La morra sí es como en las fotos, pero en persona está mejor. Nalgona de gym, se le notan las horas de pierna. Dura, apretada, cintura delgada y una actitud que desde que llegas te prende. Me abrió la puerta con un vestido blanco pegadito, sin bra, se le marcaban los pezones riquísimos y una sonrisa entre coqueta y juguetona, sabe bien como jugar su rol. Besa muy rico, con lengua, como si te conociera de antes.
Ya en el cuarto, puso música más rockera, lo cual me latió porque rompe con lo típico. Fue relajada, divertida, como si la intención fuera que ambos la pasáramos bien y fueras con amiga con casa sola que le traes ganas. No sé si le caí bien o si así es siempre, pero hubo buena química desde el inicio.
Se quitó el vestido lento, se quedó sin nada más que los tacones puestos. Se acercó, empezó a besarme el cuello, a rozarme con su cuerpo, y bajó suave hasta hacerme un oral que me dejó temblando. Lento, profundo, con ganas, viéndome directo a los ojos todo el tiempo. Lo disfrutaba se le notaba lo hacía con gusto.
Ya cuando se subió encima… uff. Se movía con ritmo a la música que debo admitir tengo apreciaciones nuevas gracias a esta experiencia, me brincaba fuerte y gemía de verdad. Cambiamos de posiciones varias veces ya de espaldas se ve increíble, esas nalgas son de otro nivel. Me pedía más, se agarraba fuerte de mí.
La giré, empecé a besarla rico, bajé al clítoris y le di con los dedos mientras la besaba en esas tetas ricas y naturales no son grandes pero están muy ricas. Se retorcía, respiraba agitada, y justo cuando estaba por venirse, tocaron la puerta. Pero le valió. Me decía: “No pares… así…” y en ese momento se vino. No fingía, se notaba que lo estaba disfrutando al cien. La seguí dedeando que cuando por fin paramos, temblaba y se le notaba lo rico que estaba disfrutando.
Después nos quedamos un rato abrazados. Me dijo que no cualquiera la hacía acabar así. Y eso te deja con ganas de volver, fuera mentira o no me la vendió (hasta me dan ganas de contratarla como mi vendedora estrella).
El servicio fue de 1000 pesos por 30 minutos, pero entre que se cambia, te saluda, platica y todo, la acción real dura unos 20–25 minutos. Aún así vale la pena por la entrega y la vibra. A mí no me apuro o forzó a que ya me fuera pero igual fue mi suerte, me limpio al final, me dio mi agua y me mandó deslechado. Tiene algo de acné en la cara, lo noté, y personalmente me laten más las caritas limpias, pero su actitud lo equilibra todo.
Sí repetiría. Si conectas, se suelta, se entrega, y no se guarda nada.
Saludos hermanos y felices brincos
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