Jump to content

Profe tumbero

Members
  • Contenido

    2.507
  • Ingreso

  • Última visita

  • Días ganados

    22

Mensajes publicados por Profe tumbero

  1. Y el hombre es el que se tropieza mil veces con la misma piedra y no aprende.

    Señorita mencionada por esta parte.

    Señorita pasiva, preciosa. Jujeña. La cual me había bloqueado y a la cual yo ayudé antes de estos quilombos. La del perro y noviecito. 

    - Hola. ¿Podés prestarme 500 pesos?

    Así, de la nada.

    - ¿Y tu noviecito? ¿No te puede largar nada o solamente sirve para garcharte?

    - Ya fue. 

    - Te voy a dar un consejo. Todos los tipos te van a dar leche; tratá que pueda darte algo más.

    - ¿Me vas a retar YYYYY (mi nombre)? Te escribo porque tengo hambre. 

    - Escuchame una cosa. Son las nueve de la noche y por si no te enteraste, estamos en cuarentena. 

    - ¿Vos no tenés cuenta de mercado pago?

    - No, no tengo - y no sé para qué cuernos me preguntó eso porque la que lo tiene que tener es ella. 

    - ¡Por favor, tengo hambre!

    - Lo siento, veo mañana.

     

    Al otro día, vuelve con que precisaba y que estaba comiendo "sopa de harina".

    - ¿Cómo se hace la sopa de harina?

    - Ponés a hervir agua, cuando está en ebullición, le agregás la harina - es una versión más estilizada de su explicación. 

     

    Sentí pena por ella. Y me venció. Deposité en su cuenta, que sacó recién, la suma de 700 pesos. 

    Luego, le señalé que trabajara haciendo video llamadas. Ella sigue atendiendo clientes y le expliqué - al pedo- sobre el aumento de la carga viral y el riesgo de infectarse de manera jodida y varias cuestiones más, tales como la de comerse una cuestión penal.

    - ¡Salgo cachetona en el video y no me gusta!

    Esa fue la explicación. 

    Pasaron varios días y la veía por su estado de whatsapp salir con pendejos de todo calibre. De un lado al otro. A los besos en Corrientes y la Nueve de Julio. A cualquier hora del día. No solo no me dijo gracias que si le escribía no me daba bolas. Salvo a las cansadas. 

    Pasaron varios días y...

    - Hola. ¿Me depositás otros 700?

    - Escuchame una cosa, vos no te cansás de forrearme. Andá a pedirle a esos pendejos que no valen una mierda, que encima son capaces de cojerte gratis y no tienen ni para pagarte una cerveza.

    Arranqué diciéndole de todo.

    - Perdón.

    Seguí. Me bloqueó. Hasta que la necesidad la vuelva a desbloquearme. 

     

    • Like 1
    • Thanks 2
    • Sad 1
  2. hace 2 minutos, Señoritox dijo:

    Claro también hablo de lo que se si no la verdad ni opino, no creo que sea inválido ninguno de los pensamientos solo comparto el mío de la poca experiencia con nenus que voy acumulando, poca porque me detengo a elegir simplemente, no es tan difícil darse cuenta quien es una puta con todas las letras jaja y quiénes se corren a un costado de lo que carga esa palabra

    Lo que ocurre es que su análisis se circunscribe a putas; yo estoy introduciendo el entorno y la marginalidad que las rodea. Es decir, es un escenario mucho más complejo que usted, creo, lo sobre simplifica. 

    • Thanks 1
  3. hace 2 minutos, Señoritox dijo:

    Claro no todas me parece que hablas de unas pocas, preguntando recibí varios tipos de precios a no resignarse lo que disfrutan de lo virtual por mi parte no lo consumo 

    Mi estimado:

    Siempre hablo de lo que sé. Salvo por un caso de una chica que bajo la cifra a la mitad, el resto es casi el mismo y no es una o "pocas", sino son varias. ¿Sabe por qué? Por que hay gente que come de lo que ellas hacen. 

    • Thanks 1
    • Haha 1
  4. hace 2 minutos, Señoritox dijo:

    Critican porque cobran 3000 pero en definitiva no sé si es el punto cuestionar lo que cada una piensa que vale su servicio, no todas están en esa cifra lo sé porque charle con algunas que es menos guita, es mi aporte a este tema que veo causa revuelo 

    Mi estimado compare los valores que cobraba por un servicio sexual y los que pretende por cobrar por una video llamada. Esa es la cuestión a la que apunto. No se bajan del pony. 

  5. Aporto dos pensamientos que me transmitiera el querido colega antiguo:

    1) Lo primero que aprende una puta es a mentir.

    A no dejarse llevar por lo que les dicen las pibas.

    2) El peor negocio que uno puede hacer es ayudar a una puta. 

    Agrego lo que dijo una trans escort muy famosa a la cual conocí profundamente.

    "Mi obligación como puta es la de hacer creer, mentir"

     

  6. En 4/16/2020 a las 12:35 AM, angelus dijo:

    Estimados,

    Leyendo un post sobre la cuarentena, y coincidiendo en que todos debemos guardarnos por un largo rato, me llamó la atención que alguien mencionó el tema de enviar dinero a los gatos preferidos.....

    Primero me sorprendió, y luego me quedé pensando. La verdad es que las chicas la van a pasar mal incluso después de la cuarentena, porque esto sigue para largo independientemente del levantamiento de la cuarentena.

    ¿porque no ayudar anuestra nenu preferida? y recomiendo que los que sepan como hacerlo, Háganlo!

    Dicho esto, ¿como se hace para mandar dinero sin tener que dejar los datos sobre nuestra identidad? Uno no quiere dejar rastros bancarios ni nada parecido.

    ¿como hacen para cobrar las que están haciendo videollamada? , de paso ¿cuanto están cobrando por semejante boludez? (en internet está lleno de buenos videos y gratis...)

    Por ejemplo, me pregunto si uno puede ir a un pago fácil o rapipago y pagar (ahí no se requiere identificación ni queda registro de la operación económica). De hecho ni siquiera se si están abiertos en cuarentena....

    No se que piensan....   Simplemente se me ocurrió.

    Abzo. y a cuidarse!

    Estimado:

    Agrego otro punto, para ver la distorsión que tienen.

    Algunas pibas estaban cobrando un determinado monto por tener relaciones, que rondaba los 3000 pesos por hora de encuentro. Ahora pretenden cobrar cifras parecidas por una video llamada. Cuando se levante la cuarentena, eso les dará el argumento para disparar los precios porque si una manga de jeropas le pagan para pajearse on line, imagine lo que van a cobrar para cojer con el riesgo que eso con llevará para ellas. ¿Lo pensó?

    • Like 1
  7. En 4/16/2020 a las 12:35 AM, angelus dijo:

    Estimados,

    Leyendo un post sobre la cuarentena, y coincidiendo en que todos debemos guardarnos por un largo rato, me llamó la atención que alguien mencionó el tema de enviar dinero a los gatos preferidos.....

    Primero me sorprendió, y luego me quedé pensando. La verdad es que las chicas la van a pasar mal incluso después de la cuarentena, porque esto sigue para largo independientemente del levantamiento de la cuarentena.

    ¿porque no ayudar anuestra nenu preferida? y recomiendo que los que sepan como hacerlo, Háganlo!

    Dicho esto, ¿como se hace para mandar dinero sin tener que dejar los datos sobre nuestra identidad? Uno no quiere dejar rastros bancarios ni nada parecido.

    ¿como hacen para cobrar las que están haciendo videollamada? , de paso ¿cuanto están cobrando por semejante boludez? (en internet está lleno de buenos videos y gratis...)

    Por ejemplo, me pregunto si uno puede ir a un pago fácil o rapipago y pagar (ahí no se requiere identificación ni queda registro de la operación económica). De hecho ni siquiera se si están abiertos en cuarentena....

    No se que piensan....   Simplemente se me ocurrió.

    Abzo. y a cuidarse!

    Estimado:

    Sin pretender retarlo y, en caso de sonar a eso, le señalo que no solo no es la intensión sino que me perdone si da la sensación, le paso a responder  a su visión.

    He ayudado a infinidad de chicas (cis y trans) y en el 99 % de los casos, lo que obtuve fue su desagradecimiento en todas sus formas. Entiendalo bien, en todas sus formas.

    Este planteo se formuló por otra parte y desglosé los motivos de manera clara, cosa que buscaré y lo pondré para acompañar mi postura. Sin embargo, le dejo algunos ejemplos de desagradecimiento.

    Señorita que trabajaba en un oscuro PV, cobrando miseria y, como se imaginara, los fiolos llevándose la mitad (o más) de los pases. Publiqué una xp que fue un boom. La señorita me indicó que al miserable PV le caían como diez clientes por día, los cuales no podía atender a todos y se armó una lista de espera. La señorita se "independizó" (lo pongo entre comillas porque en realidad cambian de fiolos), terminó de pagar un depto que iba abonando en cuotas y lo amobló. Un buen día, la veo en un cartel de Claro. Es decir, terminó de modelo. Se agrandó y dejó de darme bola. Obviamente ahora labura en el Jet set y le perdí el rastro.

    Señorita que cayó en cana. La ayudé con consejos, mercadería la cual iba a depositar en la U 3 de Ezeiza, pañales para su hijo que estaba con una niñera, guita, ropa, acomodarla dentro de la prisión, etc. Un día me pidió que le salga de garante para la caución de 150000 $. Es decir, que ponga la guita, que no tenía (esto fue en el año 2012), sino mi casa a modo de garantía para conseguir el arresto domiciliario. Me negué, ella era colombiana (es en realidad), pero si se daba a la fuga, la justicia me remata la propiedad. Me cortó el rostro. Obtuvo el arresto domiciliario para cuidar a su hijo y evidentemente alguien puso la mosca. Insisto, la mina por negarme me terminó odiando. No importó todo lo que hice por ella.

    Más allá de la enorme lista de sinsabores y momentos amargos por tratar de ayudar a esta gente, terminé aprendiendo, algo:

    Las prostitutas (y más las trans) tienen un razonamiento muy semejante al de los delincuentes. Ellos sufrieron a lo largo de sus vidas, quedan fuera de múltiples posibilidades por lo cual, la sociedad les debe. Esta deuda justifica el accionar delictivo, en el caso de los delincuentes. Toman lo que les negaron, como si fuera una revancha que practican. Las prostitutas, muchas desprecian lo que hacen, otras les gusta pero no lo reconocen quizá por el qué dirán o lo prefieren a tener que reventarse trabajando ocho (o más horas) en un empleo ganando un sueldo miserable como la mayoría. La ayuda no la ven como un gesto de cariño, amistad, amor, consideración, empatía, altruismo o lo que a usted le parezca. No, mi estimado, lo toman como una revancha. Ella se denigra a cojer por guita con alguien que por ahí no le daría la hora y ahora se venga de esa ignominia que le toca vivir a diario. Por lo tanto, lo va a terminar cagando inexorablemente.

    Más allá de esto, le señalo.

    1) Si usted ayuda de manera económica mediante mercado pago y/o transferencia bancaria o por tarjeta, usted queda enganchado. Ojo, si se llega a producir una investigación judicial por trata...usted puede tener un dolor de cabeza que no se lo calmará el tafirol.

    2) Las señoritas no suelen presentar su entorno. Si lo conociera, dudo mucho que estuviera pensando esto que usted plantea. Los fiolos, amigos de las nenas y otras yerbas son marginales. Ahora les vino la época de vacas flacas y, en su accionar y manera de razonar - sumado a los efectos de abstinencia- los puede llevar a tomar caminos jodidos. La extorsión es uno.  Mucha de esta gente piensa que las cosas son fáciles, que se puede delinquir fácilmente. En muchos casos las cosas les va bien, pero el tema es que se suelen cebar y ahí se mandan la cagada de su vida. Y créame, he charlado con delincuentes de todo tipo y esto es casi una constante. 

    3) Lo que voy a volcar sonará duro; lo siento. Las pibas en sus épocas de vacas gordas, gana guita y mucha. Mucho más que muchos trabajadores. Creo que eso no es secreto para nadie. Derrochan guita a mansalva de todas las maneras posibles: cosméticos, perfumes que cuestan fortunas, ropas, operaciones, regalos a los machitos que portan terribles mangueras entre sus piernas (que además no pagan a la hora de cojer), fiolos que se llevan su tajada, etc. Perfecto, no tuvieron cabeza para pensar; lo siento, creo que e la lista de gente para ayudar hay otros más necesitados. Por ejemplo tengo amigos jubilados, artistas, artesanos, que se yo. Las pibas que recurran a los fiolos o a esos machitos que durante tanto tiempo se llevaron regalos caros o que garcharon de onda. 

    Disculpe mi posición.  

      

    • Like 3
    • Thanks 1
  8. Historia dos:

    "Cero empatía o no me creyó una mierda".

    Historia de hace casi dos décadas. Señorita trans, muy famosa. Que los veteranos recordarán por ser de las primeras trans que salían en la portada de las revistas. No es la que debió disistir de usar el apellido de la vega, ni la otra estudiante de odontología que falleció hace varios años. Esta estaba publicando hasta hace unos años, su nombre es Gabriela.

    Para ese entonces yo tenía a mi madre internada en el Hospital de Clínicas y estaba jodida la cosa. En un momento salí a comprar a un supermercado Disco que está por la calle Larrea, entre Córdoba y Paraguay. Ahí encontré a esa diosa. Si bien no estaba como yo la recordaba cuando salía en la portada de Sex Humor, ya que habían pasado entre quince y veinte años, estaba muy bien. La saludé, comenzamos a charlar entre las góndolas y le saqué  el número de teléfono. La mina se insinuó a que la acompañe a la casa, que supongo sería relativamente cerca. Ella muy amable, yo debí desistir por los motivos obvios. Mi vieja estaba jodida y debía volver. Le expliqué la situación, pero el gesto de ella demostró no gustarle mi rechazo. Que en realidad no fue tal, era poner o ubicar prioridades. DE haber sido en otra oportunidad, de la casa de la señorita debía sacarme la guardia de infantería, pero en ese momento, no era lo correcto.

    Demoré en llamarla; eso fue después que a mi vieja le dieran el alta. Me cortó ni bien le expliqué quien era y jamás pude concretar nada. Luego, pasó el tiempo y cuando la vi en su publicación dije "ya fue".

    Saludos. 

    • Like 2
    • Thanks 1
  9. hace 21 minutos, TopGun dijo:

    Muy bueno su post Estimado Profe, gracias. 

    Algunos países, como Suecia por ej, están siguiendo el esquema de Herd Inmunity (inmunidad del rebaño), pero no creo que sea lo mejor pues en algún momento habrá demasiados infectados que requieran asistencia que el sistema sanitario colapsará.

    Los que no requieran asistencia quedarán inmunizados pero el costo puede llegar a ser altísimo.

    Exactamente. El costo es muy alto. Y más en un país como el nuestro porque la salud de la población en lineas generales y el sistema de salud se han descuidado.

    Yo he mencionado, muchas veces, que me han señalado como el hombre de las anécdotas. Cuando estaba la colimba se hacia a los muchachos un análisis de sangre a modo de chequeo. En el mismo, se detectaba a chagásicos que ignoraban serlo. Hoy, como todos saben, la conscripción obligatoria está abolida. No digo con esto que deba volver, pero lo menciono como señal que muchos pibes descubrían que padecían ese mal, en ese momento. ¿Alguien cree que la situación cambió? ¿Que el chagas está erradicado de la Argentina? No, lo siento. Sigue, porque siguen las chozas y las casas en mal estado. A eso se puede agregar el tabaquismo, la toxoplasmosis, otras enfermedades parasitarias, el fecto del consumo del alcohol, drogas y miles de etcétera. Son muchas las personas que están en grupos de riesgo y que lo ignoran o que ellos mismos no se autoperciben como tales, pero que lo están. La situación, para mi (y sabrán perdonar si sueno soberbio) es muy complicada. Algún desprevenido podrá decirme que todo esto afecta a las clases bajas. No, cuántos consumidores de cocaína habrá. Los efectos de esta droga en el corazón (entre otros órganos) es bien conocido.

    Si se aplicara esa estrategia, como se hace en otros países, acá terminamos como en Italia o Estados Unidos. Talariamos la selva misionera para conseguir madera para los ataúdes. Y eso, de una manera u otra también afecta a la economía. Hacer la cuarentena sin duda la afecta y mucho. Levantarla, también la afectaría por la pérdida de vidas y el colapso social que significaría.

    La situación no es para nada simple. 

  10. Ya conté de mi casi levante con Génesis, la autoproclamada caribeña, que en realidad es peruana. Caribeñas reales son pocas.

    Contaré, si me permiten dos historias. No muy buenas, pero que sirvan para amenizar la cuarentena.

    Primera historia: "De la que te salvaste"

    Voy caminando por avenida Córdoba, en dirección hacia el bajo. Había cruzado la nueve de julio, habré caminado unos metros y me cruzo con una trans de hermoso rostro y rubia, de ojos claros (celeste verdosos) que me miró como si fuera Brad Pitt. Yo estaba con el cabello corto e iba de traje gris. Debía ir a casa, pero esa mirada me pudo; además su cara me resultaba conocida. Dí vuelta y comencé a seguirla. Estoy seguro, convencido que la mina se dio cuenta de mi intención, aunque no se diera vuelta en ningún momento. Supongo que se avivó por el reflejo en alguna vidriera, con lo cual apuró el paso. La seguí y me agarró el semáforo de la Nueve de Julio, con lo cuál pensé que la había perdido. Sin embargo, ella había quedado retenida en el boulevard, con lo cual continué.

    Cuando la alcancé, comencé un diálogo de levante. La mina daba la sensación de estar en esa sintonia. Parecía, pero no. Así de la nada, me tiró una cifra, abultada. Eso me indignó. Digo, si estás laburando, decilo de una y no jodas. Si querés de onda, es otra cosa y, si no le guste por algo, despachame con algún argumento. Es fácil, además estábamos parados en Libertad y Córdoba a las seis o siete de la tarde. Había un mundo de gente. Si tenía temor a mi posible reacción, no estábamos en un páramo. 

    La verdad es que no me gustó para nada esa actitud y desistí amablemente, pero con la puteada bailándome en los labios. Abordé el colectivo y  en el viaje iba repasando el rostro y características de la señorita. La tenía ubicada de algún lado, pero jamás había estado con ella. No fue alumna mía, suponía y acá tengo que abrir un paréntesis, sepan disculpar. Yo comencé en docencia en el año 92. Mis alumnos en ese entonces iban desde los doce a dieciocho años. Hagan el cálculo respecto a la edad que hoy portan. Es posible que pueda no reconocerlos e incluso me ha sucedido de gente que se me acerca a saludarme y me tiene que decir en qué escuela los tuve. Y, con mis alumnos presos, también me he encontrado, pero esas historias, jugosas -  algunas - las dejo para otra oportunidad.

    Llegué a casa, me puse cómodo y luego comencé a navegar en "distintas". Y, ahí la encontré. Señorita muy bonita, rubia por decisión propia, que tiene muchos videos pornos subidos a la web, de un enorme miembro superado tan solo por su fama de garca.

    Sí señores era la chica Cid (que ahora no recuerdo el nombre si es Ángeles o Celeste, sepan disculpar la laguna y la fiaca de buscarlo).

     

    • Like 2
    • Thanks 1
  11. ¿Para qué hacer tantas elucubraciones?

    Hay que ver cuánto dura esto y, cuándo termine, en qué condiciones quedará la cosa. Si existe cura, si queda como un mal crónico, si hay vacuna, cuánta es la tasa de mortalidad para los que se infecten, etc.

    Cuántas de las pibas seguirán en el rubro, en función del riesgo a enfermarse y sus secuelas.

    Cuántas pibas seguirán con vida.

    Cuántos de nosotros seguiremos con vida o con salud o con ganas y/o posibilidades económicas como para seguir tirando tiros. 

    Ahora, desensillar y cuando amanezca, se oteará el rumbo a seguir. Por ahora, es al divino gas. 

    • Thanks 2
  12. En 4/9/2020 a las 5:10 PM, Tentros dijo:

    Es cierto ese numero y lo dio a conocer el ministerio de salud.. peeeeroo.. Hace referencia al numero total real de infectados no de los q se van a contagiar durante el pico.. De muertos ni idea, pero como es la tendencia en el mundo ese numero esta exagerado y puede q una persona q haya muerto d neumonia o gripe lo ponen en la misma bolsa. 

    En fin.. el rubro esta muerto y precisament la gente d riesgo es la mayor a 45 q es con la q se alimenta ste rubro.. gent q vive al dia en tarlipes.. relacion de dependencia es lo mismo, teletrabajo hasta Julio, stan rajando gente x retiro voluntario $$, recortes x extras, reduccion d sueldos d 20%-50%, vacaciones anticipadas, aumento salarial x inflación truncada.. no hay gent q t diga q no ste padeciendo sta situación d mierd# q como stamos encerrados nos hacemos mas la cabeza. 

    Todo bien, sabemos q va a ver pico d infectados y se va desmadrar todo si o si. Claro, a menos q sigamos asi hasta q haya una cura, pero sto no es una peli d Bratt Pit q t consigue la cura en una semana y sin testeos jajaaj.. y lo q hcen desd arriba es postergar lo inevitable para q? para qdar bien con la OMS xq el número d camas y respiradores q faltan no lo van a completar ni aca ni a un año. Ya t tiran al aire q para mitad d Mayo podria seguir la cuarentena como la conocemos q como es nuestro Presi lo va a tomar.. lloren chicos lloren. 

    Disculpe. Más allá de lo complicada de su redacción, no entiendo para qué formula preguntas para las cuales usted mismo plantea las respuestas. 

    Usted pregunta para que se extiende el tiempo de cuarentena. No obstante antes señaló "para que no se desmadre".

    Hagamos un ejercicio intelectual en el cual se levanta la cuarentena y hacemos de cuenta como si nada sucediera respecto al coronavirus. 

    La gente saldrá a trabajar, seguramente. ¿Cuántos millones abordan por día trenes, colectivos, taxis, remises, combis desde el conurbano -por ejemplo- para llegar a sus trabajos en Capital? ¿En qué condiciones viajan? A ese escenario, podemos agregar los que viajan en subte desde barrios al centro y que todo esa cantidad de personas hace el mismo periplo, pero en sentido contrario, para regresar a sus casas. Creo que si ese no es una "genial" oportunidad para que se produzcan contagios masivos, le pegamos en el poste.

    Si nos despojamos de los relatos fantasiosos que los políticos argentinos nos han venido inundando durante décadas; ¿usted considera que la situación sanitaria del cordón bonaerense - y de amplias regiones del país- es óptima? Redes de abastecimiento de agua, letrinas, acceso a medicina preventiva (interpretese a chequeos de rutina), etc.

    Usted podría señalarme, que hagan cuarentena los mayores de 65 años y aquellos que están en situación de riesgo (o pertenecen), como me señaló un amigo. Y agregar que esa es la política que emplearon determinados países, tales como Alemania, Dinamarca, Suecia e israel.

    Excelente. ¿Usted piensa que todas las personas saben si pertenecen o no a grupos de riesgo? Le diré algo de mi experiencia personal. Muchas personas, gracias a que caen presas, al examinarlos detectan que son hipertensos, infectados con HIV, toxoplasmosis, mal de chagas, que sufren de enfermedades cardíacas e incluso que son diabéticos. Todo esto porque no existen campañas educativas respecto a hacerse chequeos y porque muchisima gente ha ido cayendo en una economía informal, carecen de ART, de trabajo en blanco, de acceso a obra social y un largo etc. Es decir, muchas de esas personas, que ignoran todo sobre su salud, abordarán medios de transporte atestados para viajar en ellos una o dos horas diarias, sino más, con gran posibilidad de infectarse y, como bien usted dijo, desmadrarse. Eso no solo afectará a la economía también, sino que también producirá un malestar social. Muchos, gracias a un escenario dantesco como ese verán que durante décadas nos han venido estafando.

    La idea, mi estimado, es la que la gente se vaya infectando de a poco. Que en los casos que esas personas requieran cuidados médicos, el sistema pueda brindárselo y que éste no colapse. Y aquellos que requieran cuidados médicos por motivos ajenos al coronavirus, puedan recurrir al sistema de salud y que éste lo satisfaga. 

    No quiero sonar petulante y si da esa sensación, le pido disculpas. ¿Usted no ha visto - y oído - los comentarios de Trump. el primer Ministro de Gran Bretaña y los de Jair Bolsonaro? Fijese como les ha ido y si no le convence aún, espere a lo que ocurrirá en el Brasil en lo sucesivo.   

    Saludos a todos, menos a uno que es alto soplador de bolsa. 

    • Thanks 1
  13. ¡Buenas y santas!

    Si, ya sé, no le cabe ninguno de los adjetivos a ninguna de las pibas que vistamos. No importa, dejé en off topics un cuento que escribí hace años para aquellos/as (Fulanita, vos también estás invitada) que quieran pasar a leer. No hay putas, sino tan solo hijos de puta.

    Dejo el link:

    Creo que publicaré otro más por algunos días, como aporte para sobrellevar la cuarentena.

    Saludos

     

     

    • Thanks 3
  14. Estimados amigos, colegas.

    Decir que la cosa está aburrida, no es secreto para nadie. 

    Consulté al capo di tutti capi y me dió el okay. Dejo acá este cuento que escribí hace algunos años y que terminó siendo finalista en un concurso literario, como aporte para el entretenimiento de la comunidad. No hay putas, lo siento, corresponde al mundo del delito. El cuento se encuentra registado, aclaro por las dudas.

    Saludos a todos, menos a uno, que es alto soplador de bolsa. 

    “EL SACADOR”

    Autor: Profe tumbero

    La noche había sido muy larga y el insomnio lo ató a ver escenas durante gran parte de ella. No obstante el sueño le llegó a la madrugada, quizá como trinchera para refugiarse del futuro inmediato. Sin embargo, implacable la alarma del reloj despertador que bailaba sobre la marcada fórmica, sin consideración y contemplaciones avasalló el silencio. Con un poco de malestar la apagó y con mucho esfuerzo se quitó la escarcha de la modorra que lo impelía a seguir bajo las cobijas. El ritual fue el mismo que la mayoría de las mañanas antes de que lo despidieran de su trabajo, de esto hacía varios meses, solo que en esta oportunidad consideró apropiado ingerir dos píldoras del medicamento anti hipertensivo. Miró la planchuela metálica que destellaba luces, suspiró hondamente y la colocó sobre la almohada.

    En instantes pasó por la cocina delante de sus padres, vestido con su traje color azul Francia, camisa blanca, corbata roja, un grueso sobretodo para enfrentar la gélida mañana y unos zapatos color negro que de tanto lustre, parecían como de charol. Saludó y se dirigió rápido a la alacena en donde tomó un vaso. Luego de llenarlo con agua de la canilla, de un golpe se tomó los comprimidos. El sabor agrio le deformó el rostro, pero hizo el esfuerzo para tragarlas. Al girar, se encontró con la mirada de reproche de su padre.

    -¿Sin nada en el estómago? ¡Qué bien! ¿Estás buscando una úlcera?

    - No pasa nada viejo – dijo con cierto aire de resignación

    - Todavía – respondió rápidamente el padre, a la vez que meneaba la cabeza acentuando su desaprobación.

    - Sentate Jorgito, comé estas tostadas que preparé – invitó la madre mientras señalaba un plato donde prolijamente estaban seis rodajas de pan untadas con dulce de leche.

    - No vieja, se me hace tarde.

    - Jorgito, es una sola. ¡No te cuesta nada! Aunque sea llevate alguna para el camino – insistió con una ternura que tan sólo una madre abnegada puede tener.

    - Está bien; me llevo una – respondió más con la intención de dejar tranquila a su madre que por el deseo de comer.

    Mientras retiraba una del plato cuidando de no mancharse con el dulce, aprovechó a palparse por encima de la ropa para verificar si tenía las pertenencias necesarias. Luego de comprobar que todo estaba en orden, se dirigió hacia la puerta de calle. Al girar su muñeca escuchó la voz de su madre que en elevando el tono le deseó suerte. Fue entonces que contuvo su respiración y cerró los ojos con pesada tristeza.

    Al ganar la calle, el viento helado le abofeteó la cara y le azotó los pantalones como si tratara de refugiarse debajo de ellos. Caminó varias cuadras con la cabeza baja, las solapas levantadas, sus manos apretujadas en un puño dentro de los bolsillos, el maletín pendiendo de una correa cruzada sobre su cuerpo y con un chorro de vapor que le bailoteaba por delante pero que no le sacaba una sonrisa adusta producida por alguna recóndita esperanza.

    Cuando llegó a destino se acercó de manera decidida, no tanto por su convencimiento, sino porque la baja temperaturas lo obligaba a buscar refugio. Tomó el picaporte de la puerta delantera y se topó con una mirada desafiante del conductor que lo hizo recordar. Raudo la soltó para tomar la de la puerta de atrás. Tras abrirla, se sentó. Mientras se desabotonaba el sobretodo y se acomodaba, escuchó.

    -  Me sorprendiste; pensé que no ibas a venir – le dijo el chofer mientras lo miraba fijamente por el espejo retrovisor.

    -  ¿Vamos? – respondió Jorge mientras escurría sus ojos por la ventanilla de su derecha y procurando acelerar el trámite.

    El conductor movió la palanca de al lado del volante haciendo que el ronroneo felino del motor en espera, se transformara en un gruñido metálico.

    A no ser por las voces del programa radial y por un llamado de la base para preguntarles si iban en camino, el viaje fue en casi total silencio. Sin embargo, Jorge repasó sus últimos años. El divorcio, el no poder ver a los hijos por ser usados como elemento de castigo por su infidelidad descubierta, las audiencias, las consultas a los abogados, las boletas y, como broche final, el despido y la imposibilidad de conseguir un nuevo empleo. Todo eso rematando en no poder enfrentar la montaña de deudas y gastos que lo llevó a vivir con sus padres, a no poder ver a sus hijos, a la depresión, angustia y a contactarse con un viejo amigo de la adolescencia para salir de la pesada situación en la que estaba y que lo llevó a estar sentado en ese taxi. Maldijo por lo bajo y con esa situación sobre los hombros, se justificó ante su conciencia.

    La frenada y la voz firme del chofer con un tono imperativo lo sacaron de sus divagaciones.

    -  Listo, llegamos. Bajate y entra.

    Tomó el picaporte y al sacar una pierna del rodado, escuchó que el chofer le dijo:

    -  Suerte Jorge.

    Salió sin emitir palabra alguna. Caminó los metros necesarios e ingresó resuelto.

    Miró el salón y se dirigió hacia unas sillas plásticas. Una vez sentado, abrió el maletín y comenzó a revolver los papeles que tenía en el interior, sin levantar su rostro. Se sonrió mientras pensaba en la ironía del destino acerca del uso que le daría a sus años de formación como pianista clásico.

    Pasados unos minutos, mientras revisaba una carpeta, un repiqueteo que provenía de atrás de las mamparas le erizó la piel. Sus ojos se apoyaron sobre los papeles de la carpeta, pero sin registrar ni una sola letra y ningún número. Un segundo, mucho más prolongado, le agitó el corazón. Levantó la punta de sus pies mientras apoyaba los talones en el suelo de mármol, tratando de ocultar la mezcla de ansiedad y nerviosismo que lo invadía. Se sucedieron repiqueteos de diferente duración, muchos, pero que con cada uno Jorge transpiraba más. Elevó su cara para contemplar el salón. Sintió como la transpiración le recorría su espalda y se chocaba con el elástico de su calzoncillo.

    Luego de un silencio prolongado, tomó conciencia que su tarea estaba cerca de terminar. Cerró con firmeza su carpeta y la metió de manera abrupta dentro de la valija. Sus ojos se cargaron de un brillo húmedo y se dispusieron a la tarea final mientras aflojaba el nudo de su corbata. Se vio así mismo como un cazador que apostado con su carabina ve que su presa se comienza a aproximar, pero que aún no está al alcance de tiro. Tras levantarse, contempló de lleno a la línea de cajas y a una puerta que estaba colocada a cierta distancia de éstas y de la cual salió un cincuentón con un buzo rojo de la escudería Ferrari puesto. Calvo, de abundante panza que no podía ser contenida dentro de los pantalones vaqueros, de manos robustas pero con dedos cortos, que con inocultable esfuerzo acarreaba un bolso de tela gruesa de color azul con su correa cruzada por el tronco. El hombre salió decidido y con un andar muy rápido para las cortas piernas que tenía. Pasó a su lado y fue entonces que pudo apreciar que llevaba gruesas gafas de marco plástico. Iba sonriendo, como si estuviera sofrenando su alegría. Comenzó a seguirlo, mientras colocaba su mano dentro del bolsillo de su saco. Ni bien ambos salieron del banco, Jorge lo dejó alejarse, mientras lo controlaba con la vista. Extrajo su celular y le oprimió un botón. Casi sin tiempo de espera, del otro lado lo atendieron.

    -       ¿Lo ven al hombre calvo del bolso azul? Ese que tiene un buzo rojo y que está llegando a la esquina – indicó Jorge.

    -       ¿De cuánto hablamos? – le preguntaron del otro lado de la línea.

    -       Fueron más de veinte recuentos. Algunos de medio minuto. Si son dólares, lleva en el bolso una fortuna – aclaró Jorge.

    -       Lo tenemos; te avisamos – tras lo cual el hombre cortó la comunicación.

    Jorge se dirigió en sentido contrario al que iba el hombre del bolso. Paró un taxi y se introdujo. Ni bien se sentó, se quitó el maletín para arrojarlo a un costado. Ya no sentía frío, tan sólo su corazón parecía que estallaría de un momento a otro. A pesar de las bajas temperaturas, estaba empapado.

    - ¿Es el pelado del bolso? – le preguntó el chofer que lo había alcanzado.

    - Ajá – respondió angustiado Jorge.

    - Se subió a ese autito – dijo el conductor con un tono que demostraba estar extrañado y luego preguntó - ¿cuánto? – mientras aceleraba de manera pausada.

    - Si son dólares, debe ser entre un millón a millón y medio – sentenció Jorge.

    - ¡Ja! – gritó de alegría su compañero para felicitarlo - ¡qué suerte para tu primer trabajo de “sacador”[1]!

    Jorge optó por mantener el silencio, mientras observaba al alborozado chofer por el reflejo del espejo. Entonces apreció como el taxi tomaba un rumbo que no era el acordado.

    -¡Para! ¿Adónde vamos? - consultó mientras se reincorporaba ayudándose de un tirón que hizo con sus brazos tras apoyar sus manos en el respaldo del asiento del acompañante.

    - Lo seguimos – aclaró lacónicamente el conductor.

    - ¿Para qué? – preguntó Jorge con preocupación.

    - ¿Y vos qué pensás? Abrí la guantera. ¡Dale! – ordenó el conductor a la vez que sujetaba el volante con la mano izquierda, señalaba con la derecha de manera enérgica.

    Al oprimir el botón de apertura, los brillos provenientes de un revolver cromado de cachas negras dejaron boquiabierto a Jorge. Tan solo fue capaz de hilvanar una pregunta.

    - ¿Y esto?

    - Pisapapeles – respondió con ironía. Tras lo cual, cambiando radicalmente de tono de voz, le repreguntó: ¿Sos boludo[2] o te hacés? – entonces le advirtió sin sacar los ojos del camino - el “rofie”[3] está listo para disparar y hay más municiones en la guantera. Tomalo.

    Tras recuperar su habla, ahogada en el espanto que le produjeron las órdenes del conductor, preguntó con voz trémula, casi al borde de la desesperación:

    - ¿Te parece que sea necesario?

    – Vamos de apoyo. Si ese fulano lleva tanta guita, por ahí no está solo – respondió con dureza mientras giraba a la izquierda de manera vehemente, haciendo que Jorge diera contra la puerta por la fuerza centrífuga.

    - ¡Apoyo! – se horrorizó pensando que su participación en el ilícito había terminado, pero encontrándose con esta desagradable sorpresa e imaginando tener que enfrentarse a los tiros; él que jamás había disparado antes.

    - ¡Claro! – para agregar mientras miraba a Jorge – además, para asegurarnos nuestra “astilla” [4] ya que uno de los pibes es nuevo como vos, no sea cosa que se quiera “tomar el palo” [5] con todo.

    - Pero Kuki, ¡son nuestros compañeros! – gritó Jorge, tratando de hacer que desista de la idea de seguir al calvo del banco.

    - ¡Ja! ¿Compañeros? – exclamó vehemente Kuki, mientras giró su cabeza un segundo para mirarlo a Jorge.

    - Claro – insistió Jorge.

    - Somos compañeros le dijo la concha[6] al culo y este le respondió, sí pero mientras vos te comés el chorizo, a mi me dejás los huevos – para explotar en una carcajada.

    Jorge dejó caer su peso sobre el asiento para sumergirse en un océano de silencio en donde se ahogó por la angustia y los reproches de su conciencia. Ni el zarandeado que producía el auto en su derrota, producto de las frenadas y aceleradas por el frenesí del conductor, lo sacaron de su ostracismo espiritual. ¿Qué les diría a sus padres si lo apresaran? ¿Volvería a ver a sus hijos? ¿Serían capaces sus padres de soportar la ignominia de tener un hijo preso? Buscó en su bolsillo la píldora antihipertensiva y se encontró con su recuerdo de haberla dejado sobre la almohada. Resopló fastidiado, cuando escuchó a Kuki que advirtió.

    -  ¡Ahí se detuvo! – tras lo cual comenzó a aminorar la marcha del móvil.

    -  ¿Dónde? – preguntó lacónicamente Jorge, a la vez que meneaba su cabeza tratando de ubicar el lugar de estacionamiento.

    -  Se metió en el garaje – señaló el conductor, mientras hacía que llevaba su mano al reloj del taxímetro, procurando simular el cobro de un viaje normal.

    Tras mirar por el espejo de la izquierda, comenzó a maniobrar para arrimar el vehículo al cordón de la acera y dejarle el paso a dos motos que venían cada una de ellas con dos pasajeros y que, tras pasar al taxi por su izquierda, se frenaron en la puerta del estacionamiento. Los hombres acompañantes, ágiles como leopardos, descendieron sin quitarse los cascos y llevándose la mano a la cintura se introdujeron corriendo al estacionamiento.

    Jorge no podía quitar los ojos de la puerta de ingreso, tratando de adivinar lo que ocurría escuchando los ruidos que provenían del interior. Solamente el tamborileo ansioso del chofer sobre el volante se dejaba oír dentro del habitáculo del taxi. A pesar de la ansiedad de la situación, pudo percatarse que Kuki había cruzado el vehículo en la calle, cortando el tránsito.

    -  ¿Qué hacés? – preguntó extrañado Jorge, con cierta preocupación, pensando que esa actitud los exponía y evidenciaba como cómplices.

    -  Cortando el tránsito como apoyo, boludo. ¿Qué te pensás? – respondió de manera enérgica Kuki, sin sacar los ojos de ambas motos que ronroneaban por sobre los ladridos de un perro.

    Los minutos se alargaban, lo que intranquilizaba a Jorge, sin embargo, consideraba que eso sería normal, hasta que Kuki exclamó:

    -       ¿Qué mierda pasa? ¿Por qué no salen?

    Eso hizo que la desesperación lo ganara y le solicitara desesperado a su compañero.

    -       Vámonos, vámonos ya.

    -       ¿Qué te pasa pedazo de “ortiva”[7]? Acá nos quedamos; los vamos a bancar.

    En ese momento se escuchó un disparo. Luego un profundo silencio; hasta el perro había dejado de ladrar. Los ojos de Jorge se desorbitaron y con sus manos se alisó el cabello aplastándolo contra el cráneo, nervioso. Miró hacia el piso, preso de la preocupación, cuando se escuchó un segundo disparo.

    -       Los mataron, los mataron; vámonos a la mierda – rogó Jorge a su cómplice.

    En eso los dos hombres volvieron. Uno con el pesado y enorme bolso azul sobre la espalda que ayudaba a su compañero que corría con cierta dificultad. Absorto por la situación, Jorge no se percató de una sombra que pasaba a su izquierda. Tan sólo se dio cuenta cuando una voz femenina se presentó.

    -       ¡Alto policía! Arrojen las armas y tírense al piso.

    Los hombres que provenían del estacionamiento se detuvieron y soltaron sus revólveres. Mientras esto ocurría Jorge se llevó las manos al rostro, sus peores pesadillas se cumplirían y comenzó a maldecirse, hasta que un estampido lo sobresaltó. Se encontró con que la ventanilla izquierda del taxi ya no existía y de la mano del chofer, una escopeta recortada humeaba. Se abalanzó a la izquierda del habitáculo para ver lo que había ocurrido, aunque lo presentía, mientras Kuki pegó un alarido gutural.

    -       ¡Vamos “gatos”[8] tómense el palo!

    Al mirar el asfalto vio como la gorra de la agente estaba a metros de su cuerpo, que se encontraba dentro de un creciente charco. Acomodó su brazo sobre la arista de la puerta con la ventanilla y se contuvo para no llorar. Ni siquiera el bramido de las motos que rugieron como fieras posesas lo sacó de la escena de la joven oficial muerta.

    Inmediatamente después que las motos partieron, Kuki aceleró al taxi. Al pasar por la puerta vieron que un hombre lo ayudaba a levantarse al calvo del banco, que tirado en el piso se tomaba la cabeza de la cual manaba abundante sangre. A un costado, el cuerpo de un pastor alemán yacía inmóvil. Sintió lástima por todo y cierto asco hasta por él mismo, pero ya era tarde. Tarde para reproches, tarde para todo. Él, se había transformado en un delincuente.

    Kuki comenzó una carrera frenética y dobló en la esquina a la derecha, tratando de despegarse del recorrido de las motos. Ingresó en una avenida arbolada haciendo que la alternación de sombras e iluminación sobresaltara a Jorge, que le pidió que redujera la velocidad.

    -  ¿Más despacio? No papi, no quiero volver más a la “tumba”[9] – le respondió su compañero sin sacar la mirada del para brisas.

    La palabra “tumba” le caló hondo, como una daga que le destrozaba las entrañas y lo motivó para reprocharle. Aún él, que nunca había tenido nada que ver con el mundo del delito, sabía que Kuki estaba haciendo referencia a caer presos.

    -  ¿Sabés cuánto nos van a dar si nos agarran? – preguntó con preocupación.

    -  ¡Perpetua! ¿Te pensás que estás hablando con un gil? ¿Qué te pasa? – respondió fastidiado.

    -  ¿Para qué la mataste? – continuó con la cantaleta Jorge.

    -  ¿Preferías caer preso “bigote”[10]? Escuchame, este trabajo es para los que tienen pelotas. Tanto el nuestro como el de los “ratis”[11]. Si no tenés estómago no podés “poner el pecho”[12]. ¿Entendiste Jorgito? No es una cuestión de conseguir guita solamente; es una postura frente a la vida. La tomás o la dejás. Vos te subiste a este bondi[13] por la guita ¿no es cierto?

    -  Si – afirmó sin poder contener su angustia.

    -  Bueno, está atento por si algún cobani[14] asoma el morro, entonces le volás el gorro. ¿Estamos? Ellos tiran al que conduce para que nos detengamos. Vos le vas a tirar al pecho al primero que veas, que con eso sólo se acobardan y nos da tiempo para rajar. ¿Entendiste Jorge?

    Jorge tragó saliva y sintió como su estómago se convulsionaba. Respiró hondo para intentar relajarse y pensó que él tan sólo quería dinero para poder pagar el dinero atrasado de la cuota alimentaria, pagar los honorarios de abogados y de la trabajadora social que el juzgado le había impuesto para ver a sus hijos. Ahora, sus problemas se habían multiplicado. Consideró que lo mejor era hacer silencio; debía dejar a que Kuki pudiera conducir con la mayor atención posible y rogar de no cruzarse con ninguna patrulla y para no tener que emprenderla a los disparos.

    En pocos minutos el taxi logró alejarse lo suficiente, con lo cual aminoró la marcha para no llamar la atención.

    -       Parece que los perdimos – deslizó Kuki con un tono demostrando alivio.

    Jorge respondió con un movimiento de cabeza, sin poder salir de las cavilaciones de sus pesadillas.

    -       Vamos al punto de encuentro – decidió Kuki con firmeza.

    -       ¿Y si está la cana [15]? – consultó Jorge con un hilo de voz.

    -       Si podemos nos “paramos de manos”[16]; sino “pinchamos”[17]. ¿Qué más? – respondió encogiéndose de hombros y con un tono de gran naturalidad.

    El taxi se deslizó en las proximidades del parque bajo la sombra producida por las frondosas tipas, acercándose con recelo al lugar escogido. Tanto Kuki como él, tratando de escudriñar cualquier emboscada policial. Sin embargo un alivio recorrió el cuerpo de Jorge cuando la voz aguardentosa del chofer dijo alborozada:

    -       Ahí están llegando. ¡Zafaron los guachos [18]!

    Ambas motos iban a la par, como paseando. Jorge se apresuró a ver si llevaban el enorme bolso azul. No pudo contener un suspiro al ver que uno de los compañeros lo cargaba. Cuando los motociclistas los divisaron se acercaron a ellos. Frenaron a un costado del borde de la acera y los hombres que habían ingresado al estacionamiento se les acercaron con el bolso.

    Fue entonces que Kuki y Jorge bajaron del taxi.

    -       ¿Qué les pasó allá? ¿Por qué tardaron tanto? – preguntó Jorge

    -       Primero tuvimos que forcejear con ese gordo “ortiva” que no quería largar el bolso. No nos quedó otra que partirle el zapallo[19] de un culatazo al puto ese – explicó uno de los motociclistas.

    -       Sí, nos gritaba que lo íbamos a arruinar, que no iba a poder seguir trabajando – agregó el otro, que se apoyó sobre el taxi.

    -       Después apareció un perro, que lo mordió al cabezón – aportó el que llevaba el bolso, señalando a su compañero.

    -       ¡No! ¡Mal ahí![20] – dijo Kuki.

    -       No quedó otra que rematarlo al bicho ese – explicó “El Goñi”.

    -       Perro de mierda – sentenció el Cabezón, masajeándose el muslo mordido por el can.

    Entonces “El Goñi” soltó el bolso sobre el capó del taxi y un sonido a metal les llamó la atención. Kuki apresuró los trámites, abriendo el cierre a cremallera, para determinar cuánto sería el monto del botín.

    -       La puta madre. ¡La puta madre! - gritó Kuki, a la vez que le daba un puñetazo con el borde de la mano a la chapa del guardabarro.

    El Goñi, con los ojos desorbitados introdujo su mano. Con movimientos lentos extrajo un destornillador eléctrico, a la vez que exclamó:

    -       La concha de la lora.

    Jorge, sin poder entender lo que ocurría, se acercó. Le llamó la atención unos rectángulos blancos de cartón que asomaban de un bolsillo interno del bolso. Tomó uno y lo miró. Entonces leyó en voz alta.

    -       Sebastián Fariña, técnico reparador de máquinas contadoras de billetes.

     

     

     

     

     

     

    [1] “Sacador”: Término usado dentro del submundo del delito para definir al miembro de la banda que actúa dentro del banco determinando quién retira dinero señalándoselo al resto de los miembros para que lo roben afuera.

    [2] “Boludo”: Idiota.

    [3] “Rofie”= “fierro”: arma.

    [4] “Astilla”: Parte del botín.

    [5] “Tomar el palo”: Irse, escapar.

    [6] “Concha”: Vagina.

    [7] “Ortiva”: Mala persona.

    [8] “Gatos”: En el sentido de la frase es idiotas.

    [9] “Tumba”: Cárcel.

    [10] “Bigote”: Tonto.

    [11] “Ratis”: Policía.

    [12] “Poner el pecho”: Salir a robar.

    [13] “Bondi”: problema, situación.

    [14] “Cobani”: policía.

    [15] “Cana”: Policía.

    [16] “Pararse de manos”: pelear, enfrentarse.

    [17] “Pinchamos”: detenidos por la policía.

    [18] “Guachos”: En el sentido de la frase sería muchachos.

    [19] “Zapallo”: cabeza.

    [20] “Mal ahí”: ¡Qué desgracia!

    • Like 2
    • Thanks 3
  15. hace 2 horas, lucas dijo:

    Gracias Profe Tumbero por la explicación, un verdadero orgullo para este foro, creo que por sus conocimientos debería tener un upgrade de titulo, que le parece Master Tumbero?

    No, yo sigo siendo un muchacho - ya grande- que se sigue metiendo en las trincheras. Soy humilde. Cualquier cosa, caso de que parta para el silencio, verán ustedes de ascenderme post mortem 

    Chas gracias

    • Haha 3
  16. hace 14 minutos, Casio dijo:

    Probablemente tenga razón a dos puntas: un día récord de clientes y un día récord de posibilidad de contagio.

    Digo eso porque no creo que con la situación económica que venimos padeciendo en los últimos años, el gobierno decida esperar hasta la efectiva desparación del virus...va a ser suficiente con el primer día sin noticias de un caso para tratar de poner en marcha de nuevo el aparato productivo.

    Son los dos escenarios extremos que enfrenta el gobierno

    Saben que si levantan la cuarentena, terminamos como España o Italia. Con muertos por doquier y el sistema de salud colapsado. E incluso, el aparato productivo dañado.

    En cambio, si no la levantan, terminamos como Biafra porque no habrá aparato productivo.

    Bonita situación entre manos...

    Por lo pronto, atento a pertenecer al grupo de riesgo (trasplantado, hipertenso y acercarme a determinada edad) yo me llamo a cuarteles de invierno. Carece de lógica garpar por una paja y SEXO virtual, mucho más ponerse en riesgo por echarse un polvo. 

     

    • Like 2
    • Sad 1
  17. hace 1 minuto, panchito11 dijo:

    Entiendo las razones que usted plantea y creo que explican en buena parte la administración que hacen de los ingresos, y porque ahora hay muchas que andan cortas de fondos. Si bien entiendo los motivos, no me cierra personalmente eso de andar ayudando en épocas de vacas flacas porque no juntaron cuando la mano venía bien. 

    Habrá que ver cómo se sale de la cuarentena, si es algo escalonado. Y desde ya que habrá demanda nuevamente cuando se pueda salir a la calle. Se podrá imaginar que si hay clientes que preguntan ahora si pueden ir con una cuarentena obligatoria, el 13 de abril puede ser un día record...

    Tal vez, pero si se desata el vendaval de muertos que hay en Italia, España o USA, es posible que la gente tome conciencia y siga la abstinencia sexual. Ya sea, por miedo del gatero o, incluso, de algunas de las pibas. 

    Y yo no soy de la idea de ayudarlas. Lo dejé bien claro. En el caso de ayudar, atento que las trans poseen ayuda estatal ya que hasta tienen un Ministerio, lo haría con otra gente que no tiene el nivel de ingresos de estas pibas y que encima tienen otro grado de responsabilidades. 

    Saludos

  18. hace 15 horas, panchito11 dijo:

    Acá me cuesta entender. El ingreso de muchas de las chicas que publican es muy alto considerando que tienen varios clientes por día. Tiene que haber muy mala administración de los ingresos para estar pasando hambre luego de 10 días sin laburar. A ver, lo que llevamos hasta ahora no difiere mucho de las vacaciones que se suelen tomar habitualmente. 

    Estimado colega:

    Vamos por partes. No son diez días; el consumo comenzó a bajar desde hace un par de meses. Aquellos que se la veían venir, desensillaron. Por otra parte, hasta que no exista la vacuna, que uno sepa que se infectó y que la pasó sin sobresaltos o que se conozca medicamentos que permitan sobrellevar la patología, el quilombo sigue. Es decir, la joda va a llevar muchos meses.

    Ahora bien. Si leyó lo que puse antes de su comentario, ahí está reflejado, en parte, el tema de la "administración de los fondos" que hacen las escort, en general. 

    Muchas deben pagar alquileres a valores de usura.

    Muchas mantienen familia, machitos preferidos y/o fiolos.

    Están las que consumen falopa y la adicción, como usted se imaginará, cuesta.

    Están las adictas al consumismo desmedido. Comprarse ropa, perfumes que son más costosos que un remedio de extrema necesidad, cosméticos, carteras, zapatos, etc.

    Conozco un solo caso, por medio del colega Antiguo, de una escort cis que salió bien posicionada económicamente después de varias décadas de trabajar. El resto...

    Disculpeme, yo las defino como no tener cabeza. Es cierto, ganan mucho en la época de vacas gordas y creen que eso será eterno. La inmensa mayoría no piensa en el futuro, que siempre serán jóvenes, bellas, apetecibles, etc. 

    Y, por último, contaré una anécdota más, si me lo permite:

    Cena con escort trans, por el barrio de once. No diré el nombre. Al terminar de comer, sobraban algunas porciones de muzzarella. Le consulto si las quería llevar, para pedirle al mozo que la envuelva. Me miró como si le pidiera que sacará su miembro y lo orinara.

    - Bueno si vos no querés, me las llevo yo. 

    - ¡¿Qué?! ¿Te las querés llevar? - preguntó horrorizada.

    - Claro, las pagaste (pagó ella); no vamos a dejarlas.

    - Dejalas - ordenó.

    - No, me sirven para mañana.

    No insistió, pero fue la última vez que salimos. Me tomó como amarrete o vaya uno a saber qué. 

    Con esto, demuestra la mentalidad que portan algunas de estas pibas y eso que la escort trans esta no es de las glamorosas y super existosas. No quiero pensar lo que deben ser esas. 

     

     

    • Sad 1
  19. hace 8 minutos, Casio dijo:

    Más allá de conocernos personalmente y haber tenido  el placer de pagarle las consumiciones siempre, sumado al respeto que le tengo como persona y como pasivo, en ésta no lo acompaño. Lo hice muchas veces y siempre terminé perdiendo una relación...además de la plata...

    Sumado al sabor amargo de sentirse forreado. 

  20. Sabrán perdonarme. Mi jefa hace años me definió como el hombre de las anécdotas. Contaré una que ejemplifica la cosa. Pido mil disculpas a todos, porque la misma no es con una trans.

    Chica acercándose a los 40, pero como era menudita, delgadita y de aspecto añiñado, daba la sensación de ser menor, salvo por dos detalles: el documento y la cara que denotaba el paso de los años. Trabajaba por Recoleta en un departamento muy paquete que le costaba una fortuna el alquiler. 

    Subí alguna experiencia con ella. Pegamos onda, aunque jamás salí con ella. Sin embargo un día, luego de terminado el servicio, surgió la charla y ella me comentó sobre sus inicios a los 18 años. Recuerdo como se fue transfigurando su rostro y la frase:

    - "¡Adónde se fue toda esa plata!".

    Había ganado fortunas de pendeja y, casi en el ocaso de su carrera, estaba galgueando. Luchaba con el tema de las dietas por miedo a engordar y que eso acelerara su despedida de las pistas. Eso era una exageración porque no manifestaba tendencia alguna, pero el miedo al futuro era, para mí, lo que la impelía a sufrir trastornos alimenticios. Era de las pibas que contaba las calorías de una taza de café.

    Le consulté si no había invertido, al tiempo que le sacaba las manos que tapaban su rostro, para toparme con sus ojos rojos por el llanto contenido. No había ahorrado. Había comprado bienes a "noviecitos" que luego de aprovecharse de ella, la largaron por otra a la cual poder seguir parasitando cuando veían que la vaca bajaba la producción de leche.

    Lo único que la piba había hecho bien era estudiar, aunque le faltaba un par de años para graduarse como abogada.

    - ¿Qué hago? - me preguntó.

    Y ahí, el pelotudo - un servidor - le aconsejó:

    - Hacé el sacrificio de terminar tú carrera. Graduate. Te anotás en el colegio de abogados y comenzás a trabajar como profesional. Si bien el derecho penal se paga, es dificil de realizar (ella no estaba para eso, no tenía demasiadas luces y me imagino que al pisar una cárcel, se descomponía) hace sucesiones y derecho laboral que te llevás el 20 % de lo que arreglás y derecho de familia pero como letrada de mujeres, que es correr con el caballo del comisario. Estuve dos horas reconfortándola y brindando consejos para sacarla de su pozo depresivo.

    Al tiempo la llamo y me sale con que no me atendía más porque "la última vez me había quedado mucho más tiempo y no se lo había pagado". Mis consejos se los dí ya con la ropa puesta y, si bien la abracé para reconfortarla, no le di ni un beso. Pasé a ser el hijo de puta que se había aprovechado de ella...

    Por última, algunas que vendan lo que han conseguido de sus clientes enamorados...Una escort me relató como a un colega - que aún publica por otras partes del foro - consiguió que le compre un departamento...

    No, no son las personas que yo procuraría ayudar; lo siento. Ya aprendí. 

    • Like 1
  21. hace 3 minutos, Casio dijo:

    Hice como señala Alzado varias veces (nunca con trans), con escorts con las que la relación trascendía la ecuación comercial y se transformaba en encuentros de SEXO disfrutado por ambos, a veces en salidas, otras veces en quedarme en sus casas hasta muy tarde tomando unos tragos y charlando, etc.

    Las ayudé con dinero en las malas a pesar de saber que podrían haber ahorrado...nunca conocí tanto desagradecimiento...

    Coincido con el Profe cien por cien.

    Yo con dinero ayudé a una chica Cis, hace bastante. Tuve que montar un ardid para conseguir que me lo reintegre, a sabiendas que lo estaba precisando para un tema mío de salud y, luego de esto me hizo quedar para el culo con otras prostitutas que no me quieren atender. 

    Luego, ayudé con comentarios, consejos, acompañando a hacer trámites, escaneándoles libros para que estudie (cuando por indicación médica no podía hacer abuso de las pantallas), llevándole medicamentos cuando estuvieron enfermas y un larguisimo etc. Todas fueron absolutamente desagradecidas. Incluso es más, tienen un razonamiento muy parecido al de los delincuentes: el resto de la sociedad, por ellas haber sufrido, les debe algo lo que les confiere el derecho a comportarse como patanes. Y, cuando les brindan algo, es una suerte de reintegro por lo que lo han pasado mal en sus vidas. No es un favor, un gesto solidario (de amistad, amor, consideración, humano, etc) sino una devolución por lo que les tocó vivir. En vez de ser un favor recibido, se transforma en un derecho que alguien, no se sabe quién, les concedió. Un acto de justicia.

    Por lo que me ha tocado vivir, lo último que haría sería ayudar a una prostituta, mucho menos a una trans. Y hago mías las palabras del colega Antiguo: "el peor negocio que uno puede hacer, es el de ayudar a una puta".  

    • Thanks 2
×
×
  • Crear nuevo...