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Fidel se ha re-encarnado...!!


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Respuesta: Fidel se ha re-encarnado...!!

 

A ver la información que nos llega sobre Venezuela ¿por qué habria de creerla? ¿y si los que dicen que Chavez no respeta la libertad de prensa son el "grupo clarin" y aliados pero de Venezuela? ¿por que habrian de ser los medios que estan en contra de Chavez los aliados incondicionales de la libertad de prensa? tengo un fuerte descreimiento de los medios de comunicación, responden solo a sus intereses empresariales, nada mas.

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Invitado Toison d'or

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Para que loa nota quede redondita, daré más datos sobre su autor y sus fuentes:

 

Agustín Laje tiene 22 años y autor del libro “Los mitos setentistas. Mentiras fundamentales sobre la década del `70”, que puede encontrarse en las principales librerías de Argentina.

Notas:

(1) Ver Márquez, Nicolás. Chávez. De Bolívar al narcoterrorismo. Buenos Aires, Edición del autor, 2010, p. 39.

(2) “¿A dónde va el chavismo?”, por Eduardo Mackenzie, 15 de noviembre de 2009, pp. 7-8. Artículo escrito para la revista francesa Historie & Liberté, nº 40.

(3) Ver Díaz Araujo, Enrique. La guerrilla en sus libros. Tomo II. Buenos Aires, El testigo ediciones, 2009, p. 172

(4) Acuña, Carlos Manuel. Verbitsky. De La Habana a la Fundación Ford. Buenos Aires, Ediciones del Pórtico, 2003, p. 143

(5) Gasparini, Juan. Montoneros: final de cuentas. P. 77

(6) Méndez, Eugenio. Confesiones de un montonero. Buenos Aires, Sudamericana-Planeta, 1985, pp. 159-160

(7) Ver Larraquy, Marcelo. Caballero, Roberto. Galimberti. De Perón a Susana. De Montoneros a la CIA. Buenos Aires, Grupo Editorial Norma, 2000, p. 217

(8) Larraquy, Marcelo. Caballero, Roberto. Galimberti. De Perón a Susana. De Montoneros a la CIA. Buenos Aires, Grupo Editorial Norma, 2000, p. 229

(9) Ver Giussani, Pablo. Montoneros la soberbia armada. Buenos Aires, Sudamericana – Planeta, 1984, p. 244

Para concluir, el premio otorgado a Chávez es una mamarrachada!

Reciban mis atentos saludos.

Príncipe Independiente, que no recibe salarios de medios de prensa, ni sobres de la SIDE para hablar bien del gobierno, como algunos colegas acreditados en Casa de Gobierno (Hay nombres y apellidos, pero, como comprenderán, este no es el lugar).

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  • Moderadores

Respuesta: Fidel se ha re-encarnado...!!

 

En realidad la opinión es la de los venezolanos en las últimas elecciones en Septiembre 52% a 48% contra don Hugo. Pero el líder bolivariano armó de tal forma las elecciones que perdiendo ganó. También hay que ver quienes fueron sus primeros contactos locales cuandio dio el golpe de estado de 1992 contra Carlos Andrés Pérez (presidente democrático) LOS CARAPINTADAS.

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Invitado ricardo riki1456

Respuesta: Fidel se ha re-encarnado...!!

 

DARDO CABO Y LA MUERTE DE VANDOR: SIETE FALACIAS

Por Roberto Bardini

Dardo Cabo

Hay quienes sostienen que “la duda es una jactancia de los intelectuales”. Pero a mí nunca me “cerró” que Dardo Cabo, formado en los años de la Resistencia Peronista y forjado desde la adolescencia en el ámbito sindical, haya participado directa o indirectamente en 1969 del asesinato de Augusto Timoteo Vandor, secretario general de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM).

Hijo del legendario sindicalista metalúrgico Armando Cabo –hombre de la vieja guardia peronista muy cercano a Evita, encargado de la frustrada creación de milicias sindicales en 1951 y peso pesado de la Resistencia– Dardo saltó a las primeras planas de las noticias el 28 de septiembre de 1966. Ese día, junto con su novia, la periodista y dramaturga Cristina Verrier, y otros 16 muchachos, encabezó el desvío de un avión hacia las Islas Malvinas, donde desplegaron siete banderas argentinas. Esa pequeña gran gesta se conoce como Operación Cóndor.

Dardo Cabo fue asesinado por el ejército el 6 de enero de 1977, una semana después de cumplir 36 años. Había estado preso, en distintos momentos de su agitada militancia política, exactamente la mitad de su vida. Afortunadamente, le sobreviven muchos que pueden dar testimonio por él.

LOS HECHOS

El Lobo

El asesinato de Augusto Vandor fue a las 11:40 de la mañana del 30 de junio de 1969, en la sede que la UOM tenía en La Rioja Nº 1945. El general Juan Carlos Onganía –cuyas únicas lecturas se reducían a reglamentos militares, folletos de formación católica y revistas ilustradas sobre cría de caballos– había cumplido el día antes tres años como presidente de facto.

Aquel día, cinco hombres jóvenes entran al local sindical con credenciales falsas de empleados de Tribunales y la Policía Federal. Reducen a los dos custodios de la puerta y a todas las personas que encuentran a su paso. Tres de ellos suben al primer piso, ubican a Vandor y le disparan seis balazos calibre 45. Conocido como “El Lobo” y astuto interlocutor del gobierno militar, el dirigente muere poco después en la ambulancia que lo lleva al sanatorio de los metalúrgicos.

Un desconocido Ejército Nacional Revolucionario (ENR) se atribuye el asesinato, al que denomina Operación Judas. Catorce meses después, el ENR vuelve a ser noticia: el 27 de agosto de 1970, mata a tiros a José Alonso, dirigente de la Asociación Obrera Textil.

Después del golpe del 24 de marzo de 1976, ciertos informadores –con certeza, empleados de los poco confiables servicios de inteligencia autóctonos– hacen circular la versión de que Dardo Cabo ha participado en este crimen junto con el periodista Rodolfo Walsh y Carlos Caride, un militante histórico de la Juventud Peronista. Afirman que Walsh planificó el operativo, Cabo trazó el plano de la sede de la UOM y Caride suministró las armas. Alguno va más allá y asegura que Dardo fue uno de los que entró, arma en mano, al local sindical. Todas estas versiones configuran un frágil conjunto de falacias.

PRIMERA FALACIA: LA PARTICIPACIÓN DE CARIDE

Según la Real Academia Española, “falacia” es “engaño, fraude o mentira con que se intenta dañar a alguien”. En Wikipedia figura una definición del filósofo y profesor de lógica estadounidense Irving Copi: “Razonamiento lógicamente incorrecto, aunque psicológicamente pueda ser persuasivo”.

A los “serviciales” periodistas les hubiera bastado revisar los diarios de la época para enterarse que Carlos Caride, uno de los fundadores de las Fuerzas Armadas Peronistas (FAP), estaba preso cuando murió Vandor. Había sido detenido el 24 de abril de 1969 en un departamento de la calle Paraguay, después de resistir a tiros un allanamiento de la Policía Federal y matar a un oficial. Salió en libertad el 25 de mayo de 1973, con la amnistía para los presos políticos ordenada por el efímero presidente Héctor Cámpora.

Caride no puede rebatir la acusación de haber participado en la muerte del “Lobo”. Fue asesinado en 1976. Walsh, tampoco. Murió el 25 de marzo de 1977, resistiendo con una ridícula pistola 22 a un grupo de tareas de la marina.

SEGUNDA FALACIA: LA FECHA

Mucha de esta información errónea puede hallarse en Aramburu, el crimen imperfecto, libro publicado en 1987 por Eugenio Méndez. Allí se dice: “El último en incorporarse [al Ejército Nacional Revolucionario], a comienzos de 1969, apenas salido de la prisión de Ushuaia luego de cumplir tres años por el Operativo Cóndor de las islas Malvinas, fue Dardo Cabo”.

Si se entiende que “comienzos” de año incluye enero, febrero, marzo y abril, que “mediados” de año abarca mayo, junio, julio y agosto, y que “fines” de año contiene a septiembre, octubre, noviembre y diciembre, entonces hay una segunda falacia: Cabo sale en libertad condicional el 29 de mayo de 1969, es decir a mediados de año y apenas un mes antes de la muerte de Vandor.

La fecha de salida de la cárcel de Ushuaia figura en el prontuario Nº 25/66 bis de la Policía Territorial de Tierra del Fuego y lleva la firma del comisario Gregorio Manuel Albornoz, jefe de la División Judicial. Cualquiera puede solicitar una fotocopia.

TERCERA FALACIA: 21 DÍAS PARA “FABRICAR” UN ASESINO

Dardo Cabo llega a Buenos Aires en la primera semana de junio, tras dos años y siete meses de cárcel. ¿Se suma inmediatamente a un grupo clandestino –en el que no conoce a nadie y cuyos miembros provienen de una militancia muy distinta a la de él, que es un peronista ortodoxo– para asesinar a Vandor a fines de ese mes? Suena un poco vertiginoso.

Dardo Cabo y Cristina Verrier

 

Lo cierto es que en las tres semanas que transcurren entre su arribo a Buenos Aires y la muerte del líder de la UOM, Cabo se dedica a algo muy distinto a la planificación de una muerte. Se dedica a comer comida decente (en prisión sólo le daban guiso de carnero capón), dormir, llamar a viejos compañeros. Se dedica al reencuentro con su mujer, Cristina Verrier, quien permaneció detenida siete meses y con la que se casó en la cárcel. Y, fundamentalmente, se dedica a conocer a la pequeña hija de ambos: María.

La nena tiene poco más de un año y ha nacido mientras él estaba en prisión. Apodada cariñosamente “la Tata”, se llama María en recuerdo de la madre de Dardo, María Campano, fallecida de un derrame cerebral el 16 de junio de 1955, mientras los aviones de la marina bombardeaban la Plaza de Mayo.

CUARTA FALACIA: UN VANDORISTA ANTIVANDORISTA

“Cuando Dardo sale de la cárcel, aprovecha su relación con la UOM y comenzamos a trabajar como obreros metalúrgicos. Él va a la fábrica de frenos Tensa, en Munro, y yo a una fábrica de envases de aluminio”, me cuenta en 1999 el veterano militante peronista Omar Marinucci. “Estábamos recién llegados al gremio y le quisimos hacer una rosca a Victorio Calabró, que era el delegado de la UOM en Vicente López y que en 1974 terminó como gobernador de la provincia de Buenos Aires; resultado: nos echaron a los dos”.

Este relato parece más cercano a la realidad. Ex cadete y repartidor del periódico Palabra Argentina –fundado por Alejandro Olmos en noviembre de 1955, después del derrocamiento de Perón– y amigo de Cabo desde los 15 años, Marinucci fue el responsable de prensa de la Operación Cóndor en septiembre de 1966.

Américo Rial es otro añejo militante del peronismo. El 9 de junio de 1961 fue uno de los fundadores del Movimiento Nueva Argentina (MNA) junto con Dardo Cabo, Rodolfo Pfaffendorf, Andrés Castillo, Edmundo Calabró, José López Vargas y Antonio Arroyo. Periodista del diario Crónica desde su adolescencia, fue un personaje clave para llenar páginas enteras sobre el Operativo Cóndor durante meses, con artículos, entrevistas, referencias históricas, cronologías, notas de color y docenas de fotografías.

Rial es claro: “Luego del operativo, se fractura la conducción del MNA”, me dice en 1998 en el café Los 36 billares, en Avenida de Mayo. “Dardo queda en el sector de Augusto Vandor, de los metalúrgicos, y los otros en el de José Alonso, de los textiles”.

Más categórico es Rodolfo Pfaffendorf, quien además de ser uno de los pioneros del MNA, fue compañero de escuela primaria de Cabo en el Colegio San José y uno de sus mejores amigos. “Después de salir de la cárcel, Dardo siguió siendo vandorista. A él lo estaban formando desde los 16 o 17 años como uno de los cuadros sindicales de la UOM”, me explica en enero de 2010 en el restaurant El Imparcial. Y recuerda con vehemencia que es la tercera o cuarta vez que me lo explica en los últimos diez años.

“Dardo estaba destinado a suceder a Armando, su papá, y a llegar muy alto en la UOM o la CGT”, insiste Pfaffendorf. “La muerte de Vandor anuló esta posibilidad. A Vandor lo sucedió Lorenzo Miguel, que rajó a todos los muchachos vandoristas. Armando no esperó que lo echaran: se fue dando un portazo. Y sin el respaldo del Lobo, poco a poco Dardo terminó buscando otros caminos políticos”.

QUINTA FALACIA: EL ROSTRO DESCUBIERTO

Si Dardo Cabo hubiera ingresado el 30 de junio 1969 a la UOM a rostro descubierto, lo hubiera reconocido cualquiera de las más de 30 personas que se encontraban en ese momento en el local y que alcanzaron a ver las caras de los atacantes. Lo conocían desde que era pibe. Y, además, poco tiempo antes, todos los diarios y revistas de Argentina habían publicado fotografías a causa del Operativo Cóndor. Este detalle se le escapa a los que sostienen que participó en “la acción directa”.

Y también se le desliza a un periodista de extensa trayectoria, Andrés Bufali, quien trabajó en las revistas Primera Plana, Panorama, Siete Días y Somos, y en los diarios La Opinión y Clarín. Bufali escribe el 20 de julio de 2004 en La Nación que el escritor Osvaldo Soriano –que en 1969 aún no se ha convertido en novelista y es su compañero de redacción en el semanario Primera Plana– creía haber “descubierto” que Cabo estaba entre los asesinos de Vandor. Soriano le cuenta que a uno de los guardaespaldas del Lobo le pareció escuchar que el líder de la UOM, antes de caer herido de muerte, había dicho algo como “¡Hola, Cóndor!” o “¿Qué hacés, Cóndor?”.

Lamentablemente, el talentoso Osvaldo Soriano no puede confirmar su “descubrimiento”. Falleció en enero de 1997.

SEXTA FALACIA: EL PRECOZ INGRESO A DESCAMISADOS

Entre los integrantes del fugaz Ejército Nacional Revolucionario, los informantes cívico-militares también mencionan a Horacio Mendizábal, Oscar Degregorio, Norberto Habegger, Raimundo Villaflor y Roberto Perdía. Aseguran que posteriormente todos integraron el grupo guerrillero Descamisados.

Salvo Perdía, todos están muertos. Pero él y Villaflor no pertenecen a Descamisados. En 1969, el primero es un abogado laboral vinculado a la juventud democristiana; después, ingresa a Montoneros. El segundo, milita en la Alianza Revolucionaria Peronista (ARP), dirigida por Alicia Eguren de Cooke, y luego se suma al Peronismo de Base. Se han publicado alrededor de 20 libros y unos 300 artículos y entrevistas donde figuran estos datos. Villaflor fue secuestrado el 4 de agosto de 1979 por una patota de la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA); murió en el cuarto de torturas a los tres o cuatro días.

Es cierto que Mendizábal, Degregorio y Habegger pertenecen Descamisados, que aparece públicamente en septiembre de 1970, cuando irrumpen en un cine de La Tablada donde se proyecta la película La hora de los hornos. También es cierto que a principios de 1973 se fusionan con Montoneros.

Mendizábal fue abatido por agentes de civil que lo emboscaron el 19 de septiembre de 1979 en Munro, durante la llamada “contraofensiva”. Degregorio, herido y capturado el 18 de noviembre de 1977 en la ciudad uruguaya de Colonia, fue trasladado a la ESMA, donde murió en una mesa de operaciones mientras intentaban revivirlo médicos no muy hipocráticos. Habegger, que se inició como periodista deportivo en las revistas Primera Plana y Panorama y en 1973 llegó a ser subdirector del diario Noticias, fue secuestrado por militares argentinos el 6 de agosto de 1978 en Río de Janeiro. Nunca más se supo de él.

También es cierto que Dardo Cabo se suma a Descamisados. Pero lo hace tardíamente, recién en 1972, después de la muerte José Alonso, el caudillo de los trabajadores textiles. Y más tarde, como sus compañeros, también ingresa a Montoneros.

“Conocí a Dardo cuando salió de la cárcel y creamos la Agrupación Peronista de Base 17 de Octubre (Apeba 17)”, relata Héctor Carrica, que a mediados de la década del 60 militaba en el Comando de Organización (CdeO), fundado por Alberto Brito Lima. Al ser entrevistado, en 1998, era integrante de la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA) y de la agrupación HIJOS. Su madre, la enfermera y docente Irma Laciar de Carrica, fue detenida en abril de 1977 por un comando conjunto de la Policía Federal y el ejército argentino y “desaparecida”.

Apeba 17 organiza en 1970 a los trabajadores municipales que recogen la basura y “recupera” –es decir, ocupa de prepo– un corralón que era del dirigente metalúrgico Paulino Niembro. Ese año, recuerda Carrica, hay un acercamiento hacia Guardia de Hierro, la organización creada en 1961 por Alejandro Álvarez. Cabo coordina sus actividades políticas con Eduardo Baca, un militante de Guardia que más tarde, durante el segundo gobierno de Carlos Menem, será senador y presidente del Partido Justicialista.

A fines de 1971, Guardia de Hierro y Apeba 17 se ponen de acuerdo con el Frente Estudiantil Nacional (FEN), que dirige el estudiante de Filosofía Roberto “Pajarito” Grabois, y los Comandos Tecnológicos, que conduce el ex teniente Julián Licastro, y fundan la Mesa del Trasvasamiento Generacional. Considerada ortodoxa, la Mesa privilegia la lucha política antes que la lucha armada. Se ubica en una posición intermedia entre dos bandos que ya muestran los colmillos: la llamada “burocracia sindical” de la CGT y los grupos guerrilleros. Aunque Cabo permanece poco tiempo en la Mesa, sus coincidencias con Guardia son visibles. Todo esto me lo confirma en enero de 2010 un militante de la primera hora de esta “orga”, el publicista Alejandro Pandra, director de la publicación digital Agenda de Reflexión.

Recién cuando Cabo se separa de la Mesa del Trasvasamiento, Horacio Mendizábal lo convence de unirse a Descamisados. Esto posiblemente es en 1972, tres años después de la muerte de Vandor.

SÉPTIMA FALACIA: CABO Y WALSH JUNTOS

Rodolfo Walsh

Resulta casi alucinante intentar creer que Dardo Cabo y Rodolfo Walsh hubieran podido en el convulsionado 1969 planificar juntos un crimen político. En aquella época aún no se conocían personalmente y, además, ni siquiera se hubieran sentado a tomar un café. Hubieran terminado a las trompadas.

Ese año, Walsh comienza a militar en el Peronismo de Base, dirige el semanario CGT de los Argentinos y publica su segundo libro: ¿Quien mató a Rosendo? El texto narra el tiroteo en la pizzería La Real, de Avellaneda, donde el 13 de mayo de 1966 murieron Rosendo García, dirigente local de la UOM, y dos militantes de la Resistencia Peronista, Domingo Blajakis y Juan Salazar, quienes estaban desarmados.

Augusto Vandor y Armando Cabo, que están sentados con García, sí tenían armas. Walsh inculpa al padre de Dardo: “En la cabecera de la mesa vandorista, Armando Cabo se había parado y avanzaba tirando metódicamente con su 38 especial”. Lo retrata como “un hombre de la vieja guardia metalúrgica, héroe de la Resistencia, ahora dilapidado por las transacciones y el alcohol”. De todos los que acompañaban al caudillo de la UOM, afirma, era el “mejor tirador”. Y describe la muerte de Salazar en una sola línea que tiene el peso de una lápida: “Armando Cabo, que estaba sentado al lado de Vandor, terminó de tomar su whisky, hizo puntería y lo mató”.

En septiembre de 1999 entrevisté al memorioso Andrés Framini, dirigente histórico de la Asociación Obrera Textil, secretario adjunto de la CGT en 1955, preso político tiempos de la Resistencia Peronista y candidato a gobernador de la provincia de Buenos Aires en las elecciones de 1962. “Poco después de publicarse el libro de Walsh, me encontré con Armando y Dardo, que lo andaban buscando para darle una paliza. Les dije que no jodieran, que él había dicho la verdad: los otros no estaban armados”, me contó en su casa de Floresta. Framini falleció en mayo de 2001, a los 87 años, pero conservo la grabación.

Hay que ser un auténtico imbécil para inventar que en esas circunstancias Dardo Cabo y Rodolfo Walsh pudieran participar juntos en un asesinato político. Años después, ciertamente, los dos ingresaron a Montoneros. Pero ésa es otra historia.

Y PARECE QUE LA HISTORIA FUE ASÍ:

Un domingo a mediodía, en el primer mes del agitado verano de 1973, Miguel Bonasso, entonces secretario de prensa del Frente Justicialista de Liberación (Frejuli), organiza un asado en el patio de su departamento de la planta baja de Moldes Nº 2460. El pretexto es juntar a miembros de dos agrupaciones de prensa: la 26 de Enero –afín a la Juventud Peronista pro Montoneros, en la que él milita junto con Dardo Cabo– y la 26 de Julio, cercana al Peronismo de Base, en la que revista Rodolfo Walsh.

A la comida asisten alrededor de 30 periodistas y fotógrafos. “La verdadera intención era acercar a Dardo y Rodolfo, lo que era una misión casi imposible”, me comenta Bonasso en febrero de 1998, en un café del barrio de Palermo.

Cuando llegan los de la 26 de Julio, Walsh y Cabo se saludan fríamente. Durante la comida, quedan sentados frente a frente en la mesa puesta en el jardín. Mientras Bonasso ofrece chorizos y morcillas e intenta chistes, los dos periodistas no se dirigen la palabra.

Después, cuando se sirve el café y se arma una guitarreada, Walsh y Cabo se levantan de la mesa y entran a la casa. Están largo rato conversando en la sala, solos. Muchos de los invitados se van retirando de a poco, pero los dos hombres permanecen como clavados en sus sillones. Bonasso recordará, 25 años después, que tuvo la impresión de aquella tarde se sirvieron litros de café y fumaron kilos de tabaco.

Anochece cuando el anfitrión acompaña a sus dos amigos a la puerta del edificio y es testigo de cómo se despiden con un fuerte y honesto apretón de manos.

Menos de tres años después, en su célebre Carta abierta a la Junta Militar, del 24 de marzo de 1977, Walsh recriminará, entre otras muchas cosas, “el asesinato de Dardo Cabo, detenido en abril de 1975, fusilado el 6 de enero de 1977 con otros siete prisioneros en jurisdicción del Primer Cuerpo de Ejército que manda el general Suárez Mason”.

Postdata

Una semana después de publicado este artículo, un amigo me envía algunos párrafos del libro Montoneros. La buena historia, publicado en 2005 por José Amorín, que suministra “desde adentro” datos sobre esta historia. Y menciona el error cometido por el autor británico Richard Gillespie en Soldados de Perón, publicado en 1987, y otros autores que lo citan.

“Gillespie atribuye a Descamisados el asesinato de Vandor (1969), un operativo mayor para una organización que no sólo estaba en pañales sino que, además, rechazaba la violencia hacia el interior del peronismo”, escribe Amorín. “La ejecución o asesinato de Vandor fue realizado por un grupo de seis o siete compañeros, la mayoría de trayectoria sindical y que desarrollaba su actividad política en el seno de la CGT de los Argentinos. [...] Perdía, en su libro, afirma que el grupo estaba jefaturado por un ex dirigente sindical del gremio ferroviario e integrado por jóvenes activistas sindicales y algún que otro intelectual. Yo conocí a sus integrantes durante los preparativos para la toma de la Prefectura de Zárate”.

Más adelante, agrega:

“De los que integraban el grupo que liquidó a Vandor sólo continué la relación con uno. Un flaco alto, a quien conocía desde hacía un año [...]. La cuestión es que el Flaco en algún momento me contó sobre la muerte de Vandor: ‘Broncas viejas, pero además el General lo había ordenado; cuando el General le ordena a la derecha, nos caga; entonces, si cumplimos las órdenes que el General le da a la izquierda, cagamos a la derecha’, dijo el Flaco. [...] Tenía, el Flaco, cerca de cuarenta años y había pasado por Palabra Obrera antes de integrarse al peronismo. Era obrero, gráfico o metalúrgico. Gráfico, me inclino a pensar [...]. No era, nunca fue, Descamisado. Gillespie, equivocado. Y con él, María Seoane, Lapolla, etc., etc.”

 

 

Como en todas las cosas de la vida humana existen diferentes versiones más aun de aquellos acontecimientos donde las muertes, las intrigas, el ocultamiento impiden o dificultan la investigación.

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Invitado ricardo riki1456

Respuesta: Fidel se ha re-encarnado...!!

 

Detrás de la campaña de magnificar la capacidad de acción de la guerrilla de esa época se encontraba la necesidad de justificar el golpe de estado contra un gobierno constitucional, la cantidad de atentados eran multiplicados en la información diaria con la complicidad de todos los actores del momento por uno u otro motivo incluso la propia organización guerrillera que creía así ser más importante. El objetivo de las formaciones guerrilleras era la toma del poder por la fuerza para ello debía iniciar acciones de “combate” en una zona propicia asentarse en ella y desde allí propagarse a todo el territorio nacional en una réplica de la revolución Cubana. Pero claro existían algunas diferencias por ejemplo en la isla gobernaba un señor llamado Batista con un ejército tan o más corrupto que él sin ningún tipo de convicciones que había convertido el suelo cubano en un inmenso prostíbulo donde los habitantes eran tratados como extranjeros en su propia patria. En Cambio el ejército Argentino era un cuerpo armado formado por profesionales bien pertrechados y habían sido imbuidos de una mística religiosa a través de los capellanes haciéndoles creer que como en la edad media estaban realizando una cruzada como integrantes de un ejército de Dios contra los herejes que eran los comunistas y los judíos y el pueblo era peronista y no tenía en su mayoría la intensión de acompañar ninguna gesta revolucionaria. Es así que algunas formaciones guerrilleras muy limitadas en su número iniciaron un intento en Tucumán durante el gobierno de Isabelita por el 1974, en realidad no tiene mayor importancia su comienzo porque lo concreto es que a través de un decreto del gobierno de Isabel Martinez se habilitó al ejército a combatir a estas formaciones guerrilleras y con ese motivo se destacó al General Adel Ernesto Vilas quien “…según escribiría en largas memorias, después del retiro- estaba convencido de que la clave no era subir con sus tropas a los cerros para buscar el combate con los guerrilleros. En cambio, pensaba que se debía combatir a “la subversión” en facultades, gremios, partidos políticos, colegios, iglesias e incluso en las Fuerzas Armadas. Y que los detenidos no debían pasar por los Tribunales . “Es más fácil hacer pasar un camello por el ojo de una aguja, parafraseando al Evangelio, que condenar en sede judicial a un subversivo ”, escribió el general.

El resultado fue la instalación de los primeros centros clandestinos de detención y tortura que conoció la Argentina, más de un año antes del golpe militar de 1976. Sólo por La llamada Escuelita de Famaillá, pasaron, durante 1975, 1.507 personas, según el testimonio de Vilas. Durante ese año la provincia tuvo 151 desaparecidos, según los registros del Archivo Nacional de la Memoria”. (Clarin, 27/07/2010, en ocasión de su muerte). En su libro, señala que en los montes no eran más de 250 hombres, en las mejores épocas. ¿Cómo explicar tamaño sobredimensionamiento de su poder de fuego?

- El Ejército evidentemente sobredimensionó la amenaza que suponía la presencia del ERP en las laderas del Aconquija para justificar la militarización de la provincia. Ellos necesitaban que la gente creyera que se enfrentaba a un enemigo poderoso porque así podían perseguir a miles de personas en los pueblos, en las universidades, en los sindicatos y en prácticamente todos los ámbitos. (Reportaje al autor de Sangre en el monte, Daniel Gutman realizado por Nora Lía Jabif en LA GACETA de Tucumán 19 /09/ 2010 |) Es decir que lo que consideraba el brazo armado de la guerrilla no le interesaba. Así que se dedicó a perseguir y asesinar en pleno gobierno constitucional con total crueldad a todo aquel que pensare distinto. A fines del año 1975 la guerrilla estaba totalmente diezmada y no representaba ningún peligro, pero el General remitía informes falsos para justificar el golpe. Producido el golpe los montoneros no tenían ninguna capacidad de enfrentar un ejército como el de esa época y sólo podía realizar actos individuales de espectacularidad mediática (perdón si puedo ofender a alguien con esta forma de presentar los hechos) pero sin ninguna efectividad desde el punto de vista militar. Es decir que el accionar de estas organizaciones era un asunto más que nada policial. Más aún siempre se sospechó que estos grupos estaban infiltrados por los servicios de informaciones: “-Firmenich trabajaba como informante, que es la palabra que utilizó Sher (Robert, delegado del FBI en Buenos Aires en aquellos años) hablando conmigo. Firmenich, por lo menos desde 1973 era informante del coronel Alberto Valín, quien llegó a ser el jefe de inteligencia militar de la Argentina, y también era socio de la administración Reagan en América Central con los "contras".” (entrevista a Martin Edwin Andersen, autor de Dossier Secreto, en La Nación en su edición escrita del 16/08/2003). En realidad el golpe debe asociarse a la necesidad de los grupos económicos más concentrados para destruir toda la estructura de bienestar instrumentada por los gobiernos peronistas (en ese entonces la deuda externa se calculaba en 5.000.oo millones de dólares, al final de la dictadura había trepado 30.000.00). Con el advenimiento de la democracia y ante la posibilidad de investigar los delitos aberrantes que se cometieron los ideólogos de los militares pergeñaron la teoría de los dos demonios denostando a todos los que de una forma u otra se opusieron a esta dictadura sobredimensionando su actuación. En esta línea se inscribe este denominado genio juvenil Laje Arrigoni que trata de justificar lo que hicieron los militares haciendo pasar a la guerrilla como un demonio olvidando que el objetivo principal no era la guerrilla sino los dirigentes obreros. Se olvida que los gerentes de Mercedes Benz señalaban a los obreros que molestaban y que había que secuestrar. Que mejor bosquejo de la realidad que realiza Martin Edwin Andersen, Jefe de Comunicaciones Estratégicas del CHDS, Center For Hemispheric Defense Estudies: “Casi todas las plantas industriales fueron ocupadas por las tropas. (...) La coordinación “carne” y "uña” entre los militares y la administración de la Ford Motor Company convirtió su planta de General Pacheco en la provincia de Buenos Aires en la apoteosis de la brutalidad contra los trabajadores. “Rodearon Ford con camiones y jeeps, armados hasta ¡os dientes, nos registraban uno por uno y llevaron muchos compañeros detenidos. Nos revisaban los cofres, los vestuarios, hacían requisas permanentes... Se llevaron a los delegados, subdelegados, activistas. Destrozaron el Cuerpo de Delegados... hubo cien desaparecidos. Muchos aparecieron después como detenidos y muchos han sido soltados. Otros nunca aparecieron.”Los dirigentes sindicales Adolfo Sánchez y Juan Carlos Amoroso fueron llamados el día antes del golpe a una reunión con los cabecillas del departamento de Relaciones Laborales de la Ford Motor en su planta de estampado. “La empresa reúne al cuerpo de Delegados que se encontraba en la planta de estampado... En esa reunión el señor Galarraga [gerente de Relaciones Laborales] lee un papel que dice le entregó un coronel al cual se negó a identificar porque ‘su palabra bastaba’, para exhortarles a trabajar en sus tareas olvidándose de todo tipo de reclamos y, manifestó, que todo problema se había acabado.” Como había todavía negociaciones pendientes solicitadas por los delegados sobre una cuestión de cuentas, Amoroso preguntó si esas conversaciones iban todavía a celebrarse. “Usted, señor no entiende”, replicó el jefe de Ford. “Esta reunión ha terminado. Amoroso, déle saludos a Camps.” Cuando los trabajadores preguntaron quién era ese hombre —el coronel Ramón Camps, que más tarde se jactó de ser responsable de unas 5.000 muertes— los jefes de la Ford se echaron a reír “Ya se va a enterar-”, replicaron. Tres días más tarde, Amoroso, Sánchez y los otros dirigentes fueron secuestrados de sus casas por hombres armados que llevaban tarjetas tomadas de los archivos de la oficina de personal de Ford. El l 2 de abril la policía y tropas del Ejército rodearon la planta de General Motors de Barracas en una operación espectacular Un ala de la fábrica se había rehusado a trabajar después de haber sido despoja dos de sus beneficios por rea ¡izar tareas inseguras. Un capitán del Ejército y unos pocos de sus soldados empezaron ¿interrogar a los trabajadores sobre la causa del paro. Luego hablaron con los jefes de la fábrica. (...) Una vez que la situación quedó “normalizada”, las tropas se retiraron llevándose consigo a tres trabajadores que protestaban. Obligados a trabajar con rifles apuntando a sus espaldas a un ritmo febril de producción, la disciplina laboral y la represión hicieron las condiciones insoportables para los trabajadores. Situaciones similares a las de Ford y General Motors se dieron en la Argentina en otras grandes plantas automotrices: Fiat, Renault, Peugeot y Mercedes Benz. Pero no sólo los trabajadores mecánicos sufrieron los efectos de las primeras operaciones militares. Casi todas la fábricas del país fueron sometidas a supervisión. Este cambio se dio especialmente en las compañías consideradas vitales por los militares y en las industrias más importantes de cada sector o actividad”.(Dossier Secreto el mito de la guerra sucia).

No puedo dejar de señalar y con profunda inquietud que quienes como Laje Arrigoni reporteado por la Nueva Provincia conocido diario filonazi de Bahía Blanca siguen esta línea de pensamiento solo pretenden justificar los horrores de la represión que tuvo como fin la aplicación de un plan económico contrario a los intereses del país y se encuentran muy cerca de personajes como

http://www.pagina12.com.ar/fotos/20080723/notas/na12fo02.jpg

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Invitado ricardo riki1456

Respuesta: Fidel se ha re-encarnado...!!

 

me olvidaba si bien se menciona que el libro de Laje Arrigoni se encuentra en la mejores librerías al menos por ahora no pude encontrarlo.

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