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Alemania y Austria: FKK


Shoam

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En Alemania, al mundo del nudismo lo llaman FKK (free body culture o freikörperkultur). Parece que un día a alguien se le ocurrió empezar un negocio novedoso; un prostíbulo donde todas las minas andan en bolas todo el tiempo en algún sótano que ahora se hizo famoso.

Esta experiencia que cuento ocurrió en la ciudad de Frankfurt un domingo a la tarde. Hice bastante investigación previa para saber con qué me iba a encontrar y también para decidir a dónde ir. También mire el sitio web de cada establecimiento. Me decidí de acuerdo a las recomendaciones, por Mainhattan. Que, además, tenía una promoción para los domingos a la tarde. Estos lugares parece que abren alrededor del mediodía y cierran pasada la medianoche. Y, por supuesto, los viernes y sábados, como a las 5:00 de la mañana.

De afuera no parece gran cosa, tiene un estacionamiento chiquito y una puerta doble de vidrio. Ni bien te vas acercando, ya se ve bastante piel. Claro, esto es Alemania, donde la desnudez no es gran cosa realmente. En muchos otros lugares del mundo las chicas no se acercarían a la puerta de entrada tan en bolas o tendrían todo bien tapado con cortinas.

Al entrar, una chica muy amable en la recepción me explica muy escuetamente los precios y el funcionamiento básico general. Yo no hablo alemán, pero todos hablan inglés en estos lugares. Pagas el correspondiente arancel y te dan una llave. No, dos llaves y una toalla o una bata, dependiendo de lo que hayas elegido.

Paso seguido, te vas al vestuario que es exactamente al lado de la recepción, y te quedás en tarlipes. Como no podés andar así, te dan la toalla o la bata. A continuación, pasas otra puerta de vidrio, y te encontrás en el bar.

Debo aclarar que, desde el momento en que uno se apronta a levantar la mano para abrir la puerta desde el exterior, ya se ven varias naifas en posiciones varias y que lo único que tienen puesto son zapatos de esos de plataforma muy alta. Te imaginás como te puede llegar a poner ver ese panorama ni bien entrás. Pero hay que ser cauto y mantener la calma.

Una vez en el bar, podés pedir algo para tomar o recorrer las instalaciones. O las dos cosas, como hice yo. Todo el tiempo tenés , chicas en bolas. En los asientos del bar en los sillones, caminando por los alrededores, paradas conversando en rincones, tomando sol afuera. Si adoptás una pose de tímido e ingenuo, se te acerca alguna y te pregunta si es tu primera vez. Le decís que sí, y puede que te dé un tour del lugar o te explique cuáles son las opciones de esparcimiento para tus próximas horas.

Por supuesto, las chicas se te van acercar porque si las elegís para cualquiera de las varias actividades, en los diferentes espacios, te cobran lo correspondiente. Para eso están ahí tan dulces y peladinhas. Al lado de la barra hay una especie de pecera con otra barra pequeña dentro de lo que es la zona de fumadores. Europa, y Alemania especialmente, tienen leyes bien estrictas con respecto al humo. No se puede fumar bajo techo en cualquier lado.

Me puse a recorrer las instalaciones. Había un sauna seco, un baño turco muy húmedo, salas de Masajes (serios, Masajes de verdad), un pequeño gimnasio, un comedor tipo bufé pero bastante limitado. Había bebidas sin alcohol, una máquina automática de café expreso. También había un cine con películas porno en pantalla gigante con muchos colchones; calculo que cabrían unas 20 a 30 personas, para asistir a la película. Parece que una de las atracciones es llevarte a una de las chicas a ese cine y disfrutar de la película junto con ella. Solamente vi una pareja en un rincón lejano, el resto del tiempo eran pibes solos. Las películas eran porno de lo más común y silvestre.

Lo más lindo del lugar era el jardín. Aunque no era verano, la tarde estaba muy linda para estar afuera. Había reposeras, una pequeña pileta y mucha plantita. Más o menos en el medio del jardín había uno de esos “camastros”, como le dicen en México, una de esas camas grandotas que ponen en la playa. En ese camastro del jardín había un chabón pelado y con flor de buzarda, yo diría que de unos 60 años, con tres minas. Cada tanto las manoseaba, ellas lo pajeaban todo el tiempo y se la chupaban o se le subían a cabalgar. Era como una película porno en vivo. Quién sabe cuánto habrá recibido cada una de esas minas para estar todo ese tiempo con el jovato.

Yo me pedí una cerveza que me costó cinco euros, bueno, cuatro, pero la del bar te dice que no tiene monedas y vos le decís “it’s ok”. Cerveza tirada bastante pedorra, eso sí. Me senté a tomarla en una reposera del jardín. Cada tanto se me acercaba alguna chica a ver si la elegía para llevarla a uno de los tantos cuartos que había. Como ya dije, pero me gustaría recalcar, todas las chicas estaban completamente en bolainas. la gran mayoría tenía zapatos con plataforma, alguna que otra tenía algún accesorio en el cuerpo pero, se puede decir sin exagerar que estaban todas perfecta y soberanamente en pelotas.

En las horas que estuve ahí adentro observé chicas que iban y venían revoleando culos y tetas, entraban y salían de los cuartos con sus clientes. También noté que hay facciones entre ellas. Es decir, se sientan juntas siempre las mismas y hasta escuché comentarios despectivos desacreditando alguna con la que estuve hablando en algún momento.

De a poco, me fui informando, conversando, y me enteré de que eran todas rumanas. Algunas hablaban muy mal inglés y preferían hablar en español ni bien se enteraban que yo era hispanohablante. Las había de todas las edades, pero la mayoría veinteañeras. Había culonas, tetonas, flaquitas, rellenita, grandotas, bajitas, caritas de nena, jeta de jovata, entre otras particularidades. La gran mayoría, bien blanquitas. Cuando se me acercaban, usaban diferentes tácticas para autopromocionarse. Algunas se me sentaban, me tocaban y se dejaban tocar. Otras hacían un pormenorizado recuento de las ventajas de tener su cuerpo para mi solo o insistían con presión leve que vayamos ¡ya!.

La mayoría de los pibes estaban solos aunque había un grupo de dos o tres amigos por ahí.

Las opciones con las chicas rumanas eran: número uno, el cuarto privado. Pero, también se puede ir al cine a practicar SEXO en la penumbra o sentarse en algunos de los tantos sillones a practicar el exhibicionismo. Ellas te dicen que cuesta €50 la media hora pero después te ofrecen los opcionales y te presionan para que les des €100. Con la primera estaba bastante calentito, así que le dije que no a los opcionales y le eché la muchachada ipso-facto. Por supuesto, después le di una propina. A la segunda la elegí por simpática y porque, la muy guacha, que hablaba español porque había estado tiempo en España, me hizo pensar que le caí muy bien. Claro que, si lo pensamos bien, eso no la hubiera sido suficiente para elegirla si no hubiera tenido esa piel un poquito más oscura y esas flor de gomas.

Es gracioso que cuando decidís llevar a la muchacha al cuarto tenés puesto nada más que una toalla y la soguita con la llave. Entonces, cuando terminás la cabalgata deportiva, salís del cuarto y ella te sigue hasta el locker donde tenés tu ropa. Ahí le das el efectivo y, si tevisto no me acuerdo, la naifa desaparece. Yo creo que ella sabe no vas a repetir la experiencia con la misma habiendo tantas opciones, por eso la mina te ignora de ahí en adelante; ya no existís más.

Cuando ya se había hecho de noche entraron de repente un grupo de 5 asiáticos y las chicas, que estaban medio adormiladas en los sillones, se pusieron las pilas y sacaron a relucir sus encantos, separando las piernas, moviendo el culo y tocándose las lolas junto a sus mejores sonrisas. Los asiáticos, cumpliendo con los estereotipos correspondientes, ni fu ni fá. Para ese entonces yo ya estaba casi por irme.

El personal de seguridad, de recepción, del bar y del comedor, todos muy amables. Muy amables considerando que es Alemania. Porque esa misma amabilidad en Alemania no sería amabilidad en lugar como México, por ejemplo.

Nota: esta crónica ya la había publicado, pero en el lugar equivocado. Aquí va de nuevo. artemis-germany-fkk-club-1.jpg

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En 8/3/2019 a las 3:35 PM, Shoam dijo:

En Alemania, al mundo del nudismo lo llaman FKK (free body culture o freikörperkultur). Parece que un día a alguien se le ocurrió empezar un negocio novedoso; un prostíbulo donde todas las minas andan en bolas todo el tiempo en algún sótano que ahora se hizo famoso.

Esta experiencia que cuento ocurrió en la ciudad de Frankfurt un domingo a la tarde. Hice bastante investigación previa para saber con qué me iba a encontrar y también para decidir a dónde ir. También mire el sitio web de cada establecimiento. Me decidí de acuerdo a las recomendaciones, por Mainhattan. Que, además, tenía una promoción para los domingos a la tarde. Estos lugares parece que abren alrededor del mediodía y cierran pasada la medianoche. Y, por supuesto, los viernes y sábados, como a las 5:00 de la mañana.

De afuera no parece gran cosa, tiene un estacionamiento chiquito y una puerta doble de vidrio. Ni bien te vas acercando, ya se ve bastante piel. Claro, esto es Alemania, donde la desnudez no es gran cosa realmente. En muchos otros lugares del mundo las chicas no se acercarían a la puerta de entrada tan en bolas o tendrían todo bien tapado con cortinas.

Al entrar, una chica muy amable en la recepción me explica muy escuetamente los precios y el funcionamiento básico general. Yo no hablo alemán, pero todos hablan inglés en estos lugares. Pagas el correspondiente arancel y te dan una llave. No, dos llaves y una toalla o una bata, dependiendo de lo que hayas elegido.

Paso seguido, te vas al vestuario que es exactamente al lado de la recepción, y te quedás en tarlipes. Como no podés andar así, te dan la toalla o la bata. A continuación, pasas otra puerta de vidrio, y te encontrás en el bar.

Debo aclarar que, desde el momento en que uno se apronta a levantar la mano para abrir la puerta desde el exterior, ya se ven varias naifas en posiciones varias y que lo único que tienen puesto son zapatos de esos de plataforma muy alta. Te imaginás como te puede llegar a poner ver ese panorama ni bien entrás. Pero hay que ser cauto y mantener la calma.

Una vez en el bar, podés pedir algo para tomar o recorrer las instalaciones. O las dos cosas, como hice yo. Todo el tiempo tenés , chicas en bolas. En los asientos del bar en los sillones, caminando por los alrededores, paradas conversando en rincones, tomando sol afuera. Si adoptás una pose de tímido e ingenuo, se te acerca alguna y te pregunta si es tu primera vez. Le decís que sí, y puede que te dé un tour del lugar o te explique cuáles son las opciones de esparcimiento para tus próximas horas.

Por supuesto, las chicas se te van acercar porque si las elegís para cualquiera de las varias actividades, en los diferentes espacios, te cobran lo correspondiente. Para eso están ahí tan dulces y peladinhas. Al lado de la barra hay una especie de pecera con otra barra pequeña dentro de lo que es la zona de fumadores. Europa, y Alemania especialmente, tienen leyes bien estrictas con respecto al humo. No se puede fumar bajo techo en cualquier lado.

Me puse a recorrer las instalaciones. Había un sauna seco, un baño turco muy húmedo, salas de masajistas" rel="external">Masajes (serios, masajistas" rel="external">Masajes de verdad), un pequeño gimnasio, un comedor tipo bufé pero bastante limitado. Había bebidas sin alcohol, una máquina automática de café expreso. También había un cine con películas porno en pantalla gigante con muchos colchones; calculo que cabrían unas 20 a 30 personas, para asistir a la película. Parece que una de las atracciones es llevarte a una de las chicas a ese cine y disfrutar de la película junto con ella. Solamente vi una pareja en un rincón lejano, el resto del tiempo eran pibes solos. Las películas eran porno de lo más común y silvestre.

Lo más lindo del lugar era el jardín. Aunque no era verano, la tarde estaba muy linda para estar afuera. Había reposeras, una pequeña pileta y mucha plantita. Más o menos en el medio del jardín había uno de esos “camastros”, como le dicen en México, una de esas camas grandotas que ponen en la playa. En ese camastro del jardín había un chabón pelado y con flor de buzarda, yo diría que de unos 60 años, con tres minas. Cada tanto las manoseaba, ellas lo pajeaban todo el tiempo y se la chupaban o se le subían a cabalgar. Era como una película porno en vivo. Quién sabe cuánto habrá recibido cada una de esas minas para estar todo ese tiempo con el jovato.

Yo me pedí una cerveza que me costó cinco euros, bueno, cuatro, pero la del bar te dice que no tiene monedas y vos le decís “it’s ok”. Cerveza tirada bastante pedorra, eso sí. Me senté a tomarla en una reposera del jardín. Cada tanto se me acercaba alguna chica a ver si la elegía para llevarla a uno de los tantos cuartos que había. Como ya dije, pero me gustaría recalcar, todas las chicas estaban completamente en bolainas. la gran mayoría tenía zapatos con plataforma, alguna que otra tenía algún accesorio en el cuerpo pero, se puede decir sin exagerar que estaban todas perfecta y soberanamente en pelotas.

En las horas que estuve ahí adentro observé chicas que iban y venían revoleando culos y tetas, entraban y salían de los cuartos con sus clientes. También noté que hay facciones entre ellas. Es decir, se sientan juntas siempre las mismas y hasta escuché comentarios despectivos desacreditando alguna con la que estuve hablando en algún momento.

De a poco, me fui informando, conversando, y me enteré de que eran todas rumanas. Algunas hablaban muy mal inglés y preferían hablar en español ni bien se enteraban que yo era hispanohablante. Las había de todas las edades, pero la mayoría veinteañeras. Había culonas, tetonas, flaquitas, rellenita, grandotas, bajitas, caritas de nena, jeta de jovata, entre otras particularidades. La gran mayoría, bien blanquitas. Cuando se me acercaban, usaban diferentes tácticas para autopromocionarse. Algunas se me sentaban, me tocaban y se dejaban tocar. Otras hacían un pormenorizado recuento de las ventajas de tener su cuerpo para mi solo o insistían con presión leve que vayamos ¡ya!.

La mayoría de los pibes estaban solos aunque había un grupo de dos o tres amigos por ahí.

Las opciones con las chicas rumanas eran: número uno, el cuarto privado. Pero, también se puede ir al cine a practicar sexo en la penumbra o sentarse en algunos de los tantos sillones a practicar el exhibicionismo. Ellas te dicen que cuesta €50 la media hora pero después te ofrecen los opcionales y te presionan para que les des €100. Con la primera estaba bastante calentito, así que le dije que no a los opcionales y le eché la muchachada ipso-facto. Por supuesto, después le di una propina. A la segunda la elegí por simpática y porque, la muy guacha, que hablaba español porque había estado tiempo en España, me hizo pensar que le caí muy bien. Claro que, si lo pensamos bien, eso no la hubiera sido suficiente para elegirla si no hubiera tenido esa piel un poquito más oscura y esas flor de gomas.

Es gracioso que cuando decidís llevar a la muchacha al cuarto tenés puesto nada más que una toalla y la soguita con la llave. Entonces, cuando terminás la cabalgata deportiva, salís del cuarto y ella te sigue hasta el locker donde tenés tu ropa. Ahí le das el efectivo y, si tevisto no me acuerdo, la naifa desaparece. Yo creo que ella sabe no vas a repetir la experiencia con la misma habiendo tantas opciones, por eso la mina te ignora de ahí en adelante; ya no existís más.

Cuando ya se había hecho de noche entraron de repente un grupo de 5 asiáticos y las chicas, que estaban medio adormiladas en los sillones, se pusieron las pilas y sacaron a relucir sus encantos, separando las piernas, moviendo el culo y tocándose las lolas junto a sus mejores sonrisas. Los asiáticos, cumpliendo con los estereotipos correspondientes, ni fu ni fá. Para ese entonces yo ya estaba casi por irme.

El personal de seguridad, de recepción, del bar y del comedor, todos muy amables. Muy amables considerando que es Alemania. Porque esa misma amabilidad en Alemania no sería amabilidad en lugar como México, por ejemplo.

Nota: esta crónica ya la había publicado, pero en el lugar equivocado. Aquí va de nuevo. artemis-germany-fkk-club-1.jpg

Excelente, colega.   Buena info y accesible.   Una consulta: cuanto oblaste al ingreso?

saludos. 

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La entrada cuesta entre 45 y 100. Depende del día, la hora, lo que incluye y si tienen alguna promoción. Yo agarré justo la de 45 euros de un domingo a la tarde. Incluía toalla, locker, morfi además de poder salir y volver a entrar, lo que me sirvió para tomarme un descanso e ir a hacer el checkin en el hotel. No incluía cerveza libre (Creo que eran unos 10 más), pero no importa porque era muy chota. 

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