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Profe tumbero

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Mensajes publicados por Profe tumbero

  1. Por ahí mencioné a Lakisha Key y su explicación. Ella publicó en SEXO tres y en distintas, alguno quizá la recuerde. De muy linda cara, pero entrada en carne. Peruana, que supuestamente regresó por la mala situación de nuestro país, pero con el dinero suficiente para montar un negocio en el suyo.

    Ella me describió esto, más o menos así:

    Las pibas trans tienen - todo según Lakisha- un apetito sexual similar al del hombre. Por eso, cuando tienen empleo, salen a buscar calmar el apetito. La mayoría van a boliches, a levantar y a lucirse, porque les gusta el glamour -a muchas-  más que el helado de frutilla a la crema. En esos ambientes, aparece la tentación. Ellas van a buscar machos que les gusten, pero aparecen los no agraciados que tratan de seducirlas con arte o, con guita en mano. 

    Ahí, vencidos los pruritos, encuentran que trabajando de putas satisfacen el apetito sexual y ganando mucho más guita que en un empleo en blanco. 

    Esa sería la explicación por la cual pibas que consiguen empleo, comienzan a descuidarlo y terminan en la prostitución. 

    Luego, una trabajadora social del ámbito judicial me explicó que muchas pibas ya sea porque los clientes les piden droga (los que las pibas llaman coloquetes) comienzan a actuar primero como deliverys. Luego, al ver la demanda y el extra económico, comienzan a llevar falopa, siempre. Primero por si el cliente quiere, luego van directamente a la venta. Más que nada cuando el tiempo pasa y ya no son tan buscadas. Al margen de la posibilidad de que ellas mismas comiencen a consumir, con lo cual compran droga para la venta y una porción para su propio consumo.  

    Cuando Lakisha me comentó esto me quedé pensando que los hombres tendremos un apetito exacerbado, pero que aún así cuidamos el empleo o la fuente de ingreso, si queda mejor el término. Y recordé un reproche que alguna vez me hizo Fulanita:

    "usted quiere que yo siente cabeza y eso no quiero". 

    Creo, que por estas variables pasa el tema con muchas de estas chicas. 

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  2. hace 2 minutos, HER VORST dijo:

    Muy buen relato mi estimado Profe, Recuerdo que esta nenu ha hecho cosas similares a otros clientes, ya sea clavarlos en la puerta, como así también llamarlos a los pocos minutos, con cualquier excusa hacerlos regresar  y nuevamente clavarlos y no contestar mas. Hay que estar medio enfermito para divertirse así, o sentir un desprecio total por la persona/cliente.

    Es que al hacerlo con los clientes está pésimo. Ahora, entre nosotros se estaba cultivando algo, al menos en apariencia, y terminó manejándose de esa manera. Con lo cual, mucho más grave. Si se pretende crear un vínculo de amistad o de noviazgo o de lo que sea, pero algo más importante que la relación escort - cliente, con más razón para no tener ese comportamiento. 

    Ahí están sus publicaciones en cara de libro repleto de consignas contra el heteropatriarcado y cosas así, depreciando a los hombres y esas cuestiones. Respecto al trabajo y la discriminación contra las trans. Que existe tal situación, existe. Ahora, consiguen un empleo y no cumplen...Y te pegan una patada en el traste por mal desempeño, no por ser trans. 

    Con Fulanita ocurrió algo parecido. Iba a bolichear todas las noches, con lo cual a su trabajo llegaba reiteradamente tarde, sumado a los faltazos sin aviso. Motivo por el cual comenzaron a llamarle la atención y a tener entre dichos con la empleadora. Le dijeron cosas que a ella no le gustaron, probó la prostitución y largó el empleo (que era en negro) a la mierda. Después andaba lloriqueando por tener que ejercer de puta y que tenía que conseguir algún empleo en blanco.

    Digamos, que la señorita está un tanto equivocada en sus análisis. 

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  3. hace 5 horas, Alzado50 dijo:

    No Profe, no aburriste para nada. Pobre esta chica, que tiene varios viuditos en el foro enamorados de ella desde hace años, incluído un ex moderador culo roto.

    Ud estaba enamorado de ella y entonces hizo tonterías. No tuvo a nadie que le dijera Salí de ahí Maravilla, a tiempo.

    Entiendo que en su experiencia estas chicas son mas difíciles que las mujeres, pero con mi experiencia con las mujeres, me parece que son mas o menos iguales. El tema es de donde viene cada persona, su historia de vida, sus sufrimientos pasados... y eso en las chicas trans por lo general es traumático.

     

    Gracias estimado:

    En honor a la verdad, de la señorita producto de las abejas, no estuve enamorado; cosa diferente es con Fulanita. Con la primera fue, un intento de levante, que salió, como bien se habrá dado cuenta, para el reverendo ojete. 

    Y sí, estas pibas tienen por lo general un pasado complicado. Sumado al enorme narcisismo que portan, muchas. Suelen tener un caldo espeso.

    Y ahora tengo que pensar alguna otra historia...

    Pero por acá, en este hilo, había más gente comentando, publiqué un montón e hicieron mutis por el foro (nunca mejor dicho que ahora, creo). ¿Sigo?

    ¿Algún otro capítulo a modo de regalo? Historias tumberas con trans se me acabaron. 

    Ah, podría comentar una, de una señorita de las tres K; no, por favor no del Ku KLux Klan. Me refiero a la página que no se puede nombrar...Ya son varias las cosas que no puedo nombrar. Mamá mía, pobrecita mi libertad.  

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  4. La relación con esta señorita, a la cual no ventilaré su identidad de manera exacta, porque no publica en ninguna página en la actualidad y dejó de hacerlo hace un par de años. Si ventilaré que tiene rasgos aindiados, que es del norte del país. Posee pechos hormonados y en  uno de los pezones porta un piercing.Ya dije, excedida de lo dulce, pura miel, casi un colmenar. 

    Con ella, que había estado un par de veces, fue una relación tortuosa. Me daba la sensación de estar con una persona rica en su interior, pero que me había conocido de manera equivocada. Es decir, si hubiese entrado en su vida de otra forma de cliente, ella habría tenido otra actitud para conmigo. Debo comentar, que contrariamente con las experiencias que había, era demasiado mañosa. A punto tal que habíamos terminado mal. Era una cuestión de luces y sombras. Por momentos era maravillosa y en otros, caía en un pozo de manera irremontable.

    Desapareció un buen tiempo y,  un buen día vuelve a publicar. Estaba, para ese entonces muy cerca de Parque Avellaneda. La llamé, sin decirle que era yo, y me le aparecí. Obviamente me reconoció. Estuvimos juntos; maravillosa. Hasta ahí todo bien. Luego empezamos a conversar y nos contamos aspectos de nuestras vidas. Ella me dijo que estaba escribiendo, yo le conté sobre mi novela y cuentos. Fue así que salimos, fuimos a cenar en una oportunidad y le entregué en formato papel mi material (parte en realidad).  En esa cita, ella manifestó:

    - Yo a vos ya te saqué de la lista de los clientes.

    No sé si era cierto o producto del vino. No habíamos comenzado a comer, pero ella tenía un fuerte aliento a tinto. 

    Sin embargo, ahí comenzaron los problemas:

    Ella, vegana furiosa. Me reprochó que comiera una chica de Muzzarella, por el queso. 

    A esta altura de mi vida, me he alejado de gente, a la cual quiero, de mi entorno familiar, he roto con parejas (una escort que tuvo cierto nombre - no me refiero a fulanita) por enseñar donde enseño, para que aparezca alguien a armarme quilombo por comer queso. ¿Me hago entender? Después de tratar con gente que ha asesinado, violado, robado, secuestrado, asesinar al "chancho" porque no pagaban el rescate, a estafadores, etc. para que me hagan problemas por sentarme y comer una porción de pizza...Es demasiado.

    Quise besarla. Rechazo absoluto. "Yo no hago estos espectáculos en la vía pública". Si bien después me tomaba las manos, quizá por ver mi cara de estar a punto de coronarla con la ensalada y en procura de evitar que se me corte la cadena.

    Luego, al regresarla a la casa, noté que se desviaba del camino corto. ¿El motivo? Por esa vía íbamos a pasar por la puerta de un Albergue Transitorio, con lo cual quería evitar mi propuesta de ir a cojer. Está bien, es la primera salida, pero cuando quise tomarla por la cintura, deslizó su incomodidad. 

    - Conozco el camino.

    Al quererla llevar de la mano:

    - No necesito que un hombre me marque el camino. (¿O me guie?) Ay carajo, no me acuerdo, porque algo le respondí al respecto. 

    - No es que te guíe, es ir juntos a la par.

    Si, puede ser medio cursi, pero que te quieran sacar los ojos por tomar de la mano a alguien o por comer una porción de pizza...La vida es tan hermosa si uno no se carga de ideas tan pelotudas. Y que nadie me venga con que soy un digno miembro del heteropatriarcado...Por favor. 

    La que la tiró de las patas con el feminismo enfermizo. No se trata de eso, sino de un gesto de cariño y juntan papas con piedras con el argumento que están en el suelo. Sí, pero no son iguales. 

    En esa charla se tocó el tema de su desprecio por la prostitución. No estaba para nada conforme con lo que hacía e incluso, me dio la sensación de despreciar a los que pagan por SEXO. Me comentó que empezaba en esos días a trabajar en un empleo y, comenzó a contarme acerca de lo difícil que es para una trans conseguir trabajo, que no se respeta la ley del cupo trans y cuestiones de esa índole.  Yo, guardé silencio, evitando dar mi opinión. Tenía cierta idea a partir de la historia de Fulanita, pero era injusto hacer una generalización a partir de una persona, por lo tanto, guardé silencio. Por el momento...

    Tiempo después, Lakisha Keys, otra trans que publicaba me ayudó a entender cómo es la vaina. 

    Quedamos en vernos al tiempo. Creo que a la semana siguiente. Por desgracia no recuerdo la exactitud de los acontecimientos, tal como se lo conté a SMURF. Trataré de relatarlo de una manera coherente a lo ocurrido, pero seguramente no sea exacto. 

    Imaginemos que quedamos a las nueve de la noche para que pase por la casa de ella y después veríamos qué hacíamos. Yo tenía de mi casa a la de ella, entre media hora a cuarenta minutos a pie. Mientras voy en camino, faltando diez minutos o quince, el mensaje de posponer el encuentro. Ojo, ella sabía que yo estaba en camino y sabía donde vivía.

    Para esos días, ella confundida me manda un mensaje de whatsapp diciendo que no iba a ir a trabajar. Le señalé, primero la equivocación ya que me había llegado a mi y que quizá no lo hubiese mandado de manera correcta a los empleadores. Segundo, que no fuera pelotuda. No se puede comenzar a faltar al principio y mucho menos en la primera semana y muchísimo menos con los argumentos que estaba dando. Tercero, que se tome un taxi y que se presente. 

    Sí, al pedo. Salvo por algún consejo que le dí a Fulanita, todas las veces que pretendí hacer razonar y/o aconsejar a alguna de estas pibas, terminó siendo tiempo perdido y, para colmo, te sale el tiro por la culata, porque se enojan con uno. Lo siento, pero en estos casos, por mi experiencia con varias de estas pibas, o hay que darles la razón en todo - si lo único que uno busca es garcharlas- o hacer silencio y de cuenta que uno no escuchó (o leyó nada) y que de la vida...nació hace segundos apenas. 

    Listo, regreso, perdonenme mi desvarío.

    Insistí a los días. Ella acepta y armamos un encuentro. Supuestamente había leído algunos de mis cuentos e íbamos a tomar algo para charlar e intercambiar ideas. Incluso le iba a dar una mano con la redacción de lo que ella tenía entre manos.  Voy en camino, nubes negras que presagiaban agua. Estaba a escasas dos cuadras. Recuerdo estar parado exacto en Lacarra y Alberdi. Ella sabía que estaba viajando hacia el encuentro y me entra el mensaje que no estaba de ánimo. Le señalé, le mandé foto de donde estaba y, se largó un aguacero de los mil demonios. 

    Pensé:

    Me corro hasta la casa, no va a ser tan hija de puta de dejarme afuera con esta lluvia torrencial. 

    Fue hija y nieta de putas. No me abrió, me señaló que me había dicho que no estaba de ánimo y que si subía iba a querer cojer y yo afuera, tratando de no ahogarme le decía que estaba empapándome. 

    Le hice la cruz dentro de un bar en la avenida Rivadavia, chorreando agua, con un café de dudosa factoría y con pésimo humor. Sin embargo, la carne es débil... Y no me digan que no, manga de turros. 

    Un día me escribe.

    - Vos me pediste tiempo y la única manera de dártelo es el de verte como cliente. 

    Sí, reconozco que con esa frase era para mandarla a la recalcada concha de su madre, pero seguí. Pactamos un encuentro. Una hora, milki, de esto hace casi dos años. Es decir, no hubo descuento, ni por la salida, ni por el gesto de haberle pasado mi material, ni por ofrecerme a ayudarla con su redacción de un espectáculo que estaba tratando de llevar adelante. Ni por haberme dejado afuera en pleno aguacero. 

    Como boludo, fui. Fui adonde por una cuestión de orgullo y amor propio no debía haber ido jamás. Quizá, con la quimera estúpida que la señorita equilibrara sus pensamientos. No, fue colocar demasiado en una bolsa desfondada. 

    En el encuentro me deslizó que el trabajo se había pinchado y que la habían corrido. Ahí guardé silencio, aunque las fichas del rompe cabezas me encajaban. La mina se quedó sin trabajo, por incumplidora, tal como se lo señalé. Es decir, le dieron el trabajo, pero no lo supo cuidar. No la echaron por ser trans, la rajaron por su comportamiento. Algo parecido a lo que supe de Fulanita. Y, la más fácil es hacerse la víctima y decir: "por ser trans". No quiero discutir acá (sé que no todos los casos son iguales, pero muchas esconden o usan su condición para no autoplantearse y corregir su mal comportamiento) y ahí no quise discutir. estaba en bolas, ustedes sabrán comprender. Ella había vuelto a publicar, para morfar. Entonces se acordó del gil y pretendió cazar dentro del zoológico, llamando al que estaba detrás de ella, para tener dinero fácil. ¿Alguna cuenta quizá? No lo sé. 

    Para esa época andaba pésimamente mal de la próstata, motivo por el cual se me dificultaba muchísimo eyacular. Le advertí de la situación a la señorita en cuestión, antes de vernos. Y en el encuentro fue así, con la contra de que en vez de hacérmelo más fácil, comenzó con los reproches de manera constante. No entro en detalles, porque me echaba en cara el no haber podido comer y que estaba con hambre, pero yo había demorado tiempo suficiente para que ella pudiera comer algo. Ella sabía que yo me demoraba. ropuse de terminar e ir a comer algo juntos:

    - ¡Qué! ¿Otra pizza de muzzarella?

    Decididamente no era la mejor manera de conseguir que acabe, buscarme para discutir, deserotizándome; una locura. En un momento, ella se levanta y me dice:

    - Yo ya cumplí. Me voy a comer y te dejo solo. 

    Me indigné. Me levanté y, ahí comencé a largar dardos envenenados, a punto tal que estuve fácil una hora o más. Fui duro, creanme, muy duro. Cierto, pero duro.

    - Así no son las cosas, querida. 

    Ese fue el primer compás del preludio. Digamos que la intratta...

    _ Me das ya (y extendí la a final) mi libro y mis cuentos.

    La mina, salió corriendo sin decir una palabra. Al tiempo, mientras estaba rezongando en voz alta en su casa y me iba vistiendo, escuchaba que se estaba vistiendo en la cocina. En tiempo recórd aparecí ahí mismo, vestido. Me senté en un sillón para ponerme los zapatos y anudarme los cordones, pero sin ceder en mi enojo. 

    Que ella vivía argumentando sobre la violencia que sufren las trans, pero que si ella no era violenta en su proceder. Por el comportamiento deshumano de dejarme bajo la lluvia, por la mofa descarnada a alguien que está enfermo y que encima le brindó una mano y que, a diferencia de esos que "solo pretenden mi cuerpo" la había tratado como persona. En silencio me trajo un folio con mis escritos. No dijo una sola palabra. 

    Y su silencio, me la volvió más execrable como persona. Lejos de hacerme callar la boca, me soliviantaba aún más. Era tan fácil decir: "perdón"...O, quizá esté nuevamente equivocado y el pedir perdón, el reconocer el error sea un gesto inmenso al que no todos pueden llegar. No lo sé. 

    Sé que me fui, rezongando en un continuo. En la cara le dije:

    - Si no te gusta laburar de puta, lo puedo entender. Ahora, nadie te pone un revólver en la cabeza para que lo hagas, lo hacés por el dinero. Pues bien. ¿Te pusiste a pensar cuánto es el porcentaje de un sueldo mensual de un cliente que vos recibís por una hora de tu compañía? ¿El 10, el 5 por ciento? Es decir, un tipo te da el 10 % de lo que gana en un mes para estar con vos una hora y vos, ¿no podés estar un poco más? Y, por si fuera poco, venís y lo forreas. ¿No es una manera violenta de comportarse acaso? Si tanto te molesta ser puta, decime entonces ¿cuándo conseguís un laburo, por qué mierda no lo cuidás? Y si no querés cuidarlo, o no trabajés de puta si tanto te molesta o, si lo hacés por la guita, al menos respetá a tus clientes porque son los que te dan de morfar. 

    Así me retiré de su casa. Ella cabizbaja.

    No, no estaba tranquilo. Para nada. La mitad de mi genoma colombiano estaba que trinaba. Al llegar a la esquina de Lacarra y Alberdi, recordé la anécdota de haberme dejado de manera cuel bajo una tormenta eléctrica y le mandé un mensaje a modo de despedida:

    - Porqué no procurás tener un poco de coherencia en tú vida. ¿Sos abortera y después tenés pruritos por comer una porción de muzzarella?

    Esta vez, la bloqueé.

    Ella en la semana se bajó de la publicación. ¿Abrá resultado efecto mi retahíla?

    No lo sé. Me quedó saber qué pensaba de mis cuentos, aunque algo de adelantó: 

    - Vos tenés muchas cosas escondidas...

    La pelotuda, pobre, confundió escritor con personaje. Mis cuentos son sobre el mundo del delito y esta muchacha pensó que yo era un chorro. Quizá ese haya sido el motivo de su silencio o el que alguien le haya mostrado cuantos pares son tres botas. 

    No lo sabré nunca.

    ¿Aburrí?    

     

     

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  5. hace 58 minutos, Dog Day Afternoon dijo:

     

    Posee una voz femenina, pero no de esas amariconadas. No sé como ponerlo claro. De esas forzadas que se notan que se pretende que suenen como mujeres.

    De rostro viene bien, pero se le nota el paso de los años. No tiene nada que ver con las fotos. Tiene marca de acné e incluso se le notan los pómulos más marcados y los cachetes flácidos. 

    Para mi está por arriba de los cuarenta, pero muy bien llevados en cuanto a su físico. El rostro, que quizá sea lo más flojo, está bien. No es una piba quinceañera. Imagino que no debe ser fácil comenzar a arribar a esa edad a una trans que, tan preocupadas por lo físico, encima no puedan dedicarse a otra cosa más que a la prostitución. Debe ser complicado. No lo digo por Loly en concreto, lo digo en general.

    Con la señorita Sweet Temptation. Yo no fui pareja. Si fui cliente y con buena onda. Cuando se enteró que había sido novio de Fulanita (error mío en contárselo) la cosa cambió. Para colmo después la invité a salir a tomar algo, a lo que no accedió con lo cual la cosa se complicó. Ahí en una oportunidad me ofreció literalmente a que entre sin protección, a lo que no acepté. Luego, como comenté, hizo el movimiento -que lo tiene perfectamente estudiado - con lo cual cuando lo hace ya estás adentro. Supongo que lo debe hacer a menudo porque es en un segundo que te encontrás con ella diciéndote:

    - Esa es mi conchita.

    Por supuesto te dice que es la primera vez con un cliente y bla, bla, bla. No discutí, ni peleé. Salí, me tomé el subte y en unos minutos estaba en el Muñíz. Ya tenía idea, en parte del protocolo, porque la mujer de un amigo, médica patóloga se clavó una aguja en su momento y se le tuvo que practicar, con lo cual tenía cierto conocimiento tenía. Solo que en estos casos, me refiero a penetrar sin condón a una trans, además te dan antibióticos inyectables y en comprimidos. E incluso la antitetánica. 

    La señorita, a su ex me refiero, tiene una amiga que de manera velada ofrece un servicio "sin" pero sin agregar un extra por el mismo. De manera sutil, pero lo hace también. 

    Y con Fulanita...

    Por acá hubo un ñato, hoy baneado que deslizó que ella también. Para ese entonces estábamos distanciados, le consulté y no fue capaz de decirme:

    "¿Vos sos estúpido para creer eso?" 

    O algo parecido y, por mi experiencia con ella, creo que también se le escapa la tortuga, por decirlo de alguna manera. La cagué a pedos, pero no fue capaz de decirme algo que me tranquilizara. Aguantó mi andanada verborrágica a modo de sermón, sin decir ni mu.  

    Yo soy un poco más frontal y tal vez pedestre en mis análisis, pero considero que muchas de estas chicas, están muy mal. Lo siento, lo defino de esa manera, aunque a alguna - en concreto a Fulanita - la haya amado y a otras les tenga mucho aprecio (a Sweet, por ejemplo) porque las considero buenas personas.   

    Pero jugarse al extremo, poniendo en riesgo la salud, no me parece nada sensato.  

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  6. Ahora, haciendo memoria. La señorita me decía que yo quería aprovecharme de ella. Mezclando la invitación a salir, con el haber estado más de una hora y querer pagar por menos tiempo. Que yo quería salir con ella para cojer gratis y de ahí, agarraba a fulanita y la subía al carro. 

    Ya lo definí, un sainete.

    Y una discusión parecida, vía whatsapp tuve con otra señorita. Trans muy hermosa de la cual subí una experiencia. Que le escribí preocupado por su salud y que terminó señalandome que "yo era un digno ejemplo del hetero patriarcado". 

    Terminamos bloqueándonos mutuamente. De esta tengo miedo que si venga a armar quilombo, tanto ella y como sus esbirros.

    Pero si gustan, puedo contar varias. El señor SMURF estuvo al tanto de alguna que le comenté por MP de una señorita sumamente empalagosa. Ya no dulce, excedida a punto de ser miel pura.

    Se me acabaron las tumberas y arrancó el profe por otra senda. Ah, y todo esto fuera de la novela en ciernes y la que está publicada, que si bien la piba en cuestión no es trans, pero la trama es mucho más jugosa. Aunque le falte pulir la redacción. Hoy, modestia aparte,creo que escribo mejor.  

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  7. hace 48 minutos, Alzado50 dijo:

    Profe, la verdad que una XP de mierda... Ahora, Ud publicando esto está invitando a la banda de garcas que lee aquí, para que le vaya con el cuento a Loly...

    No creo que ningún forista vaya a saltar por una mala XP de quien tiene casi todas buenas o excelentes. Mire lo que pasó con Fabiana R. Hubo varias malas pero sigue habiendo buenas y muy buenas.

     

     

    Si ya sé, seguro que van a ir para ganarse algún favor. Ahora, señalé que la primera experiencia fue muy buena. Excelente. La segunda, un sainete. Merece ser escrito para una película grotesca. 

    Ella misma me dijo quién era Fulanita e incluso me dijo quién fue el forista que se lo contó. Lo mandó al frente con pelos y señales. Esto quizá pueda ser cierto o no, pero lo real y concreto es que ella sabía quién era. Yo nunca le escribí a ese forista porque no tiene sentido; es armar puterío y discutir por tonterías.

    De esto pasó hace bastante y espero que no venga a armar problema. Guardé silencio porque para ese entonces se había armado quilombo con un chica colombiana a la cual critiqué e hizo su descargo en estas páginas y se armó una romería infernal. Obviamente alguien le fue con el cuento a esa piba. Ignoro en ese caso quién fue, pero hubo un montón de foristas que salieron a pegarme de lo lindo, aunque repartí unas cuantas piñas porque eran tenía tan poca consistencia como la gelatina sin sabor. La colombiana conformaba, porque dejó de trabajar, en ese grupo de las putas feministas. La situación llegó a tal extremo que ciertas de esas minas se deben haber pasado mi número porque me tienen bloqueado de antemano.   

    Cuando publiqué la experiencia de la loca del conejo, por acá no hubo críticas. No miento, hubo uno de este lado que salió a pegarme.  Ahora, en el otro foro arreciaron a los días algunas experiencias inflando a la mina, de manera muy llamativa y peculiar. Supongo que eran experiencias hechas a medida ya que para ese entonces una chica me había comentado que se cobraba dos mil pesos la experiencia, en el otro foro. Sin embargo, Lena, la pirada del conejo a los meses dejó de publicar y desapareció. La experiencia está todavía, pero no es una trans.  La publiqué porque Lena estaba pirada mal, era muy peligrosa (tanto para el cliente como para ella) y porque la mina era mala leche. Loly, en cambio, no. Para mi la agarré en un día de mierda. Se le complicó, no supo manejar la situación y no lo hizo con mala intención, aunque haya estado muy equivocada. 

    Digamos que busqué evitar la discusión.  

     

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  8. A la señorita Loly, la visité en dos oportunidades. En la primera, todo fue de maravillas. Incluso después de terminar, nos quedamos charlando durante bastante tiempo y abordamos temas personales de distinto tipo. Digamos ex parejas, me consultó sobre otras chicas que yo haya visitado y, de ahí salió el tema de fulanita. Ella me contó sobre una ex pareja y terminamos con ella diciendo que "tenía buena onda". Yo, incluso la invité a salir, a tomar algo, dado que ese día me pidió si podía llevar helado de determinada casa, la cual encontré cerrada. 

    En resumen, todo mucho más que bien. Incluso, me hizo entrega de su número personal, el cual creo que era el celular.

    En el segundo encuentro, fui sin helado ya que habían pasado varios meses y era un día de invierno. Yo no le hice recordar quién era, quizá ahí estuvo mi error o la agarré en un día con la mayonesa echada a perder y estaba a puro nervio como milanesa de fonda. No lo sé. 

    No recuerdo de manera exacta como fue toda la secuencia, digamos que haré una versión un tanto estilizada, un poco para amenizar el relato y no a los fines de una redacción de una experiencia "clásica" en la cual está tachonada de detalles. 

    Subí, arrancamos a los besos y, de buenas a primeras le suena el teléfono. Me larga, atiende, ya que era un familiar (me reservo quién era), dialoga respecto a una encomienda o paquete que le habían enviado. Termina la conversación y seguimos.

    Al rato, suena el portero eléctrico. Era el pibe que llevaba el paquete, que supongo sería un motoquero y no un correo ordinario, por la hora. Ella me larga para atender, conversa con el chabón y oigo que le dice que hable con el de vigilancia. Imagino que ella supuso que el motoquero le dejaría el paquete al vigilante, por lo que volvimos a lo nuestro. Yo, ya me había enfriado y con cada interrupción, que eran bastante largas, había que empezar desde cero. Ella no, iba y venía con el amigo con un estilo "boy scout" a punto tal, que no entiendo como demonios hace, pero había acabado varias veces con ese estilo de frasco de perfume que tiene o, como mencioné, a modo de aspersión. Es decir, para que se entienda, no acaba largando escupidas de semen de cierto volumen, sino como si fueran microgotas. 

    Bueno, regresó y arrancamos de nuevo. Al rato, suena un timbre. Era el de seguridad. Solicitándole que baje Loly a atender al pibe porque este quería pasar. Ahí comienza un diálogo de ella con el fulano, del cual ella le decía que le había solicitado que ingrese y le dejara a él el paquete. La cuestión era que el vigilante, por un lado quería la autorización de la misma Loly y no la palabra de un motoquero y, por otro lado, se precisaba la firma de la misma Loly en el comprobante de entrega. Como se darán cuenta, ella no estaba para bajar y atender al muchacho. Por un lado estaba semidesnuda, al palo mal y con un bigote desnudo en la catrera, o sea el que suscribe. Hacerlo implicaría decirme que la acompañe, vestirnos e ir juntos o, por otro lado, confiar en mi y dejarme en la casa mientras ella hacía el trámite. Optó por convencer al vigilador que le permita el ingreso.

    - No puedo bajar a atenderlo ahora - señalo.

    Al rato sonó el timbre. Era el motoquero. Digo yo que era un motoquero, porque no lo ví, pero escuchaba el diálogo de ella -y ahí no susurra nada, sino cuando atiende a los clientes y cuando está garchando y, noté que cuando más caliente está, más susurra- le firma y cierra la puerta. En ese momento, pensé que el paso de comedia había concluido y que todo se encausaba, pero que equivocado estuve. Ingresa Loly al cuarto, luego de acomodar lo que le trajeron, con el celular en la mano y llama a su familiar. Le deja un mensaje grabado informándole acerca de la recepción del envío. terminado esto, se acuesta y seguimos. Digamos que de vuelta arrancamos. Al menos para mi, porque ella no se veía afectada en lo más mínimo. ¿Será uso y abuso de la pastilla azul? Todo iba bien, hasta que suena un timbre. Se levanta y atiende. Era el vigilador para cerciorarse que todo estuviera en orden. Bárbaro, un excelente profesional, pero era otra cubetera de hielo sobre mis ingles.

    Regresa a la cama y de nuevo arrancamos. Todo perfecto, hasta que suena el teléfono. Era el familiar. Ella toma el teléfono, se apoya sobre el respaldo de la cama (o pared) no recuerdo bien y comienza a dialogar. Yo, no sabía que hacer. Nuevamente se había enfriado todo. Estaba tentado a entrar a manosearla, cosa que las veces anteriores o no podía porque estaba en la habitación contigua o algo alejada de mi, pero lo consideré demasiado invasivo y me limité a acariciarle las largas piernas que posee. Ella siguió charlando un buen rato. Tras cortar, si bien me pidió disculpas, retomamos.

    Al rato, mientras estábamos en cucharita, hizo una treta para que ingrese sin la adecuada protección. Sin embargo, poco tiempo después un importante forista abrió un post informando sobre este comportamiento. Le reproché su actitud, pero ella dijo que estaba equivocado. No, no lo estaba. Para mi se dejó llevar por la calentura y, como se dice adentro "si zarpa, zarpa". Solo que esta vez no zarpó y además, falló porque el movimiento de cadera lo hizo desde lejos y me dio tiempo para reaccionar esquivándola. Fortuna que no tuve tiempo después con otra famosa trans, tanto por su excelente servicio, muy dulce como tentador, pero que me llevó a la guardia del Muñiz a la hora y media de salir del apart hotel que en ese momento alquilaba. Moraleja: con determinadas chicas trans, hay que arrancar desde cero con preservativo. Digamos desde la pitada inicial. La situación llevó a una discusión amigable, pero que enfrío bastante la cosa. Además, estaba hinchado las pelotas del vaivén y el jaleo del paquete. Me levanté y le dije que me iba. Y les juro que mi intención era irme a la mismísima mierda. Me había cabreado en serio. Ella se levantó de la catrera en una escena imborrable. Se tomaba el miembro con la mano derecha, hablando casi normal y me dice:

    - Mirá como me calentás.

    Elogia mi cuerpo, que para ese entonces estaba haciendo gimnasia. Me agarra y me comienza a morfar la boca y a pedirme disculpas. Parecía una novia arrepentida. Me pedía que por favor no me fuera. Supuestamente ahí ella manifiesta reconocerme, aunque tengo ciertas dudas. Digamos que de frente no me reconoció. Quizá en el primer encuentro pude haberme presentado sin barba y en el segundo con y eso la desubicó un tanto, pero no recuerdo con exactitud si eso podía ser así.  Tal vez de espalda me haya podido reconocer por medio de ciertas cicatrices que porto...No lo sé.

    Entonces, retomamos pero ella comenzó a reprocharme mi historia con Fulanita. Algo, absolutamente inverosímil.

    - Que vos estuviste en pareja con ese travesti.

    Incluso yo no le había revelado la identidad de fulanita, pero ella la tenía localizada, cosa que ella misma reconoció que un forista le había avivado quién era. Ya me imagino que alguno irá corriendo a decirle lo que estoy volcando y hasta aparezca por estas páginas. Ya me ha pasado con un par de escort colombianas en dos oportunidades diferentes y se arme la de San Quintín. Esperemos que prime la sensatez y que "los sopladores de bolsa" tengan a bien callarse. No estoy de ánimo.  

    - Te la voy a chupar como seguramente te la chupaba ese travesti.

    Y comenzó a hacerlo de manera desganada.

    Luego comenzó un diálogo medio enquilombado y al cual recuerdo como falto de lógica, aunque tal vez la tuviese, pero yo ya estaba tan caliente, que lo recuerde mal. Me reprochaba que la haya invitado a salir, que ella debía prestar su conformidad y a cada rato regresaba con fulanita. Y, de vez en cuanto lanzaba el estiletazo que ella era toda una mujer y no un travesti como esa fulanita.

    Para ese entonces, Loly había acabado un montón de veces. Yo, naranja. Mi idea era aguantar estoico, acabar y mandarme a mudar. había dejado de discutir, buscaba concentrarme, lograr el objetivo y vuala.

    Solo que, me comenzó a advertirme que me iba a cobrar dos horas...Y ahí, se pudrió todo.

    - Vos entraste en el departamento a tal hora.

    Argumentaba doña Loly.

    Como ustedes se imaginarán, yo contra argumentaba que era cierto, pero que se había pasado entre media hora y tres cuartos arreglando el quilombo del paquete. Luego, las dos discusiones.

    Ahí, creo recordar ahora que tuve la mala idea de decirle que ella no era mi pareja y por lo tanto no había ido para terminar discutiendo de esa manera, como si fuéramos marido y mujer. Con lo cual, trajo a la discusión el tema de mi invitación a salir y mi herejía por haber sido novio del travesti fulanita. Abro un paréntesis, que creo haberlo dicho ya en otra momento en este post, son muy crueles y despectivas entre ellas mismas estas chicas. Son terriblemente jodidas. 

    Listo, ahí sí. Tomé mi ropa, me vestí y le pagué una hora. Ella procuró nuevamente que me quede, pero yo estaba muy molesto y a rechacé.

    Al salir, quizá de jodido pero muy pendejo (lo reconozco), le escribí.

    - Flaca, vos acabaste un montón de veces y yo ni una. Vos tendrías que haberme pagado a mi. 

    Me bloqueó. 

    Jamás volví a entablar diálogo con ella. Estuve a punto de publicarla, pero quise evitarme con la andanada de experiencias fabulosas que tuvo tiempo después de esta y de la de muchacho mayor que la mandaba al frente en su intención. Para evitar entrar en controversias, me la guardé.

     

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  9. hace 55 minutos, tano_laplata dijo:

    cortenlá con los acertijos viejo! parecen jorge suspenso! (personaje de capusotto)

    gracias profe, apenas me llega la notificación voy corriendo a leer qué puso

    es gratificante que nos reconozcan el laburo, a mí no me pasó nunca, pero debe ser gratificante

    un saludo profe, y gracias eternas.

    Mi estimado, no se me enoje.

    A las niñas tumberas, no las puedo nombrar por cuestiones de índole ético. No he puesto ningún nombre verdadero, ni he indicado lugar exacto, para evitar que estas personas sean individualizadas. 

    Con respecto a las trans escort.

    Bueno, señalé a Génesis. Que daría para una segunda historia...

    A Fulanita no puedo nombrarla, por otras cuestiones de índole personal.

    Y, como bien señalara el amigo Alzado, la otra en cuestión es Loly "la susurradora" o la acabadora por aspersión, también. La experiencia no la subí en su momento porque tiene tantos fanáticos que me iban a desollar vivo. Pero, ya la contaré, me levanté mal y me fui a la mierda sin acabar siquiera.  

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  10. Primera clase en cárcel de mujeres al comienzo de un año lectivo, de esto hace varios años. En la inmensa mayoría de las veces, nadie me suele informar acerca del grupo que me va a tocar. Esto, que debiera ser básico, para muchos no lo es. Por desgracia, mis "superiores" se limitan a decirme día, a qué hora y penal debo concurrir, como si esto fuera suficiente. 

    Tras entrar al curso veo, a una mina que era un oso, por lo enorme. Si bien parecía una trans, pero era en cárcel de mujeres y, yo pensaba en ese entonces que todas ellas estaban dentro de las cárceles de hombres, en secciones, pabellones o módulos separados. No como muestra ese engendro de "El Marginal".

    Extrañado la contemplé. Era toda robusta. Alta y ancha como una cama de dos plazas parada. De tez trigueña, pero de melena rubia, usando tintura de calidad, lo cual no es poco en esos lares. Uñas larguísimas, impecables en su pintura roja, que parecía un fragmento de la carrocería de una ferrari. De manos enormes, que al tomar la mía me hizo sentir como si la estuvieran apretándola entre dos almohadas. Tenía senos, caderas anchas, pero cierta sombra de barba tipo candado. No, no le salían pelos, tan solo un leve grisáceo sobre la piel. 

    En ese momento juraba que era trans. Miré la lista y su nombre era femenino. Supongamos que se llamara María Rosa. 

    Comencé la clase y María no me sacaba los ojos de encima. Todo iba bien, hasta que se me ocurrió proponer ejercicios a la clase, con la intención de que fijen los conocimientos de la introducción teórica que había brindado.

    - Ahhh, no quiero.

    Fue la respuesta de María Rosa, haciendo un mohín de desgano y desprecio.

    - Fijate que tus compañeras están trabajando.

    - Pero yo no quiero.

    Esta última frase se iba intercalando con variantes tales como: "no me gusta", "no tengo ganas", etc. a lo largo de la primera clase, que terminó con la advertencia mía, de:

    "Si querés el diploma, pensá que vas a tener que ponerte a trabajar, porque sino, no vas a conseguir nada".

    Generalmente en cárcel de mujeres soy un poco más prolijo a la hora de advertirle a mis alumnas. En cárcel de hombres le habría dicho:

    "Papi, si pensás que está todo pago y que por venir ya luqueaste el certificado, estás bigoteando". 

    Cuando se fueron las alumnas, charlé con una mina del servicio procurando indagar qué era María Rosa. Para mi sorpresa, en ese momento -y es por eso que manifesté que está tendría que haber sido la primera historia que relaté- me dijo:

    - María Rosa es trans. 

    Extrañado le pregunté acerca de su genitalidad, sin verbalizar la pregunta, tan solo haciendo con mis dedos una imitación de una tijerita.

    - No entiendo qué me quiere preguntar profesor.

    La penitenciaria se estaba haciendo la pelotuda y, como ya había tenido suficiente con doña María Rosa, la miré y sin vueltas, le dije:

    - Si se la cortaron.

    - ¿Usted me está preguntando si está adecuada genitalmente?

    La miré, hinchado las pelotas de tanta vuelta y, si bien tenía texto para decirle muchas cosas, me limité a decirle:

    - Eso.

    - No.

    - ¿Entonces?

    - Entonces qué.

    - ¿Qué hacé acá?

    - ¿Y dónde quiere que esté?

    - Tiene pene y seguramente también testículos...

    - Exacto.

    - En la cárcel de hombres hay trans como ellas.

    - Esas trans, profesor, no tienen documentación que se encuentre vinculada con su autopercepción. 

    - Ah. Por lo tanto no tiene un DNI con nombre de mina.

    - Exacto.

    - ¿Y con las requisas? - pregunté ante lo que me parecía obvio frente al trabajo de los penitenciarios.

    - ¿Qué pasa con ellas?

    - ¿Quién la revisa? Porque tiene pene y testículos.

    - No sé, supongo que personal masculino.

    - Ajá, bueno, pero arriba tiene senos. ¿No?

    - Ay no sé, personal femenino, seguramente.

    - Veo, flor de despelote. Por lo tanto no solo la deben requisar por partes distinto tipo de personal, sino que en la parte donde están las reclusas mujeres, debe ingresar personal masculino.

    La mina con la que charlaba, si bien penitenciaria, era personal civil de educación y venía imbuida con el discurso reinante. Solo que me acordaba como con otro jefe, el material para que las internas estudien -y nosotros demos clases- existía a manos llena y el jefe nos lo ofrecía y en el momento de ocurrir ese diálogo, había uno o dos marcadores despeluchados para todos los docentes y no había nada para las internas. Y no había no porque no llegara desde el gobierno. Mucho discurso, pero después...Bueno, como se suele decir:

    En la carrera se ven los pingos.

    Las siguientes clases, fue siempre igual María Rosa se comportaba de la misma manera. Si le preguntaba:

    - ¿Qué querés hacer entonces?

    - Me gustaría hacer esto.

    Entonces reformulaba una tarea, en el momento, para adecuarla a que fuera una práctica significativa acorde a sus requerimientos y María Rosa cuando la veía, salía con:

    - Ya no quiero. 

    Y yo, me quedaba con la puteada enredada entre mis incisivos. 

    Habrían pasado unas dos semanas, cuando se me aproximó una mina del servicio y me pidió disculpas. Extrañado le consulté a qué y porqué.

    - María Rosa no tenía autorización del equipo de psiquiatría para tomar clases.

    No sabía qué decirle. Fruncí el entrecejo, conteniendo las ganas de expresa mi cólera. 

    -¿Ustedes creen que soy un piloto Kamikaze? - dije sonriente, pero furioso.

    - No, como se le ocurre.

    - Estuve presionando a alguien que podría haber reaccionado vaya uno a saber cómo, quizá de manera violenta (yo no sabía porque estaba en cana María Rosa, quizá fuera homicidio) y yo acá para atajar solo en el arco.

    - Quedese tranquilo, que no pasó nada.

    Claro, no había pasado nada, pero de haber pasado, ese era mi enojo. 

    - ¿La sacaron del curso?

    - No, ya tiene el alta.

    Mala noticia, María Rosa iba a seguir jodiéndome la vida. O, parte de ella.

    Las clases siguieron igual. Calcadas. Solo que inicié un acercamiento hacia ella, con la intención de ver si mejoraba su performance en clase. Ahí comenzaron a surgir diálogos y ella reparó datos de mi, con lo cual los usó para variar sus latiguillos.

    - Bueno, van a hacer tal ejercicio.

    - Ay, que hombre, como debe haber hecho sufrir a su mujer, por eso se terminó separando.

    - Ay, qué carácter, sufro de pensar en su ex esposa de haberlo tenido que soportar.

    Yo, estoico seguía fingiendo dos cosas. No haberla escuchado y que no me importaba. Ella pretendía alterarme, y no quería darle el gusto. 

    Una pequeña revancha ocurrió un día. María Rosa no vino y me enteré que había ocurrido un problema en el pabellón. María Rosa había peleado con tres chongos (presas lesbianas que adoptan comportamientos masculinos) y que estaba en el hospital.

    Luego, me enteré que a María Rosa debía operarla y que se había iniciado un desbarajuste legal por el tema de la intervención. En clase María Rosa le contaba a sus compañeras.

    - Esa guacha de las patadas que me dio mientras estaba tirada en el piso, hizo que se me corran las prótesis. 

    Esa situación la aproveché y me interioricé de la problemática de salud de ella. Una prótesis estaría fisurada y se temía que se libere material del interior de esta al cuerpo de María Rosa, con las consecuencias para su salud. El sistema se hacia cargo de la intervención, pero se limitaban a extraérsela. Ella argumentaba que quería una prótesis en reemplazo. Que en el caso de no ser reemplazada se la exponía a ser intervenida quirúrgicamente en dos oportunidades, con el riesgo que eso implica, de quedar vulnerable por la falta de su prótesis y que ella había sido agredida cuando el sistema debiera cuidarla, con lo cual su situación era consecuencia del mal funcionamiento y la desprotección que había sufrido. Es decir, había un muy bonito quilombo en la justicia para resolver el qué hacer con María Rosa.

    Fue así, que en charla va y charla viene, María Rosa me comenta que su esposo, que para ese entonces también estaba preso, era colega mío.

    - ¿Y porque no le pediste que te enseñe?

    - Usted quiere que me termine asesinando; él no tiene su paciencia...

    La confesión de María Rosa me sorprendió. Y fue más allá: 

    - El (por el dorima) me dijo que me estaba enseñando muy bien y que es un gran docente. 

    Como broche de oro, un día mi jefa me pregunta al comienzo de un año si podía trabajar determinado día porque me habían pedido de la cárcel de mujeres. Accedí y cuando llego, la penitenciaria me indica, María Rosa presentó un recurso exigiendo que seas vos el docente de ella e incluso criticó a otro docente.

    Cuando estuve frente a María Rosa, ella me señaló:

    - El otro que vino es un pendejo de mierda que se viene a hacer acá el langa. Usted no, viene acá a enseñarnos y que mejoremos.

     

    Un abrazo a mi ego. 

     

    Y sí, no es una historia que destile grasa para todos lados y mucho menos SEXO, pero es lo que voy raspando del frasco, porque las historias tumberas con trans, se me acabaron. Y la de Fulanita, esa aún falta por terminar.

    Tengo una historia, media bizarra, de la cual me levanté y me fui a la mierda de la casa de una señorita muy famosa, que tiene muchos elogios aunque hable demasiado bajito, casi entre susurros...

    Pero esa será en otra oportunidad. 

    Abrazos para todos, menos para uno. 

       

     

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  11. En 1/3/2020 a las 6:14 PM, tano_laplata dijo:

    gracias totales profe, pero las últimas historias son las que te fue mal (creo, entre tantas historias me perdí) no tenés alguna bizarra ganadora?

    La única ganadora, si la idea es que terminé garchando, únicamente con Paloma. Que la mencioné, aunque tal vez el interés de ella fuera el de conseguir un referente para presentar ante el juez y evitar la expulsión. No lo sé.

    Una, que es tumbera y en la cual salí favorecido si se me permite la conclusión, aunque reconozco que pueden no estar de acuerdo es una que narraré en estos días. Lo siento, hoy no puedo abusar de la vista.

    Si, es posible, que no tenga el impacto de otras e incluso, quizá, debería haber comenzado con esta. No obstante tuvo cierto reconocimiento que fue una caricia a mi ego en su momento. 

    Abrazo 

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  12. Esta experiencia la conté en un par de oportunidades e, incluso, no hace mucho.

    De esto, hace varios años. Yo iba a hacerme atender en la Galería Roustique por una masajista oriunda de Venezuela de nombre Patricia, que fue muy famosa y con muchas experiencias. Arreglé con ella y, al llegar al piso, me desplacé por un largo pasillo en el cual se oía música tipo reguetón de manera estruendosa. Se notaba un departamento con la puerta abierta, ya que la luz del sol invadía el pasillo iluminado por la luz eléctrica. Internamente pedía que no fuera el depto de Patricia, era la primera vez que iba, porque me parecía un desastre. Al llegar a la puerta de la venezolana, esta daba justo con el depto del cual salía la catarata de sonido. Miré hacia adentro y era un quilombo feroz. No vi a nadie, pero parecía que habían arrojado varias granadas y que entraron a los tiros un grupo comando. Había, creo un montón de ropa tirada eb el pasillo, delante de la puerta. Se abrió la puerta que estaba detrás de mi, y la sonrisa de Patricia, así como otros de sus atributos físicos, me hicieron entrar. 

    Con ella charlé de lo que vi. En ese momento supuse que sería una centroamericana, pero ella me comentó que era unca chica trans, que ella se llevaba muy bien con ella, etc. 

    Al ir en otra oportunidad, tuve la suerte de verla salir del depto y cruzármela por el pasillo. Yo por entrar a ver a Patricia y ella saliendo de su "oficina". Yo la tenía vista, ella tiempo antes paraba por San Martín y Tres sargentos, junto a una chica de ojos achinaditos, que era una trans adecuada genitalmente, con la cual llegué a estar, cumpliendo parcialmente el morbo de estar con una trans operada. 

    Bien, pasó bastante tiempo. Patricia dejó de atender en la Rosutique, ya que se mudó por la calle Esmeralda y casi Lavalle. Con lo cual deje de ver a la trans que para ese entonces publicaba en SEXO tres y en distintas. Fue entonces que iba caminando por la avenida Córdoba en dirección hacia el bajo, a altas horas de la noche. Debía encontrarme con mi amiga Tania la colombiana (otra ex escort, que fuera muy famosa), para ir a tomar algo. En realidad ella venía de trabajar en un PV que estaba por la calle 25 de mayo y arreglamos para vernos. La idea no era ir a cojer, sino salir para charlar. Aunque, debo confesar, tenía cierto deseo que sucediera un encuentro íntimo.

    Al cruzar San Martín, veo a la trans, parada justo en la esquina. Alta, con una blusa blanca, de minifalda de cuero negro y montada sobre unos tacos muy altos. Yo, de traje de lino beig, el mismo que usé para acompañar a Fulanita en los distintos trámites. Pero no solo a la trans miré, vi como Tania estaba cruzando Córdoba a la altura de Reconquista, es decir a una cuadra. Apuré el paso y, al pasar al lado de la trans, está me cruzó para que me detenga - lo cual lo consiguió- y, así sin más, me dijo:

    - ¿Por qué se te marca tanto el pene cuándo caminás?

    Bajé la vista lentamente, a modo de estrategia de estirar el tiempo para pensar una respuesta. Detuve mi mirada sobre mis gentitales y, frunciendo mis labios, le respondí:

    - Y, porque la tengo grande.

    La esquivé y procuré dejarla atrás, cuando me tomó del brazo derecho, con su mano izquierda. Quedando a la par, solo que ella tenía su frente hacia Florida y yo la mía hacia Reconquista.

    - ¿Cuánto? - preguntó la niña.

    Volví a bajar la vista, solo que esta vez recorrí la anatomía de ella y detuve la mirada sobre la cola de la chica.

    - La medida justa para vos.

    Traté de irme, pero ella no me soltó y, nuevamente, me frenó:

    - Vamos a hacer lo siguiente. Vamos, vos solo pagas el hotel.

    - ¿Cómo?

    - No te cobro nada, vamos.

    Ahí le expliqué que no podía. Incluso le dije la verdad, que debía encontrarme con una amiga. La chica hizo un gesto de desagrado y revoleó los ojos. Ignoro si me siguió con la vista, pero quizá me haya visto que me iba con la petisa rubia (mona en realidad) en dirección por Reconquista hacia Retiro caminado tomados del brazo.

    Charlamos, tomamos con Tania, pero resulta que estaba cansada y nos despedimos en la esquina que nos encontramos. Al regresar sobre mis pasos, me encuentro con Génesis paradita donde tuvo ese lance para conmigo. Procuré acercarme para entablar diálogo y al verme se alejó de mi en dirección hacia la pared y, me invitó a que me vaya, rubricando su deseo con un gesto extendiendo su brazo. 

    Listo, me quedé sin el pan y sin la torta.

        

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  13. En 12/30/2019 a las 9:03 PM, Alzado50 dijo:

    Profe, se me acaba de caer un ídolo. Como se va a asustar de un carpincho? No solo es mas bueno que lassie, sino que es mas rico que varios de los bichos que comemos a diario. Si en vez de Ud se hubiera cruzado conmigo, lo habría invitado para la cena...

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    Si bien suponía que el carpincho era como un cobayo gigante, cuando se me vino derechito...no me sentí muy a gusto que digamos.

    Ahora, estimado colega, en viaje por Colombia vi por Bogotá un restorán que ofrecían como plato el "chiguiro", que no es otra cosa que el carpincho o capibara. Me abstuve a comerlo porque ya estaba de regreso y tuve miedo a que me cayera mal y volverme con diarrea, que sino...

    Ahora, un tío lejano mío comió puma y me dijo que era muy sabroso. Por lo tanto, aunque exquisito, si uno lo ve en dirección hacia uno, no piensa en ese momento meterlo en la cacerola.

     

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  14. Este relato, que deberá formar parte de mi novela, es quizá una experiencia que ninguno de ustedes haya tenido jamás. Y muy poco probable que alguna vez la tengan.

    Aún no la escribí formalmente, así que comenzaré a redactarla por acá, con las desprolijidades del caso, que ustedes sabrán perdonar. Luego, de múltiples lecturas, de rumiar el texto, lo voy puliendo hasta quedar en el formato aceptable, cosa que por acá, sabrán comprender, no lo hago con la misma rigurosidad.

    Resulta que Fulanita tiene pánico a los roedores. No sé si podría incluso definirlo como fobia. En nuestras primeras salidas íbamos caminando por la calle Florida y ella me manifestó:

    - SSSS (mi nombre) vayamos con cuidado porque por acá está lleno de ratas.

    Me reí por lo insólito del comentario. Es cierto, era tarde, de noche incluso, pero todavía había bastante gente circulando. Atiné a decirle, sin despegarme de mi sonrisa:

    - Hace décadas que camino esta calle y, salvo por alguna muerta, jamás he visto ninguna.

    - No, en serio SSSS, por acá está lleno y me da miedo.

    - Seguro, pero no salen por temor a la gente.

    La insté a que camine, pero ella Iba a pie juntillas. Habremos dado tres pasos, que como dije, fueron cortos, cuando Fulanita estira su brazo y señala hacia adelante.

    - Ve, mire.

    Una rata enorme del tamaño de un gato salió de vaya uno a saber de dónde y cruzó oronda la calle Florida, para meterse en una construcción de la acera de enfrente.

    Miré a "Fulanita", que temblaba como una hoja y me pidió que nos devolviéramos.

    Pasaron las semanas y salí con un amigo y, por la calle Paraguay me encontré con el cadáver aplastado de una. Le saqué una foto y se la envié a Fulanita. Andábamos medio peleados y la intención era forzar el diálogo. Y, para mi asombro, me respondió de manera inmediata.

    -Ajjj.

    - Una menos que va a asustar a mi niña - escribí.

    - Me da "espeluznancia".

    Me reí con el uso de la palabra. Fulanita veía en mi el pulido cultural, cosa que muchas veces me lo manifestó que admiraba en mí. Incluso en cierta oportunidad me expresó que ella se esforzaba para "estar a mi altura", cosa que no tenía con el patovica con el que andaba, que era la cruza de Homero Simpson,  Borney el del bar y un Chimpancé. 

    Inmediatamente me propuso de ir a La Plata. Invitación que le había realizado cuando estuvimos por Parque Centenario. Ella al pasar por el museo de Ciencias Naturales Bernardino Rivadavia, extrañada por los sobre relieves que engalanan las paredes me preguntó que era ese lugar. Le expliqué y señalé que debía conocerlo,así como el de la Capital de la provincia.

    Acepté la invitación, arreglamos y a las horas íbamos a bordo del tren.

    La primera parada fue el zoológico. Íbamos caminando por los caminitos internos, si bien disfrutando del paseo, haciendo tiempo hasta que abrieran las puertas del museo. Sí, cuántos de ustedes llevaron a un escort (del tipo que sea), a un zoológico y/o a un museo. Estábamos bordeando un pequeño lago, cuando, de atrás de un recinto, aparece un enorme carpincho. Y, lo que es peor, venía en dirección nuestra. 

    - Fulanita, quedate quiet...

    No terminé la frase, que Fulanita salió corriendo, en una imagen que parecía extraída de Scooby Do. Ella con ambos brazos para adelante y corriendo con sus piernas flacas como posesa. Yo, en cambio, me quedé quieto y giré para ver que hacía el carpincho. Tuve miedo que el animal se lanzara detrás de Fulanita, pero no, seguía caminando hacia mi. Miré rápido a mi alrededor en procura de encontrar algo para defenderme, en caso de ser necesario. Tan solo algo de hojarasca y nada más. Tirarme al lago me daría una cierta ventaja inicial, pero si el animal se tiraba al agua, él bicho me iba a ganar porque nadaría mucho más rápido que yo. Incluso si echaba a correr, también. Sabía que con los incisivos que tiene podría destrozarme, pero seguí estático. 

    Pasó a mi lado, se desvió tan solo para esquivarme. Despacito giré para contemplar cómo se metía en el agua en ese caluroso medio día de enero. 

    Cuando se alejó, miré en dirección donde se había alejado Fulanita. La encontré, miraba la escena desde atrás de un árbol. Ambas manos apoyadas sobre la corteza del tronco y con el cuerpo quebrado a la altura de la cintura, preparada para seguir corriendo en caso de ser necesario. 

    Me acerqué y le reproché que haya corrido. 

    - Es que esa bestia asesina trató de matarme. Ve, mire - señalando el lago (laguna en realidad) - ahí viene por mi otra vez.

    Giré y el carpincho nadaba retozando a la vez que escapaba de los mosquitos que si nos estaban asesinando a Fulanita y a mi.   

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  15. hace 3 horas, Alzado50 dijo:

    A esta rayada si que la ubico, es evidente que no tiene los patitos en fila, mas allá de que sea justificable que no los tenga.

     

    Omití cosas a modo de manto de piedad, respecto a la fila de patitos, justamente. A pesar de todo, creo que es muy buena mina y de nobles sentimientos. La habían cagado mal en esos días. La aconsejé en un par de cosas, creo que al pedo como en casi todas las oportunidades en que lo hice con trans. Pero bue.

    Esta piba hace poco subió en su carita de libro una foto de ella dentro de un telo, sin darse cuenta que se reflejaba la imagen del chabón que estaba con ella, mandándolo al frente. La gente entró a comentar e imagino los gritos del cliente, ya que se estaba vistiendo (poniéndose la camisa y, creo recordar, con los pantalones a medio subir) y se notaba evidente la cama, la ambientación y la puerta con ese sistema para ingresar cosas, que estaban en un telo. Al muchacho se le veía bien claro la cara, a modo que se lo podía reconocer. La foto luego la recortó extrayendo de la imagen la porción en la cual mandaba al frente al señor. 

    Conclusión: la piba no tiene los patitos en fila y es un pato criollo. 

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  16. Voy a terminar contando el desenlace de Gilberto. Y con esto se me van terminando las historias de trans tumberas. En realidad hay otra secuencia más, pero no son tan jugosas, pero veré si las cuento. O, como las narro, para hacerlas entretenidas. Notable desafío.

    De esto hace varios años. Ceremonia en un gimnasio en donde se entregaban certificados de cursos varios. La misma se hacía con visita de la familia. Obviamente, también estaban los docentes (tanto hombres como mujeres).

    Ingreso al enorme salón con los diplomas de mis alumnos que habían aprobado y veo en el fondo a dos minas muy altas. Una portando un vestido color verde manzana de falda corta que dejaba ver una impresionantes piernas. De cabellera castaña, larga hasta media espalda. Super hermosa. La otra, de jean ajustados color azul, blusa de color blanco abuchonada. Con una melena recojida de color negro y ensortijada.

    Si bien el gimnasio estaba a tope, repleto de pibes de diferentes pabellones, me extrañó que estas fueran las únicas visitas dentro, ya que estaban dispuestas en otra parte del centro. Fue entonces que un muchacho, alumno mío, se me acercó y me señaló:

    - Como están las nenas -al tiempo que me lanzó una mirada cómplice.

    - ¿Son trans? - pregunté confundido.

    - ¿No las reconoce?

    - Y no.

    - Es Nidia y Paloma.

    En realidad a la primera no la tenía y era la de vestido verde. A Paloma, sí y ya les conté varios relatos sobre ella.

    Al rato se sumó al grupo de ese pabellón una trans enorme, de jean con agujeros amplios que dejaba ver sus piernas y parte de su cola. De melena platinada y con un aspecto que denotaba su carácter trans. No caminaba de manera sensual y de espaldas super anchas y manos que parecían un cacho de bananas. Atrás de esta, un pibe andrógino. Raro como un perro fosforescente. Lampiño, pero con una barba larga de unos pocos pelos que salían de su barbilla, ataviado con ropa masculina, pero caminando de manera sensual. 

    Luego de la entrega de diplomas, me reuní en la oficina con la familia de un preso amigo y, en el interior se metieron Nidia y Paloma. Aunque esta última, cada tanto salía, ya que tenía una dosis de respeto ganado por ella y por ser "amiga" de Alejandro, que era el que se la morfaba en secreto. Y Alejandro tenía cierta reputación adentro de ir al frente y tener varias peleas a punta de faca, con alguna boleta interna en su haber. Nidia, no. Era un caramelito que si salía, se la iban a querer cojer todos los que no tenían visita. A mi lado, y dentro de esa oficina, con la familia de algunos presos, estaba protegida. 

    Y ahí me enteré que ella vivía muy cerca de mi casa. Que no hacía cuerpos, sino que vendía y trabajaba para la otra trans petisa de la primera historia. 

    En un momento salí, para ver en qué estaban mis compañeros, ya que me debía volver con ellos en el auto y, me topo con la trans enorme platinada. 

    - Hola ¿Usted a qué se dedica? 

    Me preguntó con un tonito dulzón y pretendidamente sensual, a la vez que se me vino haciendo un meneo erótico. 

    La miré y estuve tentado a responderle con alguna boludez, con la única finalidad de sacármela de encima, pero ese comportamiento, festejado por mis alumnos, es criticado por mis compañeros y superiores. Y ahí, en esa reunión había y muchos. Para evitarme un tirón de orejas, respondí de manera correcta, lo que debía decir, más no lo que quería. 

    - ¡Ay, que interesante! 

    Y colocó su antebrazo sobre la pared y se me abalanzó hacía mi. La trans era bastante más alta que yo. Tuve miedo que se me viniera a transar y que terminara incendiado para el resto del tiempo en que pueda soportar la vida el planeta. Fue entonces que hice un movimiento a lo Nicolino Locche y zafé del intento de clinch del trava oso. 

    - Profe, me va a tener como su alumna el año próximo - me advirtió, a modo de regalo para las fiestas, para mi angustia y zozobra.

    Pregunté por ella a Nidia, contándole lo sucedido y ella me señaló que estaba presa con una condena muy larga. Un flor de quilombo entre manos tenía, con lo cual era posible que con el tiempo me la volviera a cruzar. No era como Nidia y Paloma que estaban por delitos "menores" y que les faltaba relativamente poco para conseguir la calle. 

    Ahora, advierto. A Nidia jamás la volví a cruzar. Hace años que ganó la Libertad y no sé si regresó a su país o en qué anda. Pero de todas las trans que he conocido, ella era (o es) una de las más lindas. Incluso en esa reunión, estaba mucho mejor que cualquiera de las minas que conformaban el personal docente femenino. Personal que se quejaron por el atuendo de las chicas.

    Pasó cierto tiempo y no la volvía ver a la trans grandota, hasta que un día apareció junto a Gilberto. La vi un solo día y desapareció. Incluso, no entró en mi clase.  Me llegó el comentario de lo que ocurrió. Apareció tratando de vender y los mismos compañeros universitarios la echaron a la mierda con unos roscazos de pascua como para empacharse. 

    Gilberto, estúpida, trató de tomar la posta. Fue descubierta, pero le encontraron la mercadería oculta bajo su ropa interior y, se quedó sin ella, además de tener que atender a varios muchachos. 

    Luego, otro preso me contó que llevó mercadería al trabajo, La dejó escondida en un lugar, pero fue descubierta y se la robaron. Tiró la bronca argumentando que eran unas cajas que faltaban, lo cual le llamó la atención el reclamo airado al docente del servicio, que entró en sospecha. Se quedó sin ese trabajo y le dieron otro, mucho peor. 

    Conclusión: Gilberto no puede regresar a la cárcel de mujeres, menos salir del pabellón de homosexuales, tiene ahora un trabajo muy sacrificado y porta deudas por la mercadería incautada. Complicado futuro el de la pobre. 

     

     

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  17. hace 27 minutos, nadaquemostrar dijo:

    Excelente sus anécdotas don @Profe tumbero. Me han atrapado totalmente. 
    La última que contó, sobre la nena que lo bloqueó me desconcertó, no se si hablaba de una anterior o es una anécdota sin correlación. 
    Me queda la duda sobre quien es Fulanita y Gilberto. 

    Mi estimado:

    La chica de la anécdota de la cual me quedé a dormir, constituye un único apartado, es una piba que creo que sigue publicando. 

    Fulanita no publica de momento y no puedo dar más detalles.

    Gilberto...tampoco puedo decir mucho. No se encuentra en el penal de Bower (que es un penal provincial de Córdoba); está dentro de otra órbita. Hasta dónde sé, Gilberto no trabajó como escort y purga una pena muy larga. No, carajo, no me refiero a su miembro, sino a la condena que tiene que cumplir. ¡Qué manga de putos! Che.  

  18. hace 9 horas, Dog Day Afternoon dijo:

     

    Era peruanita, seguro. Tez trigueña, estatura baja (quizá menos a la cifra), pelo ensortijado de color cobrizo, No poseía facciones aindiadas de tipo andino marcadas. De ojos marrón verdosos, más no celestes.

    La otra, me refiero a la de flores, era un poco más alta y entrada en carnes. De pelo azabache, tez blanca y ojos claros, los cuales debe haber adquirido en alguna óptica. De labios gruesos y medio gruesa de espalda. 

  19. hace 17 horas, Alzado50 dijo:

    Profe, si me pongo a hilar fino y pensar en sus comentarios de hoy y pasados, con prueba y error seguramente llegaré al nombre de Fulanita. Pero me pasa como siempre, la novia de un amigo es otro amigo que, además, no tiene pasado, por lo tanto mejor no preguntar/no saber.

    Si Ud lo quiere decir, bienvenido sea claro...

     

    No, no puedo decirlo. No me nuembren que es pecado...

    Sigo, má que se yo. 

    Señorita demasiado bonita. De estatura bajita y de preciosa cara producto de intervenciones quirúrgicas. Actividades médicas que llevaron a extirparle su aparato reproductor masculino por completo. Existen algunos videos porno de ella circulando por internet con un afro, previos a la ablación de sus genitales y la rinoplastia.

    Comencé a contactarla vía carita de libro y luego por whatsapp. Quedamos en salir y encontrarnos por Callao y Córdoba. Nos desencontramos y terminé esperándola por avenida Pueyrredón, todo por el hermoso rostro que posee, que sino, seguía viaje. Sin embargo, ella me propuso  de ir a su casa. Edificio venido a menos, muy en realidad, por el barrio del Abasto. Bajó ella a abrirme, enfundada en un vestido que dejaba lucir sus piernas regordetas, pero lindas. Con el pelo recojido, rubio medio platinado, de marcadas raíces oscuras.

    Charlamos mucho, me contó sobre ella a punto tal que me dio cierta lástima. Le aconsejé sobre manejar determinados temas. Me ofreció un postre que había preparado, del cual comimos y estaba riquisimo. Propuse de salir, pero argumentó cansancio. 

    Sabrán disculpar, pero no voy a describir su vivienda. Tan solo que es un monoambiente. Ella fue cortés en recibirme y atenderme. Incluso no haré mención a cosas que me contó respecto a su infancia, pero no la tuvo para nada grata. Nada de nada. Le dije en esa oportunidad y se lo manifesté en varias oportunidades, a pesar de haber terminado para la mierda, que era una mina muy remadora, muy luchadora. Y lo digo porque creo que es así. Incluso, sin decirle que era yo, le aconsejé sobre la Universidad y, cuando entró en sospecha, me bloqueó. También le ofrecía ayuda con preparar a un ser querido de ella para que dé un examen. Me agradeció, pero no aceptó la ayuda y me bloqueó.

    ¿Qué pasó?

    Voy a omitir algunas cosas, que en un principio pensaba decirlas, a expensas de quitarle sabor al relato. Que, si bien absolutamente ciertas, la afectarían y no es mi interés mofarme de ella. No, no me enamoré -como sí ocurrió con Fulanita - ni nada que se le parezca. Solo que es una piba demasiado sufrida y que perjudicarla, no estaría bien. 

    La piba en un momento se levanta y se va a la cama. Yo, sentado a la mesa, la miro alejarse, que se quita un saquito, toma el celular y se acuesta. Impertérrito, la contemplaba, sin entender qué pasaba y sin saber qué hacer. La piba no me tiró onda alguna, no nos habíamos besado, yo tampoco insinué nada y ella tampoco me dijo:

    - "Gordi. ¿No te ofendés? Es tarde, tuve un día terrible, mañana me tengo que levantar temprano".

    Es decir, no me tocó la polca del espiante. Y, como mencioné, tampoco me dijo "largaron" y darme semáforo en verde. 

    Opté por acercarme y sentarme en la cama. Ella, meta jugar con su celular. Dejé de existir, a no ser por breves comentarios sobre los avatares del jueguito, el cual jugaba on line. 

    Me acosté vestido, a su lado, mientras ella aporreaba la pantallita con sus deditos cortones. Me agarraron el sueño y la alta hora. La piba me empezó a pedir que me "pida un uber", sacándome de mi sueño. Pensé en irme, pero recordé lo poco amistoso que me pareció su edificio como el barrio e imaginé que a esas altas horas de la madrugada, el escenario no tendría que haber mejorado en lo absoluto. Simulé no escucharla y no le dí atención.

    Se acostó, poniéndose de costado y un almohadón entre los dos, a modo de empalizada y otro sobre su cadera a modo de cinturón de castidad.

    En un momento, ya dormido, siento que me agarran el culo y oigo.

    - "Te voy a llenar el orto de leche"  - a la vez que me sacudía de lo lindo.

    Giré, me sonreí y le dije:

    - "¿Vos? Dificil".

    Luego de esto, me le encimé, pero ella no manifestó estar de acuerdo para que mantuviésemos relaciones. Se acomodó de costado y se volvió a colocar el almohadón tapando la retaguardia.

    Giré y me dormí.

    Los ruidos callejeros me despertaron. Me metí en su bañito y procuré orinar. Y digo bien, porque la próstata me tenía muy mal. Ella, extrañada con lo que demoraba me comenzó a espiar desde el marco de la puerta, para preguntarme

    - ¿Qué estás haciendo?

    - Orinando.

    En realidad me esforzaba por hacerlo,  porque caía gota a gota, como si fuera una titulación química y mi pene una bureta.

    Supongo que no me creyó o debe haber pensado que estaba muy enfermo, ya que al retirarme, evitó tocarme siquiera.

    Luego, por whatsapp me reprochó que me quedé a dormir, mis ruidos nasales y mis ronquidos. Para terminarme bloqueando.

    Si, ya sé, son más lindas las historias tumberas. Después sigo con ese tópico. Gilberto espera. 

    Saludos 

      

     

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  20. hace 1 hora, PasivoCHI dijo:

    Profesor,me saco el sombrero(?) Tire este hilo para pasar el rato y sus relatos son maravillosos.Yo estuve vinculado brevemente con la carcel del condado de Cook(la mas grande Chicago y suburbios,12mil personas,algunos alojados permanentemente y otros esperando juicio/condena/transferencia) Un mundo de violencia y codigos que para el 95% de la poblacion son increibles...Ahi existe la clasificacion por "delito" o seguridad...Existe solo PC(protective custody/refugiados) Ahi van ex policias,gays,ex pandilleros y todo aquel que tenga su vida amenazada(eufemismo en un carcel no?) Como ud bien decia mucha gente elude entrar al PC por que en el argot tumbero tener antecedentes de estar en el PC es igual a ser snitch(buchon) y es totalmente imposible pasar en un futuro de PC a poblacion general...En algunos condados de algunos estados existen los pabellones para homosexuales pero segun un viejo operario de esa carcel tambien como dice ud es una mancha....Por que donde esa persona llegue a caer en una carcel que no tenga,por que para ingresar ahi la persona tiene que dejar constancia EN PAPEL que se define homosexual.Como funciona en Argentina los pabellones de homosexuales? Tienen que declararse "oficialmente" gays? No le saco mas tiempo y vuelvo a repetir ESPECTACULARES sus relatos y siga escribiendo...Tambien voy a estar al pendiente de su libro!

    Muchas gracias.

    En efecto, para ingresar a un pabellón de homosexuales - dentro de la órbita federal - debe auto proclamarse homosexual frente a las autoridades y firmar los papeles. Lo mismo para ser refugiado. Luego, con ese antecedente, si la cosa viene bien, bárbaro. Sino, todo mal. No se puede pasar a un pabellón de población porque es para sufrir, en el mejor de los casos. Lo más probable es que termine en una celda de castigo, refugiado en buzones, que es estar en la peor de las mazmorras. Sin ventana, sin patio, en una pocilga lúgubre, con hedor a orines y materia fecal, por vaya uno a saber cuánto tiempo. Ahora, yo expongo en órbita federal, ignoro como será en penales provinciales, pero no creo que la cosa sea tan sofisticada, si se me permite el término. Para las trans o homosexuales, en el interior debe ser muy complicado. Supongo que improvisarán alguna suerte de pabellones, pero debe ser complicado.

     

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  21. Esta es una xp más de tipo tradicional. Ocurrió hace bastante, tal vez seis años. Ahora, manga de putos, cuando saque la novela y/o la antología tumbera, compren mela. ¿O acaso cuando van a romper un culo no garpan? Bueno, acá es parecido, yo me rompo el culo escribiendo y ¿no van a garpár? No sean malooos (esa frase es bien tumbera). 

    La señorita, trans ecuatoriana, había estado laburando por la zona de Once como callejera, de acuerdo a las experiencias de algunos de los ilustres foristas. Cuando la conocí, ya estaba publicando. Cuerpo escultural, tez trigueña, pero se había operado para ponerse implantes mamarios. En la publicación hacía gala de ellos y creo, que al igual que Barbie Halley, comenzó a publicar una vez que tenía el cuerpo como ella quería. Supongo que por cuestiones de autoseguridad de ellas. Me refiero al caso de Barbie Halley que ella misma me lo señaló y, supongo que también debe haber sido con la ecuatoriana, de la cual no recuerdo como mierda se llamaba.

    Ella estaba trabajando por Avenida Corrientes, mano derecha siguiendo el sentido del tráfico de esa populosa avenida. Edificio de muchos pisos, ubicado cerca de un farmacity. Entre Libertad y Talcahuano. Pasillo ancho, subo por medio de ascensor, el cual llegaba a un piso y, luego, había que seguir subiendo por escalera. 

    Al llegar al depto, un morochito salió de adentro. Con un ropaje que lo hacía merecedor de estar dentro de un video clip de reguetón. Con visera blanca (no dicen gorra aunque lo sea) y un atuendo varios números más grande, caminando con un tumbao como si para el futuro tuviera aseguradas las prótesis para el reemplazo de sus cabezas de fémur. Me miró de manera algo desafiante, lo cual me llevó a pensar que ese sujeto no era un gatero. De haber sido un privado, supondría que sería el pibe que pega los avisitos por la calle, pero acá la chabona publicaba en distintas.

    Nena, preciosa, pero parada arriba de la loma. No paraba de mirarse alguna porción de su anatomía en los espejos. Demasiados aires de Fem fatal, aunque reconozco que tenía un físico para el infarto. Me recibió con un conjunto de dos piezas blanco, que hacía un fabuloso contraste con su piel trigueña y su pelo color azabache. Se saco el soutien y, para mi sorpresa, tenía puestas dos tiritas de cinta autoadhesiva hipoalergénica, cruzadas a modo de cruz, sobre ambos pezones. Le consulté al respecto. Su respuesta estuvo relacionada con el tema de su operación. Le consulté acerca de si por ahí le habían introducido las prótesis, lo cual me pareció extraño, pero, entre mirada y mirada a los distintos espejos, me indicó que había sido por abajo de su seno, lo cual volvió el diálogo anterior más extraño. Ella, con un teléfono caro, muy caro, sacándose fotos a sí misma. la situación me dio mala espina y le pedí media hora.

    Tras el servicio, ella distante. Terminamos charlando y comenzamos un diálogo delirante. Me señaló que el pibe de mirada ladina era su novio y que con él planeaba "tener un hijo". No me sorprendió, porque pensé que estaba haciendo referencia a adoptar. 

    - No, estamos haciéndolo muchas veces para que pueda quedar embarazada.

    Sonreí, ante lo inaudito e ignorante de la idea. La miré, esperando el remate de lo que tendría que ser una broma; más no, la ecuatoriana, siguió:

    - Me cubro los pezones porque tendré que alimentar por ahí a mi bebé cuando nazca. 

    Me puse en rol de docente, equivocadamente. Mal por no dejar a la loca esta que siga curso en su delirio y busqué explicarle que biológicamente era imposible.

    Me echó a los segundos de comenzar la explicación. 

    Al salir, me crucé en el último peldaño con el reguetonero que, o era un vivo bárbaro y se estaba garchando a más no poder a la ecuatoriana con la promesa de preñarla o, era un ignorante de proporciones mayúsculas. Ahí comencé a entender que estas pibas, en su mayoría, están demasiado golpeadas.  

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