Hasta hace pocas semanas era un conspicuo activo, de esos que por más que recibiera mensaje de algún XL no se le movía mucho el amperímetro, salvo si se dignaba a que le comieran el culo.
Culos, culos y más culos, ése era mi lema... hassssta que entré al grupo de pajeros y fue ver pijas, pijas y más pijas y en pocos días me dí vuelta como una tortilla. Ahora no pienso más que en comer verga, se ha convertido en una obsesión. Vergas de L para arriba. Sueño con palparlas, olerlas, agrarrarlas con la mano y comérmelas hasta el fondo. Es algo totalmente nuevo para mí y que me tiene colonizado. Casi no me puedo concentrar en nada, se ha vuelto una adicción. Necesito ver vergas, pero más importante: palparlas, sentirlas, saborearlas.
A veces me da miedo de entrar en cualquiera. Desde que comenzó esta obsesión sólo comí una pija, tamaño L, dos veces al mismo flaco. Y la última vez, cuando me fui, ya estaba con ganas de más. Por primera vez me definí con términos como "mamador", "goloso", o incluso "insaciable", porque mi sed de pija no tiene respiro. Y todo lo que antes rechazaba, como que me trataran como una pija (aunque la mía no es L sino M y gracias) ahora me encuentro aplicándolo yo, buscando indefectiblemente pijones, soñando con meterme en la bocota esas vergas. Estoy como nene con chiche nuevo.
Por ¿suerte? para mí, los act pijones no parecen muy interesados en que se las chupe otro activo. "Por suerte" digo, porque si algo tengo a seguro es que no me va que me la pongan.
Bueno, por seguro seguro a esta altura ya no puedo dar nada.
Ojalá sea solo una fase y pronto las cosas vuelvan a la "normalidad".
Continuará...