Gustavo, qepd.

dardo1530 · 6 de Septiembre del 2014

Hola Gus:

Ayer, cuando me enteré que te ibas de gira, pensé en escribirte, pero luego recapacité ya que de seguro estabas muy ocupado. Asumo esto porque uno no se muere todos los días, y debe estar junto a los que lo amaron (por ejemplo, Lilian, gran mujer y mejor madre, que sentirá por siempre el roce de tu mano, que en algún momento de tu prolongado sueño le diste, y que guardará más allá de su propia muerte), de tus mujeres, de las que fuiste (parafraseando la lápida que don Pepe hiciera esculpir para su amada Remedios), “amante y amigo…”, de tus hijos, de tus fans y de quienes apreciaron al hombre sobre el artista… o viceversa.

Muchos hablan hoy de tu obra, con mayor propiedad intelectual que yo.

Solo quiero que sepas, y que sepan mis hermanas y hermanos foristas, que te recordaré como hombre, como hombre deseable, artífice de mis fantasías carnales más íntimas, más lascivas, más eróticas, en fin, más sensuales, más genuinas y de alguna manera, honestas.

No sé ni me interesa si sos homo, hetero, bi; en mi fantasía, en mis deseos profundos te configuro a mi antojo de tal manera que esa configuración antojadísima, me dé felicidad en lo profundo de mis deseos, y como soy un tanto pasivo (un tonto pasivo???, las cosas que dice, maestro!!!), disfrutar de la felicidad que, hipotéticamente, pudiésemos haber compartido, vestidos, arrancándonos la ropa en un rapto animal de poseer al otro y de ser poseído, o desnudos, abrazados cándida, fraternalmente, demorando el momento en que la unión de nuestros cuerpos nos conviertan en uno solo, dejando de ser el vos y el yo para pasar a ser el nosotros.

El deseo por otra persona tiene un límite, que no es la muerte de quien es deseado, es la muerte de uno mismo, del que desea. El día que yo muera, en los últimos instantes, recordare a aquellos hombres (sí, hay más, no pretenderás tener la exclusividad…) que deseé, deseo y desearé, que hicieron, hacen y harán sentirme vivo, vivo más allá de la muerte, y cuando digo muerte no me estoy refiriendo solo a la mía…

En fin, Gus, esto es lo que quería escribir, una serie de pensamientos no muy ordenados, y para colmo bastante heréticos y para muchos por demás obscenos, un atrevimiento pecaminoso para con un finado, pero aclaro, esto no lo escribo por un muerto (lejos de mí la necrofilia), lo escribo por un bello hombre que vive aún en los pliegues de mi cerebro, pliegues en los que de tanto en tanto me encuentro a mí mismo y me sorprendo, cuando no me asusto.