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Homosexuales asesinos...


Invitado Anoshvan

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Invitado Anoshvan

El título de este hilo hace relación al programa de tv "Mujeres asesinas".

 

Estoy mirando Hannibal (la miniserie) y pensaba si habría un listado de personas homosexuales que fueran asesinos seriales o algo por el estilo.

Y hay bastante información al respecto en la web...

 

Y antes de comenzar con el hilo me surge la siguiente pregunta para los que se decidan leer este hilo: Los homosexuales somos victimas accesibles para psicópatas, el buscar amantes ocasionales nos vuelve mas vulnerables a caer en manos equivocadas?..

 

And now,

Viewers discretion is advised...

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Invitado Anoshvan

Re: Homosexuales asesinos...

 

Vamos a comenzar con...

 

Jeffrey Dahmer, el carnicero de Milwaukee.

 

Jeffrey Lionel Dahmer Flint (West Allis, Wisconsin, 21 de mayo de 1960 - Portage, Wisconsin, 28 de noviembre de 1994), apodado El Carnicero de Milwaukee, fue un asesino en serie responsable de la muerte de 17 hombres y chicos entre 1978 y 1991.

 

Es conocido no sólo por la cantidad de personas que asesinó, sino también por practicar la necrofilia y el canibalismo. En el año 2002 se estrenó una película llamada Dahmer basada en su historia real, con Jeremy Renner en el papel de Jeffrey Dahmer, papel que haría famoso a dicho actor. La imagen con gafas y comportamiento sumiso fue un rasgo de su personalidad y un factor importante del depravado sexual que fue.

 

Biografía Infancia, adolescencia, y delitos iniciales

Jeffrey Dahmer nació el 21 de mayo de 1960 en Milwaukee, en el estado de Wisconsin, Estados Unidos. Sus padres fueron Lionel Dahmer y Joyce Flint.1 2

 

A diferencia de otros psicópatas criminales que sufrieron en su infancia maltrato físico y psíquico, este asesino fue un niño amado por sus progenitores, quienes le proporcionaron todo lo posible para su adecuada educación y buena vida social. Su padre era químico y su tarea obligaba a la familia a trasladarse con frecuencia. 3

 

Tras reiteradas mudanzas, en 1967 la familia compró una casa en Bath, Ohio, donde Jeffrey pasó el resto de su infancia y adolescencia. Cuando iba de pesca con su padre, le gustaba abrir en canal a los peces y ver como morían. Con 10 años empezó a torturar a todo tipo de animales que cazaba en el bosque cercano a su casa, y una vez muertos coleccionaba sus huesos. Tenía en formol varios tipos de insectos.

 

Dahmer comenzó a ser cada vez más introvertido, aunque realizaba algunas actividades en la secundaria, como trabajar en el periódico y jugar al tenis. Era considerado por sus compañeros como alguien "raro", extravagante, y que tenía problemas con el alcohol. Antes de cumplir 18 años sus padres se divorciaron, y su padre volvió a casarse meses después. Su padre y su nueva esposa lo convencieron para ir a la universidad, y en otoño de 1978 ingresó en la Ohio State University, pero debido a sus problemas de alcohol la abandonó en el siguiente semestre. En 1979 su padre lo convenció para entrar al ejército, a raíz de lo que fue enviado a Alemania, en donde permaneció pocos años, hasta que fue dado de baja por su alcoholismo. Y después de vivir un tiempo en Florida, volvió a su casa en Ohio.

 

El 25 de septiembre de 1988 se mudó a un apartamento en Milwaukee. Al día siguiente le ofreció 50 dólares a un chico laosiano de 13 años para posar para unas fotografías, pero lo drogó y abusó de él. Los padres realizaron la denuncia y el 30 de enero de 1989 fue encontrado culpable, pero sólo permaneció en la cárcel 10 meses antes de ser liberado.

 

Crímenes

En julio de 1978, encontró a Steven Hicks haciendo autostop, y lo llevó a su casa. Dahmer tenía la fantasía de recoger autoestopistas y acostarse con ellos. Una vez en su casa, se dio cuenta de que Hicks le interesaba, y cuando éste quiso irse, Dahmer no pudo soportarlo y lo golpeó en la cabeza con una pesa para luego estrangularlo. Luego lo desmembró y lo puso en bolsas de plástico, y las metió en su coche con intención de tirarlas por un barranco. A medio camino la policía lo detuvo por conducir demasiado a la izquierda. Le preguntaron por las bolsas que llevaba en el asiento trasero y Dahmer contestó que era basura. Le creyeron, y como pasó el test de alcoholemia, le pusieron una multa por conducir fuera de su carril y le dejaron ir.

 

Volvió a su casa con los restos del cadáver y los llevó al sótano exceptuando la cabeza con la cuál subió al baño del segundo piso donde la lavó y la apoyó en el suelo para masturbarse. Posteriormente la volvió a llevar con el resto del cuerpo, y guardó las partes del cadáver en una tubería de la casa. Después de abandonar la universidad y volver del ejército, desenterró los restos, destruyó los huesos, y los esparció en la maleza.

 

Tras su primer asesinato se sintió culpable y asustado, intentó reprimir sus deseos sexuales-homicidas acudiendo a la iglesia, dejando el alcohol, y manteniéndose en estado de celibato. Vivió así un tiempo, lo que explica que pasaran casi diez años hasta su siguiente crimen. Pero con el tiempo pensó que podía intentar satisfacer algunos de sus deseos sin hacerle daño a nadie, volvió a beber y empezó a frecuentar lugares de ambiente gay. En 1986 fue detenido por exhibicionismo público, poco antes había querido desenterrar a un joven muerto hacía unos días, para disfrutar de su cuerpo.

 

En septiembre de 1987, conoció a Steven Toumi en un bar gay. Allí bebieron mucho y fueron a su habitación de hotel. Dahmer no recuerda cómo lo asesinó, sólo que cuando despertó a la mañana descubrió que estaba muerto. Para deshacerse del cadáver, compró una maleta, en la que lo metió, y lo llevó al sótano de la casa de su abuela. Allí tuvo SEXO con el cadáver, lo desmembró, y lo tiró a la basura. Se quedó con la cabeza, a la cual hirvió y blanqueo, para después exponerla como trofeo en su habitación.

 

Algunos meses después conoció a su próxima víctima, Jamie Doxtator, quien era un joven de catorce años que rondaba las puertas de los bares para homosexuales en busca de alguien para tener relaciones. De esta forma también conoció a Richard Guerrero en marzo de 1988.

 

Mientras era procesado por abuso de menores en 1989, Dahmer conoció a Anthony Sears en un bar. Le ofreció dinero para sacarle unas fotografías y lo llevó a la casa de su abuela donde lo estranguló, tuvo SEXO con su cadáver, y lo desmembró. Él quería que sus amantes se quedaran en la casa y ante la negativa de éstos los mataba.

 

Después de cumplir su condena por abuso y de mudarse a su departamento en Milwaukee, Dahmer asesinó a doce personas más hasta julio de 1991.

 

Su táctica era siempre similar, los invitaba a ver pornografía o a sacarse unas fotos, les ponía una droga en la bebida, los estrangulaba, tenía sexo, y se masturbaba encima del cuerpo. Luego tomaba fotografías del cuerpo y de cada etapa del desmembramiento. Solía utilizar ácidos para deshacer la carne y los huesos, pero solía conservar la cabeza y los genitales como trofeo. Otra de sus características era comerse parte de sus víctimas, le daba la sensación de que empezaban a formar parte de él.

 

En mayo de 1991, llevó a Konerak Sinthasomphone a su departamento, hermano del joven por el que fue procesado por abuso. Allí lo drogó y le realizó unas trepanaciones en el cráneo para inyectarle ácido en el cerebro. Dahmer quería tener control sobre sus víctimas, y su intención al realizar las trepanaciones era convertirlos en una especie de "zombies". El joven consiguió escapar cuando Dahmer salió a tomarse una cerveza a un bar, y al correr desnudo por las calles los vecinos alertaron a la policía. Cuando se dio cuenta de que se había escapado, lo persiguió, y tuvo que enfrentarse a la policía y a una multitud de curiosos.

 

El muchacho no podía hablar porque estaba aturdido por el ácido que Dahmer le había inyectado. Dahmer argumentó que el joven era su amante de 19 años que estaba alcoholizado. Los policías los acompañaron hasta el departamento y creyeron su historia. Si hubiesen revisado el apartamento habrían encontrado un cadáver en una de las habitaciones, además de miles de pruebas de otros asesinatos. Sinthasomphone fue estrangulado ese día. La policía creyó a Jeffrey y depositaron al moribundo joven en una silla. Ni siquiera registraron ni vieron el santuario macabro que tenía en la casa, y salieron corriendo ante el hedor que desprendía el interior. Posteriormente dijo que se aficionó a crear un zombie porque quería un amante silencioso, que hiciera todo lo que él le pedía, y que se quedara haciéndole compañía.

 

Arresto, prisión, y muerte

El 22 de julio de 1991, Tracy Edwards, su última víctima, consiguió escapar esposado. La policía lo vio y esta vez decidieron investigar. Fueron al apartamento del hombre que lo había esposado, y al revisar la habitación descubrieron varias fotografías de cadáveres, restos humanos, y una cabeza en el congelador. Dahmer intentó huir, pero fue detenido. Edwards además fue identificado al salir a explicar su caso en televisión, como acusado de una violación a una chica poco tiempo antes.

 

En su casa se encontraron las paredes llenas de rastros de sangre , cuerpos mutilados, siete cráneos, y demás huesos. Días después vecinos de Dahmer dispararon a las puertas de su casa ante el horror que causaron sus crímenes.

 

Los psiquiatras que lo atendieron le dijeron que estaba enfermo, por lo que se declaró culpable con atenuante de enajenación mental, para ser condenado a una cárcel especial para enfermos mentales, pero el atenuante fue finalmente rechazado. En principio se había declarado inocente, pero cambió su declaración por la gran cantidad de pruebas encontradas en su contra. El jurado entonces lo declaró mentalmente sano y por consecuencia fue finalmente sentenciado a 15 Cadenas Perpetuas consecutivas.

 

Fue enviado al 'Columbia Correctional Institute' en Portage, donde fue entrevistado por el perito en perfiles criminales del FBI, Robert K. Ressler. Este famoso experto coincidió en que, para defensa de la sociedad, el condenado tenía que permanecer encerrado durante el resto de sus días. Sin embargo, destacó que debía ser internado en un hospital psiquiátrico y no en una cárcel común, puesto que era un enfermo mental, aunque a veces pareciera estar en su sano juicio y racionalizara su conducta. 4 5

 

El criminal admitió haber practicado el canibalismo y devorando los bíceps de uno de sus asesinados. Señaló que se masturbaba ante los trozos humanos y las calaveras de aquellos que consideraba hermosos y a quienes no quería perder. Contó a los policías que tenía la sensación de poder permanecer al lado de ellos si los mataba y conservaba sus cráneos. Declaró también que las tres cabezas halladas en su heladera y en su congelador, con la carne intacta, pertenecían a sus tres últimas víctimas. 6

 

Fue enviado al 'Columbia Correctional Institute' en Portage, donde para su seguridad no tenía contacto con los presos comunes. Pero pidió a las autoridades tener más relación con los otros presos, por lo que comenzó a comer con ellos y a realizar algunas tareas de limpieza. El 28 de noviembre de 1994 precisamente realizaba tareas de limpieza con Christopher Scarver, un esquizofrénico afroamericano, y con Jesse Anderson quien había asesinado a su esposa y culpado a un hombre negro.

 

Dahmer era acusado de tener motivos raciales en sus homicidios, algo que él desmentía. Pero la combinación de presos presentes en esa oportunidad era muy peligrosa, lo cual desató una pelea en la que Dahmer y Scarver terminaron heridos de gravedad. Los guardias finalmente encontraron a Dahmer y a Anderson heridos; el primero murió de camino al hospital y el segundo dos días más tarde.

 

1 DE MAYO 2015 Christopher Scarver, quien fue condenado a dos cadenas perpetuas en prisión por matar a Dahmer y a otro hombre en el Columbia Correctional Institution en 1994, dijo que el caníbal declarado solía dejar las extremidades falsas alrededor de la prisión donde otros pudieran encontrarlas. "Él sobrepasó la línea con algunas personas... con los prisioneros y con el personal de la prisión", dijo Scarver, según lo citó el diario. "Algunas personas que están en prisión están arrepentidas, pero él no era una de esas personas".

 

Scarver dijo que golpeó a Dahmer dos veces en la cabeza con una barra de metal de la sala de pesas. Luego mató a Anderson, quien estaba trabajando en una sala diferente.

 

fuente: Wikipedia.

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Invitado Anoshvan

Re: Homosexuales asesinos...

 

Armin Meiwes, el caníbal de Rotemburgo.

 

Armin Meiwes (Essen, Alemania, 1 de diciembre de 1961) es el denominado por los medios periodísticos Caníbal de Rotemburgo, debido al asesinato y posterior descuartizamiento y canibalismo de una persona, con la que había contactado por Internet, para satisfacer las fantasías de devorar y ser devorado.

 

Historia

Armin Meiwes tuvo una infancia feliz, rodeado de su familia y los múltiples animales que poseían en su casa en el campo. Su padre y hermanos se marcharon cuando todavía era muy joven teniendo que quedarse a cargo de una madre muy huraña y controladora. La soledad en que se veía inmerso lo obligó a crearse un amigo imaginario al que consideraba su hermano. Cuando llegó a la adolescencia empezó a tener deseos sexuales hacia su hermano imaginario y otros chicos, con los que deseaba crear un vínculo muy estrecho, considerando el comerse a esa persona como el mayor estado de unión, al encontrarse esta dentro de él. En un momento dado se une al ejército, donde es reconocido y admirado por sus compañeros, dejando la soledad a un lado, junto con sus ideas y deseos sexuales. Trás más de diez años de milicia deja el ejército y se centra en el cuidado de su madre. Al morir esta, se siente liberado (y solo) y empieza a buscar información y contactos por internet relacionados con el canibalismo.

 

 

La red de las perversiones

Así comenzaron sus primeros contactos. Primero un cocinero se ofreció a el y ofreció a dos de sus ayudantes para ser degustados. Armin habría tenido la oportunidad de matarlo y devorarlo. Sin embargo, ante las dudas de la víctima, lo dejó marchar. El banquete sólo tenía sentido si la víctima también estaba de acuerdo en ser devorada.

 

En el chat conoció a Bernd Jürgen Armando Brandes, un ingeniero de Berlín. Bernd se declaraba bisexual y la violencia y la tortura formaban parte de sus rituales sexuales cotidianos. Se citaron primero durante un fin de semana donde pusieron a prueba sus instintos caníbales. Tras la despedida en la estación, Brandes lo pensó mejor y llamó a Meiwes para que lo recogiese. Quería probar otra vez.

 

Tras varias horas de conversación, Brandes quiso que el caníbal le amputase el pene. "¡Córtalo de una vez!", dijo la víctima. Con gran cantidad de alcohol y medicamentos, ya no sentía dolor. Bernd ingirió sus propios genitales. Meiwes cortó el pene en dos trozos y los cocinó para ambos.

 

En cuanto a los motivos que llevaron a la víctima a ofrecerse, Armin manifestó que no entendía el sentimiento de felicidad que Bernd experimentaba. Meiwes asesinó posteriormente a su víctima en la mesa de descuartizar y grabó todo en cámara de vídeo. Descuartizó el cuerpo y conservó la carne, consumiéndola los días posteriores.

 

Los meses siguientes los pasó buscando nuevas víctimas. Esta actitud fue la que condujo a la policía a desenmascararlo. Un estudiante de Innsbruck denunció a Meiwes, que aseguraba en diversos foros haber probado la carne humana. En el recuento de respuestas se registraron varios centenares de víctimas, dispuestas a dejarse devorar por un caníbal. La policía lo arrestó un año después del asesinato.

 

El supergrupo sueco de death metal Bloodbath, lanzó para su álbum Nightmares Made Flesh de 2004 la canción Eaten que se traduce como Comido, y que narra explícitamente los deseos de la víctima por ser comida. El cantante Mikael Åkerfeldt en algunos de los pocos conciertos que ha dado la banda, antes de interpretar esta canción con un humor muy negro, suele dar un pequeño relato del caso de Bernd Jürgen y Armin Meiwes. Esta canción fue escrita por Dan Swanö, y se convirtió rápidamente en una de las favoritas de los fans, y es la canción que han utilizado para cerrar la mayoría de las pocas presentaciones que han realizado.

 

También la banda de metal industrial, Rammstein, se mostró tan impactada con la noticia que en 2004 decidieron componer el tema Mein Teil, cuya letra relata lo que sintió probablemente la víctima. Curiosamente el caníbal demandó a la banda por este motivo no obstante perdió el caso. Adicionalmente, la distribución de la película Rohtenburg, inspirada en el suceso, pero con los nombres de los personajes cambiados, fue suspendida en Alemania, aunque en el resto del mundo sí fue estrenada. A la postre, la Corte de Karlsruhe autorizó su difusión en Alemania.

 

Asesinato u homicidio consentido.

El veredicto de los psicólogos y psiquiatras muestra que Meiwes no estaba loco cuando cometió el crimen, pero consideran que la víctima no podía pensar racionalmente.

 

La fiscalía quiso juzgarlo por asesinato con motivos sexuales e imponerle cadena perpetua. El problema es que la víctima dio su consentimiento al asesino y la defensa usó este argumento para que se considerase como homicidio a petición, una especie de eutanasia ilegal, lo que llevaría a una sentencia de entre 6 meses y 5 años, anulando la consideración de que fue un asesinato.

 

Según el profesor Arthur Kreuzer del instituto de criminología de la Universidad de Giessen, el caso pudo marcar un hito en la historia judicial. "Es un asesinato convenido por víctima y asesino. No creo que pueda considerarse como el peor caso de asesinato premeditado" matizó el profesor. El abogado de Meiwes citó como una carta favorable que Armin dejó libres a cuatro personas que se habían ofrecido voluntarias para el sacrificio, por las dudas que mostraban. Su víctima dio el pleno consentimiento antes de que Armin lo matase.

 

El caso de Armin Meiwes conmovió a todo el mundo por su crueldad. Sobre todo por la popularidad que le dieron los medios de comunicación. El fallo judicial se enfrentó a problemas para condenar al acusado por asesinato pero finalmente Meiwes fue condenado a cadena perpetua por cometer un asesinato con motivos sexuales.

 

fuente: wikipedia.

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Re: Homosexuales asesinos...

 

Tambien era homo aquel asesino de la estupenda pelicula "Dear Mr Gacy". Robledo Puch: era homo (ANTES DE LA CARCEL)?. Muy interesante hilo, anoshvan.

Editado por feres
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Invitado Anoshvan

Re: Homosexuales asesinos...

 

Carlos Eduardo Robledo Puch, el angel negro.

 

Carlos Eduardo Robledo Puch nació el 22 de enero de 1952 en Buenos Aires (Argentina). Hijo único de José Robledo y Aída Puch, crece dentro de una familia de clase media muy religiosa; además, su madre padecía psicosis maniaco depresiva.

Desde pequeño muestra talento para diversas actividades; toca el piano y habla español, alemán e inglés. En la escuela, Robledo Puch no se lleva bien con sus compañeros. Tiene problemas con la autoridad: no le gusta obedecer y generalmente lo reportan por mal comportamiento. A los quince años se hace amigo de Jorge Antonio Ibáñez, un compañero del colegio. Ibáñez también es un chico problema, así que ambos congenian de inmediato. Empiezan a experimentar con lo prohibido.

 

Roban pequeñas cosas a sus compañeros y al colegio. Se dan cuenta del vértigo del delito. Les gusta la sensación de poder que les brinda no ser descubiertos. Robledo Puch roba una motocicleta y con ella se dedica a escandalizar por su barrio. Los vecinos se quejan con su familia, pero el chico es ya un rebelde. Un día, decide dar un paso más. Robledo Puch ya tiene diecisiete años. Él e Ibáñez son dos adolescentes, pero trazan un plan mayor: robar una pequeña joyería.

Asombrosamente, consiguen hacerlo. Pero su botín es poco valioso: han sustraído joyas y relojes de poca monta. El 14 de febrero de 1969 ingresa en la Escuela de Artes y Oficios “José Manuel Estrada”, ubicada en la zona de Los Hornos, partido de La Plata. Ha sido acusado por el robo de la moto. Allí permanece apenas veinte días.

 

Conversa con el director, le confiesa que no se entiende con su padre. Reanuda su amistad con Ibáñez. Se dedican a visitar los boliches locales. Robledo Puch consigue sus primeras citas amorosas. Su aspecto es andrógino y se nota aniñado, pero eso lo vuelve atractivo para algunas chicas. Aunque nunca lo menciona, él prefiere a los chicos.

 

 

Ibáñez es ya un consumado ladrón, dedicado a robar automóviles.

Invita a Robledo Puch y dan algunos golpes menores. Gastan sus ganancias en emborracharse y contratar prostitutas. El 10 de enero de 1970, Robledo Puch se marcha de la casa de sus padres, quienes están viajando. Desea ser independiente para poder delinquir con tranquilidad.

 

Robledo Puch tiene veinte años cuando compra un Fiat 600. Lo usa para dar arrancones y participar en carreras callejeras. Quiere un automóvil más potente, pero no tiene dinero para conseguirlo. Así que él e Ibáñez se ponen de acuerdo: la madrugada del 3 de mayo de 1970, entran a una casa de repuestos para autos, ubicada en la calle Ricardo Gutiérrez, en Olivos. Ingresan a través de un domo. En dos camas separadas duermen el encargado, apellidado Bianchi, y su esposa. También su hija duerme allí. Robledo Puch saca su pistola y, sin mediar razón, le pega dos balazos a Bianchi, matándolo al momento. Su esposa despierta, asustada, y recibe otros dos tiros. El chico comienza a vaciar la caja registradora. Mientras tanto, Ibáñez se precipita sobre la esposa herida y comienza a violarla. Cuando salen, llevan $350,000.00 pesos como botín; pero Robledo Puch también ha sustraído una palanca de cambios y dos instrumentos de medición para su Fiat.

 

La esposa de Bianchi sobrevive; sale, arrastrándose, y consigue llegar hasta una estación de servicio, donde pide auxilio. Describe a “un hombre de pelo largo” como su agresor.

 

El 15 de mayo, Robledo Puch y su amigo Ibáñez van a “Enamour”, un bar. Fuerzan una ventana y entran, consiguiendo un botín de $2,000,000.00 de pesos. Cuando se están marchando, Robledo Puch advierte una puerta cerrada.

La abre y descubre a dos hombres, Pedro Mastronardi y Manuel Godoy, durmiendo. Sin razón alguna, Robledo Puch saca su arma y dispara repetidas veces sobre ellos, matándolos. Cuando tiempo después lo interrogan e inquieren por qué los mató, se limita a responder: "¿Qué querían? ¿Que los despertara?" Ese doble homicidio marca la vertiente que seguirán de allí en adelante. Los dos gastan el dinero apenas lo obtienen, visitando boliches, bares y prostíbulos. Un día, conocen a Héctor Somoza, un chico de diecisiete años que trabaja en la panadería de su madre. Robledo Puch lo ha visto antes: han conversado, han ido juntos a los balnearios el verano anterior. Decide invitarlo a formar parte de su banda: entre los dos roban algunas motos y Somoza, un día, aparece con un revólver. Pero Ibáñez no simpatiza con el nuevo socio. No le tiene confianza.

 

Esto causa diferencias entre los dos criminales. El 24 de mayo, Robledo Puch e Ibáñez entran, a través del techo, al supermercado “Tanty”. El lugar está a oscuras y caminan con cuidado para no tirar las latas o frascos; no desean despertar al vigilante, Juan Scattone. Es inútil: el guardia escucha un ruido, se despierta y va a investigar qué ocurre.

Robledo Puch se oculta y le dispara dos veces, matándolo. De las cajas registradoras extraen $5,000,000.00 de pesos. Destapan una botella de whisky y brindan en la oscuridad. Se marchan y huyen en una motocicleta.

 

Robledo Puch vive en un hotel de Constitución y no tiene interés en las mujeres; pero Ibáñez siempre está buscando compañía femenina. Un día, Ibáñez conoce a Virginia Rodríguez, una chica de dieciséis años. La noche del 13 de junio, Ibáñez va a buscar a su amigo al hotel para dar un paseo. No tienen coche y eso deprime a Robledo Puch: chocó su Fiat y tuvo que venderlo muy barato.

 

Ibáñez le pide que lo espere en una pizzería. Poco después, regresa con un Dodge Polara. Lo estaciona y entra en la pizzería; en voz baja le dice a Robledo Puch: "Métele, que le tuve que disparar al vigilante". Será la única vez que Ibáñez le dispare a alguien. Se marchan a buscar a la chica. La encuentran; Robledo Puch la encañona y la obliga a subir al auto. Toman la ruta Panamericana. Ibáñez maneja, tras un rato se estaciona a un costado del camino. Se pasa al asiento trasero y desnuda a la chica; ella se resiste. Robledo Puch mira la escena, pero Ibáñez lo corre. Se sienta a un costado y espera. Un rato después, ambos bajan del vehículo.

Ibáñez le señala el camino a la chica y le grita: “¡Vete!” Ella comienza a correr. Ibáñez mira a su amigo y le indica: “Tírale”. Robledo Puch le dispara cinco veces.

Le quitan $1,200.00 pesos de la cartera. Se van, pero poco después chocan contra un cartel. Abandonan el auto y toman un autobús. Robledo Puch adquiere un Dodge GTX. Ibáñez se encapricha con una nueva chica. El 24 de junio esperan a Ana María Dinardo, una modelo de veintitrés años, que ha ido a visitar a su novio que trabaja en el bar "Katoa". Cuando sale, le muestran una billetera con $250,000.00 pesos y que ella sube al auto. Toman por la Panamericana, hasta el mismo lugar donde once días antes asesinaron a Virginia. Ibáñez pasa al asiento trasero, pero Ana María le dice que está enferma y sugiere una cita. Ibáñez la ignora y empieza a desnudarla.

 

Ella es karateka y se defiende. Ibáñez la deja vestirse, pero se queda con su ropa interior. Le dice que se largue. Ella se va y Robledo Puch le da siete balazos por la espalda. Le roban $5,000.00 pesos y un encendedor. Robledo le destroza una mano de un balazo al cadáver.

 

El 5 de agosto, Robledo Puch y su amigo sufren un accidente de auto. Jorge Antonio Ibáñez muere.

Tiempo después, habrá rumores de que Robledo Puch fingió todo para deshacerse de él. Ya sin Ibáñez, Héctor Somoza se convierte en el nuevo compañero criminal de Robledo Puch. El 15 de noviembre irrumpen en el supermercado "Rolón", de Boulogne.

Robledo Puch abre el techo y bajan con la ayuda de una manguera de plástico. Buscan el dinero en medio de la oscuridad, pero no encuentran nada. Robledo Puch comienza a enojarse; pierda los estribos, hace ruido, grita. Abre una puerta y se encuentra con el guardia Raúl Delbene, quien está durmiendo. Se despierta y Robledo Puch lo asesina de un balazo. Siguen buscando, pero no encuentran dinero. Robledo Puch toma entonces un aparato telefónico, se lo da a Héctor Somoza y le dice: "Ten, es un regalo para tu vieja". Al día siguiente, Somoza le da el obsequio a su madre, quien le responde: "Deberías ser tan bueno como Carlos Eduardo".

 

El 17 de noviembre, los dos criminales entran en la Agencia de Automotores “Pasquet”. Robledo Puch y Somoza consiguen solamente $90,000.00 pesos. El vigilante Juan Carlos Rosas duerme junto al taller. Robledo Puch se acerca a él por detrás de un coche y lo mata de un solo tiro. El 25 de noviembre, entran en la Concesionaria de Automotores Puigmarti y Cía. Robledo Puch conoce el lugar: fue con su madre tiempo atrás a comprar un coche. Ella lo pagó al contado y él vio el lugar donde estaba empotrada la caja fuerte.

 

Los asaltantes sorprenden al vigilante, Bienvenido Serapio Ferrini. Somoza lo golpea con su arma y lo obliga a ir al primer piso, donde Robledo Puch le ordena hincarse. Luego lo ejecuta con dos balazos en la cabeza. Con la ayuda de un soplete, consiguen abrir la caja fuerte y sustraen $1,000,000.00 de pesos. Escapan a bordo de un Chevy que luego abandonan.

 

El 3 de febrero de 1972, entran a robar a una ferretería. Como siempre, Robledo Puch ejecuta al vigilante.

Otra vez hay un botín pequeño, por lo cual se enfurece y acusó a Héctor Somoza de darle mala suerte. Cuando este intenta discutir con su amigo, Robledo Puch saca su arma y lo mata. Toma después un soplete y comienza a quemarle el rostro hasta destruirlo por completo. Hace lo mismo con las manos. No desea que lo identifiquen. Pero Robledo Puch comete un error fatal: olvida sacar de los bolsillos de Héctor Somoza sus identificaciones.

 

El 4 de febrero de 1972, los periódicos finalmente comentan los hechos.

Clarín cabecea: "Un temible sindicato del crimen opera en la zona norte: asesinan vigilantes para robar empresas". La policía declara que se trata de "elementos avezados y de extrema peligrosidad". Pero el 5 de febrero, el nombre de Héctor Somoza conduce a la Policía directamente a Robledo Puch. El subcomisario Felipe Antonio D'Adamo lo detiene frente a su casa.

Pasa muy poco tiempo para que se compruebe que es el autor de la ola de robos y asesinatos.

 

 

El 8 de febrero, los periódicos informan sobre la detención de uno de los mayores criminales de la historia de Argentina.

Diariamente, los diarios Clarín, Crónica y La Razón se enseñorean con el asesino: exhiben su homosexualidad, le cuelgan crímenes que no cometió, lo describen como un animal sediento de sangre. Los reporteros de televisión buscan a parientes y amigos para exponerlos ante las cámaras.

 

La gente exige la muerte de Robledo Puch y lo agreden físicamente. Crónica cabecea: "El pueblo intentó linchar al monstruo". Nunca un caso criminal conmueve tanto a la sociedad argentina. Durante semanas, toda actividad política, deportiva o artística es olvidada ante lo que ocurre en Buenos Aires.

 

Los medios de comunicación diariamente le ponen nuevos sobrenombres: "La Bestia Humana", “La Fiera”, "El Muñeco Maldito", "El Unisex", “El Carita de Ángel”, “El Verdugo de los Serenos”, “El Gato Rojo”, “El Tuerca Maldito”, “El Chacal” y "El Monstruo con Cara de Niño". Uno, sin embargo, destaca sobre los demás y se convierte en su etiqueta: “El Ángel Negro”.

 

 

El juicio dura poco. Es condenado a cadena perpetua por diez homicidios calificados, un homicidio simple, una tentativa de homicidio, diecisiete robos, una violación, una tentativa de violación, un abuso deshonesto y dos raptos, además de dos hurtos.

 

Sus palabras finales ante el Tribunal de la Sala Primera de la Cámara de Apelaciones de San Isidro son: "Esto fue un circo romano. Algún día voy a salir y los voy a matar a todos".

 

Su madre lo visita hasta su muerte; su padre abandona el hogar y se desentiende de su vástago durante siete años; luego regresa a verlo en cada cumpleaños. En julio de 1973, Carlos Eduardo Robledo Puch se evade de la cárcel.

 

Dura solamente dos días fuera, hasta que lo encuentran en un bar. La policía rodea el lugar. Atemorizado, el asesino alza las manos y grita: "¡No me maten, soy Robledo Puch!".

 

En diciembre de 2001, Robledo Puch se disfraza con un mantel como capa, una gorra como máscara y quema un taller del penal asegurando ser Batman: “¡Fuego, mucho fuego!”, grita. Lo mandan a evaluación y tratamiento psiquiátrico. Se niega a trabajar en prisión, asume su homosexualidad y se vuelve predicador. El 27 de mayo de 2008, solicita su libertad condicional. Un juez se la deniega “por considerar que no se ha reformado de manera positiva en ningunos de los aspectos sociológicos necesarios para vivir en libertad, además de no poseer familiares directos que puedan contenerlo”.

 

fuente:escritoconsangre.

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Re: Homosexuales asesinos...

 

Carlos Eduardo Robledo Puch, el angel negro.

 

 

fuente:escritoconsangre.

 

Clarísimo resúmen de una vida alucinante. Parece que la beatería familiar es un ingrediente frecuente en la fórmula para producir monstruos. Ahora... se sabe si este "angel maldito" tuvo relaciones homo ANTES de que lo engayolaran?. Gracias, Anoshvan, por el hilo.

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Re: Homosexuales asesinos...

 

John Wayne Gacy, Jr. (17 de marzo de 1942 - 10 de mayo de 1994), conocido también como "Pogo" o "El payaso asesino", fue un asesino en serie estadounidense que violó y mató a 33 hombres jóvenes entre 1972 y 1978. Veintiséis de sus víctimas fueron enterradas en el semisótano de su propia casa, otras tres en otros lugares de la casa, y otras cuatro fueron lanzadas a un río cercano.

Se le llamó "El payaso asesino" porque hacía servicios sociales en desfiles y fiestas de niños vestido de payaso, se hacía llamar "Pogo el payaso", personaje que creó él mismo.

El 22 de diciembre de 1978, Gacy acudió a sus abogados y confesó sus crímenes. Declaró haber asesinado por primera vez en enero de 1972, cuando al clavar el cuchillo en el cuerpo de un joven y ver como la sangre brotaba del cuerpo, sintió una sensación de excitación y esto comenzó a gustarle. También confesó haber matado a 33 individuos e indicó la ubicación de 28 de los cuerpos a la policía. Estaban enterrados en su propiedad. Las otras cinco víctimas, dijo, las había arrojado al cercano río Des Plaines. Al menos una de las víctimas fue recogida en la estación de buses. Los individuos más jóvenes tenían solo catorce años y el mayor veintiuno. Siete de las víctimas nunca fueron identificadas. Los cuerpos fueron descubiertos desde diciembre de 1978 hasta abril de 1979, cuando la última víctima conocida fue hallada en el río Illinois.

En 1998, mientras se realizaban reparaciones en el estacionamiento trasero de la casa de la madre de Gacy, las autoridades encontraron restos de, al menos, cuatro personas más.El 6 de febrero de 1980 comenzó el juicio de Gacy en Chicago. Durante el juicio, se declaró inocente, alegando problemas de orden mental.2 Sin embargo, su testimonio fue rotundamente rechazado, ya que se le realizaron estudios de orden mental, dando resultados negativos, es decir, que no tenía ni padecía de problemas mentales. Su abogado argumentó que John tenía lapsos de locura temporal en el momento de cada asesinato, pero antes y después, recobraba la normalidad para atraer y disponer de las víctimas.

En un momento del juicio, la defensa de Gacy intentó afirmar que los 33 asesinatos fueron muertes accidentales como parte de una asfixia erótica, pero el forense del condado de Cook demostró con evidencia que estas afirmaciones eran imposibles. Además, Gacy ya había confesado a la policía y era incapaz de suprimir tal evidencia.

John Wayne Gacy fue hallado culpable el 13 de marzo y fue sentenciado a 21 Cadenas Perpetuas y 12 Penas de muerte.

Fue ejecutado por inyección letal el 10 de mayo de 1994. Sus últimas palabras, que revelan su personalidad y su no arrepentimiento por sus crímenes fueron ¡Bésenme el culo! ¡Nunca sabrán dónde están los otros!

https://es.wikipedia.org/wiki/John_Wayne_Gacyhttps:

aca hicieron la pelicula pero no mostraron tanto la parte gay

Editado por tincho80
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Invitado Anoshvan

Re: Homosexuales asesinos...

 

Raúl Osiel Marroquín, el sádico.

 

Raúl Osiel Marroquín Reyes nació en 1981 en Tampico, Tamaulipas (México). Cuando era niño, sufrió maltratos por parte de su padre, quien además le inculcó un acendrado odio hacia los homosexuales. Marroquín estudió hasta el bachillerato en su ciudad natal. Luego ingresó al Ejército Mexicano. Estuvo allí cuatro años y siete meses, uno de ellos como soldado en la Planta del Hospital Regional Militar de Tamaulipas. Alcanzó el grado de Sargento Primero de Sanidad. Después de causar baja de las fuerzas armadas, había desarrollado un gusto insano por la violencia. Buscó trabajo pero no lo encontró, así que decidió dedicarse al robo con violencia. La policía lo capturó durante un atraco, por lo que estuvo en prisión de mayo de 2004 a agosto de 2005. Al salir, decidió irse de Tampico para radicar en la Ciudad de México, donde inició su nueva carrera criminal.

 

Marroquín buscó casa y encontró un departamento, ubicado en Andrés Molina Enríquez nº 4223, interior 2, Colonia Asturias, en la Delegación Venustiano Carranza. Ya establecido en la capital mexicana, frecuentaba la Zona Rosa, donde jóvenes gays lo abordaban.

 

Fue durante uno de esos encuentros que se le ocurrió una idea: se convertiría en un asesino en serie y sus víctimas serían los homosexuales. Un día conoció a Juan Enrique Madrid Manuel, de quien se hizo amigo. Le contó sus planes y este accedió a ayudarlo. Madrid Manuel le propuso que no se limitaran a asesinar, sino a secuestrar, para obtener algo de dinero. Raúl Osiel Marroquín estuvo de acuerdo.

 

El 16 de diciembre de 2005, Víctor Ángel Iván Gutiérrez conoció a Raúl Osiel Marroquín en un bar denominado “Cabaretito” o “Neón”, localizado en la calle Londres nº 161, Colonia Juárez. Luego de varias horas de convivir y fingiendo que se interesaba sentimentalmente en él, Marroquín llevó a la víctima a su departamento. Ahí los esperaba Juan Enrique Madrid Manuel, y una vez en el interior del inmueble, los sujetos sometieron a Víctor Ángel. Lo amarraron y amordazaron. Luego le pidieron los datos de su familia, a quienes llamaron por teléfono para pedirles dinero en efectivo a cambio de liberarlo. La familia accedió, temerosa. Juntaron el dinero y lo entregaron bajo las instrucciones que Marroquín les dio. Luego de recibir el rescate, los secuestradores decidieron asesinar a su víctima seis días después del plagio.

 

Juan Enrique realizó la misma operación que su cómplice y acudió el 13 de diciembre a un restaurante donde conoció a otro homosexual de nombre Juan. Con la misma treta lo llevó al departamento, donde ya lo esperaba Marroquín. Después de someterlo, los delincuentes llamaron a sus familiares para pedir rescate, pero al no conseguir su objetivo lo dejaron en libertad, amenazándolo de muerte si los denunciaba, ya que, según ellos, tenían información para localizarlo.

 

Días después, Marroquín contactó por separado a dos homosexuales más: Jonathan Razo Ayala y Armando Rivas Pérez, en un establecimiento ubicado en la Zona Rosa, Delegación Cuauhtémoc. Con el mismo modus operandi y en diferentes días, Marroquín los abordó. Tras una breve charla, los convenció de que fueran a un hotel, en donde obtuvo información sobre su situación financiera. A otros que no tenían dinero los dejó irse, pero al ver que sus nuevas víctimas poseían bastantes recursos financieros, los invitó a su departamento. Allí, su cómplice y él los amordazaron y amarraron. Después les dieron una golpiza.

 

 

Llamaron a sus familiares y pidieron dinero. Las dos familias cedieron y pagaron. Pese a cobrar el dinero del rescate de cada uno de ellos, los mataron. Jonathan Razo Ayala fue hallado sin vida en el interior de una bolsa de basura, en un andador subterráneo ubicado en San Antonio Abad y Tlalpan, Colonia Tránsito, en la Delegación Cuauhtémoc. A Armando Rivas Pérez también lo asesinaron. Su cautiverio duró entre cinco y siete días. Lo torturaron para posteriormente estrangularlo con una soga. Luego dejaron su cuerpo cerca de la estación del Metro Chabacano.

 

Ricardo López Hernández fue otra de sus víctimas. A él lo golpearon salvajemente, después lo mataron y lo descuartizaron. Metieron su cuerpo dentro de varias maletas y dejaron el equipaje en una habitación del Hotel Amazonas.

 

Marroquín utilizaba cinchos de plástico blanco para sujetar manos y pies, y a cada víctima le ponía un cinto negro en el cuello. Guardaba las Credenciales de Elector de sus víctimas como trofeos. Su objetivo era perfeccionar su técnica para tener víctimas con más dinero e ir ascendiendo y tener más ganancias.

 

Pedía entre $15,000.00 y $120,000.00 pesos por víctima. Le gustaba el dinero, pero lo que más le atraía era la emoción de secuestrar, torturar, matar y descuartizar. Se compró una cámara de video y comenzó a grabar a sus víctimas.

 

Esos videos, junto con las credenciales que coleccionaba, lo hundirían. A una de sus víctimas, Marroquín la torturó con el cuchillo cortándole trozos de carne mientras estaba viva. Luego le arrancó la piel de la frente con una navaja, para trazar una figura de estrella de cinco puntas en carne viva.

 

Las investigaciones sobre los asesinatos en serie de homosexuales en la Ciudad de México comenzaron el 30 de noviembre de 2005 a causa de la denuncia del secuestro de un empleado de una empresa televisora, por quien se exigió el pago de 120 mil pesos. El cadáver apareció el día 9 de diciembre cerca del Metro Chabacano. Los días 17 y 20 de diciembre de 2005, Raúl Osiel Marroquín secuestró a dos jóvenes más, de veinticinco años cada uno. Sus cuerpos desmembrados fueron encontrados el día 23 de diciembre dentro de unas maletas negras, en las calles de Andrés Molina Enríquez, en la Colonia Asturias.

 

Los periódicos ya hablaban de un asesino serial, a quien bautizaron de tres maneras diferentes: “El Mataputos”, “El Matagays” y el que finalmente quedó asociado a su nombre: “El Sádico”. El 23 de enero de 2006, elementos de la Agencia Federal de Investigaciones (AFI) detuvieron a Raúl Osiel Marroquín "El Sádico", en un operativo cuando intentaba cobrar un nuevo rescate.

 

Su voz había quedado registrada en la base de datos de la AFI en dos casos de secuestro. El asesino tenía veinticinco años de edad. Su cómplice, Juan Enrique Madrid Manuel, se dio a la fuga. Aunque la policía lo buscó por todo el país, nunca fue capturado.

 

A algunas de sus víctimas, Marroquín las colgó del techo en un gancho y las descuartizó aún vivas, para meterlas en bolsas o en maletas negras y dejar sus trozos esparcidos por las calles de la Ciudad de México. Otras fueron estranguladas o acuchilladas.

 

El asesino declaró ante los medios de comunicación: "No los escogía, ellos solos se presentaban después los invitaba a mi departamento, iban por voluntad propia, y ahí los sometía. Hasta le hice un bien a la sociedad, pues esta gente hace que se malee la infancia, son un mal ejemplo para los niños. Yo no soy homosexual; los preferí por no batallar en operaciones que implicaran armas y vehículos, tan sólo ir a los lugares que ellos frecuentaban y ellos solos me abordaban, se me hacía más fácil tratar a esas víctimas".

 

“Yo soñaba con una carrera mayor, apenas iba empezando en esta y pronto evolucionaría, ascendería, tendría mejores víctimas, con más dinero. No tengo remordimientos. Sobre los seres queridos de mis víctimas, nunca he pensado en ellos. De estar libre, volvería a matar, sólo que refinaría mis métodos, para no cometer los mismos errores y no ser detenido”.

 

El 4 de septiembre de 2008, Raúl Osiel Marroquín fue condenado a más de trescientos años de cárcel, aunque la ley mexicana prevé que lo máximo quepuede purgar son cuarenta años, los cuáles pueden quedar reducidos a veinte por

buena conducta.

 

Sus crímenes tuvieron muchas similitudes a los del asesino en serie estadounidense John Wayne Gacy, siendo el móvil un poco diferente: Gacy asesinaba a sus víctimas debido a una represión de su propia homosexualidad que proyectaba hacia los demás (se sentía atraído hacia ellos, razón por la cual los culpaba de su homosexualidad). En cambio, Marroquín, a pesar de que sus crímenes también poseían marcados rasgos homoeróticos (el mismo Marroquín declaró no ser homosexual,2 pero su conducta denota marcados rasgos homoeróticos), se puede apreciar en él a un sociópata o psicópata dentro de un marco socio-cultural que, de una u otra forma, le dio un escaparate para su violencia contenida, dirigiéndola hacia una minoría. Trás su detención, Marroquín declararía no ser homofóbico (aunque esta aseveración se contradiría por otras hechas por el homicida, en donde se refiere a los homosexuales como "un mal para la sociedad") que la razón principal de que fueran hombres homosexuales sus víctimas se debía a que estas personas eran más fáciles de plagiar.

 

fuente: escritoconsangre - wikipedia

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Invitado Anoshvan

Re: Homosexuales asesinos...

 

Henry Lee Lucas & Otis Toole, amantes y asesinos.

 

El 23 de Agosto de 1936 nacía en el seno de una familia mísera Henry Lee Lucas.

 

Los Lucas tuvieron un montón de hijos de los cuales él y su medio hermano (uno de tantos) fueron criados por un par de alcohólicos que fabricaban whisky adulterado, y para añadir algo más de dinero la madre se prostituía. Realmente, Viola era la única fuente de ingresos en la casa después de que su marido, Anderson, perdiera las piernas. Los otros hijos que tuvieron fueron dándolos en adopción, endosándolos a familiares o abandonándolos en orfanatos. Su casa de Blacksburg, Virginia, era una comunidad rural de las montañas de los indios Apalaches, y seguramente a aquello no se le podía llamar casa con las cuatro palabras por lo misérrima que era.

 

Henry Lee Lucas era un sádico bisexual que asesinó a once personas incluyendo a su propia madre, Nely Viola Lucas, una india expulsada de su propia tribu que le parió sin querer tenerlo y le crió a palizas. Siendo crio vio a su madre prostituirse, de hecho ella misma les obligaba a ver a él, a su medio hermano y a su marido, cómo atendía a sus clientes pues lo hacía en casa. Pero quizás le hiciera más daño ver cómo su madre golpeaba también a su padre, Anderson Lucas, un alcohólico al que le faltaban las piernas porque se durmió en plena borrachera en las vías de un tren, o peor aún, soportar que su madre le vistiera como si fuera una niña. Por supuesto se crió desnutrido, sin atención, sin educación ni valores.

 

Durante un accidente en la escuela tuvo un percance, se lastimó el ojo y como su madre no le llevó al médico, lo perdió. Le pusieron un ojo de vidrio y se le quedó un párpado algo caído (en la foto parece que puede apreciarse el detalle). Pero no fue la única burrada que cometió su madre con él; además de que solía morderle con frecuencia, en cierta ocasión le propinó tal paliza que lo dejó semiinconsciente durante tres días, hasta que el proxeneta de su madre, el Tío Bernie, al que había metido en casa, lo llevó al médico por su cuenta. De ese episodio a Henry Lee le quedaron secuelas, tuvo mareos, dolores de cabeza y varios años de confusión mental.

 

Respecto a la educación, Henry Lee sólo llegó a asistir a la escuela hasta 5º de primaria, de modo que los únicos valores y educación que recibió fueron las palizas y la mala vida de su madre, el comer en el suelo o el jugar con navajas sin que nadie le dijera nada. Parece raro decirlo pero puede que fuera una bendición en parte que saliera del colegio porque la madre le obligaba a ir a al escuela vestido de niña, descalzo, y según ratifica una de sus hermanas incluso le hacía bucles en el pelo. Una maestra que se apiadó de él le regaló un par de zapatos, y Viola se enfadó con él por aceptar el regalo. No tenía caridad ni alma.

 

Cuando los maestros decidieron intervenir en favor del niño, Viola Lucas les dejó bien claro que ella era quien cuidaba a su hijo y que lo haría como le diera la gana, que era su vida y que no interfirieran. Antes de los 10 años Henry Lee ya estaba prácticamente alcoholizado de beber el whisky adulterado que fabricaba el padre, whisky que aunque era para vender, terminaba casi siempre en el estómago de Anderson, y que él mismo alentaba a su hijo para que lo consumieran juntos. En 1950 los padres tuvieron una discusión que terminó con la marcha del padre. Para cuando encontraron al hombre, conocido como Lucas Sin Piernas ("No Legs Lucas"), estaba muerto y congelado en el bosque.

 

Se puede decir que se había suicidado porque sabía que allí moriría como murió: de una pulmonía, pero también se dice que fue Viola quien tiró a su marido de casa y, a falta de piernas, quizás no tuvo muchas opciones. Sus primeras experiencias sexuales las mantuvo con animales a los que violaba para luego asesinarlos. Nadie lo esperaría de un niño con esa cara de buen chiquillo... pero cuando falleció su padre, el novio y proxeneta de su madre, el tío Bernie, le inició en la zoofilia y le enseñó a torturar animales. Como esa era parte de su educación, el pequeño Henry Lee se dedicó a fornicar con ovejas y perros para luego degollarlos y a continuación, una vez muertos, volverlos a penetrar.

 

 

Según la biografía de Biography Channel, Henry también mantuvo relaciones sexuales con su hermano. Finalmente Henry Lee no quiso quedarse a vivir con su madre y se marchó pero como era joven y no sabía hacer nada se dedicó a robar, lo que le llevó a reformatorios. Henry Lee contó que había matado a su primera víctima con 15 años, en marzo de 1951, a una chica de 17 que le rechazó sexualmente, y que luego tiró su cuerpo a un vertedero. Lo cierto es que no se encontró el cuerpo de esta chica pero había habido una desaparición por esas fechas y podría tratarse de la joven Laura Burnley. Además, Henry Lee acabó retractándose de su confesión. En 1954 con una sentencia de 6 años de cárcel por varios robos alrededor de Richmond, Virginia, Henry Lee fue encarcelado pero se escapó del penal de Richmond para ir a casa de Opal, su medio-hermana que vivía en Tecumseh, pero lo capturaron y lo volvieron a encerrar.

 

En la cárcel tuvo sus primeras experiencias sexuales con hombres y cuando salió de allí, el 2 de septiembre de 1959, se fue a vivir a Tecumseh, a casa de su medio-hermana Opal. Allí conoce a Stella y antes de Navidad le propone matrimonio, pero su madre se enteró y se negó a que se casara.

Estaba acostumbrada a que su hijo hiciera sólo lo que ella quería, y no iba a permitir que nada cambiara. La madre le llamaba por teléfono e insistía en que Henry Lee volviera a casa pero él se negaba una y otra vez, y finalmente ella decidió ir a buscarle. Tras una violenta discusión Stella rompe el compromiso, algo que perturbó aún más a Henry Lee. El 11 de enero de 1960, madre e hijo tuvieron una pelea porque ella quería llevárselo a su casa y él se negaba a volver. Ella con una escoba y 74 años a sus espaldas, y él con un cuchillo y 23 años. Los dos estaban ebrios de alcohol y el cuchillo terminó en la garganta de Viola Lucas. Lucas se largó de la casa de Opal y cinco días después fue capturado por la policía en Ohio. Se cree que violó a su propia madre una vez le clavó el cuchillo en la garganta. Además, la madre no murió inmediatamente, pero falleció días después de un problema de corazón a causa de efectos secundarios provocados por la puñalada. Henry Lee, por su parte, comenzó alegando que fue en defensa propia, y luego admitó haberlo hecho deliberadamente, hasta se inculpó de haberla violado, pero luego se retractó. Probablemente Henry Lee Lucas se estaba vengando a su manera. Durante el juicio y por parte de la defensa se trató de demostrar que aquello había sido un accidente, algo que alegó Henry Lee, y utilizaron su infancia para conmover al personal. Se narró lo dura que había sido toda su infancia, Henry Lee incluso llegó a mostrar su cabeza para enseñar las cicatrices que tenía de las palizas de su madre e incluso algunos de sus hermanos testificaron en su favor.

 

Pero lo cierto es que no convenció aquella historia probablemente por la pasividad del propio acusado en todo momento. Por supuesto le detuvieron y le sentenciaron (en el juicio se llegó a pedir de 10 a 40 años de prisión) a cinco años de reclusión en la penitenciaría de Jackson, en Michigan, acusado de asesinato en segundo grado. Allí se le diagnosticó como suicida después de un par de intentos de suicidio, y psicópata sádico; además se mencionaron diversas desviaciones sexuales. Esto hizo que lo trasladaran a un centro psiquiátrico donde pasó 10 años encerrado y sometido a electroshocks que le dejarían peor de lo que estaba. En 1970 y sin estar curado abandonó la cárcel y se marchó a vivir a casa de su hermana y su cuñado. Estos le creían curado. Henry Lee trató de no llamar demasiado la atención pero se cargó al perro de la familia. Y para no querer llamar la atención no pareció poner mucho de su parte porque volvieron a encerrarle en 1971 por intento de secuestro de dos chicas adolescentes. Salió de este nuevo encierro en agosto de 1975, con 39 años de edad. En Diciembre de 1975 se casó con una amiga de su hermana que tenía dos hijas.

 

Ella, Betty Crawford, trabajaba y él solía quedarse en casa con las niñas, Cindy (8 años) y Kathy (9). Henry Lee violaba a la pequeña y obligaba a mirar a la mayor. En 1977 terminó el matrimonio cuando fue acusado de violar a la hija pequeña de Betty. Después del divorcio se largó a recorrer el país. Según los Rangers de Texas se pasó ocho años en la carretera, a veces en coche, generalmente en autostop, a veces acompañado de mendigos, y trabajando de vez en cuando en cualquier cosa que le venía. En 1978 conoció a su alma gemela, un travestido homosexual llamado Ottis Toole, con el que se fue a vivir y a recorrer mundo. Durante un tiempo se refugió en la religión y el 9 de mayo de 1983 un reverendo le denunció por posesión de armas. Estuvo asesinando en solitario hasta que en Miami conoció al que se convertiría en su amante y consejero: Ottis Toole, un psicópata retrasado apodado "el caníbal de Jacksonville".

 

A Henry Lee Lucas se le relacionó con unos 300 casos más aunque él habló de 900. Su vida se hizo pública en el mundo cinematográfico cuando John McNaughton la narró en 1986 en el largometraje "Henry: retrato de un asesino".

 

 

 

 

Ottis Toole, el caníbal de Jacksonville Ottis Elwood Toole nació en Jacksonville, Florida, el 5 de marzo de 1947.

 

Su padre abandonó a la familia siendo él niño y se quedó con su madre y su hermana. Su madre era una fanática religiosa y su abuela, según Ottis, pertenecía a una secta satánica y él mismo vio cómo hacía ritos satánicos. La abuela, además, solía llamarle "niño del demonio", y se lo llevaba al cementerio para que le ayudara a recoger huesos humanos que le servirían para sus prácticas. Ottis Toole vivió una infancia lúgubre y de abusos marcada no sólo por los adultos sino también por su hermana Drusilla que le sometió a todo tipo de perversiones sexuales desde que Otis tenía seis años. Drusilla tenía la costumbre de jugar con Ottis como si fuese su muñeca así que le vestía con ropa de niña. Ottis, con 7 años, iba con vestiditos. No hacía falta que fuera algo retrasado -que lo era- para soportarlo, no tenía más opción. Se convirtió en un adicto sin recuperación a las drogas y el alcohol antes de cumplir los diez años. Se escapó repetidas veces de casa pero vagaba sin rumbo y terminaba volviendo. El coeficiente intelectual de Ottis era apenas de 75, demasiado bajo para considerarlo normal.

 

Se libró de su hermana cuando a ésta la metieron en un reformatorio, ella se suicidó y él se hizo amante de un vecino gay, no se sabe si porque era a lo que le habían acostumbrado cuando Drusilla y el vecino se aprovechaban de él, o porque simplemente ya estaba perturbado. Se puede deducir que no le gustaba porque cometió su primer asesinato con 14 años cuando un viajante vendedor le propuso sexo; se encontraron en las afueras, subió a su coche y el tipo le sugirió que hicieran SEXO, Ottis se puso nervioso, le pasó el coche por encima y se libró de él. Pero con 13 años se ofrecía gratis para hacer felaciones a los borrachos, por lo tanto no está nada claro que el asesinato fuera por rechazo. Quizás, simplemente le gustaba ya matar. Abandonó la escuela en 8º grado, holgazaneó y se dedicó a lo que le gustaba y sabía hacer, el fuego y los robos. Le fascinaba el fuego y se convirtió en pirómano a los 14 años. Quemaba cualquier casa o solar que encontraba y se masturbaba después de prender fuego a una casa. No fue detenido por su piromanía, si no por robo y saqueo en 1964.

 

Cuando tenía 25 ya había cumplido trece condenas. Una de las ocasiones en que fue pillado y detenido fue intentando ligar a homosexuales. Entre el grupo había un policía y éste terminó llevándoselo a la comisaría. Se casó, pero su matrimonio fue brevísimo porque su mujer se dio cuenta de su homosexualidad. Así pues, Ottis se dedicó a vagabundear de nuevo con su camioneta por la carretera, y en abril de 1974 era sospechoso del asesinato de una chica de 24 años, Patricia Webb, en Lincoln, Nebraska. Cinco meses más tarde, en septiembre, atracó un establecimiento y disparó a una empleada.

 

La chica y su compañera sobrevivieron y dieron parte a la policía. Ya tenían un retrato gracias a sus descripciones y conocían el tipo de camioneta que conducía. Por razones aún desconocidas la policía detuvo a otra persona, Park Estep. Eso le dio la oportunidad a Toole de seguir camino y continuar con sus asesinatos. Una vez en prisión, sabiéndose que era psicópata y esquizofrénico, se le estuvo medicando con Thorazine y Dilantin. Henry Lee y Ottis Toole Años después Toole se enamoró de Henry Lee Lucas sin saber que ambos tenían la misma perversión necrófila (entre otras cosas en las que también coincidieron). Se fueron a vivir a la casa familiar de Otis, con su madre y una sobrina a la que llamaban Becky que padecía cierto retraso mental, algo similar al caso del propio Ottis. La casa la perdieron tras la muerte de la madre de éste. A Ottis le faltaba la inteligencia que tenía (aunque tampoco demasiada) Henry Lee, y a éste le faltaba la fuerza bruta de Otis. Ambos descuidaban su higiene pero como vivían en su coche no necesitaban nada más, sin embargo, a pesar de su mal olor, lograban acercarse a las personas por su "simpatía". Juntos se dedicaron a asesinar y descuartizar algunas personas por la autopista I-35 repartiendo luego los trozos por todo el país, lo que hizo que la policía tuviera problemas para encontrar pistas. Henry Lee Lucas violaba y asesinaba preferentemente mujeres con cuchillo, una vez muertas volvía a violarlas y entonces obtenía el placer sexual al que aspiraba, y Ottis, al ser homosexual, se dedicaba a los hombres, los violaba y les disparaba. Ottis no abandonó su piromanía y juntos quemaron vivo a un anciano en su casa. Era una forma de ser "compañeros". Cuando terminó aquel espectáculo durante el cual el anciano gritaba pidiendo auxilio y se quemaba vivo, Ottis se masturbó. En 1978, cuando Ottis se marchaba a trabajar y Henry se quedaba solo, éste actuaba por su cuenta y se buscaba mujeres. En una ocasión conoció a una chica con la que flirteó, y ésta, creyendo que sería un tipo normal, le invitó a subir a su casa.

 

Con la invitación había SEXO incluído, pero tener relaciones sexuales con una mujer no era lo que excitaba a Henry, así que al comprobar que no podía eyacular decidió acuchillarla, violarla y al final clavarle una navaja por el ano. Pocos años más tarde, la sobrina quinceañera de Ottis, que mental y físicamente parecía tener diez años, llamada en realidad Frieda 'Becky' Powell, se unió a la pareja en sus andanzas. Todo ocurrió porque era una niña necesitada de afecto y tuvo en Henry Lee Lucas al hombre a quien atender y mimar, y éste a su vez se sintió importante a su lado. Para ella era como un juego y una complicidad necesitada: Llamaba a las puertas de las casas y cuando se abrían las puertas entraban de golpe. Se hizo novia de Henry y los problemas con Ottis comenzaron, porque Henry, que quería comportarse como una persona normal, dejó de asesinar para dedicarse a su novia. Al principio Toole y Lucas convinieron en vivir de pequeños robos a tiendas y bancos, pero al final Henry y Becky se fueron por su cuenta. En 1982 la pareja durante un tiempo consiguió un trabajo: cuidar a una anciana de 82 años, Kate Rich.

 

La anciana cogió cariño a Becky, pero ella y Henry no tenían el mismo interés en ella. Se presentaron como parientes, pero cuando la anciana descubrió que eran amantes todo cambió. Además, la familia de la anciana no veía con buenos ojos que viviera con un par de vagabundos, así que prácticamente les echaron. Henry y Becky volvieron la carretera. Tras vivir en otro pueblo, en una comuna religiosa llamada Casa de la Oración (House of Prayer) en Stoneburg, Texas, donde Henry Lee consiguió trabajo reparando techos (la zona pertenecía a Ruben Moore, pastor a media jornada y constructor de techos), la joven pidió a Henry que le llevara a ver a su familia a Florida. Esto no gustó a Henry, de hecho incluía visitar a la anciana Kate Rich, pero aún así aceptó. El 23 de agosto de 1982 abandonaron la comuna, pero Henry Lee volvió al día siguiente argumentando que Becky se había ido en un camión sin él. Hubo incluso un testigo que corroboró la historia, el propio Ruben Moore les había llevado hasta la parada del autobús y les vio marchar juntos, no obstante el propio Henry Lee mucho más tarde acabó confesando la verdad: Lo cierto es que hicieron auto-stop, llegaron a Denton (aún en el estado de Texas) y surgió una discusión más porque Henry trataba de persuadirla con la idea de que volvieran a la comuna y se olvidara de Florida. Temía que allí ella le abandonara, y además la policía le buscaba por el robo de un camión.

 

Compró cerveza, comenzó a beber, siguió la pelea, en un momento dado Henry Lee se acordó de su madre... su novia le recordaba a su madre con sus quejas, y cuando ella le dio una bofetada, la historia terminó con la jovencita asesinada con el famoso cuchillo de Henry, directo al corazón. Según diría quedó estupefacto, ella había muerto al instante. Una vez muerta le hizo el amor. Después la desmembró y distribuyó sus partes rellenando almohadas que luego enterraría por el lugar. Este sucio psicópata diría más adelante que aquel fue el mejor polvo con su chica. Foto de investigación donde estuvo el cuerpo de Kate Rich No era muy listo (su coeficiente intelectual era de 86) porque un mes después, con el coche de Ruben Moore, volvió a visitar a la anciana debido a que esta preguntaba por Becky, y le extrañó que Henry Lee viniera solo. Según una versión él dijo que habían quedado en encontrarse allí, pero lo cierto es que la apuñaló, la cargó, la tiró en un vertedero y poco después volvió a por su cuerpo para descuartizarlo y quemarlo en la estufa de la cocina de la comuna donde había estado viviendo. Según otra versión (este es el problema de las versiones, que no sabes qué creer) Henry Lee fue directamente a casa de la anciana para contarle que Becky le había abandonado y le pedía ayuda para que la encontraran juntos.

 

Por el camino, ya en un lugar solitario y con varias cervezas en el estómago, apuñaló a la anciana, salió del coche, abrió la puerta del copiloto y el cuerpo de Kate Rich cayó literalmente. Aquello le excitó así que violó el cadáver, y luego de desmembrala la metió en una cañería cercana para esconderla bien de los ojos curiosos. En cualquier caso ambas versiones coinciden con que volvió a por el cuerpo y lo quemó en el horno de la cocina de la comuna. Al final fue detenido como sospechoso, le hicieron la prueba del polígrafo e incluso la pasó, pero no se libró por mucho tiempo. Henry Lee volvió a la carretera matando indiscriminadamente según versiones, pero necesitaba dinero y llamó a Ruben Moore para decirle que volvía a la comuna. Éste puso sobreaviso a la policía pues ya sabía que en Florida había robado un camión y que tenía un arma, y para cuando Lucas llegó, ya le estaban esperando. El Sheriff Conway tenía idea de retenerlo hasta que confesara el crimen de Kate Rich pero Henry jamás lo admitía. Tras varios días encarcelado sin tabaco ni café terminó confesando no sólo sus dos últimos crímenes sino tantos otros de los que ni siquiera era sospechoso. El 15 de junio de 1983, Henry Lee, a veces sin que le preguntaran, se dedicaba a contar a la policía todo lo que había hecho.

 

Estaba deseando contarlo, tanto así que aun cuando creían viva a Becky, la prima de Ottis y ex novia suya, él confesó haberla matado. La policía no sospechaba que estuviera muerta, en la comuna nadie lo intuía, y la familia tampoco sabía nada. Respecto a Kate Rich les llevó hasta el lugar del crimen donde se encontraron un par de objetos que parecían pertenecer a la anciana, y luego en el horno se encontraron carne chamuscada y huesos que parecían humanos. Por supuesto y como siempre en su curriculum criminal, tiempo más tarde negaría los hechos y diría que eran huesos de pollo. El plan del Sheriff Conway de privarlo de dos de sus vicios (tabaco y café) había dado resultado. En aquellos interrogatorios, más de 200 casos se cerraron con su confesión. Henry Lee parecía buscar redención. Tras descubrir a la policía dónde estaban los restos enterrados de Becky, escribió a Ottis -que ya estaban en Jacksonville encerrado- pidiéndole ayuda para que le ayudara a recordar todos los detalles de los crímenes que habían cometido juntos, siempre y cuando él quisiera. Con cada confesión de Henry Lee, Ottis confirmaba aumentaba su pena, de modo que hasta confesó haber compartido algunos de los crímenes de su amante, así como otras cosas que no se saben si son verdad o producto de su ya estropeada imaginación, dado que Henry Lee terminaba por retractarse siempre.

 

Por ejemplo Henry Lee dijo incluso haber estado charlando de venenos con Jim Jones, el indeseable que provocó la matanza de Jonestown, en la Guayana, y haber pertenecido a una secta satánica. En sus declaraciones, Ottis dijo haber pertenecido a una secta satánica para la que secuestraban niños que luego les servían para sus sacrificios rituales o incluso snuff-movies. Además confesó haber ganado dinero vendiendo niños a México que utilizaban bien para venderlos a gente rica, bien para que los usaran en películas pornográficas. Entre sus aterradores confesiones está la de haberse comido partes de cadáveres, beberse su sangre, o violarlos después de mutilarlos. Los departamentos policiales se pusieron a trabajar juntos y llegaron incluso a permitir una conversación telefónica entre Ottis y Henry Lee con el fin de que entre ambos rellenaran los huecos que faltaban en aquella retahíla de crímenes.

 

La conversación, al parecer, fue de lo más desagradable porque la pareja de psicópatas, caníbales, sádicos y necrófilos se dedicaron a disfrutar de los detalles jactándose de cada acto horroroso que habían hecho. Después de la llamada, poco más tarde, se hizo un careo entre ambos en Jacksonville, y allí Toole perdonó a Henry Lee por haber asesinado a su sobrina. Al margen de esto la policía sólo consiguió datos de un par de crímenes más de Ottis Toole que convirtieron la pena que tenía en pena capital por duplicado, acabando esta suma en cadena perpetua. Lucas admitió ser el responsable de la muerte de "Orange Socks" (mujer que nadie ha reconocido nunca y que se le llamó así por llevar únicamente puesto unos calcetines naranjas cuando se le encontró) pero después de varias incongruencias y contradicciones en sus testimonios, se dedujo que él no podía haber sido su asesino, a pesar de haber descrito a la joven -que supuestamente conoció cuando hacía auto-stop y a la que violó además de asesinarla para volver a violar su cadáver- y haberse creado un retrato de su rostro. El fiscal que se ocupó del caso de los davidianos en Waco (Texas) sospechaba que Henry Lee se atribuía más asesinatos de los que en realidad cometió a pesar de dar detalles de todos los crímenes, así que se empeñó en crear una agenda muy minuciosa donde apuntar absolutamente todos los detalles referentes a Lucas. Consiguió seguirle la pista desde 1975 hasta 1983 a través de testigos, facturas, multas... cualquier detalle que delatara su posición en un lugar, día y hora concreta.

 

Y eso le llevó a descubrir que Henry Lee mentía. Una de las familias víctimas de un asesino, la familia Lemon, que perdió a su hija de 18 años en 1975, fue determinante para demostrarlo. Henry Lee se autoinculpó del asesinato de la hija de la familia Lemon y según su testimonio, llegó a la casa blanca, entró por la puerta de atrás, subió hasta la habitación de la chica y la asesinó en la bañera. La familia Lemon contó su versión: su casa era blanca, pero en el momento en que su hija fue asesinada estaba pintada de verde. La puerta trasera por donde Henry Lee decía haber entrado siempre había estado sellada. Además, su hija no murió en la bañera, sino en el jardín de la casa. Este hecho y otros detalles hicieron que Henry Lee no cumpliera condena por todos los asesinatos que él mismo se atribuía, si no sólo por aquellos que pudieron demostrarse. Lo terrible del caso es que Henry Lee mentía a conciencia, no porque estuviera loco, confuso o divagase, si no porque, según sus palabras, se había divertido mucho aceptando todos aquellos crímenes.

 

El fiscal había conseguido descubrir el engaño de Henry Lee, pero la gente quería que fuera el asesino que buscaban, a tal punto que hasta sus propios compañeros crearon una trama injustificada en torno a él en la que le acusaron de homicidio, prevalicación y lo que se les ocurría con tal de apartarlo del caso. Querían un asesino confeso y cerrar los casi mil casos de desapariciones y asesinatos y el fiscal sobraba. Le tocó asistir a su propio juicio y defenderse ante sus compañeros, y debido a la gran cantidad de datos que había obtenido y a su buen hacer, consiguió esclarecer la verdad y una indemnización impresionante para aquellos años 80 por atentar contra su honor. El fiscal era un hombre íntegro y valiente, pero además inteligente e inocente de los cargos que le imputaban. A Ottis (en la foto) le cayó cadena perpetua y murió finalmente en la cárcel en 1996 a causa de una cirrosis, y a Henry, pena de muerte. Esta fue rechazada finalmente en 1988 debido a que se atribuía incluso crímenes ya resueltos, y Henry siguió vivito y coleando en prisión con un cómputo de 11 asesinatos demostrados, de 360 que se cree que cometió, y 900 que dijo haber cometido él mismo en uno de los interrogatorios.

 

Fue cuando se vio en el corredor de la muerte cuando vio que se le acababa la buena vida y comenzó a desdecirse de todos los crímenes. De los 900 crímenes que había aceptado, acabó diciendo que sólo había matado a su madre porque la odiaba y que ese crimen ya lo había pagado en la cárcel y en una institución mental. Quería librarse de todos los cargos. A las puertas de la muerte, se acojonó, dijo que sólo quería ser popular porque se sentía querido y respetado, y finalmente fue acusado de aquello que pudo ser demostrado. El 12 de marzo del 2001, a los 64 años de edad, Henry Lee Lucas fallecía en la cárcel donde había pasado tantos años viviendo. Un hogar-celda, gente con la que hablar, comida, sustento y un trabajo fijo haciendo uniformes... Se había convertido en un producto mediático, era famoso y le encantaba salir en televisión, la gente incluso le seguía como un ídolo, se sentía bien tratado en la cárcel y fuera, era querido...

 

Precisamente todo aquello que le faltó en su infancia, pero nunca demostró un ápice de arrepentimiento a excepción de la muerte de su novia y del tiempo que vivió feliz en la comuna con ella. Tras un par de días en la enfermería, fallecía por causas naturales.

 

fuente: kruela.ciberanika

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