que él cree que actúa sanamente. La evolución de su delirio hizo que cada vez encontrara más y más “enemigos conspiradores”. Como ya hemos asumido que los discursos fueron aprobados por una persona capaz, debemos buscar lo “psicótico” en la retórica y contenido.

Un discurso “psicótico” se caracteriza por la estructura dilemática: “Todo lo malo afuera y todo lo bueno adentro”, “las cosas son blanco o negro”, “la culpa la tiene siempre el otro”. En resumen, un inteligente mensaje psicotizante que finalmente divide y desinforma. Pero lo más importante es el “contexto” de ambos discursos. Los dos pueden considerarse “obscenos”. Off scene, fuera de escena o lugar. Ninguno de los dos se realizó en un ámbito presidencial. El primero fue en un salón secundario de la Casa de Gobierno, durante la firma de un convenio con una empresa: el mensaje traicionó el protocolo más elemental, que es hablar de un tema fuera de su contexto. Peor aún el segundo discurso, que por la gravedad de los acontecimientos merecía haber sido pronunciado desde la Casa de Gobierno. Pero se eligió Parque Norte, junto a funcionarios, intendentes, piqueteros rentados, sindicalistas con poder de extorsión y otros. Fue un error también haber elegido un estilo “teatralizado” para resaltar un contenido de dudosa veracidad y sin espíritu conciliatorio.

Para finalizar, una penosa analogía: sobre el escenario, detrás de la Presidenta se vio a los los “generales” de la fuerza civil de choque, que prepotean, amedrentan y destrozan siguiendo órdenes o protegidos por la estructura dominante, ingresando lentamente en una nueva forma de terrorismo de Estado. Sólo algunos de los políticos ausentes y un Poder Legislativo y Judicial responsables pueden convertirse en el superyó que ponga los límites para poder reencauzar el país hacia una auténtica democracia participativa.

 

*Psicólogo social.

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Invitado El_Recluta

Re: Cacerolazo y Bocinazo 20 hs por el Campo y la Seguridad

 

Por favor, lean este articulo de Joaquin Pichon Riviere.

Como psicólogo social, es habitual evaluar “el discurso” de las personas, dándoles importancia a los aspectos de la comunicación manifiestos y latentes. También asignamos una relevancia significativa a los aspectos del “encuadre”, el lugar donde el discurso ocurre, la situación en la que se inscribe y quiénes participan. También los ausentes, pues su ausencia es un acto de comunicación relevante.

Asumimos que la persona que escribió los discursos del 25 y 27 de marzo, cuya oradora fue la Presidenta, goza de buena salud mental. Eso nos impide pensar que las palabras hayan surgido de una persona psicótica, estancada en el tiempo a partir de una situación traumática, que congeló su proceso de madurez. Existen estudios que ubican la figura de Hitler dentro de estos parámetros psicóticos, donde su odio a la comunidad judía se instaló a partir de un hecho traumático en su infancia. La diferencia entre un neurótico y un psicótico reside en que este último no tiene ninguna noción de su enfermedad mental, por lo que él cree que actúa sanamente. La evolución de su delirio hizo que cada vez encontrara más y más “enemigos conspiradores”. Como ya hemos asumido que los discursos fueron aprobados por una persona capaz, debemos buscar lo “psicótico” en la retórica y contenido.

Un discurso “psicótico” se caracteriza por la estructura dilemática: “Todo lo malo afuera y todo lo bueno adentro”, “las cosas son blanco o negro”, “la culpa la tiene siempre el otro”. En resumen, un inteligente mensaje psicotizante que finalmente divide y desinforma. Pero lo más importante es el “contexto” de ambos discursos. Los dos pueden considerarse “obscenos”. Off scene, fuera de escena o lugar. Ninguno de los dos se realizó en un ámbito presidencial. El primero fue en un salón secundario de la Casa de Gobierno, durante la firma de un convenio con una empresa: el mensaje traicionó el protocolo más elemental, que es hablar de un tema fuera de su contexto. Peor aún el segundo discurso, que por la gravedad de los acontecimientos merecía haber sido pronunciado desde la Casa de Gobierno. Pero se eligió Parque Norte, junto a funcionarios, intendentes, piqueteros rentados, sindicalistas con poder de extorsión y otros. Fue un error también haber elegido un estilo “teatralizado” para resaltar un contenido de dudosa veracidad y sin espíritu conciliatorio.

Para finalizar, una penosa analogía: sobre el escenario, detrás de la Presidenta se vio a los los “generales” de la fuerza civil de choque, que prepotean, amedrentan y destrozan siguiendo órdenes o protegidos por la estructura dominante, ingresando lentamente en una nueva forma de terrorismo de Estado. Sólo algunos de los políticos ausentes y un Poder Legislativo y Judicial responsables pueden convertirse en el superyó que ponga los límites para poder reencauzar el país hacia una auténtica democracia participativa.

 

*Psicólogo social.

Impecable aporte.

Creo que paradojalmente, los supuestos defensores de los derechos humanos, son hoy los que imponen el terrorismo de estado al cual tanto atacaron; lo imponen con sus operaciones clandestinas, comandadas por el titular de la Side y el Sr. Jefe de Gabinetet de Ministros , o lo imponen con Moren, D`elia, Moyano y Cia. Que cachibache este gobierno, se está cayendo a pedazos

Hablando de Moyano... me parece sugerente que hace días que ni pinta, ¿no será que ya se dio cuenta que tiene que cambiar de caballo y está negociando con otros peronistas para el eventual cambio de gobierno?

Yo sigo sintiendo olor a renuncia...

Saludos.

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Invitado Padre Aparicio

2001-2008, El Juego De Las Diferencias

 

Mi amigo "el Perro" brillante como siempre en sus análisis.

 

2001-2008, EL JUEGO DE LAS DIFERENCIAS

 

NA04FO01.jpg

 

ACERO INOXIDABLE

 

Por Horacio Verbitsky

 

Al emblocar situaciones distintas y hasta antagónicas, el gobierno les regaló un impensado baño de multitudes a Carrió y la Sociedad Rural. Pero la comparación entre diciembre de 2001 y marzo de 2008 es sólo una expresión de deseos de quienes fantasean con tumbar a CFK. Los peligros de una prueba de fuerza, en la que el gobierno no contempla reprimir.

 

En su Carta Abierta a la Junta Militar, Rodolfo J. Walsh caracterizó “la restauración oligárquica emprendida por Martínez de Hoz” con una frase del presidente de la Sociedad Rural, Celedonio Pereda: “Llena de asombro que ciertos grupos pequeños pero activos sigan insistiendo en que los alimentos deben ser baratos”. También la coherencia es un bien distribuido en forma desigual y concentrado en la cúpula. El precio de los alimentos sigue siendo un tema central, que ninguna de las cámaras patronales mencionó durante su lockout, ya que sólo parecen motivadas por su interés sectorial, sobre el que se montan los pequeños grupos interesados en acabar con el gobierno que impulsó el castigo a los responsables de aquella dictadura y que fijó la redistribución del ingreso como una meta central.

 

Reeditar la pueblada de diciembre de 2001 es una fantasía inviable. El gobierno de la Alianza se deshacía solo, luego de la renuncia del vicepresidente que denunció el intento de sobornar senadores para legalizar la precarización del empleo y de una catástrofe electoral. Padecía una sostenida fuga de capitales en medio de una profunda recesión. La desindustrialización destruía puestos de trabajo y el presidente Fernando De la Rúa no tenía mejor idea que reducir los ingresos de los jubilados. El corralito impactó a los sectores más prósperos y a los más desprotegidos, que perdieron sus changas porque los otros no tenían efectivo para pagarles. Ante la reacción general, De la Rúa sólo atinó a dictar el estado de sitio y ordenar la represión, que costó más de 30 muertos en todo el país. Recién renunció cuando la mayoría justicialista en ambas cámaras anunció que le iniciaría el procedimiento de juicio político. Cristina acaba de ser electa, con una votación que duplica la de Kirchner en 2003 y la de la segunda fuerza ahora, tiene mayoría en ambas cámaras y más de la mitad de la población aprueba su desempeño. La situación económica tiene una consistencia sin precedentes, luego de cinco años de crecimiento superior al 8 por ciento anual y de reducción del desempleo, que cayó del 24 al 7,5 por ciento. El gobierno conserva reflejos e iniciativa política. Con la fuerza que De la Rúa no tenía, permitió los bloqueos rurales sin represión, y por medios políticos forzó su levantamiento para dialogar, aunque el desacuerdo en la primera reunión evoca los fantasmas de Santa Cruz, donde un conflicto de fácil resolución se extendió por meses, con un alto costo político. La cantidad de personas movilizadas en la Capital fue exigua y se redujo a los barrios más acomodados. La trompada de Luis D’Elía a un activista de Gualeguaychú, que lo siguió durante cien metros insultándolo, y el forcejeo en la ruta entre camioneros y piqueteros es lo más desagradable que ocurrió en estas dos semanas. Estos recursos dicen bastante sobre las deficiencias de la construcción política oficial. Pero demonizar a D’Elía y a los camioneros comparándolos con López Rega y la Triple A y creer que la ciudadanía se evidencia en el color de la piel o la calidad del vestuario son demasías autodescalificatorias.

 

“La legitimidad segmentada”

 

Sin embargo los episodios de las últimas dos semanas constituyeron una complicación política para el gobierno y una victoria de Elisa Carrió. La virulencia de los chacareros jóvenes, que prendieron fuego a una cosechadora de Carlos Reutemann en Santa Fe, es un dato que no se debe ignorar, porque ha abierto espacio a la reaparición de algunos muertos vivos, como el Choclo Augusto Alasino, que con boina de productor participó en un escrache al intendente de Concordia, o Héctor Maya, candidato a vicepresidente de Rodríguez Saá, que salió cuarto en las elecciones de Entre Ríos y ahora alienta el corte junto con el energúmeno de Gualeguaychú, Alfredo De Angelis. Desde que cerró el escrutinio, Carrió se propuso desmerecer el resultado y minar al nuevo gobierno por su presunta “legitimidad segmentada”: se le opondría el 70 por ciento de las clases medias de los centros urbanos, la gente como uno. Para la jefa de la Coalición Cívica Libertadora los electores de la presidente no son libres porque están “dominados por el clientelismo y la miseria” y anunció que acudiría a su rescate al frente de las clases medias y altas. Desde entonces ha trabajado para volver operativo ese esquema clasista. Esto se hizo evidente en la exhibición de relucientes cacerolas de acero inoxidable, sofisticados woks y sartenes de teflón sin rayar. Carrió unió algunos casos de corrupción dentro del gobierno con el incremento de las retenciones y formuló este ingenioso sofisma: “Lo que le roban al campo va a parar a los negocios de Kirchner y De Vido”, una falacia a medida del paladar de las clases medias, en las que el sentimiento gorila sigue idéntico a sí mismo, pese a la mutación del peronismo en una mera cáscara electoral. Desde 2002, cuando su principal asesor económico era Rubén Lo Vuolo, Carrió se pronunció en favor de “retenciones móviles y muy elevadas y diferenciando entre distintas producciones”, base de su propuesta de redistribución del ingreso. Pero cuando creó la CCL para ampliar su espacio hacia la derecha, sus asesores pasaron a ser Adolfo de Prat Gay, a quien Kirchner no le renovó el mandato en el Banco Central porque proponía una política de ajuste, y el dirigente de la asociación católica de empresarios Santiago del Sel, que le acercó el cardenal Jorge Bergoglio. Ahora descubrió que las retenciones que antes propugnaba son confiscatorias y pide “dejar en paz al campo”, es decir “no entrometerse en los mercados”. Cuando Carrió presentó a Prat Gay como su eventual ministro de Economía, Lo Vuolo discutió con ella en forma durísima por el tema de las retenciones, y se alejó en silencio. Otro triunfador político es la Sociedad Rural, que ha conseguido arrastrar detrás de sus posiciones a la Federación Agraria, cuyo liderazgo oscila entre el Grito de Alcorta (contra los grandes terratenientes) y el cacerolazo de la Avenida Alcorta. Los chacareros le pusieron rostro humano a la extorsión de los grandes capitalistas agropecuarios. El enconado Eduardo Buzzi permitió que Luciano Miguens pareciera un hombre sereno y razonable. Buzzi había dicho que contaba con el apoyo de Víctor De Gennaro y Hugo Yasky, pero la mesa nacional de la CTA, que ambos integran, lo desmintió en forma implícita al respaldar las retenciones, como mecanismo redistributivo ante “las extraordinarias ganancias de los sectores concentrados” y rechazó el “intento de desestabilización institucional”. Esto es evidente en algunos de los aliados de Buzzi, como la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa. La CTA también pidió un tratamiento diferenciado en las retenciones para la Federación Agraria, las cooperativas y el Movimiento Campesino santiagueño.

 

El plan

 

El gobierno tiene una elaborada serie de medidas para diferenciar entre los grandes y pequeños productores, entre los sojeros y aquellos que producen trigo, maíz, carne y leche, y otras menos definidas para satisfacer al conjunto de la producción y a las provincias. Son las que CFK se proponía incluir en la mesa sectorial de agroindustrias y alimentos para el acuerdo social que postuló durante su campaña y que por errores técnicos y políticos en vez de diálogo dieron lugar a la confrontación, emblocando tanto en la Capital como en el interior a sectores que tienen intereses distintos y hasta opuestos. En todos los casos, esas medidas tienden a estimular inversiones que incrementen la producción de esos alimentos y capitalizar la oportunidad que ofrecen las condiciones excepcionales del mercado internacional. Cuando aún era candidata, CFK explicó que le gustaría vivir en un país en el que la industria subsidiara al agro, como ocurre en Estados Unidos o en Europa. Pero, añadió, “la historia no la inventé yo”. Esta es una síntesis del plan, orientado a reducir la dependencia de la soja y abrir espacio para otras producciones menos rentables pero de mayor utilidad social y generación de empleo:

 

1

 

Reintegros a los pequeños productores. Las retenciones se cobran a los exportadores, lo cual impide discernir la dimensión del productor que aportó cada partida. La solución es el pago de reintegros a los pequeños productores o a los más lejanos de los puertos de embarque, como ya se hace en el caso de la leche, sobre la declaración jurada de ganancias de cada productor. Es de 7 centavos por litro para los tamberos que entregan hasta 3000 litros de leche por día, de 3 centavos entre 3000 y 4500 litros y de 1 centavo por encima de los 4500. En el caso de los granos el reintegro sería de 5 puntos porcentuales. El carácter móvil de las retenciones, hacia arriba pero también a la baja, determinó que el descenso en el precio de la soja posterior al anuncio del 11 de marzo disminuyera las retenciones del 44 al 40 por ciento. Con el reintegro del 5 por ciento, para los pequeños agricultores volvería a los 35 puntos de noviembre. Pero el viernes, cuando el gobierno hizo esa propuesta, la Federación Agraria se empecinó en exigir la suspensión para todos de las retenciones móviles.

 

2

 

Nueva baja en el precio de los fertilizantes. En la primera semana del paro, el gobierno anunció un acuerdo con los productores de fertilizantes para disminuir su precio en un 20 por ciento. Además contempla un subsidio adicional del 17,5 por ciento. Los productores más pequeños o los de zonas marginales recibirían así un estímulo a la fertilización.

 

3

 

Subsidio a los lácteos de consumo popular. Hasta ahora el tambero subsidió a las usinas elaboradoras y a los consumidores de alto poder adquisitivo. El precio de corte fijado para la leche en polvo (2270 dólares por tonelada), por encima del cual el fisco se apodera de la diferencia con el precio internacional, determina el que percibe el tambero por cada litro de leche fluida que entrega. La propuesta oficial es elevar ese precio de corte, de modo de que el tambero pueda recibir 90 centavos por litro, en vez de los actuales 83, y subsidiar sólo los cinco productos elaborados de mayor consumo popular: leche en sachet y larga vida, queso cuartirolo, yogur y manteca. Así dejaría de auxiliarse a las plantas elaboradoras y al consumo sofisticado de productos como la carísima mozzarella de búfala que produce el ex presidente del Banco Central Javier González Fraga. La mejora del precio al tambero estimularía la inversión y los incrementos de producción.

 

4

 

El cuarteo de la media res. Ni Adrián Paenza podría explicar por qué se llama cuarteo de la media res a su trozado en tres partes. Esto permitiría diferenciar la comercialización de los cortes populares, que se destinarían al mercado interno a precios diferenciados de los internacionales, y los finos, que podrían exportarse sin restricciones. La consiguiente mejora de rentabilidad, con la simultánea reducción de la sojera por el impacto de las retenciones, estimularía que los grandes productores, que combinan soja y ganadería, cría e invernada, incrementaran la producción de carnes, revirtiendo el proceso de las últimas décadas.

 

5

 

Mejora de los trabajadores rurales. El lockout puso en evidencia que los trabajadores rurales están entre los peor pagos del país, con un porcentaje de informalidad muy superior al del resto de la economía. El acto en el campo de juego de Deportivo Español, en el que CFK dijo haber sentido mucha adrenalina, se realizó con un impresionante cartel verde detrás del palco que decía “Moyano conducción”. A sus lados lucían dos círculos blancos, de la CGT, que conduce Moyano, y de las 62 Organizaciones, cuyo secretario general es también el de los peones rurales, Gerónimo Venegas. Inspirador de los amenazantes carteles que decían “No jodan con Perón” el Momo Venegas postuló que Néstor Kirchner debía presidir el PJ, donde cree más factible entornarlo que con los proyectos alternativos de la transversalidad y la Concertación plural. Estos antecedentes son importantes para comprender el rol que jugó en estas semanas, alineado con los patrones que emplean a sus afiliados. El oxígeno fiscal que el gobierno obtiene por las retenciones también permitiría mejorar las asignaciones a los peones de campo, previo blanqueo controlado por el ministerio de Trabajo. ¿Qué argumento de la ortodoxia peronista podría esgrimir Venegas para oponerse a esta medida, en la línea del Estatuto del Peón del primer peronismo?

 

6

 

Recuperación del Belgrano cargas. Una parte de los ingresos fiscales por las retenciones se destinaría a recuperar el deteriorado ferrocarril Belgrano de cargas. Junto con una mayor inversión en infraestructura vial bajaría los costos de los productores más lejanos, aquellos que no tienen tren, ni puerto ni traders propias. Esto también interesa a las provincias y el gobierno estaría dispuesto a firmar con los gobernadores y las entidades patronales un compromiso escrito de asignación específica de determinados montos o porcentajes.

 

En la reunión del viernes, las cámaras patronales reclamaban que se volviera atrás con las retenciones móviles para esta cosecha. Recién aceptaron discutir las propuestas oficiales luego del cuarto intermedio en el que CFK les ratificó a sus ministros que las retenciones eran intocables. Los empresarios no creen en el mecanismo de descuento en el impuesto a las ganancias y reclaman el subsidio directo al fertilizante y a los fletes de los productores del NOA y el NEA. Se concrete o no la segunda reunión mañana, el martes se realizará una concentración en Plaza de Mayo, en respaldo del gobierno, ya no por pequeños grupos de activistas. En caso de reanudación de los cortes, el ministro de Justicia, Aníbal Fernández, estudia operativos para abrir las rutas en puntos estratégicos, con gran concentración de efectivos desarmados. La orden de no reprimir sigue vigente.

 

Más allá del rol que cada uno juega, una buena pregunta es por qué el gobierno no convocó a las entidades a discutir este plan antes de efectuar los anuncios. Desde el Ministerio de Economía afirman que el sigilo era imprescindible para evitar que los exportadores registraran operaciones inexistentes con el nivel anterior de retenciones, fraude que desde 2002 implicó ganancias ilegítimas por un par de miles de millones de dólares. El jefe de gabinete, Alberto Fernández, repite que cada vez que convocó a las entidades a analizar las medidas complementarias para los pequeños productores, le respondieron con la convocatoria al paro, hasta su extensión por tiempo indeterminado con corte de las rutas. Pero ni el enfoque técnico ni el político explican por qué las medidas compensatorias y estudiadas no se anunciaron al mismo tiempo y con la misma sorpresa que las retenciones.

 

La palabra oficial

 

En los primeros cien días de su gobierno, CFK dejó pasar la oportunidad de rever la política de tierra arrasada en el Indec, que la sociedad toleró mientras parecía tener fecha de vencimiento el día de las elecciones y cuando la inflación se percibía en semestres o meses, no en semanas. La rotura deliberada del instrumento de medición no sólo degrada la calidad institucional, también tiene consecuencias económicas, sociales y políticas de largo plazo. La manipulación que comenzó por un indicador se fue extendiendo luego a otros, que se alteran o no se publican. Subestimar la inflación es hacerlo también con los niveles de pobreza, cuya disminución ha sido un legítimo orgullo del gobierno. Esta devaluación de la palabra oficial también deteriora el rol de arbitraje estatal, situación que sólo puede beneficiar a los más fuertes, ayudados por la política de mero maquillaje del pintoresco As de Cartón a cargo del comercio interior. Desemblocar la asociación ilícita entre gorilas de distintos pelajes y golpismos y las personas más banales que perversas de las clases medias, para las que ante todo cuenta su casa, su familia, su seguridad, su auto y, como en la tira del dibujante francés Maurice Siné, su culo, es tan urgente como asumir el problema de la inflación, ahora que no es posible ocultarlo. Y la única manera seria de enfrentarlo es avanzar sobre los oligopolios que controlan los quince insumos principales que se utilizan en la producción. Nadie lo sabe mejor que Lousteau, autor de un estudio sobre ese nudo gordiano de la economía argentina.

 

 

 

El Padre Aparicio

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Invitado El_Recluta

Re: Cacerolazo y Bocinazo 20 hs por el Campo y la Seguridad

 

Horacio Verbitsky....de dónde lo tengo...

Ah, ya recuerdo, es este pseudo intelectual, que escribe pelotudeces, eso sí siempre intentando-vanamente- hacer el profundo y el que tiene una mirada distinta al resto. Ah, también recuerdo que es un mercenario K, que hace y dice cualquier pelotudes con tal q le tiren unos billetes.

Por favor, este tipo no tiene ni autorida moral ni intelectual. Un arado que escribi forrados, hasta llegué a pensar que debe tomar acídos. Impresentable.

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Invitado Padre Aparicio

Re: Cacerolazo y Bocinazo 20 hs por el Campo y la Seguridad

 

..este tipo no tiene ni autorida moral ni intelectual.

Usted seguramente la tiene?

 

El Padre Aparicio

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Re: 2001-2008, El Juego De Las Diferencias

 

Mi amigo "el Perro" brillante como siempre en sus análisis.

 

2001-2008, EL JUEGO DE LAS DIFERENCIAS

 

NA04FO01.jpg

 

ACERO INOXIDABLE

 

Por Horacio Verbitsky

 

Al emblocar situaciones distintas y hasta antagónicas, el gobierno les regaló un impensado baño de multitudes a Carrió y la Sociedad Rural. Pero la comparación entre diciembre de 2001 y marzo de 2008 es sólo una expresión de deseos de quienes fantasean con tumbar a CFK. Los peligros de una prueba de fuerza, en la que el gobierno no contempla reprimir.

 

En su Carta Abierta a la Junta Militar, Rodolfo J. Walsh caracterizó “la restauración oligárquica emprendida por Martínez de Hoz” con una frase del presidente de la Sociedad Rural, Celedonio Pereda: “Llena de asombro que ciertos grupos pequeños pero activos sigan insistiendo en que los alimentos deben ser baratos”. También la coherencia es un bien distribuido en forma desigual y concentrado en la cúpula. El precio de los alimentos sigue siendo un tema central, que ninguna de las cámaras patronales mencionó durante su lockout, ya que sólo parecen motivadas por su interés sectorial, sobre el que se montan los pequeños grupos interesados en acabar con el gobierno que impulsó el castigo a los responsables de aquella dictadura y que fijó la redistribución del ingreso como una meta central.

 

Reeditar la pueblada de diciembre de 2001 es una fantasía inviable. El gobierno de la Alianza se deshacía solo, luego de la renuncia del vicepresidente que denunció el intento de sobornar senadores para legalizar la precarización del empleo y de una catástrofe electoral. Padecía una sostenida fuga de capitales en medio de una profunda recesión. La desindustrialización destruía puestos de trabajo y el presidente Fernando De la Rúa no tenía mejor idea que reducir los ingresos de los jubilados. El corralito impactó a los sectores más prósperos y a los más desprotegidos, que perdieron sus changas porque los otros no tenían efectivo para pagarles. Ante la reacción general, De la Rúa sólo atinó a dictar el estado de sitio y ordenar la represión, que costó más de 30 muertos en todo el país. Recién renunció cuando la mayoría justicialista en ambas cámaras anunció que le iniciaría el procedimiento de juicio político. Cristina acaba de ser electa, con una votación que duplica la de Kirchner en 2003 y la de la segunda fuerza ahora, tiene mayoría en ambas cámaras y más de la mitad de la población aprueba su desempeño. La situación económica tiene una consistencia sin precedentes, luego de cinco años de crecimiento superior al 8 por ciento anual y de reducción del desempleo, que cayó del 24 al 7,5 por ciento. El gobierno conserva reflejos e iniciativa política. Con la fuerza que De la Rúa no tenía, permitió los bloqueos rurales sin represión, y por medios políticos forzó su levantamiento para dialogar, aunque el desacuerdo en la primera reunión evoca los fantasmas de Santa Cruz, donde un conflicto de fácil resolución se extendió por meses, con un alto costo político. La cantidad de personas movilizadas en la Capital fue exigua y se redujo a los barrios más acomodados. La trompada de Luis D’Elía a un activista de Gualeguaychú, que lo siguió durante cien metros insultándolo, y el forcejeo en la ruta entre camioneros y piqueteros es lo más desagradable que ocurrió en estas dos semanas. Estos recursos dicen bastante sobre las deficiencias de la construcción política oficial. Pero demonizar a D’Elía y a los camioneros comparándolos con López Rega y la Triple A y creer que la ciudadanía se evidencia en el color de la piel o la calidad del vestuario son demasías autodescalificatorias.

 

“La legitimidad segmentada”

 

Sin embargo los episodios de las últimas dos semanas constituyeron una complicación política para el gobierno y una victoria de Elisa Carrió. La virulencia de los chacareros jóvenes, que prendieron fuego a una cosechadora de Carlos Reutemann en Santa Fe, es un dato que no se debe ignorar, porque ha abierto espacio a la reaparición de algunos muertos vivos, como el Choclo Augusto Alasino, que con boina de productor participó en un escrache al intendente de Concordia, o Héctor Maya, candidato a vicepresidente de Rodríguez Saá, que salió cuarto en las elecciones de Entre Ríos y ahora alienta el corte junto con el energúmeno de Gualeguaychú, Alfredo De Angelis. Desde que cerró el escrutinio, Carrió se propuso desmerecer el resultado y minar al nuevo gobierno por su presunta “legitimidad segmentada”: se le opondría el 70 por ciento de las clases medias de los centros urbanos, la gente como uno. Para la jefa de la Coalición Cívica Libertadora los electores de la presidente no son libres porque están “dominados por el clientelismo y la miseria” y anunció que acudiría a su rescate al frente de las clases medias y altas. Desde entonces ha trabajado para volver operativo ese esquema clasista. Esto se hizo evidente en la exhibición de relucientes cacerolas de acero inoxidable, sofisticados woks y sartenes de teflón sin rayar. Carrió unió algunos casos de corrupción dentro del gobierno con el incremento de las retenciones y formuló este ingenioso sofisma: “Lo que le roban al campo va a parar a los negocios de Kirchner y De Vido”, una falacia a medida del paladar de las clases medias, en las que el sentimiento gorila sigue idéntico a sí mismo, pese a la mutación del peronismo en una mera cáscara electoral. Desde 2002, cuando su principal asesor económico era Rubén Lo Vuolo, Carrió se pronunció en favor de “retenciones móviles y muy elevadas y diferenciando entre distintas producciones”, base de su propuesta de redistribución del ingreso. Pero cuando creó la CCL para ampliar su espacio hacia la derecha, sus asesores pasaron a ser Adolfo de Prat Gay, a quien Kirchner no le renovó el mandato en el Banco Central porque proponía una política de ajuste, y el dirigente de la asociación católica de empresarios Santiago del Sel, que le acercó el cardenal Jorge Bergoglio. Ahora descubrió que las retenciones que antes propugnaba son confiscatorias y pide “dejar en paz al campo”, es decir “no entrometerse en los mercados”. Cuando Carrió presentó a Prat Gay como su eventual ministro de Economía, Lo Vuolo discutió con ella en forma durísima por el tema de las retenciones, y se alejó en silencio. Otro triunfador político es la Sociedad Rural, que ha conseguido arrastrar detrás de sus posiciones a la Federación Agraria, cuyo liderazgo oscila entre el Grito de Alcorta (contra los grandes terratenientes) y el cacerolazo de la Avenida Alcorta. Los chacareros le pusieron rostro humano a la extorsión de los grandes capitalistas agropecuarios. El enconado Eduardo Buzzi permitió que Luciano Miguens pareciera un hombre sereno y razonable. Buzzi había dicho que contaba con el apoyo de Víctor De Gennaro y Hugo Yasky, pero la mesa nacional de la CTA, que ambos integran, lo desmintió en forma implícita al respaldar las retenciones, como mecanismo redistributivo ante “las extraordinarias ganancias de los sectores concentrados” y rechazó el “intento de desestabilización institucional”. Esto es evidente en algunos de los aliados de Buzzi, como la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa. La CTA también pidió un tratamiento diferenciado en las retenciones para la Federación Agraria, las cooperativas y el Movimiento Campesino santiagueño.

 

El plan

 

El gobierno tiene una elaborada serie de medidas para diferenciar entre los grandes y pequeños productores, entre los sojeros y aquellos que producen trigo, maíz, carne y leche, y otras menos definidas para satisfacer al conjunto de la producción y a las provincias. Son las que CFK se proponía incluir en la mesa sectorial de agroindustrias y alimentos para el acuerdo social que postuló durante su campaña y que por errores técnicos y políticos en vez de diálogo dieron lugar a la confrontación, emblocando tanto en la Capital como en el interior a sectores que tienen intereses distintos y hasta opuestos. En todos los casos, esas medidas tienden a estimular inversiones que incrementen la producción de esos alimentos y capitalizar la oportunidad que ofrecen las condiciones excepcionales del mercado internacional. Cuando aún era candidata, CFK explicó que le gustaría vivir en un país en el que la industria subsidiara al agro, como ocurre en Estados Unidos o en Europa. Pero, añadió, “la historia no la inventé yo”. Esta es una síntesis del plan, orientado a reducir la dependencia de la soja y abrir espacio para otras producciones menos rentables pero de mayor utilidad social y generación de empleo:

 

1

 

Reintegros a los pequeños productores. Las retenciones se cobran a los exportadores, lo cual impide discernir la dimensión del productor que aportó cada partida. La solución es el pago de reintegros a los pequeños productores o a los más lejanos de los puertos de embarque, como ya se hace en el caso de la leche, sobre la declaración jurada de ganancias de cada productor. Es de 7 centavos por litro para los tamberos que entregan hasta 3000 litros de leche por día, de 3 centavos entre 3000 y 4500 litros y de 1 centavo por encima de los 4500. En el caso de los granos el reintegro sería de 5 puntos porcentuales. El carácter móvil de las retenciones, hacia arriba pero también a la baja, determinó que el descenso en el precio de la soja posterior al anuncio del 11 de marzo disminuyera las retenciones del 44 al 40 por ciento. Con el reintegro del 5 por ciento, para los pequeños agricultores volvería a los 35 puntos de noviembre. Pero el viernes, cuando el gobierno hizo esa propuesta, la Federación Agraria se empecinó en exigir la suspensión para todos de las retenciones móviles.

 

2

 

Nueva baja en el precio de los fertilizantes. En la primera semana del paro, el gobierno anunció un acuerdo con los productores de fertilizantes para disminuir su precio en un 20 por ciento. Además contempla un subsidio adicional del 17,5 por ciento. Los productores más pequeños o los de zonas marginales recibirían así un estímulo a la fertilización.

 

3

 

Subsidio a los lácteos de consumo popular. Hasta ahora el tambero subsidió a las usinas elaboradoras y a los consumidores de alto poder adquisitivo. El precio de corte fijado para la leche en polvo (2270 dólares por tonelada), por encima del cual el fisco se apodera de la diferencia con el precio internacional, determina el que percibe el tambero por cada litro de leche fluida que entrega. La propuesta oficial es elevar ese precio de corte, de modo de que el tambero pueda recibir 90 centavos por litro, en vez de los actuales 83, y subsidiar sólo los cinco productos elaborados de mayor consumo popular: leche en sachet y larga vida, queso cuartirolo, yogur y manteca. Así dejaría de auxiliarse a las plantas elaboradoras y al consumo sofisticado de productos como la carísima mozzarella de búfala que produce el ex presidente del Banco Central Javier González Fraga. La mejora del precio al tambero estimularía la inversión y los incrementos de producción.

 

4

 

El cuarteo de la media res. Ni Adrián Paenza podría explicar por qué se llama cuarteo de la media res a su trozado en tres partes. Esto permitiría diferenciar la comercialización de los cortes populares, que se destinarían al mercado interno a precios diferenciados de los internacionales, y los finos, que podrían exportarse sin restricciones. La consiguiente mejora de rentabilidad, con la simultánea reducción de la sojera por el impacto de las retenciones, estimularía que los grandes productores, que combinan soja y ganadería, cría e invernada, incrementaran la producción de carnes, revirtiendo el proceso de las últimas décadas.

 

5

 

Mejora de los trabajadores rurales. El lockout puso en evidencia que los trabajadores rurales están entre los peor pagos del país, con un porcentaje de informalidad muy superior al del resto de la economía. El acto en el campo de juego de Deportivo Español, en el que CFK dijo haber sentido mucha adrenalina, se realizó con un impresionante cartel verde detrás del palco que decía “Moyano conducción”. A sus lados lucían dos círculos blancos, de la CGT, que conduce Moyano, y de las 62 Organizaciones, cuyo secretario general es también el de los peones rurales, Gerónimo Venegas. Inspirador de los amenazantes carteles que decían “No jodan con Perón” el Momo Venegas postuló que Néstor Kirchner debía presidir el PJ, donde cree más factible entornarlo que con los proyectos alternativos de la transversalidad y la Concertación plural. Estos antecedentes son importantes para comprender el rol que jugó en estas semanas, alineado con los patrones que emplean a sus afiliados. El oxígeno fiscal que el gobierno obtiene por las retenciones también permitiría mejorar las asignaciones a los peones de campo, previo blanqueo controlado por el ministerio de Trabajo. ¿Qué argumento de la ortodoxia peronista podría esgrimir Venegas para oponerse a esta medida, en la línea del Estatuto del Peón del primer peronismo?

 

6

 

Recuperación del Belgrano cargas. Una parte de los ingresos fiscales por las retenciones se destinaría a recuperar el deteriorado ferrocarril Belgrano de cargas. Junto con una mayor inversión en infraestructura vial bajaría los costos de los productores más lejanos, aquellos que no tienen tren, ni puerto ni traders propias. Esto también interesa a las provincias y el gobierno estaría dispuesto a firmar con los gobernadores y las entidades patronales un compromiso escrito de asignación específica de determinados montos o porcentajes.

 

En la reunión del viernes, las cámaras patronales reclamaban que se volviera atrás con las retenciones móviles para esta cosecha. Recién aceptaron discutir las propuestas oficiales luego del cuarto intermedio en el que CFK les ratificó a sus ministros que las retenciones eran intocables. Los empresarios no creen en el mecanismo de descuento en el impuesto a las ganancias y reclaman el subsidio directo al fertilizante y a los fletes de los productores del NOA y el NEA. Se concrete o no la segunda reunión mañana, el martes se realizará una concentración en Plaza de Mayo, en respaldo del gobierno, ya no por pequeños grupos de activistas. En caso de reanudación de los cortes, el ministro de Justicia, Aníbal Fernández, estudia operativos para abrir las rutas en puntos estratégicos, con gran concentración de efectivos desarmados. La orden de no reprimir sigue vigente.

 

Más allá del rol que cada uno juega, una buena pregunta es por qué el gobierno no convocó a las entidades a discutir este plan antes de efectuar los anuncios. Desde el Ministerio de Economía afirman que el sigilo era imprescindible para evitar que los exportadores registraran operaciones inexistentes con el nivel anterior de retenciones, fraude que desde 2002 implicó ganancias ilegítimas por un par de miles de millones de dólares. El jefe de gabinete, Alberto Fernández, repite que cada vez que convocó a las entidades a analizar las medidas complementarias para los pequeños productores, le respondieron con la convocatoria al paro, hasta su extensión por tiempo indeterminado con corte de las rutas. Pero ni el enfoque técnico ni el político explican por qué las medidas compensatorias y estudiadas no se anunciaron al mismo tiempo y con la misma sorpresa que las retenciones.

 

La palabra oficial

 

En los primeros cien días de su gobierno, CFK dejó pasar la oportunidad de rever la política de tierra arrasada en el Indec, que la sociedad toleró mientras parecía tener fecha de vencimiento el día de las elecciones y cuando la inflación se percibía en semestres o meses, no en semanas. La rotura deliberada del instrumento de medición no sólo degrada la calidad institucional, también tiene consecuencias económicas, sociales y políticas de largo plazo. La manipulación que comenzó por un indicador se fue extendiendo luego a otros, que se alteran o no se publican. Subestimar la inflación es hacerlo también con los niveles de pobreza, cuya disminución ha sido un legítimo orgullo del gobierno. Esta devaluación de la palabra oficial también deteriora el rol de arbitraje estatal, situación que sólo puede beneficiar a los más fuertes, ayudados por la política de mero maquillaje del pintoresco As de Cartón a cargo del comercio interior. Desemblocar la asociación ilícita entre gorilas de distintos pelajes y golpismos y las personas más banales que perversas de las clases medias, para las que ante todo cuenta su casa, su familia, su seguridad, su auto y, como en la tira del dibujante francés Maurice Siné, su culo, es tan urgente como asumir el problema de la inflación, ahora que no es posible ocultarlo. Y la única manera seria de enfrentarlo es avanzar sobre los oligopolios que controlan los quince insumos principales que se utilizan en la producción. Nadie lo sabe mejor que Lousteau, autor de un estudio sobre ese nudo gordiano de la economía argentina.

 

 

 

El Padre Aparicio

La propuesta de este gobierno hacia el sector, no ha sido mas que una suma de intenciones, inviables, poco practicas y de una ignorancia que ofende.

EL ariculo escrito por este tirabombas de los 70, no es otra cosa que una propaganda estatal.

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Re: Cacerolazo y Bocinazo 20 hs por el Campo y la Seguridad

 

Usted seguramente la tiene?

 

El Padre Aparicio

No se si tiene o no Autoridad moral, pero lo que seguro, es que no anda escribiendo en medios de comuniación, llegando al lector con mentiras y dicurso retoricos.

tano0

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Invitado Padre Aparicio

Re: Cacerolazo y Bocinazo 20 hs por el Campo y la Seguridad

 

..mentiras y dicurso retoricos.

tano0

Usted es el poseedor de la verdad?

 

Nada de lo que digan aqui nuestros compatriotas de la izquierda modificará una coma de la verdad y la realidad que vive el país.

 

Porqué se arrogan la posesión de la verdad?

La soberbia es un pecado

 

El Padre Aparicio

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Invitado BenedictusXVI

Re: Cacerolazo y Bocinazo 20 hs por el Campo y la Seguridad

 

Padre Aparicio, Reverendo Benedictus:

 

Haganme el coso..como se llama??? saquenme el diablo del cuerpo que me inceRdio !!!!

 

Hijo, lamento informarte que no podria hacerlo, ya que me encuentro en la misma situacion que vos, lo unico que ruego hoy mas que nunca es el deseo del padre Aparicio, y de este mensaje tuyo: QUE NO NOS QUITEN LA ALEGRIA !!!!!!!

 

salu2

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Invitado BenedictusXVI

Re: Cacerolazo y Bocinazo 20 hs por el Campo y la Seguridad

 

Bueno, bueno, parece que de Derecho Consitucional y Derecho Administrativo sabes poco y nada.

A ver....a ver...., te voy a dar una clase gratis, pero vas a ser la primera y la útlima. Aprovechala.

 

¿Entendiste ahora?

Y sino no importa, por cuando caiga este gobierno y todos sus funcionarios tengan que ir en cana, entonces ahí vas a entender todo.

 

.

Alguien por favor que le explique a este muchacho que su capacidad para la docencia es nula....

Y que si fuese un poco más claro a la hora de escribir no necesitaria estar brindandonos estas explicaciones tan rebuscadas ;)

 

Salu2

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Invitado BenedictusXVI

Re: Cacerolazo y Bocinazo 20 hs por el Campo y la Seguridad

 

Usted seguramente la tiene?

 

El Padre Aparicio

 

Padre, el problema no es si tiene o no autoridad moral..

 

Salu2

 

Pd. El problema es que ni siquiera le importa....

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Invitado Toison d'or

Re: Cacerolazo y Bocinazo 20 hs por el Campo y la Seguridad

 

Usted es el poseedor de la verdad?

 

Porqué se arrogan la posesión de la verdad?

La soberbia es un pecado

 

El Padre Aparicio

 

Mis opiniones no contienen la arrogancia ni la presunción de la verdad, pero son mis opiniones y me guio por ellas, no por los dichos de personas sin credibilidad.

 

No preciso tampoco explicarme delante suyo ni de nadie. Lo único que hago es escribir lo que quiero, como usted. Y ya está.

 

Además de patrullero ideológico del Foro también es teólogo? jajaja..

Si eso no es soberbia y arrogancia...

 

Pero siga , siga, me gusta mucho leerlo.

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Re: Cacerolazo y Bocinazo 20 hs por el Campo y la Seguridad

 

Luego de leer y leer, pensar y pensar, discutir y discutir. Termine por encontrar este articulo que expone de forma clara y simple que es lo que esta pasando con este conflicto!

Es de los pocos que no manejan los datos de forma tendenciosa y que no sobrecarga el analisis de ideologia!

Lo recomiendo mucho.

 

 

 

OPINION

Estamos todos locos

Por Ernesto Tenembaum

 

El conflicto entre el sector rural y el Gobierno puede ser analizado desde distintos puntos de vista. Como siempre, las perspectivas ideologizadas, maniqueas y moralistas suelen ser más estruendosas y vendedoras que las posiciones moderadas. También, suelen ser las que más daño le hacen al país. A mi entender –que, naturalmente, es discutible– hay dos posiciones extremas que evitan abordar lo que realmente es el tema de discusión. Para una de ellas –expresada por el Gobierno y por sus simpatizantes– se trata de un conflicto entre el campo popular y la oligarquía. Según esta concepción, el Gobierno, en defensa de los intereses de todos los argentinos, impone retenciones al campo, y la oligarquía reacciona con un lockout patronal con tufillo golpista. Algunos de los defensores de esta posición la atenúan, al destacar que el poder político debería atender los reclamos de los pequeños y medianos productores, pero que el eje del problema no es ése, sino el intento desestabilizador que pusieron en marcha los sectores del privilegio para evitar la distribución del ingreso. La posición opuesta sostiene que la voracidad fiscal del Estado oprime al campo, que mantiene al país y es víctima de una actitud autoritaria y rapaz. Por lo tanto, la única alternativa que les queda, para ser escuchados, consiste en desabastecer de alimentos al resto de la sociedad.

 

Es un clásico argentino. Demasiada gente grita, utiliza conceptos ideológicos, recurre a medidas extremas, patotea, alza las banderas para que pase la farolera, y muy pocos discuten realmente los hechos. Siempre fue así. Hubo bandos desde que comenzó la historia del país. Y palabras grandilocuentes, estruendosas que justificaban las peores locuras y ubicaban en el lugar del traidor a cualquiera que dudara: a izquierda y a derecha, siempre fue así. En este caso, quizás haya una lectura intermedia que permita percibir otros elementos. A mi entender, lo que ha ocurrido en la Argentina en los últimos quince días refleja la existencia de un serio problema de relaciones sociales que afecta a todas las partes y que las referencias ideológicas sólo contribuyen a disfrazar.

 

El Gobierno anuncia hace quince días la imposición de nuevas retenciones al sector rural, que se suman a las que ya existían. Esa medida, ahora se sabe, no representa demasiado –al menos en sí misma– ni para distribuir el ingreso, ni para nada. Es una medida de efecto marginal. Con toda la furia, permitiría recaudar aproximadamente 1500 millones de dólares. Para el Estado, eso es poco. Tan poco que representa apenas la tercera parte del tren bala, o la mitad de los fondos extras destinados para esa extravagancia, ya que esta misma semana el Gobierno anunció que deberá invertir 4000 millones y no los 1200 anunciados originalmente. Es decir que el Gobierno tenía margen para tomar la medida o para no tomarla.

 

No era de vida o muerte.

 

Podía darse un tiempo para agotar los esfuerzos para que tuviera consenso al menos en los sectores más débiles.

 

No hizo ni una cosa ni la otra: no contempló a los más vulnerables ni tampoco apeló a la política para tener una mínima red de consenso. Y no había incendio que justificara la urgencia.

 

Tanto es así que la argumentación oficial posterior al conflicto confirma esos elementos. Sostener que al campo le ha ido bien en estos años es una obviedad. Agregar que las retenciones son una medida justa, en fin, hasta Mario Blejer lo defiende. Insistir en que es necesario distribuir el ingreso es correcto. Recordar que la oligarquía rural siempre conspiró contra los gobiernos populares ya lo enseña Felipe Pigna en sus libros. Recitar que en el campo usan cuatro por cuatro es una pavada. Pero son todos artilugios, picardías, chicanas, para evitar el fondo de la cuestión.

 

Las preguntas clave sobre la manera en que se aplicaron las retenciones móviles son otras: ¿sabe el Gobierno cuál es el ingreso promedio de los productores de cincuenta o cien hectáreas, diferenciados por tipo de cultivo y región del país? ¿Sabe cuántos son? ¿Realmente ellos “la levantan en pala” o, en cambio, aunque les va mejor que hace unos años, están al límite, ganan menos, por ejemplo, que un jefe de Gabinete o un ministro o un periodista o un camionero? ¿Sabe cómo serían afectados por la ampliación de las retenciones? Esas preguntas no fueron respondidas en ningún discurso presidencial, por ningún reportaje de los concedidos por ministros, en ningún paper de los distribuidos por Economía. Esto es: o no lo saben –lo que era un requisito previo para tomar las medidas– o lo ocultan porque es un dato que no conviene difundir. Y es muy importante por varias razones: este paro no tendría ninguna legitimidad sin el aporte de los pequeños productores, ellos son los más duros en el conflicto; y, además, si se aplica un impuesto a un sector débil se lo pone ante la disyuntiva de entregar su propiedad a sectores más concentrados. Eso ha pasado muchas veces cuando la ideología va despegada de cierta solvencia técnica: se la justifica por izquierda pero suele tener efectos por derecha.

 

Hasta aquí, por lo menos en mi opinión, el Gobierno no ha conseguido explicar cuál era la urgencia de la medida, por qué no se intentó consensuarla, ni cuáles eran sus efectos sobre los sectores más débiles de la economía rural. Revistió el conflicto de recursos ideológicos muy eficientes en la sociedad argentina, que siempre tiene gente tan dispuesta a alzar las banderas, para que pase la farolera, mantatirulirulá.

 

Pero no explicó lo central.

 

La ampliación de las retenciones desató un nivel de irracionalidad sin precedentes. La decisión de los piquetes rurales de desabastecer el país, como primera medida de fuerza, tiene una magnitud difícil de encontrar en la historia democrática argentina. Es extraño que entre los ruralistas no haya aparecido al menos una voz sensata que advirtiera sobre la obscenidad de dejar pudrir alimentos en las rutas. Por donde se lo mire, es una canallada. Es mentira que la culpa de semejante barbaridad sea del Gobierno. Cualquier dirigente sabe que entre todo y nada hay un camino intermedio para recorrer. La decisión de cortar los caminos durante quince días parece más bien un intento revolucionario que una resistencia a una medida impositiva sectorial. Faltaban Pancho Villa o los coroneles franquistas y estábamos todos. La simpatía que semejante disparate generó en sectores diversos de la sociedad –los medios conservadores, sectores urbanos profesionales, entre otros– refleja, en todo caso, que la desmesura, el autoritarismo, el doble discurso, no afectan sólo al Gobierno.

 

Es decir: a partir de una medida difícil de justificar –por sus maneras y por la extensión de los afectados y por la ignorancia oficial sobre sus consecuencias en los eslabones más débiles–, se produce una respuesta de dimensiones aún más escandalosas que la medida en sí, con un agravante: la reacción podría haber causado muertes. El corte de los caminos por parte de los productores rurales debería marcar un ejemplo sobre lo que no debe hacerse en un país democrático. Podrá ser cierto que los pequeños y medianos productores no están en una situación holgada, pero tampoco son los más desesperados de la sociedad argentina. Y ellos, los que peor la pasan, jamás han respondido de manera extrema ante su sufrimiento.

 

Para colmo, del lado del Gobierno, ante la contundencia de la protesta, les enviaron a los camioneros de Pablo Moyano para amenazarlos, mientras los funcionarios respondían al “campo” –así, en términos generales, sin diferenciación– con insultos y provocaciones. Sobre llovido, mojado: a la medida original discutible, le siguió el intento de desabastecer al país y después el envío de patotas para desarticularlo. Luego, el discurso presidencial que abroqueló a todos los sectores rurales involucrados en contra y la reacción de cacerolas y manifestantes en todo el país para repudiar al Gobierno, pintadas a favor de Videla incluidas. Por si fuera poco, los Kirchner envían a Luis D’Elía a pegarles a los manifestantes disidentes. Todo esto, mientras en las rutas había situaciones delicadísimas: un enfermo cardíaco murió en Córdoba por los piquetes.

 

Es decir que durante quince días, a partir de una medida muy discutible tomada por el Gobierno –y, además, de no demasiada magnitud cuantitativa–, los argentinos estuvimos a punto –realmente, a punto– de agarrarnos a tiros.

 

Ese es el elemento central de esta semana.

 

A mi entender, el Gobierno tiene más responsabilidad que los ruralistas en todo lo sucedido, simplemente, porque un Gobierno es más responsable que los demás respecto del clima que crea en un país. Los funcionarios deberían medir la reacción que podría provocar una medida o un discurso. Pero, al mismo tiempo, es indignante percibir la magnitud de la respuesta y la condescendencia de los medios conservadores respecto de los piquetes más salvajes que tuvo la historia argentina reciente. Los Kirchner tienen una extraña vocación por la violencia callejera cuerpo a cuerpo. El envío de D’Elía a golpear disidentes –y su jerarquización en el palco oficial de Parque Norte– recuerda los cadenazos que recibieron otros caceroleros por parte de una patota oficial en Río Gallegos en diciembre del 2001, o el increíble aval oficial que recibió Daniel Varizat luego de arrollar con su cuatro por cuatro (no sólo las tienen los productores rurales) a una docente, o las patoteadas en el Hospital Francés. La derecha tiene una notable vocación por la violencia cuando justifica, defiende y promociona los piquetes que desabastecen a un país. Hay pocos inocentes en esta historia que, vale la insistencia, en cualquier momento, por un motivo u otro, provocará muertes que nunca son las de familiares de los dirigentes, de un lado u otro del espectro.

 

Con todo respeto, sin ánimo de ofender, es una historia demasiado triste y, por momentos, parece que están todos locos. La Argentina tiene una oportunidad única en estos tiempos: no hay amenaza militar, no hay amenaza de crisis económica. No ocurrió eso en un siglo. Hay plata y tiempo para reformar la educación, la salud, la ciencia, la infraestructura del país y cambiar la historia. Estaría bueno que, en el medio, no nos agarráramos a tiros por una medida fiscal de relativa importancia. Y que no revistamos de ideología, dignidad o lucha de clases lo que, simplemente, parece el reino de la estupidez, la ambición (de dinero, de poder), la exageración y la paranoia. Por momentos parece que el gran enemigo para el crecimiento de este país es la locura, que a ambos lados del espectro político se disfraza con conceptos ideológicos poco apropiados para lo módico que fue el disparador del conflicto.

 

Por supuesto, es más sencillo ubicarse de un lado o del otro. Calificar de traidor a todo el que duda o marca las incoherencias en ambas partes y alzar la bandera para que pase la farolera. En este país siempre hemos sido muy coherentes, siempre hemos tenido razón, siempre justificamos nuestra actitud en las barbaridades de los otros.

 

Y nos ha ido realmente muy bien.

 

¿O no fue así?

-Fight? Why fight? Why? Why? -Because I choose to!

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Invitado Toison d'or

Re: Cacerolazo y Bocinazo 20 hs por el Campo y la Seguridad

 

De todas maneras, las críticas, que siempre las habrá, no mueven una coma de los motivos que han llevado al campo y a mucha gente en ciudades de todo el país.

 

Ya han sido explicados rica y abundantemente aqui, de tal manera que ahora habrá que esperar algún tipo de diálogo honesto y sincero que produzca la solución del problema.

 

Los dejo un ratito porque me voy a cojer, que me divierte mucho más quie la patrulla de caminos clerical, :culo: jejeje, que se ha constituido en apoyo de la KK del país.

 

Shalom aleijem!

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