Deberia ser noticia,es emocionante!

[Invitado Muscle2020]

A continuacion comparto la siguiente noticia extraia de un blog lgbt neuquino.A mi me da tanta ternura,luego de tantos años de condena de las instituciones religiosas y escuchando tanto activista preocupadisimo por los derechos lgbt.Esta iglesia ayuda y brinda contencion a lgbt a cambio de nada.Una monja que para mi es un angel y desde hace como 9 años ayuda a chicas trans de la provincia para sacarlas de la prostitucion que fueron forzadas durante años.Esto paso en la ciudad neuquina de Centenario.Emocionado hasta las lagrimas.

 

Historias íntimas de cuatro travestis lejos de las calles

 

 

Dejaron atrás la prostitución para empezar a tener la posibilidad de insertarse laboralmente.

 

 

 

“Algunas estamos pasando una vida más digna, pero la mayoría de las travestis no”, sentencia Victoria Arriagada sin ocultar una mueca que mezcla dolor y resignación. “Somos privilegiadas”, afirma mientras le echa una mirada a la comida que prepara otra de las chicas en la humilde casa de la calle Candelaria 180 del barrio Bouquet Roldán que sirve de refugio de travestis y transexuales que no tienen dónde vivir.

 

“Nuevos horizontes” le pusieron de nombre a esta casa que pudieron conseguir gracias a las gestiones del Obispado, que les cedió el terreno.

 

Es el lugar donde vuelcan sus sueños de poder insertarse en la sociedad trabajando en alguna actividad que les permita solventar sus gastos y no tener que volver a pararse en las esquinas o al costado de la ruta para prostituirse, soportando el frío o el calor e innumerables situaciones de violencia y agresiones.

 

En otro sector de la vivienda se encuentra un taller de costura, iniciativa impulsada por el padre Ítalo Varvello y la hermana Mariucha Dambrogio de la parroquia Nuestra Señora de Lourdes. “Nunca pensé que me iba a dedicar a esto”, dice Katiana Villagra, quien nació hace 52 años en Tucumán y que llegó a Neuquén, previo paso por Buenos Aires, para trabajar como prostituta, “ya que había más posibilidades de hacer plata”.

 

Kati, como la llaman, fue quien hace algo más de diez años llegó junto a otras chicas travestis al monasterio de Carmelitas Descalzas de Centenario para pedir ayuda para dejar de hacer la calle. Ahí se encontraron no sólo con la cordialidad y solidaridad de Mónica Astorga, sino con alguien que las escuchó y decidió ayudarlas, contenerlas paraa transitar una vida más digna.

 

“Quiero tener una cama limpia para morir”, le confesó Kati a la religiosa cuando ésta le preguntó cuál era su mayor deseo en la vida. “En ese tiempo todavía era prostituta pero pensaba en mi futuro, entonces empecé a estudiar costura y mantelería. Todavía no estaba lo de la identidad de género. No quería terminar mi vida en la calle”, explica mientras continúa cosiendo.

 

“Somos unas privilegiadas”, enfatiza Victoria, quien desde muy chica se sintió homosexual y desde ese entonces quería sentirse bella y deseada. Durante muchos años trabajó en la calle porque “no me quedaba otra que prostituirme”, pero un día quiso cambiar, animarse a ser peluquera. Con su amiga Romina, también travesti, abrieron una peluquería en la calle Belgrano al 2700, pero luego la cerraron.

 

Hace unos años trabajó como directora de Diversidad Sexual en la Municipalidad de Neuquén. Fue la primera funcionaria transexual de la Patagonia.

 

Romina nació hace 38 años en San Juan y hace diez que está en Neuquén. También ella acudió a pedir ayuda a la Iglesia “porque estaba desesperada y mal psicológicamente”. “Me recibió Mónica (Astorga) y en ningún momento sentí discriminación”. Quería dejar de prostituirse. La religiosa decidió ayudarla a ella y a las otras chicas. Las convocó al monasterio para conversar. “Yo le dije que no, que se me iban a reír en la cara. Nunca pensé que nos iba a ayudar porque no podíamos dejar la prostitución, nos deprimíamos, habíamos sido rechazadas por nuestras familias y por la sociedad”, explica.

 

“Daiana Torres se suma a la conversación. Tiene 33 años y, según cuenta, hizo de todo: trabajó en una parrilla y en un taller de chapa y pintura, y también se prostituyó aunque prefiere no decir cuanto tiempo. Actualmente es asesora de la legisladora Elena Jara. A diferencia de sus compañeras, ella tuvo el apoyo de su familia. “La prostitución te deja como enseñanza sentirte sola. Pero cuando hacía la escuela primaria y secundaria me sentía una extraterrestre porque no tenía amigos ni amigas, iba al baño cuando el resto de mis compañeros entraban al aula”, relata Daiana quien además milita en el movimiento Evita.

 

Victoria dice que no se arrepiente de nada de lo que hizo porque “entre robar y prostituirme preferí prostituirme”.

 

“Mucha gente de la Iglesia nos está ayudando”

 

Llegar a pedir ayuda a la Iglesia fue el gran desafío que tuvieron que asumir. “Era todo muy raro” comenta Kati porque “sabíamos cómo nos veían porque éramos prostitutas”.

 

Primero fue el padre Italo y la hermana Mariucha, de la Parroquia Nuestra Señora de Lourdes, quienes escucharon sus dolores y sufrimientos. Luego fue Mónica Astorga, hermana del Monasterio de Carmelitas Descalzas de Centenario, quien les brindó ayuda y contención, además de buscar los medios para que pudieran estudiar y trabajar para así dejar la prostitución.

 

“La Iglesia nos viene conteniendo”, afirma Kati, quien trata de incentivar a sus compañeros para que estudien y participen del taller de costura que tiene a cargo.

 

Afirman que con el tiempo fueron confiando cada vez más en la religiosa. “Nos da una mano muy grande, una ayuda para que sigamos apostando a nosotras mismas. Mónica difunde todo lo que estamos haciendo y así la gente puede ver lo que hacemos para tener una vida digna”, explican.

 

La Mañana de Neuquén diario.

 

extraido del blog neuquengay.