Cuando el remedio es peor que la enfermedad...

[Invitado expedizion78]

Creo el tema para intercambio de xp´s y pareceres.

 

Vengo de un año bastante malo en lo que hace al mundo del levante, con unas pocas buenas experiencias sexuales que cortaban largos períodos de sequía.

 

Esta suerte de "abstinencia forzosa", lógicamente, me tenía bastante alicaído.

Y justo cuando empezaba a relajarme, a no darme tanta manija con mi mala suerte y mi autoestima sometida a tan dura prueba, apareció Él.

Entonces pensé que mis problemas -los sexuales, al menos- se habían acabado, ya que además de haber tenido una primera vez memorable, él era de esos pocos bichos raros en el mundo gay que prefería la continuidad antes que el touch&go.

Claro, había un detalle: no era gay. Era bi, con mina, por lo que una relación "estrictamente sexual" (sic) era justo lo que él necesitaba.

Y, a decir verdad, yo también lo necesitaba, y fue por eso que accedí a esa suerte de contrato tácito mediante el cual nos veríamos únicamente para tener SEXO -fabuloso, por cierto-, y nada más (con excepción de alguna que otra charla amena post coital).

 

Por unas semanas me sentí tocar el cielo con las manos. Creía que mi extensa mala racha por fin se había acabado, de la mano del hombre con el que más había gozado en la cama.

 

Pero, como se dice, lo bueno dura poco. Fue así que, luego de los tres primeros encuentros (insisto, fabulosos desde el punto de vista erótico), la cosa se fue dilatando... y no en el buen sentido, je. Los chateos se iban espaciando, y ni hablar de los encuentros. De pronto me encontré con que los chateos por skype, que antes servían como preámbulo para el encuentro, ahora lo sustituían. En cierto modo, yo avalaba esos chateos calenturientos en gran medida porque entendía su situación de "tramposo", y además porque daba fe de que su profesión era muy expuesta, cargada de compromisos (muchos insoslayables). Fue por eso que puse al límite mi paciencia y esperé, creyendo en sus promesas de "la semana que viene nos vemos", aunque a veces me violentara lo asimétrico de la situación -yo siempre disponible para cuando él me buscaba, mientras que a él no se lo debía molestar- y lo elminara. Pero a la larga, su chamuyo más el recuerdo del increíble SEXO me terminaban persuadiendo.

 

Y, mientras tanto, los chateos por skype seguían, lo mismo que las promesas. De a poco, comencé a sentir que dependía físicamente de él. No es que me hubiese enamorado, ni mucho menos, pero sentía una suerte de necesidad "química" de su piel, de su olor, del sudor que juntos generábamos, de lo hermoso que era sentir poseer a otro macho. Y es que gracias a él, a su perseverancia y genuino deseo, logré, después de muchos años, volver a penetrar... práctica que había creído desterrada de mi repertorio sexual pero que allí volvía a ejecutar, con la pujanza y la ansiedad de la primera vez.

 

Pero bueno, más allá de los recuerdos, de las sensaciones, el cuarto encuentro se dilataba más y más. Yo ya no creía en sus promesas y así se lo hacía saber, cortándole en seco cuando por skype me buscaba para sacarse las ganas. "Haremos todo eso, sí, pero cuando nos veamos" le decía yo pensando que esto le haría tomar conciencia. Y aunque buscara tomar distancia paulatinamente de esta historia, era inútil: 30 veces al día revisando el skype, más otras tantas veces el whatsapp... al divino botón.

 

Ahí fue que me di cuenta de que debía cortarla. Pero cortarla por lo sano. Ya no había margen para la negociación, para el "chantaje libidinal". De modo que redacté mi carta de despedida. Y ahí la dejé, reposando algunas semanas... hasta este martes, cuando finalmente, luego de otro chateo frustrado, dije por fin "Basta".

Sé que no hay vuelta atrás después de aquel mail. ¿Y la verdad? Ojalá así sea. Siento que me saqué una pesada mochila de encima.

 

Lo único que lamento es no haber sabido detectar antes el punto de inflexión, ese momento bisagra en que la dicha trocó en agonía.

O, mejor dicho, lo que lamento es que, habiendo detectado dicho punto (porque uno siempre se da cuenta), no haber actuado antes del punto de desborde.

Editado 4 de Diciembre del 2015 por expedizion78

[DeusExMachina]

Re: Cuando el remedio es peor que la enfermedad...

 

O, mejor dicho, lo que lamento es que, habiendo detectado dicho punto (porque uno siempre se da cuenta) es no haber actuado antes del punto de desborde.

 

No te convenzas de eso. Las cosas terminan cuando tienen que terminar, y de este modo sabrás que agotaste las posibilidades viables. Si lo hubieras hecho antes, más adelante ibas a empezar "y que hubiera pasado si yo..." en un sentido de arrepentimiento, de pérdida.

 

En cambio así, la cuerda se tensó tanto como se podía, tu límite fue ahora y no antes.

 

Por cierto, muy linda historia, lo bueno que tuviste no te lo saca nadie.

 

Saludos

[bisexedu]

Re: Cuando el remedio es peor que la enfermedad...

 

Gracias expedizion por compartir tu experiencia. Me dejó pensando, porque he tenido situaciones similares a la tuya pero desde el otro lado.

La vida es linda, y lo es porque tiene estas cosas, buenas y malas, sufrimientos y alegrías. Muchas veces el sufrimiento y la alegría se reclaman mutuamente.

Por eso siempre, pero siempre, el saldo es positivo. Y es experiencia. Nadie te quita los buenos momentos de placer que pasaste con él y lo que te ayudó en tu autoestima. Eso es lo que te llevás. Y como dijo DeusMaquina todo tiene un fin, antes o después, termina. Seguramente hubieras querido que termine más tarde y de otro modo. Sin embargo, que la vida sea tal cual nosotros queremos .. sería muy aburrida jaja.

[Invitado expedizion78]

Re: Cuando el remedio es peor que la enfermedad...

 

Gracias por sus aportes, chicos.

 

Coincido en eso de que todo termina cuando tiene que terminar, porque en eso consiste el aprendizaje. Y la vida es básicamente eso: aprendizaje. Sé que suena a frase de manual de autoayuda pero sinceramente creo que es así.

 

Aun así, hubiera querido que terminara no después, sino antes. Mucho antes. Porque lo bueno fue apenas el principio. Con esos únicos tres encuentros hubiera bastado y sobrado para dejarme un sabor dulce. Lo demás fue agonía... pura y dura.

 

 

Pero, bueno, a otra cosa mariposa, no hay mal que por bien no venga, un clavo saca a otro clavo y todas esas frases hechas que en estos momentos viene bien decirse a uno mismo para superar el mal trance :afirmar:.

Editado 4 de Diciembre del 2015 por expedizion78

[zzzz]

Re: Cuando el remedio es peor que la enfermedad...

 

Yo te podria consolar expedicion78!

[MUERTENVENECIA]

Re: Cuando el remedio es peor que la enfermedad...

 

Gracias por compartir tu experiencia Expedizion78!!. Capitalizala: se diò algo copado, lo disfrutaste y finalizò. Bien vale lo vivido. Seguì tu camino en bùsqueda de màs y mejores experiencias, que tal vez pilotees de otro modo, todo es aprender.

[Invitado expedizion78]

Re: Cuando el remedio es peor que la enfermedad...

 

Seguì tu camino en bùsqueda de màs y mejores experiencias, que tal vez pilotees de otro modo, todo es aprender.

 

Sí, creo que esa es la clave: aprender para evitar tropezar dos veces con la misma piedra.

 

 

A ver si alguno se anima a contar una experiencia del estilo, en la que lo que aparentaba ser una solución terminó siendo un nuevo dolor de cabeza.

 

:partido: