Atendido por su propia dueña

enanopreguntón · 17 de Abril del 2012

Muchachos, me pasó algo tan inusual que en los 30 años de gateo que llevo había olvidado. Esta especie de "Dejá Vu", me precipitó una catarata de recuerdos ocultos que contaré más tarde.

Resulta que voy a buscar una escort (que no mencionaré para no escracharme yo mismo) rendidora y accesible. Baja la dueña a abrirme la puerta y ya dentro del departamento escucho que la chica está despidiendo a un cliente. Me preparo a abalanzarme y la dueña me dice que hay otro tipo oculto en una pieza esperando a que la piba lo atienda.

Zácate, se me vino el entusiasmo al piso.

Digo que me voy, y la madama me propone: ¿querés que te atienda yo? La miro y veo que es una cuarentona larga por mucho, media excedida en volúmenes, pero con muy buena onda. Recordé que la señora me había dado una cordial bienvenida la vez anterior y me había propinado esos "cariñitos" con que las mujeres quieren halagar a un tipaco como yo. Sonrisas y risitas exhuberantes, una manita detenida segundos de más en el brazo, chistecitos de doble sentido. Muy cariñosa y melosa al hablar.

¿Vos también atendés?

No, pero como te conozco desde hace más de diez años es que te lo propongo.

Pienso lo más rápido que me permiten mis neuronas arqueológicas: Esta mujer está esperando que le dé matraca. Seguramente que, de tanto venir, a ella le han venido ganas para conocerme en la intimidad.

.... y....., bué, no sabías que vos atendías....

Y..., a veces me dan ganas a mi también - dijo.

Dale!! y le paso los 60 australes, y me manda al baño a higienizarme. Llega ella y veo que no hice del todo bien, la encuentro demasiado avejentada y gordota para mi gusto.

Me come la boca mal, exactamente como a mí me gusta, se me prende al coso sin aviso y le dedica unos minutos chupeteándolo. Pone en marcha todo el arsenal que recolectó en varios años de regenta de un lugar pecaminoso.

Me hizo acordar la disposición de las chicas de Nury. Pude hacer abstracción de la imagen y me dediqué a complacer una mujer que aparentemente estaba caliente conmigo. Bien. Se puede decir que salí conforme por su atención.

Cuando terminé, la piba joven estaba despidiendo a su cliente sucio calentón y yo la miraba tratando de encontrar similitudes entre la empleada y su patrona. Veo que hay 20 años de diferencia y visualmente no hay comparación, pero la atención de la veterana fue de primera y no encuentro reproches. La pasé bien. He gastado la misma cantidad de dinero por nada. Ahora me fue bien.

Recordé que ello me había pasado en calle Salta el dos mil frente a la iglesia evangélica y otra vuelta en Federico casi Alberdi, donde las féminas estaban ocupadas y recibí atenciones de sus mujeres mánagers. Ya que vamos a experimentar, experimentemos.

17 de Abril del 2012