Hola buenas!
Me estreno en este foro con una cuestión que no sé cómo resolver. No tengo nadie con quien hablarlo, y la única persona con la que podría, mi vieja, últimamente la veo bastante refractaria en torno a mi homosexualidad.
Hace cosa de dos semanas conocí un flaco. Ya habíamos intercambiado mensajes pero nunca habíamos concretado por H o por B. Me gustaba su perfil, es decir no sólo sus fotos sino su onda en general. Y esta vez por fin conectamos. Nos pasamos los números y hablamos por teléfono, como en los viejos tiempos. Sentí mucha conexión.
Al día siguiente nos encontramos, tomamos una cerveza, y al despedirnos nos pusimos a chapar apasionadamente en una esquina. Sentí una energía hermosa en esos besos y abrazos. Y obviamente también sentí deseo, pero no el de la calentura bruta sino algo más profundo.
No llegamos a más porque se iba de viaje al día siguiente.
Como soy un tipo con bastante imaginación y proclive a lo romántico obviamente me puse a fantasear. Y durante los primeros días pareció que la cosa iba por ese lado... para ambos. Nos mensajeábamos todos los días, él me pasaba fotos de su viaje, de él con su hijo, los paisajes, etc. Todo muy en plan "romance en ciernes".
Pero unos días después, a raíz de un audio que le mandé, sentí que algo se quebró. Por esas cosas de la virtualidad, me dio la impresión de que algo que yo había dicho le había perturbado. Desde entonces no mandó más audios, ni fotos, los chateos se espaciaron, hasta que desaparecieron. A todo esto, yo tampoco hice nada por reflotar la cosa.
Pero ayer volvió. Había pasado casi una semana del último chateo, y en este tiempo la verdad es que perdí el interés. El tipo me gustaba sí, pero tampoco me deliraba. Lo que en realidad me atraía era que daba con el perfil de lo que andaba buscando: un tipo más o menos de mi edad, con proyectos e intereses, y la posibilidad de formar una pareja. Pero lo cierto es que cuando dejamos de hablar como que se cayó el velo y empecé a pensar cómo podía hacer para cerrar esta historia sin herirlo. Como pensé que él también se había desinteresado ya no me preocupé. Pero ahora que volvió y habló de vernos a su regreso, ahí es donde caigo en el dilema. ¿Qué hacer? Por un lado quiero intentarlo, porque si bien no siento ya mucha atracción que digamos tengo mucha necesidad de tener una historia. La soledad aprieta. Pero por otro lado no quiero sentir que estoy haciendo un sacrificio para no estar solo, ni tampoco quiero jugar con él. Parece un buen tipo y no sería justo.
Perdón por lo extenso. Intenté sintetizar lo más que pude.
Abrazos
