20 de julio...

[dardo1530]

(Esto lo escribí hace un tiempo... pero especulo con que el público se renueva...)

 

Éramos un grupo de chicos en la cuadra, éramos amigos desde siempre, crecimos juntos. El pibe de a la vuelta venía a casa a estudiar, a jugar al ajedrez, a revisar nuestra colección de revistas “mejicanas”, sobre todo Superman, es decir, compartíamos mucho tiempo juntos.

 

Una tarde, jugando en mi cuarto “a la lucha” note que tenía una erección, igual que la mía. Como dije, yo solo tenía un poco más de experiencia que él, muy poca, pero la suficiente como para acariciar su miembro duro, bastante más grande que el mío. El, con un poco de temor, se dejó hacer. El temor no era infundado, desde mi cuarto se escuchaban las voces de mis padres y su ir y venir por la casa.

 

Después de unas felatios elementales, nos masturbamos mutuamente hasta acabar casi al mismo tiempo.

 

Pasados unos días, decidimos que era el momento apropiado para intentar subir de nivel… grande fue nuestra sorpresa cuando nos dimos cuenta que a ambos nos gustaba atender del mismo lado del mostrador, problema que superamos utilizando al máximo nuestras muy escasas maniobras en la materia. Como no había nadie en casa, pusimos nuestras ropas sobre la misma silla, y lo hicimos como se debe. A ambos nos encantó… sentir al otro sobre nuestras espaldas, así que los futuros mutuos encuentros se hacían bastante dificultosos, sobre todo para lograr ser el primero en darse vuelta… y en lo posible repetir la maniobra.

 

Al ir creciendo, y ser consientes de nuestra condición, nos consideramos como plan B para saciar mutuas y naturales necesidades hormonales, después de todo, éramos amigos.

 

Algo que olvidé mencionar es que él tenía modos muy afeminados, daba muy "marica", pero con una herramienta que más de un hetero mataputos quisiera tener. Hablando de mi vecino, un día escuché a mi padre que rogaba no tener un hijo ladrón o puto. La felicidad completa no existe, yo trabajo desde muy joven, nunca necesite robar…

 

Ya más grande, con amigos solo mantuve relaciones con dos; uno casi utilizando la fuerza física: al irse, le dije que solo íbamos a volver a hacerlo si él me lo pedía, desde la puerta me dijo que eso no iba a pasar, nunca más volvió a mi casa solo, y aún hoy, luego de varios años, varios años en serio, cuando nos vemos su saludo es frío y distante. Con el otro, un poco más joven camino a la adultez, utilicé todas mis armas disponibles hasta que accedió a que se la chupe y me dí cuenta que le gusto. Le pedí que me cogiera pero se negaba (aún manteniendo una erección importante), hasta que accedió, con una promesa de mi parte que sería la única y última vez, y que nunca hablaríamos del tema. Le dije que sí, yo estaba tan caliente que le hubiese prometido cualquier cosa. La cogida fue malísima, y aun cuando yo intentara ponerle onda no bastó… así que no me cuesta nada (aun somos amigos) cumplir lo prometido.

 

Compañeros de trabajo sí me han hecho gozar algunos más, otros menos, pero soy de los que no se confunden a los compañeros de laburo con amigos. Por supuesto, si sirve para la causa les digo que son mis amigos del alma; una gran cogida (aunque sea potencial), bien vale una pequeña mentira, uno no tiene que decirle al otro que es su gran amigo, el otro lo sabe, porque la amistad verdadera es mutua…

 

Pero la experiencia me ha enseñado que un amigo, ese tipo que te escucha ( muchas veces con eso basta), o que te comenta sus problemas (soy un boludo, la dejé embarazada), o sus alegrías (voy a ser papá), el que está con vos cuando vos mismo ni siquiera sabés donde estás o a dónde vas, al que podes mandar a la mierda cuando discutís y es como si oyera llover, es un personaje irreemplazable; ya encontraremos a alguien con el que podamos revolcarnos hasta quedar sin aliento, pero un amigo, un gran amigo, un alter ego no es fácil de encontrar, y si lo encontrás o ya lo encontraste sabé que es para toda la vida, y la vida dura más que el mejor de los polvos…

 

Pero también digo, si alguien encontró un amigo de verdad que además comparte nuestra intimidad de pasión y SEXO, sepa que aquí hay otro alguien que no se queja por la suerte que le tocó, pero que siente mucha, mucha envidia…

 

[ru12]

Hola como va, debo ser parte del público que se renovó, porque nunca había leído esto, y me gustó. También me hizo recordar algo que comentaré de forma breve:

 

Tenía unos 6 años y vivía en una zona (y no exagero) que casi no había niños en la cuadra, o nunca salían de sus casas, no sé... pero recuerdo que solía salir a la vereda a jugar solo con alguno que otro autito o juguete, y luego me encerraba en casa a ver tele, merendar o jugar, el jardín de infantes y la primaria eran los únicos ambientes donde estaba con otros niños.

En casa de mis abuelos, igual, excepto que había un vecinito piola con el que eramos de juntarnos, pero no se daba tan seguido.

 

Luego me mudé de ese lugar, y fui a vivir a un barrio muy pero muy chiquito (dos manzanas) y ahí había un grupo de unos 10 chicos, de la misma edad la mayoría. Ahí sí, mucho jugar, fulbito, bicicleta, en casa de los demás a ver el Chavo y merendar, jugar a un montón de cosas de esos tiempos ('86), así por tres años casi.

 

Y uno del grupo, con el que éramos más compinches, sucedió una ocasión donde estábamos jugando a la guerrita en medio de la loma del orto, quedamos los dos solos, y pintó mear, como nuestras casas estaban lejos, al loco le surgió el coraje (o no sé qué) y ahí nomas contra unos arbustos el loco la pela y mea sin problemas, y yo, dominado por la sorpresa y la vergüenza, hago lo mismo, pero cada cual mirando la del otro. Toda una revelación, ver la pija de alguien más... y nunca había visto una porno, ni revista ni película.

 

Después de esa vez, aconteció que estaba en casa de él, y boludeando pintó luchita, y en medio del revuelco y la cercanía física, quise sacar ventaja al juego, y ¿qué mejor idea que agarrarlo por sus partes?

Tras la sorpresa de él, atinó a hacer lo mismo, así que ahí estábamos, en un forcejeo de risas y agarrando la pija cada uno la del otro, hasta que paramos.

 

Y el "juego" siguió con el tiempo, pero todo en secreto y un miedo terrible a ser descubiertos, y la cosa avanzó un poco, luego de esa vez ya era "me dejas ver la tuya" y sin problemas ya nos bajábamos los calzoncillos y mostrábamos sin problema, hasta que jugando en la pileta de su casa, se nos ocurrió tocar la del otro, sin ropa por medio. Y el juego cobró mucho morbo, tocar el pito desnudo del amiguito, y correrle el cuerito, y hacer que se nos pare, ni sabíamos lo que era la paja (todavía) ni que se podía chupar, o meter en orto ajeno, hasta que me mudé y no lo vi más hasta después de 25 años, que lo crucé y hablamos unos 10 minutos, nos pusimos al tanto de nuestras vidas, el loco ya casado y con un hijo y separado de la mujer, nos alegramos de habernos visto.

Y la pregunta que me surgió: ¿se habrá acordado en ese momento, o después, de las veces que nos tocamos la poronga? ¿Lo haría él ahora de grande?

 

Me extendí demasiado creo, y de recordarlo quedé muy caliente jaja

 

esas cosas nunca se olvidan