La fantasía cumplida que más me volvió loc@ fue que me cogiera un macho con una mujer presente. Fueron tres oportunidades, dos de ellas con la misma mujer, una amiga, Adriana, que lo disfrutaba como una loca, se pajeaba y disfrutó “como una loca”, decía. Acabó tantas veces que no las podía contar. Yo más no podía pedir ni imaginar. Ser el objeto sexual de un macho, receptor de pijazos por boca y culo, sometido, dominado y, finalmente preñado frente a una mujer me hizo delirar de placer. A partir de esos momentos pude tener conversaciones de amigas con Adry. Nunca me había pasado.