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Cronicas de un prostiputo.....


joel_70

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Re: Cronicas de un prostiputo.....

 

Pero si JULI!!!!! Hacelo. Escribí. Contá. No creo que te importe lo que algunos puedan criticar. Jajaa es más, siento que te podes dar una panzada de comentarios que te resbalan. Y en cuanto a Rodrigo, es muy probable que te lo hayas cruzado alguna vez. Y lo que me falta por contar. Jajaja.

Editado por joel_70

Siempre este parche en el ojo fue más lejos que mi corazón...:pirate:

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Invitado Juli Stefa

Re: Cronicas de un prostiputo.....

 

No se Joelito... En el fondo la gente no es mala. ¡Es malísima!

 

En caso de que me decida, ¿te parece que escriba en este mismo post, de manera que todos los foristas que hayan practicado la prostiputación o que tengan confesiones laborales de prostiputos amigos, puedan agregarlas ya que el título del hilo es como un genérico que puede contener diferentes historias de diferentes fuentes, o preferirías que cada uno abriera su propio hilo?

 

En lo personal, creo que sería más ordenado para que lo lean, que todas las diferentes historias quedaran en un solo hilo de crónicas prostiputarias.

 

En todo caso, decime vos qué es lo que preferís. Por si me decido a escribir.

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Re: Cronicas de un prostiputo.....

 

No se Joelito... En el fondo la gente no es mala. ¡Es malísima!

 

En caso de que me decida, ¿te parece que escriba en este mismo post, de manera que todos los foristas que hayan practicado la prostiputación o que tengan confesiones laborales de prostiputos amigos, puedan agregarlas ya que el título del hilo es como un genérico que puede contener diferentes historias de diferentes fuentes, o preferirías que cada uno abriera su propio hilo?

 

En lo personal, creo que sería más ordenado para que lo lean, que todas las diferentes historias quedaran en un solo hilo de crónicas prostiputarias.

 

En todo caso, decime vos qué es lo que preferís. Por si me decido a escribir.

 

 

mmmmm...no sé...no se me había ocurrido esa posibilidad....pensé este post a partir de charlas con Rodrigo y de sus ganas de contarme y su esfuerzo para que lo comprenda...en cierto modo es para él...escribo yo pero son sus palabras...pero como también todo es un gran kilombo, si alguien quiere aportar sus propias experiencias y sumarlas acá: ADELANTE!!!...solo pónganle un título y un protagonista e intenten, si pueden, relatarlo en primera persona. No manden al frente ni quemen a nadie y, lo más importante de todo, que el prostiputo en cuestión lo sepa. Mi lógica es esa, no escribiría nada que Rodrigo no me permita...

saludos.....

Siempre este parche en el ojo fue más lejos que mi corazón...:pirate:

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Invitado Juli Stefa

Re: Cronicas de un prostiputo.....

 

Me encantó este post de Joel. Siempre me calentaron las anécdotas prostiputolarias.

 

Al punto que a mis 18 años decidí prostituirme yo también, como para poder vivir esas experiencias que tanto morbo me despertaban y que tanto me calentaban. Al punto tal me calentaban, que hoy unos 40 años después, todavía me acuerdo de experiencias y les dedico una muy feliz paja.

 

Antes de contarles mis experiencias, creo que debo ponerlos en el contexto de por qué me prostituí.

 

Yo nací en una familia típica de lo que hoy llamaríamos el conchetaje argentino. De esas de varias generaciones de argentinos, emparentados con los llamados "padres de la patria". De esas en las cuales no se hablaba de dinero, porque la gente bien no hacía eso. De esas que siempre tenía personal de servicio y en las que el té se tomaba a la tarde con scons tibios a los que se les untaba manteca y mermelada. Club, tenis, golf de adolescente, colegio inglés, amigos en mi misma condición, universidad estatal pero onda niño prodigio con dos títulos universitarios a los 22 años, auto regalado por mis padres al cumplir los 18 años y todo lo que se puedan imaginar.

 

Con mis amigos salíamos de adolescentes 4 o 5 veces por semana e íbamos al cine y después a comer a restaurantes siempre de muy buen nivel, íbamos a bailar a los mejores lugares del momento y disfrutábamos de una vida que requería de una muy buena mesada de nuestros padres. Desde luego todos teníamos extensiones de las tarjetas de crédito de nuestros padres y nunca tuvimos que pensar si podíamos o no comprarnos algo que nos gustara por un tema de restricción económica. Y encima cuando salíamos con chicas, nosotros le pagábamos hasta lo último que la chica gastara en la cita. "Ni se te vaya a ocurrir dejar que ella pague nada", me decía mi papá. Claro, salíamos con "las chicas del club", cuyos padres eran amigos de nuestros padres, por lo que mi viejo me ahorcaba si yo lo hacía quedar como un miserable delante de sus amigos del club.

 

Esa fue mi infancia y mi adolescencia.

 

Desde luego que eso implicaba que todos mis caprichos eran siempre satisfechos, especialmente por mi padre. Siempre recuerdo que un día sábado decidí empezar a jugar al tenis. Yo nunca lo había hecho, pero acordé con un amigo encontrarnos al día siguiente, domingo, en el club a empezar a jugar. Yo no tenía 9 años y no tenía el equipo de tenis. Ni la ropa adecuada, que en ese momento era absolutamente blanca, ni raqueta, ni pelotas.

 

Desde luego, para los jóvenes del Foro, que en esos años de la década del 60 no existían los shoppings y los negocios cerraban desde el sábado al mediodía hasta el lunes a la mañana.

 

No se como, pero mi viejo hizo abrir un negocio de tenis el sábado a la casi noche, para que le vendieran absolutamente todo lo que yo necesitaba para poder el domingo ir a jugar con mi amiguito al tenis al club. Me acuerdo que el del negocio despotricaba mientras nos vendía las cosas por haberlo hecho trabajar un sábado a las siete de la tarde.

 

En ese entorno, yo nací, crecí y me eduqué. Era el niño perfecto, siempre uno de los mejores alumnos, y siempre estaba perfecto. Cuando entraba a la cancha de tenis, estaba siempre tan perfectamente blanco limpio, que podría haber entrado a un quirófano con la misma ropa, sin desentonar.

 

Cuando entré en la adolescencia y me sorprendí como bisexual, justamente los chicos que me calentaban eran los que llevaban vidas diferentes a la mía. Ese desenfado, esa libertad que da la promiscuidad, me atraía como un imán atómico.

 

Un amigo mío, cuando armábamos una orgía con unas putas, siempre decía que el lujo atenuaba la promiscuidad. Cuando nosotros nos llevábamos a cuatro o cinco putas para cogerlas en un departamento que dispusiéramos, mi amigo siempre decía que si lo hacíamos nosotros éramos unos niños traviesos divirtiéndonos. En cambio si lo hacían en una villa eran unos negros bestias que cogían como los animales. Algo de razón, en cuanto a la visión de la sociedad de lo que era la promiscuidad, debo reconocer que él tenía.

 

A mis 18 años, no tenía inconvenientes en dejar a mi noviecita del momento (a la cual respetaba y solo teníamos SEXO oral) en su casa, agarraba el auto y me iba a buscar a alguna puta a las calles que ellas frecuentaban como las avenidas del Libertador o Maipú, ambas a la altura de Olivos. De allí a un telo, a hacer todo lo que me había quedado con ganas de hacer con mi novia del momento.

 

Cuando descubrí que en Marcelo T. de Alvear, en las estaciones de La Lucila y San Isidro, en la villa del bajo Belgrano, en la villa que había en la calle Uruguay desde la Panamericana para el lado de Libertador, o por la avenida Cazón en Tigre, por las noches, había chicos que por unos pesos accedían a tener SEXO con otro tipo, directamente mi universo de la prostitución se ensanchó geométricamente.

 

No lo podía creer. ¡¡¡Que fácil que era!!!

 

Como mi viejo tenía un departamento que no usaba en el centro, me los llevaba a coger allí. El primer telo que admitió parejas de tipos, fue años más tarde, en 1983 y era un telo que quedaba por la calle Estados Unidos y Salta, si mal no recuerdo. Lo llamábamos el HAG, por hotel alojamiento gay.

 

Lo más parecido que yo conocía a esos chicos eran los caddys del golf. Pero con esos no intentaba nada, porque ellos siempre me contaban cuando jugábamos, que tipos del club trataban de levantarlos, que minas y eran re bocones. Claro que lo hacían con espíritu de camaradería conmigo, porque teníamos la misma edad. Pero a mí me aterraba intentar algo con ellos y quedar en su boca. No era que ellos trataran de levantarme a mí, porque nunca jamás tiré plumas yo. Simplemente, que por ahí iba a jugar dutante la semana solo y caminaba con el caddy 4 horas por la cancha y desde luego íbamos conversando. Mucho de golf, pero también de temas diferentes. Había un famoso conductor de televisión, que levantaba caddys de una manera descarada y todos los caddys le daban verga y era vox populi entre todos ellos lo puto que era. Ni en pedo yo quería caer en eso.

 

Les aclaro que en esa época no existían los boliches gay. No era fácil conocer otros chicos que se reconocieran como gays como para poder arreglar tener sexo con ellos. Yo no tenía ni la menor idea de a donde ir a levantar a mis iguales.

 

La cuestión, es que cuando me encamaba con esos "chongos", siempre me intrigaban sus vidas. Cómo vivían, cómo era su familia, si sus familias sabían que cogían por plata con tipos, si de saberlo les importaría, qué cosas les pedían los clientes, qué era lo más zarpado que les habían hecho hacer por plata, si sus novias sabían lo que ellos hacían y esas cosas. Me daban recontra calentura sus historias. Y me sorprendía a mí mismo, como observando a un mundo paralelo con otros parámetros de convivencia establecidos y muy diferentes a los de mi mundo.

 

Y no solo las historias.

 

Me excitaban como fetiches sus pelos, sus pantalones, sus zapatillas, sus medias, sus slips, sus remeras, sus olores, la textura de su piel. Todo era diferente a mí realidad.

 

Yo jamás hubiera usado una zapatilla gastada que se viera la punta de un dedo, o una media con una papa, o un calzón con marca de meo, un jean roto (en esa época no estaban de moda los jeans destruidos), o una remera gastada, o rota, afuera del pantalón. La piel era distinta. Como más áspera, al tocarlos. Se ve que ellos no usaban, como 9 de cada 10 estrellas de cine, jabón Lux. Mal afeitados.

 

El desenfado con el que se desnudaban, me sorprendía. Yo que en el club, cuando me duchaba, me envolvía una toalla a la cintura hasta que llegaba a la ducha. No se me ocurría no usar medias y solo andaba descalzo en la playa o en la pileta, y estos chicos no tenían el más mínimo pudor en desnudarse y en exhibir su cuerpo delante de los extraños que los contrataban y se dejaban manosear descaradamente. Yo me imaginaba que esos chicos venían de una casa, en la cual nadie tuviera pudor de sus cuerpos, justamente por vivir varios en uno o dos ambientes.

 

En cierta medida, les envidiaba ciertas cosas. Otras desde luego que no.

 

Me gustaba probarme su ropa, con el olor de sus cuerpos y con el calor de sus cuerpos. Al punto que les he cambiado por mis ropas muchas veces alguna de ellos.

 

Remeras, slips, zapatillas, eran mis presas favoritas. Las guardaba en un bolso, en el baúl de mi auto. Era mi vestuario propio ese.

 

Y un día, me decidí a probar cómo era ser un prostiputo.

 

Pero debo reconocer que fue de casualidad. Les recuerdo que yo tenía 18 años cuando debuté como prostiputo.

 

Una noche estaba yendo por Marcelo T. de Alvear mirando quienes estaban yirando y estacioné el auto sobre Larrea, para caminar un poco. Además me había dado hambre y quería comerme unas porciones de pizza o un sandwiche en algún boliche.

 

Entro a caminar por allí, y como es lógico, pendejo caminando por Marcelo T. para cualquier tipo gay grande, era más un prostiputo que un cliente de prostiputo. Yo iba caminando para atrás, para Callao, porque quería ir a Los Inmortales, que estaba pasando Junín y un señor me saludó.

 

Lo miré y le sonreí, pensando que me había confundido con un taxiboy.

 

El señor entra a caminar al lado mío y me preguntó si estaba trabajando. Por impulso, le contesté que sí.

 

Me preguntó si era activo o pasivo. "Activo", le contesté.

 

"¿Cuánto querés?", me preguntó.

 

No me acuerdo cuanto le dije, pero a los niveles de la calle era de los prosti más caros mi tarifa, con el objeto de que me dijera que no y poder irme tranquilo a comer.

 

Para mi sorpresa, me dijo que sí.

 

Imaginen mi desconcierto y mis nervios. Estaba dando un paso que no había planeado dar, por lo menos conscientemente en ese momento.

 

La cuestión es que el señor vivía a unas pocas cuadras de donde estábamos.

 

Fue mi primer cliente. Le pido disculpas, retrospectivamente.

 

Yo estaba tan nervioso, que era un antipático de mierda.

 

Que no me gusta dar besos, que no me toques el culo, que no me gusta chuparla... Un verdadero prostiputo paspado insoportable fui. Pobre hombre. Me tendría que haber pegado un sopapo y no pagarme.

 

La cuestión que me lo cogí, me la chupó, acabamos, me pagó y me fui a Los Inmortales a comer mi pizza y a procesar lo que había hecho. Había dado ese paso, del cual ya no podía volver atrás.

 

¡¡¡Me había convertido en un prostiputo!!!

 

Tengo montones de anécdotas de mis clientes. Al estilo de Raymond Reddington, el de The Blacklist, los tengo en mi memoria a muchos catalogados por lo que me han dicho o mostrado ellos de sus vidas. "El profesor", "El matrimonio", "El fiestero drogón", "El padre degenerado", "El sado masoca", "El tendero del Mercedes", "El friolento", "El artista loco", "El drogón de Belgrano", "El come travas", "El zoofilo", "El voyeur", "El fiestero bi", "El pintor", "El viejo marica insoportable","El rey de los consoladores", "El fistero 1", "El fistero 2", "El fiestero insaciable", "El esclavo CBT", "El sumiso inocente", "El peluquero fiestero, drogón e insaciable" y así sucesivamente.

 

Ya les contaré de los más interesantes. Hasta ahora les conté el por qué lo hice.

 

 

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Re: Cronicas de un prostiputo.....

 

Ah, pero hace 40 años que había? Diners? Y la aceptaban? Me imaginé que tendrías que andar con una buena billetera.

 

Desde luego todos teníamos extensiones de las tarjetas de crédito de nuestros padres y nunca tuvimos que pensar si podíamos o no comprarnos algo que nos gustara por un tema de restricción económica

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Invitado Juli Stefa

Re: Cronicas de un prostiputo.....

 

Ah, pero hace 40 años que había? Diners? Y la aceptaban? Me imaginé que tendrías que andar con una buena billetera.

 

Desde luego todos teníamos extensiones de las tarjetas de crédito de nuestros padres y nunca tuvimos que pensar si podíamos o no comprarnos algo que nos gustara por un tema de restricción económica

 

Estando en el club conversando con un amigo, vimos a un chico que le pedía permiso a sus padres para comprarse algo para comer, no se si un sandwiche o qué cosa, y preguntaba si podía gastar en eso.

 

Yo le dije que a mi amigo que me parecía raro eso, que yo jamás le hubiera preguntado eso a mis padres. Nunca se me hubiera ocurrido que mi papá no tuviera plata para comprarme un sandwiche y una Coca Cola (ya existía la Coca Cola hace 40 años).

 

Y mi amigo me dijo : "Eran otras épocas esas. Ahora los chicos están al tanto de problemas que en nuestra época, si existían, nosotros no nos enterábamos jamás".

 

No son tantos años, pero la realidad ha cambiado tanto, que es en algunas cosas muy reconfortante, pero en otras bastante deprimente. Era otro país. Con sus contras, pero también con sus pro. (pro, no PRO).

 

Yo a veces pienso en lo que gastaba mi viejo en mí. Yo pagaba entradas de cine, 2 por semana, por ejemplo. Iba cuatro veces a comer con mis amigos a la noche por semana, a digamos valor de hoy $300 por comida. Más los almuerzos en el club los fines de semana, más el auto, el mantenimiento del auto, lo que yo gastaba en ropa, otras salidas como telos, putas, taxiboys, ir a bailar, vacaciones. La universidad, que si bien era gratuita, los libros no eran gratis y no había apuntes como hay ahora. Se estudiaba de los libros y los libros eran valorizados por el alumno. Te gustaba armar una biblioteca con libros de tu carrera. Agregale a eso, que cuando salíamos con una mina, nosotros también pagábamos el cine, la comida, el ir a bailar, realmente era todo un presupuesto ese. Además estaba lo que gastaba jugando al tenis y al golf, pelotas, palos, raquetas, caddy, derecho de cancha en el golf, los equipos (zapatos, guantes, equipo de lluvia, bolsa, zapatillas, remeras, gorras, etc., etc.). Considerando que yo no trabajaba, por lo que no tenía ingresos propios, era un desastre ser mi papá. Morfaba más que los verdes ensolves yo. (Tenés que tener algunos añitos, para entender esta última referencia).

 

Ah, y mi papá usaba Diners y American Express.

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Invitado Juli Stefa

Re: Cronicas de un prostiputo.....

 

"El profesor"

 

Este fue uno de mis primeros clientes. Creo que algo ya conté alguna vez de él.

 

Una noche, yirando por la estación de San Isidro yo estaba dispuesto a prostiputuirme.

 

Me había ido con mi auto, llevando mi "ajuar" de prostiputo en un bolso en el baúl del auto.

 

Cuando llegué me cambié mi remera y me puse una toda gastada de cuello redondo y por fuera del jean. Me cambié mis zapatillas de marca y me puse unas zapatillas viejas que le había comprado a un taxiboy de la villa del Bajo Belgrano.

 

Me largué a caminar por los alrededores, como para ver qué había. En eso veo a un señor de unos 60 años conversando con un chico. Caminan una cuadra juntos y de golpe el chico se da vuelta y se vuelve a la estación.

 

"Esta es la mía", pensé. "No se pusieron de acuerdo con el precio y el viejo debe haber quedado calentito".

 

En eso veo que el hombre caminaba de nuevo para la estación y yo estaba parado en la vereda en su camino.

 

Cuando veo que se acerca lo miré a los ojos, mientras con una mano me acariciaba descaradamente la bragueta. Que era como hacían los taxiboys de la estación para marcar su condición de tal.

 

El hombre se me acerca y me pregunta si quería hacer algo.

 

Le dije que sí, pero que no por placer porque estaba trabajando.

 

Arreglamos la tarifa y me llevó a su departamento. Estaba a dos cuadras de donde estábamos.

 

Entramos y era el típico departamento de un hombre grande soltero gay. Muebles grandes, antiguos, heredados de una casa más grande y metidos en un departamento mucho más pequeño que la casa que originalmente los contenía.

 

El hombre me indica que me siente en el sofá del living y me ofrece tomar algo. Va a la cocina y vuelve con dos copas de vino tinto.

 

En el interín yo le había preguntado si me podía poner más cómodo y me había sacado la remera y las zapatillas. Estaba convencido que en cueros y en patas era más sexy, jajaja...

 

La cuestión que el señor vino y se sentó al lado mío. Una de las cosas que yo había aprendido de un chico taxiboy que solía contratar, es que una cosa que al cliente lo calienta mucho es de movida meterle un chupón lleno de lengua.

 

Dicho esto, desde luego que cuando el señor se sentó al lado mío para conversar, lo primero que hice fue comerle la boca y meterle la lengua adentro de su boca completamente.

 

El tipo no lo podía creer. Parecía que el pendejo que se había levantado se calentaba con él, jajaja...

 

Franeleamos un rato en el living y nos fuimos para el dormitorio. Era un departamento de dos dormitorios y uno lo tenía como escritorio.

 

Me ofrece hacerlo en el escritorio o en el dormitorio. Elegí el dormitorio, porque el escritorio que era el primer ambiente en el pasillo me pareció medio tétrico. Claro, no había visto el dormitorio aún...

 

El dormitorio tenía una cama de una plaza, antigua, con un respaldo antiguo de madera todo tallado y en el dormitorio había como una docena de fotos y un cuadro de su mamá. En todas, la vieja estaba mirando fíjamente a la cama y con cara de no seas degenerado y no te encames con mi hijo. ¿Se acuerdan de la mamá de Borges? Algo así parecía la vieja.

 

Me saque el pantalón y el slip y me tiré en la cama.

 

El señor fue y conectó un aparato de música y de golpe Wagner sonó a todo lo que daba e inundó el ambiente. En lo personal me gusta casi toda la música, pero no soporto a la ópera alemana. Creo que desde ese día.

 

Cuando me preguntó si me gustaba la música esa, le dije que sí, pero que por favor la pusiera mucho más baja porque me desconcentraba para que se me parara.

 

Por suerte bajó la música a un volumen aceptable.

 

Se mete en la cama conmigo y comenzamos a besarnos y a manosearnos.

 

Curiosamente, él creía que a mi me excitaría mucho que me arrancara la pija. ¡Como tiraba! Eso no era una pajita, era una arrancada de verga lo que me hacía. Santo Dios.

 

Él tenía la teoría de que la zona de mayor placer era debajo del glande, donde está el frenillo. No se de donde mierda había sacado esa estupidez. Me refregaba la zona con sus dedos y les aseguro que placentero eso no tenía nada. Antes de que me destruyera la verga le pedí que me la chupara un poco.

 

Como a pesar de chupármela, también insistía con refregarme el frenillo esta vez con los dientes, le tuve que pedir que por favor no lo hiciera más a eso.

 

Al rato de chupármela, le dije que me lo quería coger. Él me dijo que yo la tenía muy grande y que le iba a hacer doler mucho. (Esto era cierto. Una de las primeras putas que me cogí en mi vida, cuando me vio al palo, me dijo : "¡Epa! ¿criada a mano está esa?").

 

No se por qué, en ese momento lo hice subir desde mi pija a mi cara y le entré a acariciar el cuerpo y a darle besos, diciéndole que por favor, que no podía dejarme sin el goce de cogerlo. Que para mí era muy importante ponérsela. Que estaba demasiado caliente, que necesitaba cogerlo, que él me había puesto a mil y que no le iba a doler. Que probablemente lo iba a bombear un minuto e iba a acabar de lo caliente que me había puesto.

 

La cuestión que fue a buscar la vaselina y la tenía en pasta. ¿A quién se le ocurre vaselina en pasta para lubricar? Era una cosa dura...

 

Le puse vaselina en el culo y lo entré a coger. Desde luego que a esa edad, no tenía ni el más mínimo problema en acabar. Podía bombear a alguien 45 minutos o rellenarlo de leche en un solo minuto a voluntad. Era un experto en retrasar o en adelantar mi eyaculación.

 

Claro, tenía 18 años, cogía con minas, cogía con tipos y encima me permitía dar rienda suelta a mis morbos protituyéndome... Mis ratones eran un inefable torbellino dentro de mi cabeza. Si me decían que alguien tenía más ratones que yo en su cabeza, realmente no lo hubiera podido creer.

 

Cuando acabé le dije que quería que él también acabara, así que le hice una linda paja al señor. Que para mí era sumamente perverso, porque era encamarme con alguien que en ese momento podría haber sido un abuelo mío, calificaba como una gran perversión para mí por esos años.

 

Cuando él acabó, me ofreció darme una ducha. Me fui a bañar y él entró al baño, para mirarme mientras yo me bañaba. Eso me calentó y a él le gustó.

 

Cuando terminé de bañarme me vestí y volvimos al living a conversar un rato.

 

Me contó que era profesor y que a él le gustaban los chicos como yo, pero que tenía un amigo de su edad al que lo calentaban solo los chicos morochitos. "¡Ja!", pensé, "justo como a mí", jajaja.. Les aclaro que yo soy onda blanco teta, pero como era verano estaba bronceado y solo se marcaba mi blancura en mi lindo culito. Que por cierto, era como una manzanita parada y dura. Muy dura, porque me pasaba el día corriendo jugando tenis con mis amigos.

 

"Bueno, si querés un día podemos juntarnos con tu amigo y el chico que él quiera y podemos hacer algo todo juntos o les armamos un lindo show con el chico para que se diviertan", le ofrecí.

 

No era muy fiestero el señor... declinó mi oferta.

 

No obstante, me dijo que quería seguir viéndonos. Que él me ofrecía llevarme a lindos lugares a comer y comprarme cosas.

 

En San Isidro había una linda galería con salida a dos calles, que en la punta principal tenía un negocio que vendían ropa muy linda. Tipo trajes de baño, remeras, etc. Lo que sería una especie de Cristóbal Colón de hoy en día.

 

Más de una vez lo hice llevarme al "abuelito" a ese negocio a comprarme ropita. Que por supuesto yo me probaba y hacía que él mirara como me cambiaba, para excitarlo en el negocio.

 

Lo de ir a comer nunca se lo acepté, porque tampoco me daba para estar 2 horas comiendo y después ir a coger con él.

 

Pero cuando me compraba ropa, salíamos del negocio y yo le decía que me llevara a su departamento.

 

El primer día que lo hizo, le dije al salir : "Vamos para tu departamento, por favor".

 

"¿Qué querés hacer?" me preguntó.

 

"Agradecerte las cosas lindas que me compraste, amor", le contesté. Mas gato el prostiputo imposible.

 

Lo hicimos varias veces, hasta que me dio como vergüenza vivirlo al señor generoso.

 

Después de todo era un profesor de colegio secundario, no un señor podrido en fantastrillones de pesos como sí lo fueron otros clientes míos.

 

Las siguientes veces que lo hicimos, más que nada fue mucha franela, besos, y pajas mutuas. A él le gustaba mirarme cuando yo me pajeaba y acababa. Le excitaba ver saltar la leche.

 

Este fue "El profesor". Guardo un lindo recuerdo de él. Era amable, tranquilo, generoso. Creo que en cierta medida, durante unos meses yo lo hice feliz.

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Invitado Juli Stefa

Re: Cronicas de un prostiputo.....

 

"El artista loco"

 

Había un pintor que estaba totalmente loquito. O por lo menos eso nos parecía a los prostiputos que lo atendíamos.

 

Era puto, pero no ejercía.

 

Había heredado unos cuantos fantastrillones de su familia y eso le permitía vivir una vida bastante al pedo.

 

Tenía una fundación, una galería de arte y era un personaje totalmente excéntrico. O un loco, según como se lo mirase.

 

Lo que hacía era juntar a dos o tres o cuatro chicos en su casa y nos hacía desnudar.

 

Él tenía una mucama, curada de espanto, que era una mujer mayor y que mientras en el living de su casa nos hacía desnudar, la mujer le alcanzaba café, whisky o champagne, según sus preferencias del momento.

 

La primera vez que fui, me daba cosa ponerme en bolas delante de esa señora, pero como los demás chicos se desnudaban sin el más mínimo problema, como si la mina no estuviera, yo simplemente hice lo mismo. A la segunda vez, ya ni la notaba. De hecho, ella ni nos dirigía la mirada. Como que ella nos ignoraba. Siempre lo miraba al pintor o al piso.

 

El Artista Loco, contrataba a los taxiboys, por una cuestión estética y no sexual.

 

Era un cliente que pagaba muy bien, no discutía jamás las tarifas. No especulaba con la cantidad de tiempo. Si vos te quedabas con él 10 horas, te pagaba lo que vos le habías pedido de arancel por una hora, multiplicado por 10. Nunca sabías cuanto iba a durar el servicio. Vos llegabas y te quedabas hasta que él dijera que te fueras. Si vos interrumpías el servicio, diciendo que te querías ir, te pagaba y no te llamaba nunca más. Era una falta inaceptable para él eso de abandonar el servicio.

 

Esto hacía más insoportable el servicio. Era como un viaje que vos no sabés cuando termina. Se te hace insoportable el servicio, cuando es aburrido y no tenés idea del tiempo que falta para que te puedas ir.

 

Donde otros clientes te regateaban, este ni mosqueaba. Pagaba lo que se le pidiera.

 

En el tiempo en el que estabas con él, no tenías que ni hablar. No le interesaba ni una mierda lo que vos pensaras o quisieras. No nos preguntaba el nombre, ni se molestaba en presentarse y decirnos su nombre a nosotros. Nada.

 

El servicio no tenía absolutamente nada de sexual. Casi que les diría que era el servicio más despersonalizado que yo he tenido en mi vida. Nunca supe nada de él, salvo lo que era público, ya que era un personaje muy conocido. Incluso tenía en un tiempo un programa en la tele o actuaba en uno.

 

Lo que teníamos que hacer los prostiputos que contrataba, era pararnos sobre unas plataformas de yeso que él tenía, en las poses que él nos marcaba y quedarnos desnudos e inmóviles todas las horas que él nos quisiera.

 

No te tocaba sexualmente. Te acomodaba en la pose que él te quería ver, acomodaba luces que según él marcaban mejor tus contornos, tus sombras y a lo sumo te peinaba de determinada manera o te peinaba los pendejos un poco con un cepillito.

 

En cierta medida, era un precursor de las estatuas vivientes que podemos ver por la calle Florida.

 

Parece una pavada, pero era un servicio agotador. Estar varias horas inmóvil, en bolas, sin tentarte y cagarte de risa, sin poder ir a mear, sin tomar agua, sin hacer nada, con un tipo que se tiraba en un sillón a mirarte, o que caminaba entre nosotros para mirarnos de diferentes ángulos, no es para nada fácil.

 

Mientras tanto, el tomaba algo, escuchaba música o pasaba horas en silencio. Él tampoco nos hablaba. Ni mu, nos decía.

 

Nos ponía en nuestros lugares, nos acomodaba y a partir de allí bancate la inmovilidad.

 

Jamás ninguno de nosotros tuvo el más mínimo contacto sexual con él. Ni siquiera nos pedía que paráramos la pija. Nunca le importó vernos al palo, por ejemplo.

 

Éramos como el mármol que él moldeaba a su gusto. Nos despersonalizaba totalmente. O dicho de otra manera, nos cosificaba. No éramos más que un pedazo de materia a esculpir en sus manos.

 

Sin ninguna duda era puto. Su aspecto lo delataba. Se vestía y se movía como el estereotipo del puto. Lo veías a 100 metros y ni dudabas que era trolo. Pero se ve que estaba tan castrado intelectualmente, que el tipo lo único que hacía era admirar a los chicos desnudos.

 

Pero nunca ni una caricia. Se acercaba y te miraba. Un pié, la pija, sentías su respiración en tu culo, sabías que estaba detrás tuyo, pero ni vos te movías, ni él te decía nada.

 

Pagaba para eso. Nos vería como obras de arte. Una suerte de estatuas griegas o romanas. Vaya a saber que mierda tendría él en su cabeza, respecto a lo que nos hacía hacer.

 

Cuando se aburría de eso, decía simplemente : "Listo, pueden vestirse y váyanse". Cada uno se vestía, agarraba su dinero y nos íbamos.

 

Terminábamos tan cansados, tan agarrotados de habernos quedado tanto tiempo inmóviles, que a la salida ni nos íbamos a tomar nada. Ni ganas de coger entre nosotros nos quedaban. Quedábamos agotados como si hubiéramos corrido todo el servicio. Era mil veces peor que estar todo el tiempo bombeándolo al cliente.

 

De hecho muchos chicos no querían ir a ese servicio. Por mucho que se ganara, por nada que nos tocara, a muchos les resultaba absolutamente insoportable atenderlo.

 

No había dinero que les compensara ese tiempo de embole e inmovilidad.

 

Preferían los otros chicos al cliente más loco, exigente, drogadicto y perverso, antes que a este señor que solo nos compraba nuestros servicios para admirarnos.

 

¿Estaría loco? ¿Era un esteta? ¿O simplemente era un pobre hombre gay que había sido tan castrado por su educación que solo se permitía mirar chicos en bolas para canalizar su homosexualidad? ¿Se haría pajas cuando nosotros nos íbamos?

 

Nunca lo sabremos. Se murió hace ya unos años.

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Invitado Juli Stefa

Re: Cronicas de un prostiputo.....

 

"El esclavo CBT"

 

Para los que no lo saben CBT es la sigla que en el BDSM se usa para aquellos a los que les gusta especialmente que les torturen la pija y las bolas.

 

Este señor me levantó un día caminando por la Av. Santa Fe, a la altura de la calle Guise, enfrente al Alto Palermo.

 

Yo ya era más grande, calculo que tendría 22 o 23 años.

 

Como siempre, cruzamos miradas, nos metimos por la cortada Guise para poder hablar tranquilos y me ofreció dinero por acompañarlo a su casa.

 

Me dijo que a él le gustaba el sadomasoquismo, y me preguntó si yo tenía alguna experiencia al respecto. Desde luego que le mentí y le dije que algo había hecho.

 

Le pregunté qué era lo que a él le gustaba y me dijo que le gustaba que le torturaran los huevos.

 

Arreglamos la tarifa y fuimos a su casa.

 

Yo creía que había visto todo, hasta que conocí a este tipo...

 

En su casa, entramos y vamos directamente al dormitorio. Se desnuda y me empieza a mostrar sus juguetes.

 

Por empezar, tenía unas argollas en el techo y en el piso, para inmovilizarlo de pies y manos. Él tenía que quedar en forma de X para que yo lo torturara a gusto en sus genitales.

 

Me da un antifaz, para que lo cegara y no pudiera ver lo que yo hacía.

 

Me entrega una morsa para que se la pusiera en los huevos y se los apretara y una regla de madera para que le pegue con ella en los huevos. Una paleta de ping pong para que le pegara en la pija y me dice que directamente le de patadas y trompadas en los huevos.

 

"Sin miedo, que me los re banco a los golpes en los huevos. Vos pegá que cualquier cosa yo te aviso".

 

Él estaba desnudo y yo ni me había sacado la ropa. De hecho solo me saqué la camisa por una cuestión de calor.

 

Lo coloco estaqueado en forma de cruz, con las piernas bien separadas, le pongo el antifaz y le agarro las pelotas. Empiezo con los dedos a retorcérselas, le pego con la mano en la pija, pero el flaco ni se mosqueaba.

 

Paso por atrás de él, me arrodillo y le entro a pegar trompadas a los huevos por entre las piernas. Como si fueran un punching ball.

 

El tipo sigue sin quejarse. Ya me estaba tocando el amor propio eso.

 

Agarro la regla y le entro a pegar unos buenos palazos en las pelotas. Ni un grito de dolor.

 

Busco la prensa y le acomodo los huevos adentro. Empiezo a ajustarla. Era de dos plancas de acrílico grueso, con lo cual yo le podía ver los huevos a medida que se iban deformando por el aplaste. El tipo no decía nada de nada. Ajustaba las mariposas de la morsa, y no conseguía arrancarle ni un quejidito.

 

Mientras lo tenía con la morsa apretándole los huevos, le puse la paleta de ping pong debajo de la pija y con la regla de madera le pegué un rato largo en la pija, como aplastándosela. Ni que le pegara con el canto gritaba.

 

Nada. No se quejaba para nada.

 

El tiempo pasaba y no lograba hacerle pegar un alarido al muy hijo de puta.

 

Finalmente le saqué la morsa de los huevos y le pegué una patada como para que los vomitara. Como si se los hubiera acariciado fue.

 

Yo ya no sabía que mierda más hacerle.

 

La cuestión que le seguí pegando patadas durante un buen rato, hasta que finalmente pasó la hora y cuarto y le pregunté si quería que siguiera o que lo desatara.

 

Me dijo que lo desatara.

 

Lo desaté y le pregunté, porque me extrañaba que no se hubiera quejado. Que cómo hacía para que no le doliera lo que le hice, que indudablemente si me lo hubieran hecho a mí, me hubiera desmayado de dolor.

 

El tipo me dijo que él estaba acostumbrado. Que otros le habían pegado más fuerte aún.

 

Pero se ve que quedó contento, porque me invitó a comer una pizza. Pidió una pizza y comimos juntos en su casa esa noche.

 

Fue uno de los más raros de mis clientes. Es el día de hoy que me pregunto cómo este tipo se animaba a llevar a un desconcido prostiputo a su casa, hacerse inmovilizar, tapar los ojos y se quedaba tan tranquilo. Lo podrían haber robado, matado y dejado en bolas estaqueado muy tranquilamente. Pero bueno, eran años más seguros esos en cuanto a delincuencia común.

 

Aunque el más raro de todos, es el que les voy a contar a continuación.

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Invitado Juli Stefa

Re: Cronicas de un prostiputo.....

 

"El sumiso inocente"

 

Una tarde me cité con un cliente en el telo de la calle Paso y casi Av. Córdoba.

 

Era un chico joven, que parecía más o menos de mi edad, gordito, pero nada especial. Parecía un tipo normal.

 

Incluso me había dicho que llevara a un amigo, para estar los tres juntos en el telo. Yo llevé a un amigo al encuentro.

 

Cuando llegamos lo miró a mi amigo que era menor que nosotros y no le gustó. Le gustaban de su edad para arriba. Yo tenía 24 y mi amiguito 18.

 

La cuestión es que entramos al telo, me paga lo convenido por los dos porque yo le expliqué que el otro chico había venido y que si a él no le gustaba, lo sentía mucho pero lo tenía que pagar igual.

 

No dijo nada y pagó sin chistar.

 

Cuando vamos a la cama, me pide que no me desnude y saca de una bolsa unas sogas largas.

 

Yo creía que esperaba que me lo cogiera. Pero no. No era ese el servicio que buscaba.

 

Lo que él quería era que yo lo atara desnudo como a un matambre y lo masturbara.

 

"Otro loco", pensé. "¿Sos virgen? ¿Estuviste con un tipo alguna vez en tu vida?"

 

"No", me contestó. "Nunca estuve con otro hombre".

 

"¿Y con una mujer estuviste?"

 

"No, tampoco. Soy virgen".

 

"¿Cuántos años tenés?", finalmente le pregunté.

 

"28 años tengo", contestó.

 

"Bueno, desnudate y vemos como lo hacemos", le dije.

 

Se puso en bolas y yo le até los pies primero y luego las manos juntas por adelante. Luego lo fui atando de los pies para arriba con pedazos de sogas, de manera de dejarlo inmovil.

 

En todo momento él se mantenía con los ojos cerrados y me dejaba hacer a mi gusto.

 

Cuando estuvo todo atado, le pregunté si así estaba bien y si estaba cómodo para que siguiéramos.

 

Me dijo que sí y se quedó quieto como muerto y con los ojos cerrados.

 

Imgínenlo al gordito este, atado de los hombros a los pies, desnudo, a lo largo de la cama, con los ojos cerrados como si estuviera muerto.

 

Yo me saqué mi remera y le agarré la pija. Lo empecé a masturbar. Para mí, esto era el famoso "hacerle la paja a un muerto". Mas aburrido que la mierda el servicio. Y cansador. Hacerle la paja a otro es mucho más cansador para el brazo que auto pajearse.

 

Cada tanto le tiraba una escupida a la pija, como para no rompérsela.

 

El flaco no decía nada. Estaba al palo, pero no movía ni un músculo. En realidad, al palito, porque tenía un pene de un chico de 12 años. Con suerte.

 

En un momento, se ve que estaba por acabar y me pidió que parara. Hizo un gesto con una mano, como para que parara.

 

Al poco rato me dice que siga, todo sin él moverse y estando con los ojos cerrados todo el tiempo.

 

Lo seguí pajeando hasta que al final empieza a contraerse y a gemir. Ahí no le di oportunidad de hacerme ningún gesto. Le metí a la mano con todo, por dos motivos. El primero, porque ya tenía las bolas por el piso de pajear a ese mamerto y el segundo, porque ya le había cobrado. Si me llegaba a pedir que le devolviera la plata, estaba decidido a pegarle un sopapo por pavote que había llegado virgen a los 28 años y su idea de debutar era la forrada esa que estábamos haciendo.

 

Le saltó toda la leche que tenía acumulada en sus huevos vírgenes.

 

Lo desaté, me lavé las manos, se vistió y salimos del telo. En la puerta me dijo que me agradecía mucho lo bien que lo había pasado.

 

Yo no lo podía creer... Santo Dios, el tipo no tenía ni idea de lo bien que lo podría haber pasado si hubiera sido menos traumadito. Pero en fin, eso pidió, eso le vendí. Tampoco me interesaba andar juzgando o manipulando a los clientes.

 

Sin ninguna duda, este fue el tipo más raro con el que estuve en un telo toda en mi vida.

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Re: Cronicas de un prostiputo.....

 

Hola Juli:

No lo tomes a mal, pero me parece que estás agotando alos lectores del Foro con estos extensísimos relatos!!!. Por otra parte, me parec e que Joelito te permitio postear en su link, pero me parece que lo que hiciste es invadirle su espacio. Además, el link se llama "Historia de un prostipoto", y no "Historias de dos...". Además, deberías abrir tu propio link para que a los que no nos gustan los links tan largos sigamos de largo, y Joelito pueda seguir con su "clientela". Te lo digo con onda. Un abrazo!!!

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Invitado Juli Stefa

Re: Cronicas de un prostiputo.....

 

Hola Juli:

No lo tomes a mal, pero me parece que estás agotando alos lectores del Foro con estos extensísimos relatos!!!. Por otra parte, me parec e que Joelito te permitio postear en su link, pero me parece que lo que hiciste es invadirle su espacio. Además, el link se llama "Historia de un prostipoto", y no "Historias de dos...". Además, deberías abrir tu propio link para que a los que no nos gustan los links tan largos sigamos de largo, y Joelito pueda seguir con su "clientela". Te lo digo con onda. Un abrazo!!!

 

Ya lo había pensado a esto. Por eso dejé de postear.

 

Esperaba ver las reacciones y lo que comentara Joel.

 

Coincido con vos, puede que a los demás no les interese.

 

Y como yo ya conozco mis historias, estoy ansioso esperando que Joel postée, jajaja...

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Invitado laplatanight

Re: Cronicas de un prostiputo.....

 

Ya lo había pensado a esto. Por eso dejé de postear.

 

Esperaba ver las reacciones y lo que comentara Joel.

 

Coincido con vos, puede que a los demás no les interese.

 

Y como yo ya conozco mis historias, estoy ansioso esperando que Joel postée, jajaja...

please Juli! Publica 2 versiones!!! Una extensa y otra resumida para los que nos interesa lo q escribis pero nos agota leer semejantes relatos...
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  • Actividad relevante

    • Lástima, yo la tenía en la agenda. Con eso me la tira para atrás. Ojalá repunte. Una lástima que tenga problemas con sustancias.

    • Buenas tardes, amigos de azoteas. Escribo esta session de hace una semana con esta dama:

      https://gemidos.tv/agostina-mdp

      No la conocia y siempre dude por sus fotos. Pero me lanze y respondio enseguida con los siguientes valores, la media hora convencional 25mil, bucal sin 30mil y completa 35mil. Opte por media hora bucovaginal.

      Las coordenadas son de un edificio bien gatero de olavarria y colon. Ella baja en 5 minutos. A simple vista es una mujer adulta bien vestida. Ya en el cuarto le hago la transferencia y puedo ver que las fotos son reales. Se desviste y noto que las fotos no tienen alteraciones digitales. Tiene sus detalles de la edad pero esta impecable. El culo es un poema, bien durito al tacto.

      El servicio pasa todos los controles de calidad, un autentico servicio de novia. Besa muy bien y el bucal sin globito a ojos cerrados me llevo a las viejas buenas epocas. Me pone el forrito con delicadeza y empiezo a rozarle los labios para que se moje. Buen despliegue de habilidades tiene la doña. Ya en 4 me arrepiento de no haber pagado esas 5 lucas para hacer uso del asterisco

      Descendencia, afuera. Higiene obligatoria. Y la charla de rigor. Macanuda

      30mil por media hora de servicio onda novios me cerro de todos lados. Voy a volver

       

    • La novedad es que ya no publica en dttss

    • Vive en el famoso gondolin, salteña,sin temas, conclusión buen  servicio asegurado ,para mi .


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