Vanina Siffredi, espléndida!

Godric · 17 de Junio del 2015

Queridos,

Inspirado por los apasionantes relatos del colega kapi sobre sus Xps con la señorita en cuestión, y convencido de que “era mi destino” (tenía una reunión cerca del obelisco y un rato disponible), me dirigí al encuentro de Vanina Siffredi. Los detalles de la localización, edificio, condiciones de acceso, etc., ya las conocen (y si no, pregunten, no hay problema). Al llegar, la bienvenida no fue tan avasallante sino más bien, tranquila, buena onda, lo cual, para mí, sumó. Ya habría tiempo para las sensaciones fuertes…

La charla siguió con ella parada detrás de mí, apoyada cuan alta es, mientras terminaba de sacarme la ropa. Le dije que había leído mucho sobre ella y, risita va, risita viene, me llevó a la cama y me acostó boca abajo. Arrancó con una combinación de besos negros y PT desde atrás que me levantó las revoluciones a full. Se quedó ahí un rato largo, que no dejé de disfrutar ni por un segundo. Después se movió delante de mí (yo seguía acostado boca abajo) y me ofreció su amigo (enorme, como ya ha sido descripto tantos comentarios) para que lo degustara, y así lo hice. El tema del amigo en cuestión es que no solo es bastante largo, sino que además es extremadamente grueso y macizo. Apenas podía manejar la boca… me dio vuelta boca arriba y, sentada ella sobre mi cabeza comenzó a combinar mi PT (ella la metía a su antojo y la hacía llegar hasta límites desconocidos) con sólidos impactos (podría llamarlos “garrotazos”) de su amigo sobre mi rostro. Las revoluciones no hacían más que subir, mientras me llenaba hasta la garganta y me la refregaba por la cara. Estaba a su completa merced, y la cosa recién empezaba…

Volvió detrás de mí, volvió a ponerme boca abajo, y susurrándome al oído, me propuso atarme… nunca lo había aceptado antes con nadie, y dudé, pero con el morbo a toda máquina, le dije que sí. Me ató las manos detrás de mi espalda con una soga y me vendó los ojos. Encremó cuidadosamente el back, y entró… Me partió en 273 pedazos. Por momentos no podía distinguir entre el dolor y el placer. La venda en los ojos duró poco, porque con las embestidas que me pegaba se corrió enseguida. Paraba unos segundos cuando los gemidos se transformaban en gritos, y arrancaba de nuevo. Me agarraba de la soga y me iba cambiando de posición a su antojo: pasé de acostado boca abajo, a inclinado sobre la cama con las rodillas en el piso, y en cuatro sobre el sillón. Y meta matraca a full, hasta que le pedí piedad, me desató y no me quedó otra que confesarle: “me encantó, pero sos mucho más de lo que puedo manejar”.

Al salir del baño, la encontré parada, apoyada sobre la mesa que está en el pasillo. La señal era más que clara, y la obedecí de mil amores… sostuve a su amigo en mis manos (por primera vez, antes lo había manejado ella, en mi boca o en mi back). Es increíblemente duro, grueso y enorme, casi que tiene vida propia. Me arrodillé para chupárselo por un rato, hasta que me llevó de nuevo a la cama y me invitó a sentarme sobre ella. Esta vez el amigo entró bien profundo y con gran facilidad, y estuvimos así un rato, hasta que me volvió a acostar sobre la cama, me levantó las piernas hasta sus hombros y y me dio así hasta que llegué a mi límite físico. Deshecho, tirado sobre la cama boca arriba, se apiadó de mi y me peteó hasta que acabé en su boca.

Qué más puedo decirles? Hace un tiempo, si alguno recuerda, posteé una Xp con Suzanna Holmes, la cual, más allá del morbo de la celebrity y la tararira que porta la dama en cuestión, fue un fiasco. Después de lo que acabo de relatarles, creo que estoy en condiciones de afirmar que Vanina es la auténtica Suzanna Holmes argentina. No la que yo conocí en persona, sino la que nos vuelve locos, la de las películas: no solo físicamente espléndida y salvajemente activa, sino dueña de todas las fantasías que guardamos y que nos prenden fuego de solo pensarlas.

Disculpen si los aburrí con el largo relato. Reincidencia? Seguramente sí, pero en algún tiempo, porque como le dije a ella, esta chica es más de lo que puedo manejar…

Panza llena, corazón contento,

Godric

jako · 17 de Junio del 2015