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Loco solitario o conspiración de los factores de poder


Invitado Mariano67

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Invitado Mariano67

Respuesta: Loco solitario o conspiración de los factores de poder

 

Este thread tiene su punto de contacto con el otro iniciado por mi ¿Terrorismo o conspiración gubernamental? en que son dos hechos que tienen en común el de suprimir la democracia y las libertades que todavía hay en EE.UU. convirtiendo a ese país en un estado policial y fascista.

Todo esto comenzó en 1913 cuando los banqueros dieron un golpe de estado encubierto. A partir de ese momento el pueblo nunca más tuvo el poder através de sus políticos sino que ahora eran ellos el poder detrás de las bambalinas.

Y al que se quería salir del libreto lo liquidaron (como JFK por ejemplo). Ya catador de gatos había mandado un post al respecto.

El 11-9 es otro intento en esa dirección: crear una "guerra" artificialmente para apoderarse del petróleo de otra Nación.

Por eso, a este video que me fue enviado, lo posteo en ambos threads, porque esclarece un poco más la política de ese país que se dice democrático pero es lo opuesto a esto.

 

El productor Aaron Russo se embarca en un viaje a través de su país en busca de la legislación especi­fica... que obliga a los ciudadanos de EEUU a pagar el impuesto sobre la renta. Esta película que no es ni de izquierdas ni de derechas es en realidad un examen exhaustivo al gobierno. Expone la erosión de las libertades civiles en EEUU que comenzó en 1913 con la creación del fraudulento sistema de la Reserva Federal, y lo hace mediante entrevistas a Congresistas, antiguos comisionados del IRS (fisco), ex-agentes del IRS y FBI, asesores de impuestos y escritores. Russo ata los cabos existentes entre la creación del dinero, el impuesto sobre la renta federal, y la tarjeta nacional de identidad, que se convierte el ley en mayo del 2008 (DNI digital). Este documental demuestra con gran detalle el innegable hecho de que EEUU esta convirtiéndose en un estado policial.

 

http://video.google.com/videoplay?docid=-2129966933114641613#

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Invitado Mariano67

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¿Quienes son "Umbrella Man" y "Babushka Lady"?

De entre todos los testigos presenciales del asesinato que pueden apreciarse en las distintas fotografias y peliculas tomadas en Dealey Plaza la mañana del asesinato algunos permanecen aún hoy en el anonimato. Son conocidos los casos de "Umbrella Man" (hombre del paraguas) y "Dark Complected Man" (el hombre de piel oscura), que se encuentra a su lado. Ambos pueden ser vistos en el film de Zapruder (
) y aunque son dos de los testigos más cercanos a la limusina en el momento del atentado nunca fueron identificados por el FBI ni por la Policia de Dallas.

umbrel.jpg

En 1978 un hombre, Louis Steven Witt, compareció ante la HSCA diciendo que el era "Umbrella Man" y que si no había aparecido con anterioridad era por miedo a la publicidad. Su testimonio no aportó nada nuevo. Su explicación de por qué llevaba un paraguas en un dia tan soleado fué tan extraña que dejó a todo el mundo perplejo. Witt contó que salió de la oficina de la compañía de seguros en la que trabajaba y anduvo unas cuantas calles hasta desembocar en Dealey Plaza. Llevaba el paraguas porque pensaba que hacer con el aspavientos al paso de la limusina molestaría a Kennedy. Es por esto que buscó un sitio abierto y no con demasiada gente donde el presidente se pudiese fijar en él. Reconoció que dado lo excentrico de su historia la publicidad no le traería ningún beneficio. Más bien al contrario pensó que haría el ridiculo y decidió permanecer en silencio.

La declaración de Witt sobre sus acciones en el momento del atentado y después del mismo no concuerda con lo que puede apreciarse en los films y fotografias tomadas, ya que en ningún momento se ve a "Umbrella Man" hacer ningún tipo de aspaviento con el paraguas. Se le puede apreciar todo el tiempo quieto y con el paraguas abierto. Sólo en el momento en que la limusina está frente a él realiza un pequeño movimiento del paraguas hacia arriba. Su reacción tras los disparos tampoco concuerda con lo que se aprecia en las distintas fotos. Los críticos consideran poco creible la declaración de este hombre, al que consideran unicamente como a alguien que quiere obtener tajada del asunto dando entrevistas.

La HSCA le preguntó sobre el hombre de piel oscura que aparece en las fotos junto a él pero Witt dijo que no recordaba a ningún hombre de piel oscura junto a el.

Algunos investigadores han avanzado la teoría de que "Umbrella Man" era un señalizador para el equipo de francotiradores. Su misión sería, mediante movimientos del paraguas, indicar a los asesinos si el objetivo había sido alcanzado o no, si era necesario otro disparo, etc...

La tercera persona misteriosa en Dealey Plaza aquel dia es la mujer conocida como "Babushka Lady". Puede observarse a "Babushka Lady" en el film de Zapruder y en el de Muchmore, asi como en numerosas fotografias.

babush3.jpg

Este es el fotograma 288 del film de Zapruder en el que puede verse como la mujer conocida por Babushka Lady se encuentra detrás de Charles Brehm y su hijo. A la derecha del fotograma comenzamos a ver a Jean Hill (mujer del vestido rojo). Este fotograma esta tomado menos de dos segundos antes del disparo fatal a la cabeza. Si observamos detenidamente los movimientos de la mujer en el film nos damos cuenta de que Babushka Lady está filmando la caravana presidencial con una cámara de cine, probablemente una 8 mm como la de Abraham Zapruder, pero desde el lado contrario.

babush1.jpg

En el film de Muchmore podemos ver a Babushka Lady desde el ángulo opuesto y apreciar lo que se encontraba filmando en el momento del disparo fatal a la cabeza. Desde luego su ángulo de filmación era privilegiado para captar el montículo de hierba en ese preciso momento. En la siguiente imagen apreciamos a Babushka Lady tras el tiroteo y podemos ver cómo lleva la cámara en la mano:

babush2.jpg

Esta mujer, que fue filmada y fotografiada profusamente, nunca ha podido ser identificada. Debido al pañuelo que lleva en la cabeza su identificación se hace imposible y el film de Zapruder no ofrece nitidez suficiente para apreciar su rostro. Tampoco hay constancia de que la policia tomara su nombre como testigo presencial del asesinato.

La grabación tomada por Babushka Lady probablemente reflejaría el Texas School Book depository mientras la caravana descendía por la calle Elm, planos medios o casi primeros planos de "Umbrella Man" y "Dark Complected Man" y por supuesto el montículo de hierba en el momento del disparo fatal, con lo que caso de haber un francotirador en esa posición probablemente aparecería en el film. Es extraño que alguien con una grabación como ésa permanezca en el anonimato, ya que sin duda la filmación que esa mujer estaba tomando valdría muchos dolares para las cadenas televisivas. Incluso las filmaciones de Nix, Muchmore, Hughes, etc... que están tomadas desde lugares mucho más distantes en Dealey Plaza valen una fortuna. ¿Porque esa película no ha salido a la luz? ¿Donde están la mujer y la cinta?

A mediados de los 70 el investigador Gary Shaw encontró a una mujer que afirmaba ser Babushka Lady. Su nombre es Beverly Oliver. Afirma que fué a Dealey Plaza con su nueva cámara Yashica de 8 mm y filmó el asesinato completamente. Cuando el Lunes fue a trabajar al Colony Club (un cabaret situado puerta con puerta con el Club Carrousel de Jack Ruby) dos hombres la estaban esperando. Ella pensó que eran agentes del FBI o del Servicio Secreto. Los hombres le pidieron la película con el objetivo de revelarla y usarla como evidencia. Le dijeron que se la devolverían en unos diez dias y Oliver les entregó la película. Nunca volvió a verla pero calló por miedo a represalias y por que "no quería convertirse en una estadística como otros testigos". Por supuesto, nunca fue llamada a testificar por ninguna agencia ni por la Comisión Warren.

Oliver a identificado a un agente del FBI, Regis Kennedy, como uno de los hombres que le arrebataron la película. El agente Kennedy lo niega todo y dice que jamás hablo con Oliver. Hace unos años el hijo de Beverly Oliver ha puesto una demanda contra los Estados Unidos por el hurto del film.

La historia de Beverly Oliver podría sonar pausible si no fuese porque ella misma se empeña en rizar el rizo. Afirma que dos semanas antes del asesinato durante un descanso en su espectáculo en el Colony Club se acercó a ver el espectáculo del local de Jack Ruby. Allí se encontró con este, el cual estaba acompañado por un tipo enjuto y con cara de pocos amigos. Oliver afirma que cuando Ruby los presentó le dijo; "Beverly, este es mi amigo Lee Oswald, de la CIA". También insiste en que vió en repetidas ocasiones a David Ferrie en el local de Jack Ruby: "Lo veía tantas veces - afirma Oliver -que pensaba que era copropietario del Carrousel Club".

Esto se complica con el hecho de que poco después del asesinato Oliver se casó con George McGann, un conocido contacto del mundo del hampa. Oliver declaró que durante la campaña presidencial de 1968 ella y su marido se reunieron en un hotel de Miami con Richard Nixon durante dos horas. El motivo de la conversación nunca se ha dado a conocer, pero a la luz de lo que se supo tras el asunto Watergate sobre las frecuentes y vinculantes relaciones del ex-presidente Nixon con miembros del hampa estas declaraciones no parecen para nada extraordinarias, aunque, que duda cabe, la vida de Beverly Oliver parece haber estado plagada de "grandes acontecimientos". El marido de Oliver fue asesinado en un tiroteo en 1.970.

Cuando en 1978 la HSCA decidió investigar de nuevo el asesinato del Presidente Kennedy, uno de los consejeros del comité decidió investigar secretamente la historia de Beverly Oliver. La HSCA decidió que, al igual que la Comisión Warren quince años antes, tampoco llamaría a declarar a Mrs. Oliver.

En cualquier caso y sea o no cierta la historia de Beverly, la pregunta sigue siendo la misma:
¿que rodó la mujer conocida por Babushka Lady aquel dia en Dealey Plaza?

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Invitado Mariano67

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El film de Zapruder

Advertencia: las imágenes del disparo a la cabeza pueden resultar crudas y herir su sensiblidad.

Abraham Zapruder era muy aficionado a las películas domésticas. El 22 de Noviembre se encontraba en Dealey Plaza dispuesto a filmar la comitiva presidencial con su nueva cámara de 8 mm. Estaba en compañía de su secretaria, Marilyn Sitzman, la cual le ayudó a encaramarse a uno de los pedestales laterales de la pérgola existente en Dealey Plaza. Desde esta privilegiada posición el Sr. Zapruder grabó el que es sin duda el documento gráfico más importante de todos tomados sobre el atentado y uno de los más importantes del Siglo XX.

Comenzó a filmar en cuanto aparecieron los motoristas que iban al frente de la comitiva presidencial, si bien la limusina no aparece hasta el fotograma nº 133.

Z133.jpg

En la película vamos viendo como la limusina avanza a unos 25 km/h. El Presidente Kennedy saluda a las personas congregadas en las aceras. La grabación se realiza a una velocidad de 18,3 fotogramas por segundo.

En el fotograma 186 se observa la primera reacción significativa de los ocupantes de la limusina, asi como de algún espectador: A) Kennedy deja de saludar al público y comienza a girar su cabeza hacia la derecha. Jaqueline Kennedy, que hasta ese momento va mirando y saludando al público del lado izquierdo de la limusina también gira su cabeza hacia la derecha.

B) La pequeña Rosemary Willis que corre paralela a la limusina por el cesped de la parte sur de Elm Street deja de correr y mira bruscamente hacia atrás.

Z186.jpgDespués de unos fotogramas en los que lo que ocurre en la limusina no puede apreciarse debido al cartel señalizador de la autopista que obstaculiza la visión, Kennedy reaparece en Z-225. En Z-228 se aprecia claramente como se ha llevado las manos al cuello, lo que es señal inequívoca de que ha sido alcanzado. En este fotograma son dignos de mención otros dos detalles:

A) El hombre que porta un paraguas y que no fué identificado (el día estaba soleado ¿para que un paraguas abierto?)

B) Un hombre de aspecto latino que permanece con el brazo en alto durante la mayoría de la secuencia y que tampoco fué ni ha sido identificado, a pesar de ser uno de los testigos más próximos a la limusina como puede apreciarse en el fotograma.

Z228.jpgheridas.jpgLa Comisión Warren afirmó que el mismo disparo que hirió a Kennedy en el cuello causó las cinco heridas del Gobernador Connally. Esta teoria es la conocida como la "Teoría de la Bala Única" y la bala que realizó semejante "hazaña" es la famosa "bala mágica" (también conocida como CE399).Sin embargo una vez más la evidencia apunta a un error en las consideraciones de la comisión Warren, ya que según su teoría en el fotograma 228 (arriba) Connally ya ha sido herido, mientras que el fotograma 272 nos muestra que el Gobernador sostiene el sombrero Stetson con su mano derecha, cosa imposible si esta hubiese sido atravesada por una bala dos segundos antes. detconna.jpgEl fotograma 313 recoje el momento del disparo mortal a la cabeza. Se produce una gran explosión en la zona derecha de la que gran cantidad de tejido cerebral, hueso y sangre salen despedidos. La secuencia completa desde el fotograma 313 hasta el 319 es esta

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Z313.jpg

El hecho de que la cabeza de Kennedy sea proyectada hacia atrás y a la izquierda indica para la mayoría de los investigadores críticos un claro disparo desde la parte delantera derecha, es decir, desde el montículo de hierba de Dealey Plaza y no desde el Texas School Book Depository que habia quedado ya a la espalda.

Sin embargo, y como casi todo en este asunto, también los defensores de la teoría del "asesino solitario" tienen un argumento al que agarrarse. Si examinamos el movimiento inmediatamente anterior a la explosión, es decir, el movimiento del fotograma 312 al 313, se observa que la cabeza se mueve hacia delante por una fracción de segundo, lo que apoyaría la versión de un disparo desde atrás que provoca un pequeño movimiento hacia delante antes de la explosión de la cabeza, explosión que por el efecto de reacción sería la responsable del movimiento hacia atrás y a la izquierda.

Z312-313.gif

Los investigadores no parecen ponerse de acuerdo respecto a si la inercia de una bala puede provocar el movimiento de la cabeza hacia delante, si puede la explosión del cráneo tiene suficiente potencia para impulsar bruscamente la cabeza hacia atrás y a la izquierda, etc... Esto es terreno abonado para la discusión, asi que si entre vosotros hay algún físico podría entretenerse en hacer él mismo los cálculos.

Tras el impacto mortal en la cabeza del Presidente observamos como Jaqueline intenta acceder a la parte trasera de la limusina, no sabemos si intentando huir o, como afirman algunos, intentando recoger un trozo del cerebro de su marido que había quedado sobre el maletero o simplemente buscando la ayuda de los agentes del Servicio Secreto. El agente Clint Hill se encarama al coche presidencial, aunque ya es demasiado tarde. Kennedy yace en el asiento trasero de la limusina prácticamente muerto.

Z375.jpg

El conductor de la limusina reacciona por fin y aumenta la velocidad para dirigirse hacia el triple paso inferior del ferrocarril y desde ahi salir por la autopista Stemmons hacia Parkland Hospital.

En este fotograma se aprecia a James Tague detrás de la puerta de su coche (en el círculo). Tague fue herido en la mejilla por un proyectil, lo que obligó a la Comisión Warren a reconocer que uno de los disparos había errado y no había conseguido alcanzar a la limusina. Como todos los testigos declaraban haber oído tres disparos, y como era materialmente imposible que alguien hubiera disparado más de tres disparos en tan poco tiempo a la Comisión Warren sólo le quedaban dos disparos libres y uno era el de la cabeza. Por fuerza para ellos el otro tenía que ser el que hubiera causado todas las demás heridas del Presidente y de Connally ya que si no habría que pensar que hubiese habido más disparos, y esto sería reconocer la existencia de una conspiración.. Esta es la explicación de porqué tenía que existir la "bala mágica".Z416.jpg

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muy bueno el thread, lleno de info

pd: abrite uno con los muertos allegados al caso de la mafia de los medicamentos, estaria barbaro

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Invitado Mariano67

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Asesinato de JFK: Errores premeditados para desviar la atenciónL.

 

Este es un tema espinoso, apasionante, de actualidad y por el que no pasa el tiempo. En este caso no cabe el tópico de que se ha escrito mucho, porque se sabe muy poco. Sería mejor decir que se ha mentido mucho. Los datos facilitados en los informes, sobre todo si son oficiales, han de cogerse con pinzas. Y es que hablamos de un asesinato muy estudiado, ejecutado sin ninguna duda por profesionales y que aún no han sido detenidos. Si además, a esto añadimos las opiniones de los pseudo-expertos, el caldo de cultivo para el debate está servido.

 

La base de este trabajo es el único documento gráfico filmado que se conoce sobre el asesinato de Kennedy. Se trata de la denominada película de Zapruder, que podemos observar desde hace algunos años en Internet y de la cual los internautas facilitan varias modificaciones con distintos aumentos. Al observar la película, se pueden extraer excelentes impresiones balísticas sobre el caso, utilizando la perspectiva de igualar los efectos balísticos producidos por un proyectil sobre un animal para trasladarlos a un hombre. En este artículo solamente me voy a centrar en la balística y en todo lo relacionado con ella.

 

¿Único culpable?

Para comenzar, y dentro del plan preestablecido, no se puede asesinar a un Presidente de Estados Unidos sin coger al asesino. Por lo tanto, hay que buscarlo y encontrarlo, y vaya si lo encuentran. La trama está servida: necesitan a un individuo que responda a ciertos patrones establecidos de psicología patológica, como se establece perfectamente en un sujeto “de pocas luces", de naturaleza enfermiza, personalidad frágil y maleable, con ciertos antecedentes sociales… Así es como aparece Lee H. Oswald.

 

El procesado Lee H. Oswald

El hombre pretende asesinar al presidente Kennedy desde un 6º piso sobre un blanco en movimiento a unos 140 metros de distancia, utilizando para ello un viejo Mannlicher de segunda o quinta mano, que adquiere por correspondencia, que lleva instalada una mira que aparenta 4 aumentos típica para un 22, y que utiliza cartuchos militares del calibre 6,5mm Carcano. Es la imagen perfecta del francotirador, ¿no? Solo un ignorante e inexperto puede utilizar este rifle, este visor y esta munición para este fin.

 

Basta con leer los informes iniciales de la policía que encontró el rifle. Según el sheriff, el primer examen del rifle que encontraron en la planta 6ª era un Mauser del calibre 7,65mm. Hombre, se puede cometer un error de apreciación al observar por primera vez un arma, pero si se tienen los casquillos disparados en la mano, ¿cómo te puedes equivocar? No obstante, esto es irrelevante de acuerdo con la interpretación de todo lo que se están narrando. El hecho es que el tal Oswald disparó, al parecer en tres ocasiones. Solo alcanza al Presidente en un disparo -sin miedo a equivocarme diría que en el primero- y es en este disparo en el que tiene tiempo para apuntar con menos tensiones, pero aquí demuestra también que es mal tirador, pues falla el tiro.

 

Fusil Mannlicher Carcano en calibre 6,5x52mm utilizado por Oswald

Es evidente que apunta a la cabeza, pero es tan malo tirando que no corrige la caída y le da en la parte baja del cuello, a unos 40 o 45 centímetros por debajo. Esta es más o menos aproximadamente la caída que tiene este Carcano con bala de 156 grains si el rifle esta puesto a tiro a 100 yardas. Otro tanto puede decirse si tira con el 7,65mm alemán, inconfundible puesto que la vaina tiene reborde. Oswald hiere a Kennedy como se puede ver, pero no le mata. Entonces, entra en juego esta clásica figura de los pseudo-expertos, quienes se lían en unas discusiones bizantinas sobre si se pueden disparar tres tiros en 3 segundos, en 7 o en 20. ¿Qué más da? Todo el que ha manejado un rifle sabe el tiempo que necesita para apuntar y para disparar, pero lo que están haciendo es el caldo gordo a los asesinos y pasan a formar parte de la intoxicación del caso. Unos consciente y otros inconscientemente. Empiezan con el discurso que han escuchado por ahí, pero que no es ni suyo, de que de las balas militares están hechas para herir y no para matar. Es una lástima que no lo supieran los 20 millones de muertos a tiros de la segunda guerra mundial.

 

La “bala mágica"

Otro craso error que circula es que los proyectiles de guerra, al estar encamisados, no se deforman, y apuntan el caso de la llamada “bala mágica" que atraviesa a Kennedy y al Gobernador que va sentado delante y que luego aparece intacta en la camilla que le traslada al hospital. A ver: el proyectil del 6.5mm Carcano que enseñan tiene 160 grians aproximadamente y es de punta redonda. Efectivamente, parece de fabricación militar. Pero este proyectil, que atraviesa a dos personas y que efectúa varios giros en su trayectoria (algunos de más de 45 grados), como consecuencia de los rebotes a los que se ve sometido ES IMPOSIBLE QUE NO SALGA DAÑADO del viaje.

 

Al parecer, Oswald efectúa otros dos disparos más, pero de estos proyectiles solo quedan restos. Contrariamente, estos sí se deforman, claro que ninguno se acerca a Kennedy, ni por aproximación. Usando la película de Zapruder, observamos que al recibir el impacto aparece como una pequeña nubecilla de humo blanco que se eleva verticalmente sobre la cabeza de Kennedy, al tiempo que ésta es impulsada hacia atrás. Esta nubecilla es característica de los proyectiles que se desintegran al impacto, o sea los expansivos y explosivos, primera deducción posible. La deducción siguiente es que su cabeza es impulsada hacia atrás algo lateralmente: ambas deducciones sostienen que es imposible que el proyectil alcanzara al Presidente por la parte posterior de la cabeza. Si te dan un puñetazo en un ojo, por ejemplo, tu cabeza no se mueve hacia el puño, si no que es desplazada hacia atrás debido a la fuerza del impacto, ¿no es así?, pues esto es lo mismo, el impacto de la bala mueve la cabeza en la dirección a la fuerza aplicada, a la fuerza recibida.

 

Recreación virtual del asesinato de Kennedy

Por lo tanto, el proyectil que le mata no es disparado por detrás, si no, con cierta inclinación lateral a la sien derecha. Y no es blindado, por lo que evidentemente existe un segundo tirador. Todo esto queda perfectamente manifestado en la ampliación que algunos internautas han realizado sobre la película, saltando de fotograma en fotograma. Así se ve perfectamente cómo impacta el proyectil y cómo la masa de sangre, junto a los fragmentos del hueso craneal, explota literalmente y sale disparada hacia arriba, y ligeramente hacia atrás. De nuevo, deducimos que si el impacto lo hubiera recibido en la parte posterior de la cabeza el desplazamiento de las masas siempre sería hacia delante. Pero hay algo más: si consideramos que la nariz del Presidente Kennedy está a 0 grados, el impacto que le alcanza en la sien derecha trae una trayectoria de unos 30 grados, como se puede observar con facilidad si se trazan las coordenadas longitudinales. Por tanto, así como el cámara que realiza la filmación está varios metros por encima de la Comitiva, no sucede lo mismo con el francotirador que realiza el disparo.

 

Momento en el que JFK recibe el primer disparo

En efecto, como consecuencia de la salida del primer proyectil que le alcanza, la cabeza de Kennedy está más baja de lo normal. No obstante, esto no es óbice para que el francotirador haga blanco, Pero si te fijas bien, el impacto abre un boquete en el cráneo de más a menos, saliendo algunos trozos residuales por la coronilla, que incluso levantan el pelo. Esto implica que la bala trae un trayectoria lineal de unos 5 a 6 grados de inclinación hacia arriba, como se puede verificar en la comparativa horizontal, produciendo que la masa encefálica del hemisferio derecho se comprima primero y caiga después hacia el hombro derecho. ¿Está el francotirador emboscado y tumbado en un coche?, ¿Que proyectil está usando?, a groso modo, los proyectiles se dividen en tres clases: duros, semiduros y blandos, y se caracterizan fundamentalmente por la cantidad de energía que pueden ceder al producir el impacto. En el mismo orden, poca, media y toda. Los efectos sobre los organismos vivos suelen ser también de tres clases: en términos generales, en los duros la entrada es parecida a la salida, en los semiduros, debido a la deformación, aumentan notablemente la herida, siempre de menos a más; y en los blandos no pasan, se desintegran y no salen, produciendo destrozos siempre de más a menos. Para este trabajo, el francotirador escoge el tipo de proyectil ideal, que tiene sobradamente probado y sabe exactamente cuáles son sus efectos. Se trata pues de una bala expansiva blanda, que se caracteriza por ceder toda su energía al inicio, como hemos visto anteriormente.

 

Teoría final

Además de ésta, yo solo conozco otras dos balas más que tengan este comportamiento: La de diseño de mercurio, prohibida para la caza ya que explota al impacto y revienta los tejidos; y la clásica explosiva, también prohibida para la caza y llamada Dum Dum, en la guerra. La conclusión final es que Oswald es el hombre de paja, el asesino oficial de Kennedy para la prensa y los medios. Que no confían en él para hacer el trabajo lo demuestra el francotirador profesional que está apostado en otro lugar, Como vemos, el perfíl de este francotirador ya no es el mismo que el de Oswald. Se encuentra colocado en el sitio preciso, desde luego camuflado, escoge el arma ideal, el proyectil letal, conoce la distancia al objetivo, solo hace un disparo, etc. ¿Cuál es el calibre utilizado?, por los efectos que produce el disparo, abogo porque se trata de un calibre pequeño de alta velocidad, Yo diría que inferior al 270 WM. A esa distancia, y con ese proyectil, un calibre 300 le hubiera arrancado la cabeza, literalmente. Usando un proyectil explosivo o expansivo como este, un 243 W produciría aproximadamente los mismos efectos.

 

Link:

 

http://www.armas.es/articulos/biografias/30220-asesinato-de-jfk-errores-premeditados-para-desviar-la-atencion.html

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  • 3 weeks later...

Respuesta: Loco solitario o conspiración de los factores de poder

 

Kennedy, conspiración en Hamburgo

UNO de los objetivos colaterales del asesinato del presidente John F. Kennedy, fue el de aniquilar a la Revolución Cubana.

Más ese fin no fue logrado y es la secreta razón para que cuarenta y dos años después, la conspiración continúe. La última maquinación viene de rebote desde Alemania: "Hamburgo, 3 ene (DPA). — Un documental de la televisión pública alemana ARD, responsabiliza al servicio secreto cubano del asesinato del presidente estadounidense John F. Kennedy, en Dallas, Texas".

Wilfried Huismann, director del documental, es el instrumento de turno que afirma, según la agencia alemana: "Fue la venganza de Castro por el intento de la CIA de asesinarlo con un bolígrafo envenenado".

No es esta una acusación despreciable. El estremecedor magnicidio tuvo tanto impacto en el mundo que aun hoy, cuando se evoca, alguien pregunta dónde estaba entonces cada uno.

Por mi parte, estaba en el pintoresco restaurante La Pecherie, en el puerto de Argel, y me disponía a degustar los excelentes caracoles de la casa, el 22 de noviembre de 1963, con Helen Klein, la norteamericana jefa de prensa del presidente Ahmed Ben Bella. De repente conocimos la terrible noticia.

¡El presidente Kennedy ha sido asesinado!.. —Ahora van a culpar a Cuba, le dije inmediatamente.

—No exageres, me contestó.

Rápidamente nos fuimos a la agencia Prensa Latina, situada en 26, Rue Claude Debussy, donde me desempeñaba como corresponsal, para tener más información. Allí confirmé cómo las emisiones repetían que el Gobierno cubano era acusado por el magnicidio. Sorprendida, Helen me preguntó cómo lo había adivinado.

—No soy adivino —le expliqué—, Cuba es para Estados Unidos la causa de todo lo malo. Un poco por histeria y otro poco porque están buscando un pretexto para tratar de aplastarnos.

Sin embargo, pocas horas más tarde, la acusación desapareció del aire con la misma rapidez con que había entrado. En aquel momento todo quedó en el misterio.

Quince años después, en Washington, por enésima vez flotaba la misma acusación en el ambiente. El Comité Especial para investigar los asesinatos de John F. Kennedy, de su hermano Robert y de Martin Luther King, manejaba las muchas teorías sobre el asesinato del Presidente de Estados Unidos. Nuevamente flotaba en los medios masivos el intento de levantar sospechas sobre el Gobierno de Cuba.

Un periodista de Washington, muy ligado al FBI, confidencialmente me reveló que la versión partió originalmente de la CIA, que distribuyó una nota en la cual se expresaba que Oswald había cometido el magnicidio por cuenta del Gobierno cubano. Agregó que el FBI hizo retirar la acusación de los medios de prensa.

Cuando le pregunté al veterano periodista por qué se había molestado el FBI en desautorizar a la CIA, explicó que consideraron a la iniciativa una irresponsabilidad que hubiese podido desencadenar consecuencias incalculables, como una Tercera Guerra mundial.

La primera investigación importante del asesinato fue realizado por la llamada Comisión Warren, la cual consideró esa acusación a Cuba y la desechó expresando que "no hubo tal conspiración."

Sin embargo, a partir de 1967, la columna de Drew Pearson y Jack Anderson levantó nuevamente idénticas acusaciones. Los medios alzaban el tono apuntando hacia Cuba cada vez que surgían nuevas evidencias envolviendo al establishment, sobre que Oswald no había actuado solo. Es de notar que Anderson fue durante su carrera, al menos, muy cercano a la CIA. Fueron tantas las evidencias que el Congreso decidió crear un Comité Especial de su seno, presidido por el congresista afroamericano Louis F. Stokes, para investigar los asesinatos de John F. Kennedy, su hermano Robert y Martin Luther King. Tras más de un año de arduas investigaciones el Comité Stokes, llegó a interesantes conclusiones.

Entre sus hallazgos figura en el Apartado C, acápite 2, "El Comité cree sobre la base de la evidencia disponible que el Gobierno cubano no estuvo envuelto en el Asesinato del presidente Kennedy".

Tras pesquisas en EE.UU. y en Cuba sobre las causas del asesinato, se manejaron, entre otras, las intenciones del presidente Kennedy de normalizar las relaciones con Cuba, además de otras no menos importantes razones de política interna.

LA INMORAL COLUSION CIA-MAFIA

El Comité Especial llegó a la conclusión de que Carlos Marcello, Don de Nueva Orleans y parte de Texas; Santos Trafficante, de Florida, y James Hoffa, presidente del gremio de camioneros, "tenían motivos, medios y oportunidades para asesinar al presidente Kennedy".

Trafficante era un objetivo vital en la lucha de la Administración de Kennedy contra el crimen organizado. Su nombre estaba entre los diez principales sujetos a investigar y combatir.

Cuando Robert Kennedy conoció de la inmoral colusión de la CIA con la Mafia, prohibió a los funcionarios involucrados recurrir a tales asociaciones sin informárselo. Pero ellos continuaron haciéndolo bajo la dirección de Richard Helms.

El informe del Comité expone que la posición de Trafficante en el crimen organizado, en el narcotráfico, y su papel como principal enlace de la mafia con figuras criminales dentro de la comunidad exiliada cubana, lo proveían con la capacidad de formular una conspiración para asesinar al presidente Kennedy, como lo hizo antes contra Fidel Castro.

El Comité establece que existió una posible conexión entre Trafficante y Ruby, especialmente en La Habana en 1959, cuando Ruby servía, de hecho, como correo de los intereses de la Cosa Nostra para trasladar fondos de la capital cubana a Miami. Cuba suministró pruebas.

Sin embargo, el Comité no pudo encontrar evidencias directas sobre si fueron ejecutores en el asesinato del Presidente tanto Trafficante como Marcello. La capital del imperio de éste último, Nueva Orleáns, se había convertido en un importante escenario de las conspiraciones terroristas. Allí iban personajes como Orlando Bosch, Luis Posada Carriles, los hermanos Guillermo e Ignacio Novo Sampoll, Eladio del Valle, Jorge Mas Canosa, Herminio Díaz y otros. En el mismo edificio donde se reunían. Oswald desarrollaba una actividad de engañoso apoyo a Cuba.

El Comité Especial confirmó también que estos terroristas de origen cubano conspiraron, como individuos para la comisión del crimen. Los mismos que se complotaron para atentar contra Fidel Castro, lo hicieron para asesinar a Kennedy. Poco antes de ser asesinado, John Roselli, dijo al columnista Jack Anderson, que cubanos de la banda de Trafficante habían participado en el magnicidio.

En el informe se admite que "los anticastristas estaban "frustrados, amargados y coléricos" y la dirección de sus resentimientos la enfocaban contra Kennedy, quien en los días de su muerte había encargado a William Atwood discutir con representantes cubanos en Naciones Unidas sobre la posibilidad de normalizar las relaciones. El delegado cubano en esas conversaciones fue Carlos Lechuga, entonces embajador en la ONU. El asesor de seguridad de Kennedy, McGeorge Bundy, manifestó que el Presidente quería para cuando regresase de Dallas, un informe sobre la marcha de esas pláticas. Aún después de muerto, su hermano, Roberto Kennedy trató también de suprimir las medidas contra Cuba, pero el nuevo presidente, Lyndon B. Jonhson, lo impidió.

El Comité Stokes confirmó que los contactos de Oswald en Estados Unidos eran contrarrevolucionarios de origen cubano y optó por analizar abiertamente estos aspectos que no investigó la CIA, confabulada con los cubanoamericanos. Decidió examinar con rigor a los grupos que, aparte de estar motivados, tenían la capacidad y los recursos como para mezclarse en el asesinato.

Existían muchas organizaciones terroristas en el período comprendido entre el triunfo de la Revolución Cubana y el asesinato de Kennedy. Pero se determinó que en dos de ellas pudiera haber existido una conexión con Oswald: Alpha 66 y la llamada Junta Revolucionaria Cubana (JURE).

El Comité Stokes escuchó el testimonio de Marita Lorenz, una hermosa espía reclutada por Frank Sturgis, quien relató un encuentro que presenció en Miami, en casa de Orlando Bosch y en el que participaron Pedro Luis Díaz-Lanz y Oswald, planeando un viaje a Dallas. Agregó que el 15 de noviembre ella viajó a esa ciudad en dos autos con Bosch, Sturgis, Diaz-Lanz, Oswald, Gerry Hemming y los hermanos Novo Sampoll. En las habitaciones del hotel donde se alojaron había varios fusiles y recibieron la visita de Ruby, más tarde ejecutor de Oswald. Más recientemente Lorenz dijo que allí Howard Hunt (Eduardo para los cubanos) entregó dinero a Sturgis el 21 de noviembre para una operación que no le dijeron cuál era y regresó a Miami 2 ó 3 horas después del atentado.

PHILIPS, PROTAGONISTA DEL TRABAJO SUCIO

Antonio Veciana, fundador de Alpha 66, declaró al Comité que dentro del contexto de sus actividades contra el Gobierno de Cuba, se entrevistó en muchas oportunidades con un oficial de la CIA que dijo llamarse Bishop. Y que en agosto de 1963, en Dallas, Texas, éste hizo contacto con él en un edificio de oficinas, en compañía de una persona, a quien identificó después de la muerte de Kennedy como Lee Harvey Oswald.

Más tarde Veciana confesó al escritor Gaeton Fonzi que el nombre del oficial Bishop era David Atlee Philips, quien trabajó en La Habana para la CIA con fachada de empresario en Humboldt 106 apartamento 502.

Atlee Philips-Bishop fue desde 1960 jefe en Miami de los aspectos propagandísticos de la invasión de 1961 contra Cuba, junto a Howard H. Hunt, principal organizador del Watergate. En 1954, ambos dirigieron la conjura para derrocar al Gobierno de Arbenz, en Guatemala. La seguridad cubana confirmó esa identidad de este oficial CIA, quien organizó los grupos terroristas cubanoamericanos que aún chantajean al Gobierno de Bush y tratan de excarcelar a Posada Carriles y sus cómplices.

Uno de los miembros del grupo JURE, Silvia Odio, testificó en 1964 ante la Comisión Warren, que un hombre al que ella identificó a través de los medios masivos como el Oswald que mató a Kennedy, visitó en Dallas su apartamento, en septiembre de 1963, en compañía de otros dos latinos. Agregó que los dos hispanoparlantes le dijeron ser miembros de JURE.

Uno de ellos le dio el nombre de Leopoldo y tenía acento cubano. El otro, Angelo, parecía mexicano. El tercero se presentó con el nombre de León Oswald y era, para ella, Lee Harvey Oswald. La Seguridad Cubana identifica a los acompañantes de Veciana como los hermanos Novo, poseedores de una larga lista de asesinatos y otras acciones terroristas.

Silvia declaró lo mismo al FBI y agregó que dos días más tarde, el tal Leopoldo la volvió a llamar y le expresó que, según León, ellos debían haber matado a Kennedy después del fracaso de la invasión por Bahía de Cochinos. Dos meses después Kennedy fue asesinado.

Las conclusiones del informe fueron que "las declaraciones de Silvia son aún creíbles y más cuando ésta sostuvo insistentemente, después de quince años, sus mismos argumentos".

Ese mismo día prestó testimonio Nicholas Katzenbach, ex secretario de Justicia de la Administración de Johnson, quien hizo alusión a pugnas internas y a malas relaciones entre el FBI y la CIA durante la época de la investigación.

RICHARD HELMS CONFESO QUE LOS ASESINATOS DE LA CIA ERAN "ACCION POLITICA"

Al día siguiente, 22 de septiembre, el ex director de la CIA Richard Helms provocó indignación en algunos congresistas y asombro en la mayoría, al comparecer durante siete horas ante el Comité Selecto para responder a las indagaciones sobre la efectividad de la investigación hecha por la CIA después del asesinato, y si suministró a otros la relevante información que tenía. En el momento del asesinato de Kennedy, Helms era jefe del Servicio Clandestino de la CIA, el presidente Johnson lo nombró subdirector de la CIA un año después. Y director en 1966.

El congresista Christopher J. Dodd preguntó si la Comisión Warren fue informada de los intentos de asesinato contra Fidel Castro, y se mostró airado por los contactos del crimen organizado y la Agencia.

Helms respondió que solamente se informaba a la Comisión Warren de los asuntos por los que preguntaba.

Ante la insistencia de los congresistas, dijo que las actividades contra la Revolución Cubana incluyeron intentos de volar plantas eléctricas y centrales azucareros, incendiar campos de caña y múltiples tipos de acciones terroristas. Añadió que esta era una acción política de la que no se podía culpar sólo a la Agencia, pues el Presidente, el Pentágono, el Departamento de Justicia, el de Defensa, el de Estado y el Consejo de Seguridad Nacional, tenían pleno conocimiento de los planes y los aprobaban.

De alta estatura, pelo entrecano de amplias entradas y maneras cultivadas, con su traje oscuro bien cortado, camisa blanca de tenues rayas azules y corbata oscura, Helms enfrentó a sus interrogadores con gran aplomo y trazas de buen humor. Su distinguido aspecto no hacía fácil pensar en el hombre que desde su despacho daba las órdenes de asesinar. Fríamente, con asepsia, se refería a los criminales intentos en complicidad con los matones de la mafia.

LOS CONTACTOS DE OSWALD CON LA CIA DATAN DE 1960

Otro de los documentos sobre los que fue interrogado se refería a que los primeros contactos de la CIA con Oswald, aun cuando informaron a la Comisión Warren que no habían tenido ninguno, se remontaban a 1960. Uno de los memorándums de la CIA presentado, expresaba que Allan Dulles, a pesar de ser miembro de la Comisión Warren, aleccionaba a sus subordinados sobre cómo esconder las relaciones de la CIA con Oswald.

Helms contestó estos aspectos evasivamente.

Tres días antes, Thomas J. Kelley y James J. Rowley, inspector y jefe, respectivamente, del Servicio Secreto encargado de la protección del Presidente, sorprendieron a toda Norteamérica al declarar que a pesar de que el FBI y la CIA poseían información sobre Oswald, el Servicio Secreto no la conoció.

"De otro modo hubiésemos sabido lo que hacíamos el día de la muerte del presidente Kennedy", dijeron Kelley y Rowley a los integrantes del Comité Selecto.

Estos y otros hallazgos hicieron al Comité llegar a la conclusión de que hubo falta de cooperación y coordinación entre las distintas agencias del gobierno; que el Servicio Secreto fue deficiente en proteger al Presidente y en analizar la información que poseía. Incluso que no contaba con personal suficiente para una protección adecuada.

En el acápite 5 se afirma que no estuvieron envueltos el Servicio Secreto (de la presidencia) ni el FBI ni la CIA. Pero los criticó por no haber analizado, investigado, usado ni intercambiado adecuadamente informaciones que poseían sobre las acechanzas alrededor del viaje de Kennedy a Dallas.

El informe recomendaba que el Departamento de Justicia continuase la investigación, pues se habían encontrado evidencias de una conspiración en la que participaban elementos de la mafia ítalo norteamericana y grupos mafiosos cubanoamericanos. No se expresaba que éstos habían sido históricamente manejados por la CIA, pero se insinuaba. Pues se hacía constar que no se había podido llegar a conclusiones definitivas al negarse la Agencia Central de Inteligencia a descodificar ciertas informaciones. Asimismo la CIA fue criticada por no haber investigado con rigor a estos grupos de origen cubano radicados en Miami.

También se tomó en cuenta para solicitar más investigaciones al Departamento de Justicia, el hecho de que las pruebas fílmicas y acústicas analizadas mostraban la posibilidad de una segunda persona en el piso desde donde supuestamente disparó Oswald y que probablemente hubo más de un tirador.

También se resaltó que el FBI tampoco investigó después del magnicidio la posibilidad de una conspiración y que la CIA fue deficiente, tanto antes como después del asesinato.

Además, la Policía de Dallas, como toda la población de Texas, sometida en esos días a una fuerte propaganda contra Kennedy, también se mostró incapaz de protegerlo. El ambiente contra Kennedy llegaba allí a extremos tales que la mañana de ese fatídico 22 de noviembre de 1963 se distribuyeron panfletos contra el Presidente.

El más agresivo fue publicado en un diario de Dallas como anuncio pagado a página completa, llevaba una foto de Kennedy y el texto era provocativo: "Buscado por traición: Este hombre es buscado por actividades traidoras contra Estados Unidos."

Aún después del asesinato hubo serios descuidos al proceder al traslado de Oswald. Es elocuente la fotografía que muestra a los dos guardianes mirando hacia otro lado, mientras Ruby se acerca impunemente a disparar contra el acusado. Así murió la persona más indicada para dar a conocer los móviles y complicidades del atentado. Sin embargo, los oficiales actuantes ese día no fueron despedidos, sino que más tarde obtuvieron ascensos.

No solamente Veciana habló de las intenciones de la CIA para vincular al Gobierno de Cuba en el atentado. Resultó sospechoso para todo el mundo que desde antes del atentado, la CIA haya tratado de identificar a Oswald con la Isla y llegó hasta amenazar a la empleada mexicana del Consulado de Cuba en Ciudad de México, Silvia Durán Tirado, para que corroborase esta versión. La valiente mujer se negó.

Las acusaciones contra Cuba se mantuvieron vivas hasta que el Comité Stokes las desechó en 1978, después de realizar investigaciones en México y en La Habana, donde se entrevistaron con el presidente Fidel Castro. A las sesiones asistió como testigo el señor Eusebio Azcue, cónsul cubano en México, quien negó visa a Oswald semanas antes del magnicidio, a pesar de la ruda insistencia de éste. ¿Quién sabe lo que hubiese provocado esta visita?

Esta sesión nos hizo preguntarnos qué quería decir exactamente el presidente Kennedy, cuando confiaba a su colaborador Clark Clifford, poco después de la invasión por Playa Girón, Bahía de Cochinos: "algo muy malo ocurre dentro de la CIA y quiero saber qué es. Quiero hacer mil pedazos a la CIA y esparcirlos a los cuatro vientos".

El Comité Stokes en su informe final señaló que la CIA se negó a desclasificar ciertos documentos importantes. Cuando en una audiencia se interrogó a Frank Carlucci, subdirector de la CIA en 1978 y asesor nacional de Seguridad del presidente Reagan en 1987, éste declaró: "Vienen de fuentes altamente sensitivas y deben ser protegidas".

Una de las más importantes e inquietantes pruebas halladas por el Comité Stokes, es la grabación descubierta en la Policía de Dallas, que deja oír cuatro disparos y no tres como estableció la Comisión Warren. Fortalece ese hallazgo la declaración de la esposa del gobernador Connally de que a éste lo alcanzó un segundo disparo y no el mismo que hirió en la garganta al Presidente, la bala mágica, como se hizo ver.

LOS CULPABLES MATERIALES E INTELECTUALES

El general Fabián Escalante, uno de los que investigaron el caso por la parte cubana, ha expresado que basado en informaciones de los archivos de la Seguridad, algunos testimonios y análisis de los hechos y antecedentes, se llegó en La Habana a conclusiones sobre los culpables, semejantes a las de otros investigadores: la CIA, la Mafia y los contrarrevolucionarios cubanos planearon y ejecutaron el hecho.

Agregó que estudiando las descripciones de testigos del crimen, especialmente expuestas por el ex fiscal Garrison, se presume que los expertos tiradores de origen cubano Eladio del Valle y Herminio Díaz, se encargaron de disparar, y escaparon después en una camioneta Nash Rambler. Y que el atentado fue realizado por dos grupos, uno bajo el control de Jack Ruby, y el otro por Frank Sturgis, más tarde jefe de los plomeros de Watergate.

Los participantes por parte de la mafia, continuó Escalante, fueron Santos Trafficante, Sam Giancana, John Roselli y en menor grado Carlos Marcelo y Jimmy Hoffa.

Entre los planificadores de la CIA mencionó, además de a David Atlee- Philips y Richard Helms, supervisor entonces de las operaciones anti cubanas, al general Cabell, ex vicejefe de la CIA, Gerry Hemmings y otros altos oficiales.

El escándalo provocado por las investigaciones, recogido en la prensa de todo el mundo, hizo declarar a la dirección de la Agencia Central de Inteligencia que desclasificaría la mayoría de los documentos, con lo que consiguieron acallar las protestas. Pero hacerlo hubiese sido autoincrimarse.

Imposibilitado de continuar con sus investigaciones, el Comité Stokes, al cumplirse en diciembre de 1978 el mandato del Congreso, hizo la atendible sugerencia de que el Departamento de Justicia continuase la línea investigativa hasta dilucidar el enigma.

Por eso a Carter no se le podía dejar reelegirse. Había que impedirlo con provocaciones como la de los asaltos a las embajadas que resultaron en el éxodo del Mariel. Por eso 27 años después de la investigación y 42 años después del asesinato, las Administraciones de Reagan, Bush, Clinton y Bush Jr., que debieron recoger ese guante, no movieron un dedo para colocárselo.

La más importante documentación sobre el magnicidio de Dallas se halla abovedada, en calidad de secreta, en los archivos de la CIA, el FBI y el Pentágono, y no será desclasificada hasta el año 2013.

En los años subsecuentes al asesinato, más de 22 personas involucradas en los hechos murieron de forma poco menos que misteriosa, entre ellos los principales protagonistas: Oswald y Ruby.

Desde 1963 la lista ha ido creciendo. A ese ritmo, difícilmente quedará vivo algún testigo. Y lo que es peor, no quedará vivo ningún culpable. Hoy el tenebroso secreto es transparente para todos menos para quienes lo tendrían que ver. Porque los protagonistas principales del magnicidio han adquirido una temible ascendencia sobre el Gobierno de Estados Unidos. El alemán Wilfried Huismann no es más que otro peón en este ajedrez. Por eso ignora maliciosamente estas fuentes. Con esa conspiración en Hamburgo se busca alejar la atención de los medios sobre Luis Posada Carriles para liberarlo. Porque si éste llegase a cumplir sus amenazas de decir todo lo que sabe, el Watergate de Nixon quedaría como un epifenómeno de poca monta ante la perversidad que se oculta.

 

 

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Respuesta: Loco solitario o conspiración de los factores de poder

 

La conspiración. La historia secreta de John y Robert Kennedy

 

por David Talbot

 

Publicado el 27/03/2008

Igual que cualquier otro ciudadano estadounidense que vivió aquel día, Robert F. Kennedy nunca olvidaría el modo en el que se enteró de que alguien le había disparado a su hermano. El fiscal general, que acababa de cumplir treinta y ocho años, estaba almorzando pota­je de almejas y patatas y bocadillos de atún, en compañía del fiscal fe­deral Robert Morgenthau y su asistente, junto a la piscina de Hickory Hill, su mansión de la época de la guerra civil en McLean, Virginia, en las afueras de la capital. Era un día de otoño perfecto, el clásico viernes por la tarde, azul intenso y fresco que promete un gran fin de semana, y el rojo fuego y oro de las hojas de los nogales, los arces y los robles, apostados cual centinelas a lo largo de toda la propiedad, ilu­minaba el terreno verde y ondulante que rodeaba la residencia. Ken­nedy acababa de emerger de un baño de mediodía, y mientras habla­ba y comía con los juristas invitados, su traje de baño seguía chorreando.

 

Alrededor de las 13h45, el teléfono al otro extremo de la piscina empezó a sonar. La esposa de Kennedy, Ethel, cogió el aparato, y se lo pasó a su marido diciéndole que quien llamaba era J. Edgar Hoover. Bobby supo de inmediato que había ocurrido algo fuera de lo normal, puesto que el director del FBI (Federal Bureau of Investigation, Oficina Federal de Investigación) nunca le llamaba a su casa. Los dos hombres se profesaban un mutuo y tenso recelo que sabían que sólo desaparecería cuando uno de los dos abandonara su cargo. Cada uno de ellos representaba para el otro todo lo malo que tenía el país. "Tengo algo que anunciarle", le dijo Hoover, "le han disparado al presidente." La voz de Hoover era seca e indiferente. Kennedy siempre recordaría no sólo las palabras del director del FBI, sino su gélido tono.

 

El 22 de noviembre de 1963 "se abrió una brecha en la historia" de Estados Unidos, como escribiría el dramaturgo Tony Kushner algunos años más tarde. Sin embargo, el abismo que se abrió para Bobby en aquel momento fue el más profundo de todos, y era Hoover, entre to­das las personas, quien le traía la noticia del Apocalipsis. "Creo que sintió placer al comunicarme la noticia", recordaría Kennedy.

 

Veinte minutos después, Hoover llamaba otra vez y asestaba su último golpe: "El presidente ha muerto", anunció, y colgó de inme­diato. Kennedy recordaría que su voz sonaba de nuevo extrañamente uniforme, "apenas menos alterada que si estuviera informando del descubrimiento de un comunista entre el profesorado de la Universi­dad Howard".

 

El tono cortante de las llamadas telefónicas de Hoover confirma­ba que la "perfecta comunión" entre los dos hermanos, según la descripción de Anthony Lewis del vínculo que unía a John Kennedy y a Robert Kennedy, una relación fraternal sin precedentes en la historia de la presidencia, había tocado a su fin. Transmitía además con una gran claridad que Bobby acababa de sufrir una muerte de otro tipo: su propio poder como fiscal general había empezado a desvanecerse, ya en aquel momento, hasta un punto en el cual el director del FBI ya no se sentía obligado a mostrar deferencia, ni siquiera la cortesía huma­na más habitual, hacia su superior en el Departamento de Justicia.

 

Durante el resto del día y de la noche, Bobby Kennedy lucharía contra su inmenso dolor, llorando, o luchando contra el llanto, puesto que ésa era la manera de actuar de los Kennedy, al mismo tiempo que utilizaba el poder que todavía