Lara (o la solución de mi insomnio)

Pedro Navaja · 19 de Mayo del 2011

Miércoles casi jueves, de nuevo en la capital de mi provincia... que tendrá esta ciudad que me provoca a la actividad nocturna?

Salgo del hotel impulsado por el insomnio, eyes wide open, sin motivación específica (atrás dejo sepultados días de relaciones tormentosas que terminaron como debían terminar... mal... y que me alejaron de las calles).

Las esquinas vacías de esta noche me invitan a revisar el reducto oculto de mi BB... Aparece el número del privado de Ctes 33XX, marco y una voz anodina me dice sin mucho ánimo que seis ninfas esperan mi dedo elector...

Sin convicción decido reincidir en busca del placer de la nueva piel.

Y así elijo de las seis, a quien me ofrece la sonrisa menos fingida. Su "nomme de guerre" es Lara, rubia hoy (morocha arrepentida?) de facciones duras pero que dejan ver buena onda. Piercing en el labio inferior, de estatura poco menos que media, su cuerpo se ensancha hacia abajo con pechos pequeños y caderas como para asirse si el mundo empieza a dar vueltas... de la cintura para abajo parece un boceto de Bottero. No soy quien para criticar, y siempre a prevalecido en mi la piel antes que el cuerpo.

Me dirige hacia nuestro nido de 30 minutos, me invita al desnudo y ella hace lo propio, hasta allí sin contacto, es cordial, pero fria... tanto que por un momento intuyo que esta va a ser otra experiencia que voy a olvidar apenas vuelva a mi cama de hotel.

Pero una vez acostados comienza una rutina de roces de su tersa piel contra la mía... besos que no son apasionados pero que encienden de a poco mi sangre. Acerco mi boca a su cuello y descubro con placer un aroma delicado... y siento que la vibración de su cuerpo es respuesta clara de mis caricias... y allí empieza el milagro del apareamiento.

Con la debida protección del latex, su boca aprisiona mi miembro para que termine de tomar una dimensión respetable... la dejo hacer... me gusta mirarla y ella me devuelve la mirada con la boca llena, waw eso me excita! intercambio la mirada directa con la vista que el espejo nos ofrece de nuestros cuerpos desnudos y me doy cuenta que el conjunto es armónico, que nuestros cuerpos "encajan".

Me entrego al juego de las caricias y lentamente vamos cambiando de posición... me mira y de rodillas en la cama me ofrece el final de su espalda para que unamos nuestros cuerpos... acepto y comienzo a cabalgar sobre esas ancas ampulosas... me excita agarrar con mis dos manos esa amplia cintura y empujar fuerte mi pelvis contra esos pálidos cachetes, y sentir el ruido de nuestros cuerpos chocando ritmicamente.

Cada vez me gusta mas su olor, parece que las hormonas le cambian el aroma... y mientras sigo en esa pose empiezo a comerle la nuca, la espalda, el cuello, la oreja... se deja caer en la cama y mis dedos juegan con su clítoris... me dice cosas que se me da por creer que son sinceras... y eso me hace sentir cómodo y bien, un poco tonto, pero bien al fin...

En algún momento recupero la noción del tiempo, entiendo que el timbre del teléfono va a romper el hechizo, y apuro el ritmo frenético de nuestras pelvis... para explotar dentro de ella y del látex.

Una vez que las respiraciones se aquietan hablamos un poco.. lo justo como para lograr que nuestras cabezas compartan la intimidad que acaban de tener nuestros cuerpos...

Y vuelvo a la noche... desde los parlantes de mi camioneta la ELO grita las estrofas de Don't bring me down... y se me antoja que la letra me ayuda a entender el sentido de la vida.

Fría data: 80 argentos por media hora de Lara...

Salute a la barra!

angelbon · 19 de Mayo del 2011