a la vuelta de casa había un chico joven -después supe que era Colombiano y estaba estudiando- muy lindo. Lo veía cuando iba al gym, temprano, él baldeando o cosas así. Empecé con miradas (es un flaco vistoso, con muy buen lomo y siempre con ropa que lo marcaba). Después lo empecé a saludar, como a otros porteros, hasta que un día paré y le dije "qué lástima que nunca me invitás a pasar". Ahí me invitó y garchamos en el subsuelo (una pija enorme). Hasta que se volvió a Colombia repetimos varias veces. Desde entonces busco pero no hay nada apetecible en el barrio jaja