Paso a contar una experiencia de decenas que tuve los últimos años en la zona roja.
Hoy: Cielo.
La primera vez que la ví no me gustaba porque tenía a mi parecer la espalda muy marcada y usaba una peluca rubia que me quedaba muy rara.
Con el paso del tiempo fue dejando atrás la peluca, y apareció con su pelo negro y corto y todo parecía estar mejor.
Casi todas las noches pasaba yo a cualquier hora a dar vueltas o a mirar o a participar con alguna de las chicas.
A ella la miraba y me intimidaba que me devolvía la mirada.
Un día me tenté quizás de más y frené para preguntarle qué onda.
Tenía ya ella el flequillo largo caído sobre la cara.
Bajé el vidrio y dije, torpemente: "¿Cuánto?".
Ella me contestó "Cielo".
No entendí y le pregunté cuánto de nuevo, ya nervioso por torpe y me dijo el valor.
No me animé y me fui.
Varios días después volví a la zona y está a ahí otra vez, con una pollerita negra apretada y un culo increíble. Bailaba ell despacito con sus auriculares puestos. Hice todo de nuevo, bajé el vidrio y le pregunté el nombre. Charlamos un poquito y subió.
Nos fuimos a lo oscuro, frené y corrí el asiento del auto.
Ella acercó la boca hasta mi panza apenas tocándome la pija con la punta de los dedos. Frotó su cara cerca de mi ombligo mientras me bajaba los pantalones y el boxer y con su voz suave me pedía que me baje todo.
Lo hice.
Se me está poniendo la pija dura mientras escribo.
Acerco su boca al costado de mi pierna y mojó con saliva la pierna y empezó a pasar la lengua por la pierna.
Pasó rápido con su lengua por la cabeza de mi pija y fue del otro lado, a la otra pierna, pasándole la lengua.
Empezó a hacerme la paja muy sutilmente y escupió mi pija con mucha saliva.
Se me puso bien cabezona, me puso un forro casi sin darme cuenta y empezó a comerla.
Cuando lo hizo, sentí que se me hinchó más y más mi pija, bien gruesa, porque la tengo gorda pero no larga, y ella gemía bajando despacito pero hasta el fondo.
Se acomodó levantando la cola y estiré mi mano para tocarle el culito.
Duro. Parado. De pendeja.
Empezó ella a moverse atrás y adelante mientras me la seguía comiendo hasta que decidí pasar mi mano adelante para tocarle su pija.
Sentí algo que mi mente no logró traducir. Era algo no grande. Era algo enorme. No parecía su pija y supuse que era ropa, la pollera, otra cosa.
Seguí tocando mientras sentía que algo se le hinchaba y me preguntó si se sacaba todo.
Le dije que sí.
Quedó arrodillada en el asiento de al lado con el culo apoyado en los talones, el flequillo negro cayéndole sobre un ojo y el otro ojo celeste mirándome.
Debajo de su ombligo y apoyada entre sus piernas, una pija gruesa, realmente gruesa y grande, realmente grande. Dormida.
Estiré la mano y empecé a tocarla tratando de abarcar todo lo posible con mi mano.
Ella empezó a pajearme a mí y volvió a chuparmela. Yo le trabajaba su pija rápido, lento, con fuerza, suave, pero no encontraba nada que le haga endurecer esa enormidad.
Hasta que moví la mano de determinada manera que hoy no recuerdo y esa pija empezó a ponerse dura. Seguí haciendo eso y seguí sintiendo cómo se le aceleraba la respiración a Cielo mientras me la comía y yo la pajeaba.
Y eso crecía.
Y crecía.
Y se ponía dura.
Y entonces la agarré desde bien arriba y tiré la piel para atrás y la vi: era una pija de película porno. Blanca. Perfecta. Gruesa. Larga. Pesada.
Y durita.
Seguí haciéndole la paja y la boca se me mojaba como se te está mojando a vos ahora que estás leyendo esto.
Le pregunté si me dejaba chuparla.
Se sorprendió y me dijo "qué?".
Y le repetí: "Me dejas chupartela?".
Asintió con su cabeza y me acerqué.
Empecé pasándole la lengua alrededor de la cabeza. Girando girando la lengua.
Me la metí un poquito en la boca y me preguntó si se ponía un forro.
Le dije que si.
Se lo calzó y mientras lo hizo pude ver cómo ella tomaba su pija desde abajo y está se hinchaba hasta ponerse dura como una madera.
Me miró y sonrió.
Me avalancé a su pija con la boca abierta hasta donde me entró en la garganta.
Y fue bastante.
Media pija.
Saqué mi boca dejando un hilo de saliva.
La miré y sonrió. Le pregunté si le gustaba y asintió.
Volví a meter mi boca y empujé y dilaté más hasta comérmela entera. Y empujé más. La quería toda adentro.
Así con toda la poronga atravesándome la cabeza empecé a hacerle la paja con la boca.
Mientras me empecé a hacer la paja yo. Con la zurda. Yo estaba con la pija muy dura y que Cielo la tenga dos veces más grande y una más gruesa que yo me hacía calentar muchísimo.
Empecé a gemir mientras ella me cogía la boca. Yo me movía rítmico y ella empezó a hacer lo mismo. Le agarré una mano y me la puse en mi nuca y me agarré el pelo para que ella me lo agarre.
Me la saqué de la boca, miré a la cara a Cielo y le dije "Cogeme la boca como a una putita".
Y empezó a hacerlo.
Acabé al instante manchándome de leche toda la camisa. Seguí chupando esa pija hasta que ella acabó y me moría de ganas de tragarme la lechita pero no me animé. Llenó de leche entre el forro y mi boca. Le saqué el forro. Le di un besito en la pija. Y nos despedimos.
XP CON CIELO ZR
en Escorts Travestis en Zona Roja
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Paso a contar una experiencia de decenas que tuve los últimos años en la zona roja.
Hoy: Cielo.
La primera vez que la ví no me gustaba porque tenía a mi parecer la espalda muy marcada y usaba una peluca rubia que me quedaba muy rara.
Con el paso del tiempo fue dejando atrás la peluca, y apareció con su pelo negro y corto y todo parecía estar mejor.
Casi todas las noches pasaba yo a cualquier hora a dar vueltas o a mirar o a participar con alguna de las chicas.
A ella la miraba y me intimidaba que me devolvía la mirada.
Un día me tenté quizás de más y frené para preguntarle qué onda.
Tenía ya ella el flequillo largo caído sobre la cara.
Bajé el vidrio y dije, torpemente: "¿Cuánto?".
Ella me contestó "Cielo".
No entendí y le pregunté cuánto de nuevo, ya nervioso por torpe y me dijo el valor.
No me animé y me fui.
Varios días después volví a la zona y está a ahí otra vez, con una pollerita negra apretada y un culo increíble. Bailaba ell despacito con sus auriculares puestos. Hice todo de nuevo, bajé el vidrio y le pregunté el nombre. Charlamos un poquito y subió.
Nos fuimos a lo oscuro, frené y corrí el asiento del auto.
Ella acercó la boca hasta mi panza apenas tocándome la pija con la punta de los dedos. Frotó su cara cerca de mi ombligo mientras me bajaba los pantalones y el boxer y con su voz suave me pedía que me baje todo.
Lo hice.
Se me está poniendo la pija dura mientras escribo.
Acerco su boca al costado de mi pierna y mojó con saliva la pierna y empezó a pasar la lengua por la pierna.
Pasó rápido con su lengua por la cabeza de mi pija y fue del otro lado, a la otra pierna, pasándole la lengua.
Empezó a hacerme la paja muy sutilmente y escupió mi pija con mucha saliva.
Se me puso bien cabezona, me puso un forro casi sin darme cuenta y empezó a comerla.
Cuando lo hizo, sentí que se me hinchó más y más mi pija, bien gruesa, porque la tengo gorda pero no larga, y ella gemía bajando despacito pero hasta el fondo.
Se acomodó levantando la cola y estiré mi mano para tocarle el culito.
Duro. Parado. De pendeja.
Empezó ella a moverse atrás y adelante mientras me la seguía comiendo hasta que decidí pasar mi mano adelante para tocarle su pija.
Sentí algo que mi mente no logró traducir. Era algo no grande. Era algo enorme. No parecía su pija y supuse que era ropa, la pollera, otra cosa.
Seguí tocando mientras sentía que algo se le hinchaba y me preguntó si se sacaba todo.
Le dije que sí.
Quedó arrodillada en el asiento de al lado con el culo apoyado en los talones, el flequillo negro cayéndole sobre un ojo y el otro ojo celeste mirándome.
Debajo de su ombligo y apoyada entre sus piernas, una pija gruesa, realmente gruesa y grande, realmente grande. Dormida.
Estiré la mano y empecé a tocarla tratando de abarcar todo lo posible con mi mano.
Ella empezó a pajearme a mí y volvió a chuparmela. Yo le trabajaba su pija rápido, lento, con fuerza, suave, pero no encontraba nada que le haga endurecer esa enormidad.
Hasta que moví la mano de determinada manera que hoy no recuerdo y esa pija empezó a ponerse dura. Seguí haciendo eso y seguí sintiendo cómo se le aceleraba la respiración a Cielo mientras me la comía y yo la pajeaba.
Y eso crecía.
Y crecía.
Y se ponía dura.
Y entonces la agarré desde bien arriba y tiré la piel para atrás y la vi: era una pija de película porno. Blanca. Perfecta. Gruesa. Larga. Pesada.
Y durita.
Seguí haciéndole la paja y la boca se me mojaba como se te está mojando a vos ahora que estás leyendo esto.
Le pregunté si me dejaba chuparla.
Se sorprendió y me dijo "qué?".
Y le repetí: "Me dejas chupartela?".
Asintió con su cabeza y me acerqué.
Empecé pasándole la lengua alrededor de la cabeza. Girando girando la lengua.
Me la metí un poquito en la boca y me preguntó si se ponía un forro.
Le dije que si.
Se lo calzó y mientras lo hizo pude ver cómo ella tomaba su pija desde abajo y está se hinchaba hasta ponerse dura como una madera.
Me miró y sonrió.
Me avalancé a su pija con la boca abierta hasta donde me entró en la garganta.
Y fue bastante.
Media pija.
Saqué mi boca dejando un hilo de saliva.
La miré y sonrió. Le pregunté si le gustaba y asintió.
Volví a meter mi boca y empujé y dilaté más hasta comérmela entera. Y empujé más. La quería toda adentro.
Así con toda la poronga atravesándome la cabeza empecé a hacerle la paja con la boca.
Mientras me empecé a hacer la paja yo. Con la zurda. Yo estaba con la pija muy dura y que Cielo la tenga dos veces más grande y una más gruesa que yo me hacía calentar muchísimo.
Empecé a gemir mientras ella me cogía la boca. Yo me movía rítmico y ella empezó a hacer lo mismo. Le agarré una mano y me la puse en mi nuca y me agarré el pelo para que ella me lo agarre.
Me la saqué de la boca, miré a la cara a Cielo y le dije "Cogeme la boca como a una putita".
Y empezó a hacerlo.
Acabé al instante manchándome de leche toda la camisa. Seguí chupando esa pija hasta que ella acabó y me moría de ganas de tragarme la lechita pero no me animé. Llenó de leche entre el forro y mi boca. Le saqué el forro. Le di un besito en la pija. Y nos despedimos.