MALA XP. Guerreras del Placer

10 de Septiembre del 2009

Asaltado por un repentino ataque lácteo a eso de las 22hs. agarré el gatófono y empecé a llamar a algunas especialistas, pero casi todas a esa hora ya habían hecho la diaria y se mandaron a guardar. Con ese espíritu de niño explorador que a uno lo caracteriza, decidí probar nuevos rumbos y enfilé hacia la zona sur, a lo de las Guerreras del Placer, motivado tanto por la página que tienen como por un breve chateo con una RP que se encarga de atrapar incautos en Viarosario. Pero bueno, como ya todos sabemos, cuando la leche se sube a la cabeza ya no te deja pensar.

Después de chequear 20.000 veces dónde carajo queda la calle Dr. Rivas llegué al antro en cuestión, una especie de chalecito que por fuera tiene cierta lógica pero que por dentro es un laberinto digno de una película de Alfred Hitchcock. Luego de pasar la puerta de entrada, me encuentro con un espectacular detector de metales como el que usan en los aeropuertos, una especie de arco que te botonea hasta lo más mínimo, onda que un poco más y ya me tenía que sacar hasta la emplomadura del tratamiento de conducto que me hice la semana pasada.

La encargada te observa desde una cámara web que está instalada a la altura del techo, y con una voz entre seductora y amenazante, te dice: "Mi amor, sacate todo lo de metal que tengas y ponelo en el piso". Me saqué el celu y las llaves, paso y... suena la alarma. Bueh, se escucha de nuevo la voz de la mina: "fijate si tenés monedas amor". Tenía. Me saco las monedas, paso y... suena la maldita alarma de nuevo. Y otra vez la voz: "Mi amor, si tenés cinturón sacátelo". Lo hago pero la alarma vuelve a sonar. A esa altura ya estaba repreocupado, ¿sería el cierre del pantalón? No, ¡¡¡eran los ojales de los cordones de los zapatos!!! Bueh, así, ya medio en bolas, me dice: "Ahora podés pasar amor".

Al poco rato se presentan tres chicas: Florencia, Soledad y Giselle o Geraldine, la verdad no me acuerdo bien el nombre de la última. Pero pasaron muy rápido y, la verdad, no alcancé a ver bien a ninguna, aunque las tres parecían que no calificaban ni para un aprobado. Sólo por no haber ido hasta ahí al pedo dije "bueno, paso con la última". Pagué 70 la media hora y bueno, me saqué la leche, pero le tuve que poner onda yo porque la mina tenía elementos que me tiraban para atrás. Ejemplo: el coño peludo, cero tetas, si no te pone el látex no te la toca ni con la mano, etc. En casos como éste ayuda mucho que haya poca luz, y por suerte era así, ya que, dadas las cirscunstancias, lo único que uno quiere es acabar y rajar. Lo único rescatable, y hasta ahí nomás, fue el pete (con, obviamente).

Para finalizar, cuando me fui me despidió con un beso en la mejilla pero en una zona donde había más luz, lo que me permitió ver con lujo de detalles una dentadura tan despareja como las que debe haber pocas.

Quizá no haya que tomar esta xp como determinante. A lo mejor los viernes y sábado hay más chicas, más lindas y con mejor onda. Y no quiero escuchar a los que van a decir "te dije que no tenés que meterte en lugares como ese".

Saludos a la barra.

11 de Septiembre del 2009