Cogí con un forista debido a un accidente...

oso blanco · 28 de Abril del 2014

Siempre, que he contado experiencias, hice referencia a situaciones del pasado y que forman parte de mi anecdotario de vida.

Pues, debo decirles que, he sumado una nueva anécdota a mis experiencias de SEXO... Sí, y bien fresquita, ocurrió ayer.

Y no la pude escribir antes porque necesitaba volver a tener un rato en soledad, frente a la PC y para ustedes.

Sucede que, el viernes por la noche, por un problema vascular que padezco desde hace años, mi casa, más precisamente mi baño, se transformó en un pandemónium de sangre y corridas, al estallar, por accidente, una vena de mi pierna (varices) ; que gracias a la asistencia de mi pareja y de mi mejor amigo/amante (profesional de la salud) en menos de una hora, ya estaba vendado y restableciéndome en mi cama con un diagnóstico que me obligó a trasladarme al sanatorio de la obra social para ser atendido.

Hasta aquí todo normal y bien...

En la guardia, me reciben y al ver el cuadro que presentaba, consideran que debería atenderme el cirujano vascular; quien raudamente llegó y al ingresar al consultorio, desplegó sus conocimientos y sus consejos médicos y realizó una curación de urgencia y como mi situación merece curaciones cada 24 horas, según sus propios consejos médicos se ofreció, en caso de que no consiguiese a nadie, para hacerlo él mismo durante el fin de semana.

Sí!! Un médico cirujano haciendo curaciones de enfermero, qué tal?? (Algo que no compartió mi amigo/amante, también médico/urólogo)

Demás está decir que evaluando mi situación y que los domingos suelo quedarme, obligadamente, solo en casa. No lo dudé y lo llamé para que viniese a cumplir con la tarea para la que se ofreció, coordinamos que llegaría a partir de las 15, en adelante.

Llegó, su aspecto es común y corriente, tiene 46 años, algo rellenito, no gordo, más bien macizo, 1:75, apenas un poco más alto que yo, barba candado (mi debilidad) rodeando unos labios carnosos, pelo corto, peinado con gel, ojos castaños, pelo en pecho y en piernas, brazos velludos, espalda lampiña y hombros anchos.

(Jajaja) No, no tengo visión de rayos "X" y juro que entró vestido, sucede que:

Luego de bajar para abrirle, la puerta de calle, se sorprendió que estuviese solo y nadie me acompañara y asistiera, le dije que eso era normal en mi vida.

Llegamos al depto. y me hizo acostar y me ayudó a quitarme el pantalón.

Un pantalón de lino que suelo utilizar en verano para la playa, es holgado y no hace presión ni corta la circulación de las piernas y solo quedé con una remera blanca y un bóxer de tela de algodón.

Pidió pasar al baño para higienizarse las manos, algo que me extrañó fue que tardó un poco más de lo normal.

Cuando volvió a ingresar al dormitorio, vi que guardó algo oscuro, en su maletín, pero no le di importancia; se sentó en el borde la cama y me pidió que pusiese mi pierna izquierda sobre su muslo izquierdo para poder comenzar a quitar la venda que, desde el tobillo a la rodilla, envolvía mi pantorrilla. O sea quedó sentado, al borde la cama, entre mis piernas.

Mientras comenzó con la tarea de “desenvolver la venda” me mira y me comenta: Qué bueno que me llamaste!! Porque si no hubiese tenido una tarde de domingo perdida.

En cambio así, me siento útil, diciendo esto, con sus ojos hizo el típico tour: “Cara, Bulto, Cara”

Sonríe y me dice, lindo el paisaje que tengo desde aquí, instintivamente (boludamente) puse mi mano sobre la entrepierna para tapar lo que el bóxer de tela dejaba ver y me sonreí.

Y me dice, no te preocupes, por ahora, solo me haré cargo de la pierna y largó una carcajada.

Llegó con mucho cuidado a las compresas y observó que estaban adheridas a la herida y me sugirió trasladarme al baño para proceder a humedecerlas y despegarlas bajo el chorro de agua del duchador. Algo que en casa no tengo.

Sí, tengo canilla inferior debajo de la ducha. Aceptó y me acompañó al baño con los elementos antisépticos.

Ingresé a la bañera y procedió a abrir las canillas, templar el agua y comenzó con la tarea sobre la herida y de la pierna “toda” salpicando mi ropa interior y bastante su pantalón.

Finalizada la higiene, me secó y volvimos al dormitorio, al pedirme que me acostara nuevamente sobre la cama, me indicó que me quitara el bóxer húmedo y quedé solo con la remera blanca un poco larga, pero no lo suficiente, como para cubrir mi falso pudor.

Y al hacerle el comentario de que él también había salpicado su pantalón, me di cuenta que el objeto oscuro que había guardado en su maletín era su cinturón de cuero, que ya no lo tenía puesto.

Con respecto a la mojadura, me dijo, no hay problema si tenés un secador de pelo, me lo quito y lo seco en un minuto. Pero eso después lo vemos, ahora lo primero.

Me volví a recostar en la cama y el nuevamente quedó entre mis piernas, comenzando a colocar una nueva compresa y luego el vendaje correspondiente.

A estas alturas de la curación o como quieran llamarlo ustedes, mis ratones comenzaron a correr no solo por el dormitorio, corrían por toda la casa. Además, como todo era tan natural, no me daba para zarparme, pero tampoco podía dejarlo pasar.

Cuando estaba a punto de colocar la tela adhesiva, me toma de la mano y la lleva hasta la venda y me pide que le ayude a sostenerla que el buscaría la tijera en su maletín, que estaba al pie de la cama. Para ello giró el cuerpo desde donde estaba, entre mis piernas y dejó en primer plano su redondo culo, el que observé con mucho placer y al volver a enderezarse me dice: Mirá que habías sido pícaro; tu cara te delata que me miraste el culo!

Y mi respuesta fue sincera: Y sí, me lo dejaste servido en bandeja y ambos nos reímos con ganas.

Y agregué: Además, desde que llegaste he ido quedando en bolas y has mirado siempre sin problemas y yo solo he podido espiar e imaginarme que hay debajo de tu ropa.

Epa!!, me dice. Tiempo al tiempo, no te dije acaso que tengo que secar mi pantalón con el secador y para eso voy a tener que quitármelo, y ahí sí, podrás ver que hay debajo. Nuevas risas y dio por finalizada la tarea.

Entonces le digo, dejame parar que te alcanzo el secador. Y me dice que clase de médico sería si te dejara levantar y te corto el reposo, lo traigo desde el baño, donde lo vi colgado y listo. Además, me tengo que quitar el pantalón, no pretenderás que me desnude adelante tuyo.

Respuesta obvia: Y cuál es el problema, ya estoy en bolas, y estamos solos, y entre hombres, jajaja.

No terminé de decir eso que me pregunta. Por cuanto tiempo solos?

Y hasta las 20 seguro, aún era media tarde.

Se quitó el pantalón y se quedó en slip negro, marcando un lindo bulto y bien calzado por detrás en un culito redondo, tipo manzanita.

Se me hizo agua la boca. Patas bien firmes y peludas y entrepierna pulposa.

Mi pija no pudo disimular lo que veía y comenzó a levantarse y él volvió a meterse entre mis piernas y se recostó sobre mi cuerpo y comenzó una maratón de besos y caricias y franela a full, me dejó desnudo y se quedó en slip, nos chupeteamos las tetillas.

Con el pretexto de que yo no hiciese esfuerzos, se subió encima de mi pecho y corrió su slip y dejó ver una poronga hermosa de cabeza rosada, bien pulposa y lentamente la fue acercando a mi boca para que la chupe.

Algo que hice con ganas, y astutamente, al estar acostado, dejé de levantar mi cabeza para obligarlo a que se ubique sobre mi cara y que comenzara con el vaivén de cogerme la boca. Una delicia!!

Luego se dio vuelta para un lindo 69 de pija y casi sin darnos cuenta terminamos en un 69 de culo.

Que peludo!! Pero que lindo, tiene el anillo del ojete más bien estrecho y ese frunce natural que envolvía mi lengua cuando se la metía adentro.

Tan bien le pude hacer la chupada que se enderezó y prácticamente se sentó en mi cara, obligándome a empujarlo un poco para poder respirar y poder seguir con la tarea.

Tal es así que, de repente, comenzó a jadear y sentí que se pajeaba con fuerza y comenzó a acabar, con ganas, apretando los cachetes del culo y aprisionando mi boca y mejillas.

Hacía rato que no lograba algo así; hacer acabar a alguien con solo chuparle el ojete.

Cuando terminó de acabar sobre mí pecho se deslizó de costado en la cama y quedó reclinado y sin casi dejarme hablar me dice: No te preocupes, podemos seguirla, dame unos minutos.

Me limpié el pecho y la panza y el procedió a higienizarse y secó rápidamente su pantalón; mientras me decía lo bien que lo había pasado y que hacía rato que no le chupaban el culo de esa forma.

Comenzó a acariciarme los huevos y la pija con movimientos de pajeo y me preguntó si quería lubricante y le dije que sí, sin dudarlo, buscó en su maletín y sacó el tubito, de la marca de la flor, y me untó la pija, la entrepierna y deslizó suavemente un dedo en mi culo. Tiene manos robustas y dedos gorditos; que placer, parecen ramilletes de porongas, jaja.

Comenzó a dilatarme mientras me masturbaba y así estuvo un rato mientras me ratoneaba con las cosas que quería que le hiciese y con las cosas que quería hacerme.

Cuando estuve a punto, me puso boca abajo, se calzó un forro y comenzó a empujar suave y lentamente en mi culo hasta que logró hacer entrar la cabeza y allí se recostó sobre mí y comenzó a darme besos en el cuello y volteaba mi cabeza para besarme en la boca, mientras mantenía quieta su cadera e impedía que yo me moviese.

Me decía: Coger con vaivén cualquiera, coger con la pija quieta es placer de pocos.

Y tenía razón. Al estar ubicada la cabeza de su pija en la entrada de mi culo, teniéndola sujeta por el esfínter, hace que las pulsaciones de sangre, en la cabeza de la chota, se sientan con mayor intensidad que si estuviese enterrada hasta el fondo.

Además es un placer extraño, tener una poronga en el culo que no termina de entrar y que tampoco corre el riesgo de salirse.

Fue muy bueno, estuvimos así un rato largo y eso me puso a mil, con el precúm mojé la toalla que había quedado debajo mío y, él, al meter su mano y darse cuenta de que estaba muy lubricado por la calentura, me separó las piernas con mucho cuidado y comenzó un vaivén que gracias a un espejo que tengo al costado de la cama me permitió observar como ese culo redondo subía y bajaba cada vez con mayor fuerza y rapidez haciéndome rebotar las caderas en el sommier. Una verdadera delicia.

Luego lentamente fue parando hasta que dejó de cogerme y se quitó el forro y se acostó a mi lado y me dijo: Haceme lo que te guste.

Le pedí que se pusiese boca abajo y comencé suavemente a lubricarlo y cuando estuvo bien dilatado, le pedí por favor que se sentara sobre mi pija, para evitar hacer esfuerzos con la pierna que tengo herida.

Y no se hizo rogar, se subió y se sentó y apretó bien fuerte hacia abajo, como queriéndola agarrar bien para que no se escape y comenzó a mover las caderas en un movimiento circular que hacía que mi pija se revolviera en su interior, mientras me pellizcaba los pezones y cada tanto se inclinaba hacia adelante para besarnos en la boca y chuparle los pezones.

Se me llenó la boca de pelos negros (Bah, es una exageración mía) pero hacía rato que no chupaba un pecho tan peludo.

Estuvimos un rato largo hasta que no aguanté más y le dije que si seguía así me haría acabar y me dijo con una sonrisa: Eso es lo que quiero, para eso está mi culo y se empezó a pajear y casi al mismo tiempo comenzamos a largar leche los dos juntos.

Esta vez su acabada llegó hasta mi frente y no entró en mi boca, porque de casualidad la tenía cerrada.

Luego de esto, me pidió bañarse y me ayudó a higienizarme con los paños B.F., porque no podía mojar mi vendaje.

Nos vestimos y nos quedamos conversando un rato mientras compartíamos un café. En un momento de la charla me pregunta:

Y de ésto se enterará alguien?

Y haciéndome el pícaro le respondo: No, solo mis amigos virtuales.

Lo vas a publicar en twitter?. Entre risas de ambos, le digo: No!!, es más privado, es un foro gay y le conté sobre este espacio.

Su cara de sorpresa daba para una foto; porque él también forma parte de este foro y cuando le dije mi avatar me confesó que algunas veces me había leído y cuando me dijo el suyo, supe que alguna vez había opinado sobre sus experiencias.

Que pequeño es el mundo y en qué situaciones extrañas podemos encontrarnos.

O sea, cogí con un forista sin siquiera haberlo planificado y sin quebrantar ninguna regla.

Además nos reímos mucho; cuando le conté que publicaría la experiencia y nos comenzamos a imaginar las opiniones de ustedes, los lectores, y además, agregó, que si no me ajustaba a la verdad de lo sucedido él saldría a desmentirme.

Cuando le pregunté cuando sería la próxima curación? Me dijo, dentro de 48 horas, te quitamos las vendas en el sanatorio y comenzarás a hacer vida normal con muchos cuidados y si tenés una nueva urgencia estaré en la guardia.

Luego de todo esto, se fue, dándome un cálido abrazo y me dejó la sensación de que muy pronto lo volveré a cruzar pero no precisamente dentro del foro.

Como podrás observar, querido “……….… “ no omití, ni cambié nada de lo acontecido y tampoco exageré, porque no hacia falta “agrandar nada”, jajajajaja.

JUANJUANCHI · 28 de Abril del 2014