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Estoy de acuerdo.
Excepto en una cosa: me parece que no es cama solar, es maquillaje- 1
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SHOTS = "acabadas"
Ya lo había visto en anuncios en inglés (para gringos) de México- 1
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La entrada cuesta entre 45 y 100. Depende del día, la hora, lo que incluye y si tienen alguna promoción. Yo agarré justo la de 45 euros de un domingo a la tarde. Incluía toalla, locker, morfi además de poder salir y volver a entrar, lo que me sirvió para tomarme un descanso e ir a hacer el checkin en el hotel. No incluía cerveza libre (Creo que eran unos 10 más), pero no importa porque era muy chota.
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¿Alguien me puede recomendar un sitio como este pero específicamente para la ciudad de México?
Muchas gracias. -
En Alemania, al mundo del nudismo lo llaman FKK (free body culture o freikörperkultur). Parece que un día a alguien se le ocurrió empezar un negocio novedoso; un prostíbulo donde todas las minas andan en bolas todo el tiempo en algún sótano que ahora se hizo famoso.
Esta experiencia que cuento ocurrió en la ciudad de Frankfurt un domingo a la tarde. Hice bastante investigación previa para saber con qué me iba a encontrar y también para decidir a dónde ir. También mire el sitio web de cada establecimiento. Me decidí de acuerdo a las recomendaciones, por Mainhattan. Que, además, tenía una promoción para los domingos a la tarde. Estos lugares parece que abren alrededor del mediodía y cierran pasada la medianoche. Y, por supuesto, los viernes y sábados, como a las 5:00 de la mañana.
De afuera no parece gran cosa, tiene un estacionamiento chiquito y una puerta doble de vidrio. Ni bien te vas acercando, ya se ve bastante piel. Claro, esto es Alemania, donde la desnudez no es gran cosa realmente. En muchos otros lugares del mundo las chicas no se acercarían a la puerta de entrada tan en bolas o tendrían todo bien tapado con cortinas.
Al entrar, una chica muy amable en la recepción me explica muy escuetamente los precios y el funcionamiento básico general. Yo no hablo alemán, pero todos hablan inglés en estos lugares. Pagas el correspondiente arancel y te dan una llave. No, dos llaves y una toalla o una bata, dependiendo de lo que hayas elegido.
Paso seguido, te vas al vestuario que es exactamente al lado de la recepción, y te quedás en tarlipes. Como no podés andar así, te dan la toalla o la bata. A continuación, pasas otra puerta de vidrio, y te encontrás en el bar.
Debo aclarar que, desde el momento en que uno se apronta a levantar la mano para abrir la puerta desde el exterior, ya se ven varias naifas en posiciones varias y que lo único que tienen puesto son zapatos de esos de plataforma muy alta. Te imaginás como te puede llegar a poner ver ese panorama ni bien entrás. Pero hay que ser cauto y mantener la calma.
Una vez en el bar, podés pedir algo para tomar o recorrer las instalaciones. O las dos cosas, como hice yo. Todo el tiempo tenés , chicas en bolas. En los asientos del bar en los sillones, caminando por los alrededores, paradas conversando en rincones, tomando sol afuera. Si adoptás una pose de tímido e ingenuo, se te acerca alguna y te pregunta si es tu primera vez. Le decís que sí, y puede que te dé un tour del lugar o te explique cuáles son las opciones de esparcimiento para tus próximas horas.
Por supuesto, las chicas se te van acercar porque si las elegís para cualquiera de las varias actividades, en los diferentes espacios, te cobran lo correspondiente. Para eso están ahí tan dulces y peladinhas. Al lado de la barra hay una especie de pecera con otra barra pequeña dentro de lo que es la zona de fumadores. Europa, y Alemania especialmente, tienen leyes bien estrictas con respecto al humo. No se puede fumar bajo techo en cualquier lado.
Me puse a recorrer las instalaciones. Había un sauna seco, un baño turco muy húmedo, salas de Masajes (serios, Masajes de verdad), un pequeño gimnasio, un comedor tipo bufé pero bastante limitado. Había bebidas sin alcohol, una máquina automática de café expreso. También había un cine con películas porno en pantalla gigante con muchos colchones; calculo que cabrían unas 20 a 30 personas, para asistir a la película. Parece que una de las atracciones es llevarte a una de las chicas a ese cine y disfrutar de la película junto con ella. Solamente vi una pareja en un rincón lejano, el resto del tiempo eran pibes solos. Las películas eran porno de lo más común y silvestre.
Lo más lindo del lugar era el jardín. Aunque no era verano, la tarde estaba muy linda para estar afuera. Había reposeras, una pequeña pileta y mucha plantita. Más o menos en el medio del jardín había uno de esos “camastros”, como le dicen en México, una de esas camas grandotas que ponen en la playa. En ese camastro del jardín había un chabón pelado y con flor de buzarda, yo diría que de unos 60 años, con tres minas. Cada tanto las manoseaba, ellas lo pajeaban todo el tiempo y se la chupaban o se le subían a cabalgar. Era como una película porno en vivo. Quién sabe cuánto habrá recibido cada una de esas minas para estar todo ese tiempo con el jovato.
Yo me pedí una cerveza que me costó cinco euros, bueno, cuatro, pero la del bar te dice que no tiene monedas y vos le decís “it’s ok”. Cerveza tirada bastante pedorra, eso sí. Me senté a tomarla en una reposera del jardín. Cada tanto se me acercaba alguna chica a ver si la elegía para llevarla a uno de los tantos cuartos que había. Como ya dije, pero me gustaría recalcar, todas las chicas estaban completamente en bolainas. la gran mayoría tenía zapatos con plataforma, alguna que otra tenía algún accesorio en el cuerpo pero, se puede decir sin exagerar que estaban todas perfecta y soberanamente en pelotas.
En las horas que estuve ahí adentro observé chicas que iban y venían revoleando culos y tetas, entraban y salían de los cuartos con sus clientes. También noté que hay facciones entre ellas. Es decir, se sientan juntas siempre las mismas y hasta escuché comentarios despectivos desacreditando alguna con la que estuve hablando en algún momento.
De a poco, me fui informando, conversando, y me enteré de que eran todas rumanas. Algunas hablaban muy mal inglés y preferían hablar en español ni bien se enteraban que yo era hispanohablante. Las había de todas las edades, pero la mayoría veinteañeras. Había culonas, tetonas, flaquitas, rellenita, grandotas, bajitas, caritas de nena, jeta de jovata, entre otras particularidades. La gran mayoría, bien blanquitas. Cuando se me acercaban, usaban diferentes tácticas para autopromocionarse. Algunas se me sentaban, me tocaban y se dejaban tocar. Otras hacían un pormenorizado recuento de las ventajas de tener su cuerpo para mi solo o insistían con presión leve que vayamos ¡ya!.
La mayoría de los pibes estaban solos aunque había un grupo de dos o tres amigos por ahí.
Las opciones con las chicas rumanas eran: número uno, el cuarto privado. Pero, también se puede ir al cine a practicar SEXO en la penumbra o sentarse en algunos de los tantos sillones a practicar el exhibicionismo. Ellas te dicen que cuesta €50 la media hora pero después te ofrecen los opcionales y te presionan para que les des €100. Con la primera estaba bastante calentito, así que le dije que no a los opcionales y le eché la muchachada ipso-facto. Por supuesto, después le di una propina. A la segunda la elegí por simpática y porque, la muy guacha, que hablaba español porque había estado tiempo en España, me hizo pensar que le caí muy bien. Claro que, si lo pensamos bien, eso no la hubiera sido suficiente para elegirla si no hubiera tenido esa piel un poquito más oscura y esas flor de gomas.
Es gracioso que cuando decidís llevar a la muchacha al cuarto tenés puesto nada más que una toalla y la soguita con la llave. Entonces, cuando terminás la cabalgata deportiva, salís del cuarto y ella te sigue hasta el locker donde tenés tu ropa. Ahí le das el efectivo y, si tevisto no me acuerdo, la naifa desaparece. Yo creo que ella sabe no vas a repetir la experiencia con la misma habiendo tantas opciones, por eso la mina te ignora de ahí en adelante; ya no existís más.
Cuando ya se había hecho de noche entraron de repente un grupo de 5 asiáticos y las chicas, que estaban medio adormiladas en los sillones, se pusieron las pilas y sacaron a relucir sus encantos, separando las piernas, moviendo el culo y tocándose las lolas junto a sus mejores sonrisas. Los asiáticos, cumpliendo con los estereotipos correspondientes, ni fu ni fá. Para ese entonces yo ya estaba casi por irme.
El personal de seguridad, de recepción, del bar y del comedor, todos muy amables. Muy amables considerando que es Alemania. Porque esa misma amabilidad en Alemania no sería amabilidad en lugar como México, por ejemplo.
Nota: esta crónica ya la había publicado, pero en el lugar equivocado. Aquí va de nuevo.
Brothel and nudism club in Frankfurt • FKK Mainhattan
WWW.FKK-MAINHATTAN.DE- 2
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En Alemania, al mundo del nudismo lo llaman FKK (free body culture o freikörperkultur). Parece que un día a alguien se le ocurrió empezar un negocio novedoso; un prostíbulo donde todas las minas andan en bolas todo el tiempo en algún sótano que ahora se hizo famoso.
Esta experiencia que cuento ocurrió en la ciudad de Frankfurt un domingo a la tarde. Hice bastante investigación previa para saber con qué me iba a encontrar y también para decidir a dónde ir. También mire el sitio web de cada establecimiento. Me decidí de acuerdo a las recomendaciones, por Mainhattan. Que, además, tenía una promoción para los domingos a la tarde. Estos lugares parece que abren alrededor del mediodía y cierran pasada la medianoche. Y, por supuesto, los viernes y sábados, como a las 5:00 de la mañana.
De afuera no parece gran cosa, tiene un estacionamiento chiquito y una puerta doble de vidrio. Ni bien te vas acercando, ya se ve bastante piel. Claro, esto es Alemania, donde la desnudez no es gran cosa realmente. En muchos otros lugares del mundo las chicas no se acercarían a la puerta de entrada tan en bolas o tendrían todo bien tapado con cortinas.
Al entrar, una chica muy amable en la recepción me explica muy escuetamente los precios y el funcionamiento básico general. Yo no hablo alemán, pero todos hablan inglés en estos lugares. Pagas el correspondiente arancel y te dan una llave. No, dos llaves y una toalla o una bata, dependiendo de lo que hayas elegido.
Paso seguido, te vas al vestuario que es exactamente al lado de la recepción, y te quedás en tarlipes. Como no podés andar así, te dan la toalla o la bata. A continuación, pasas otra puerta de vidrio, y te encontrás en el bar.
Debo aclarar que, desde el momento en que uno se apronta a levantar la mano para abrir la puerta desde el exterior, ya se ven varias naifas en posiciones varias y que lo único que tienen puesto son zapatos de esos de plataforma muy alta. Te imaginás como te puede llegar a poner ver ese panorama ni bien entrás. Pero hay que ser cauto y mantener la calma.
Una vez en el bar, podés pedir algo para tomar o recorrer las instalaciones. O las dos cosas, como hice yo. Todo el tiempo tenés , chicas en bolas. En los asientos del bar en los sillones, caminando por los alrededores, paradas conversando en rincones, tomando sol afuera. Si adoptás una pose de tímido e ingenuo, se te acerca alguna y te pregunta si es tu primera vez. Le decís que sí, y puede que te dé un tour del lugar o te explique cuáles son las opciones de esparcimiento para tus próximas horas.
Por supuesto, las chicas se te van acercar porque si las elegís para cualquiera de las varias actividades, en los diferentes espacios, te cobran lo correspondiente. Para eso están ahí tan dulces y peladinhas. Al lado de la barra hay una especie de pecera con otra barra pequeña dentro de lo que es la zona de fumadores. Europa, y Alemania especialmente, tienen leyes bien estrictas con respecto al humo. No se puede fumar bajo techo en cualquier lado.
Me puse a recorrer las instalaciones. Había un sauna seco, un baño turco muy húmedo, salas de Masajes (serios, Masajes de verdad), un pequeño gimnasio, un comedor tipo bufé pero bastante limitado. Había bebidas sin alcohol, una máquina automática de café expreso. También había un cine con películas porno en pantalla gigante con muchos colchones; calculo que cabrían unas 20 a 30 personas, para asistir a la película. Parece que una de las atracciones es llevarte a una de las chicas a ese cine y disfrutar de la película junto con ella. Solamente vi una pareja en un rincón lejano, el resto del tiempo eran pibes solos. Las películas eran porno de lo más común y silvestre.
Lo más lindo del lugar era el jardín. Aunque no era verano, la tarde estaba muy linda para estar afuera. Había reposeras, una pequeña pileta y mucha plantita. Más o menos en el medio del jardín había uno de esos “camastros”, como le dicen en México, una de esas camas grandotas que ponen en la playa. En ese camastro del jardín había un chabón pelado y con flor de buzarda, yo diría que de unos 60 años, con tres minas. Cada tanto las manoseaba, ellas lo pajeaban todo el tiempo y se la chupaban o se le subían a cabalgar. Era como una película porno en vivo. Quién sabe cuánto habrá recibido cada una de esas minas para estar todo ese tiempo con el jovato.
Yo me pedí una cerveza que me costó cinco euros, bueno, cuatro, pero la del bar te dice que no tiene monedas y vos le decís “it’s ok”. Cerveza tirada bastante pedorra, eso sí. Me senté a tomarla en una reposera del jardín. Cada tanto se me acercaba alguna chica a ver si la elegía para llevarla a uno de los tantos cuartos que había. Como ya dije, pero me gustaría recalcar, todas las chicas estaban completamente en bolainas. la gran mayoría tenía zapatos con plataforma, alguna que otra tenía algún accesorio en el cuerpo pero, se puede decir sin exagerar que estaban todas perfecta y soberanamente en pelotas.
En las horas que estuve ahí adentro observé chicas que iban y venían revoleando culos y tetas, entraban y salían de los cuartos con sus clientes. También noté que hay facciones entre ellas. Es decir, se sientan juntas siempre las mismas y hasta escuché comentarios despectivos desacreditando alguna con la que estuve hablando en algún momento.
De a poco, me fui informando, conversando, y me enteré de que eran todas rumanas. Algunas hablaban muy mal inglés y preferían hablar en español ni bien se enteraban que yo era hispanohablante. Las había de todas las edades, pero la mayoría veinteañeras. Había culonas, tetonas, flaquitas, rellenita, grandotas, bajitas, caritas de nena, jeta de jovata, entre otras particularidades. La gran mayoría, bien blanquitas. Cuando se me acercaban, usaban diferentes tácticas para autopromocionarse. Algunas se me sentaban, me tocaban y se dejaban tocar. Otras hacían un pormenorizado recuento de las ventajas de tener su cuerpo para mi solo o insistían con presión leve que vayamos ¡ya!.
La mayoría de los pibes estaban solos aunque había un grupo de dos o tres amigos por ahí.
Las opciones con las chicas rumanas eran: número uno, el cuarto privado. Pero, también se puede ir al cine a practicar SEXO en la penumbra o sentarse en algunos de los tantos sillones a practicar el exhibicionismo. Ellas te dicen que cuesta €50 la media hora pero después te ofrecen los opcionales y te presionan para que les des €100. Con la primera estaba bastante calentito, así que le dije que no a los opcionales y le eché la muchachada ipso-facto. Por supuesto, después le di una propina. A la segunda la elegí por simpática y porque, la muy guacha, que hablaba español porque había estado tiempo en España, me hizo pensar que le caí muy bien. Claro que, si lo pensamos bien, eso no la hubiera sido suficiente para elegirla si no hubiera tenido esa piel un poquito más oscura y esas flor de gomas.
Es gracioso que cuando decidís llevar a la muchacha al cuarto tenés puesto nada más que una toalla y la soguita con la llave. Entonces, cuando terminás la cabalgata deportiva, salís del cuarto y ella te sigue hasta el locker donde tenés tu ropa. Ahí le das el efectivo y, si tevisto no me acuerdo, la naifa desaparece. Yo creo que ella sabe no vas a repetir la experiencia con la misma habiendo tantas opciones, por eso la mina te ignora de ahí en adelante; ya no existís más.
Cuando ya se había hecho de noche entraron de repente un grupo de 5 asiáticos y las chicas, que estaban medio adormiladas en los sillones, se pusieron las pilas y sacaron a relucir sus encantos, separando las piernas, moviendo el culo y tocándose las lolas junto a sus mejores sonrisas. Los asiáticos, cumpliendo con los estereotipos correspondientes, ni fu ni fá. Para ese entonces yo ya estaba casi por irme.
El personal de seguridad, de recepción, del bar y del comedor, todos muy amables. Muy amables considerando que es Alemania. Porque esa misma amabilidad en Alemania no sería amabilidad en lugar como México, por ejemplo.
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Si, ya sé que Tijuana tiene mala fama. Especialmente en los últimos tiempos, con la caravana de inmigrantes centroamericanos. Pero, créanme estuve ahí justamente para esa época, entre otras épocas, y no vi nada de eso. Tampoco vi violencia ni crimen ni ningún tipo de alarma a mi alrededor. Sí, hablo español, pero no parezco mexicano ni latinoamericano. Será porque soy bastante alto. En el centro de Tijuana, las cosas están preparadas para que el gringo gaste plata. Llegan de todas partes del sur de California a buscar diferentes cosas. Muchos jóvenes, menores de 21, van en busca de alcohol que no pueden comprar legalmente en Estados Unidos. Otros van a comprar materiales de construcción barato, entre otras cosas.
La “zona de tolerancia”, como se la llama normalmente en México, está ubicada en la llamada zona norte. Muy cerca de lo que ellos llaman “el borde” o “la línea”. La calle principal de esa zona es Coahuila. No es una zona linda, para nada. Pero me imagino que la mantienen segura porque quieren que lleguen clientes a los numerosos establecimientos que hay en el barrio. Tal es así, que ofrecen servicio de limusina desde la frontera ida y vuelta sin cargo para los clientes de los clubes nocturnos. Lo que llama la atención ni bien uno llega a la Zona Norte son las chicas conocidas como “las paraditas”. Están apoyadas contra la pared y te miran pasar, te sonríen, te tiran besos y te llaman. No esperen encontrar chicas lindas, mucho menos interesantes entre las paraditas. pero, según se son una opción económica. A las que les pregunté, me dijeron que 20 dólares la media hora.
En dos calles hay varios de esos lugares con muchas luces de colores, algunas más vistosas que otras, con porteros en la puerta y listos para recibirte. Hay algunas chicas de esas “Free Lance” cerca de la puerta y están un poco mejor que las otras paradas por ahí, en las inmediaciones. Los boliches tienen casi todos una entrada tapada con una cortina negra de esas bien pesadas. Los porteros en general son muy amables, en algunos lugares te revisan para ver que no tengas armas. Al principio es un poco chocante, como dicen ellos, pero te da la tranquilidad de que adentro no se van armar escaramuzas pesadas.
También hay algunos restoranes que no son nada elegante, a muchos les cabría perfectamente la categoría “de mala muerte”. Pero, probé los tacos de uno de ellos por recomendación de los porteros y estaban ricos. También hay un puesto de tacos que está siempre lleno y, como esa es siempre buena señal, me gustaron. La comida en esta parte del mundo y en este tipo de lugares es bastante barata, aunque también es cierto que yo comparo con los precios Estados Unidos.
Volviendo a lo que nos atañe; como ya dije hay varios establecimientos luminosos, en algunos hay promotores que te vienen a insistir que entres a conocer. En los mejores no hay nada de eso. Es notable como algunos de estos gentlemen clubs son claramente para gente local y eso se nota ni bien uno entra. Por ejemplo, la música es bien mexicana. Yo en general valoro la cultura local y me gusta, especialmente México, pero en este caso debo decir que es en los dos boliches con pinta internacional donde están las mejores mujeres. Los nombres son Adelita y Hong Kong. Este último es el que me pareció, lejos, el mejor. También es el más caro, pero la diferencia no es tanta. Según escuché comentar, hay un dueño o un grupo de dueños que tienen varios de estos lugares y destinan a las mejores chicas a este lugar. No hay gran selección de bebidas, mucho tequila y, por supuesto, cerveza. Una cerveza te cuesta unos cuatro dólares y la bebida de la dama unos siete. Cuando uno le paga una bebida a una de las chicas tiene derecho a manoseo la mayoría se deja pelar las lolas. Algunas también te dejan juguetear un poco con el dedo hay abajo y, con mucho gusto, te dejan mirar con tranquilidad y sin timidez. También hay algunas que son bastantes zafadas. En lugar también tiene baile de caño, chicas bailando la barra y, a veces, las chicas llenas de espuma, igual que en Bangkok. A estas chicas en esos escenarios les dirás uno o dos dólares y podés meter la cabeza o los dedos tranquilamente.
Una vez que te sentaste y te pones a conversar con alguna chica, aparece el mosaico que te pregunta si le vas a pagar una copa. Si le pagas se queda, sino se va en dos minutos.
A la hora de arreglar y negociar las condiciones para pasar a un ámbito más privado, hay de todo. Están las chicas que te lo proponen ni bien se sienta, otras lo proponen con un manoseo intenso. Incluso me ha pasado que al acercarme a hablar con alguna que está parada o sentada ya manda manoseo directo para que te las lleves a ese espacio privado ipso-facto que es donde obtienen su principal ingreso. El primer precio que te dan nunca es el que vas a pagar. Hay relación clara y evidente entre precio y apariencia. Pero también, lo que a mí no me gusta mucho, se nota abundante cirugía en muchas de ellas. A tal punto que algunas se han puesto culo que no encaja para nada con las piernas y la cintura. Otras se han puesto las tetas demasiado redondas y yo creo que, por la inversión, esas te piden más. Algunas chicas son más bien grandotas pero bien curvosas. Lo que no hay es pan zonas, se ve que la selección es rigurosa en ese sentido. Por eso mí me gustan las flaquitas con tetitas naturales y normales con aspecto bien mexicano latinoamericano. Se podría decir que el precio ronda alrededor de los 100 dólares. Puede haber de menos, también hay demás. Cuanto más tarde es y menos gente haya, más fácil bajar el precio. Las minas andan medio en bolas ahí adentro, algunas, muy pocas, en lolas. Entonces cuando te dirigís hacia la puerta con ella porque decidiste que vas a hacer uso de sus servicios, se ponen una bata negra y el coso de la puerta te pide una propina que se arregla con uno o dos dólares. Ahí, salís a la calle y a pocos pasos hay una puerta que lleva a una escalera porque arriba del establecimiento hay cuartos que te alquilan por media hora. El precio es de unos 13 dólares incluyendo globito. Hay uno o más pibes en el pasillo, me imagino que son los que limpian los cuartos y que te van a pedir propina. También los arreglas con 1 o 2 dólares. Adentro del cuarto no hay gran cosa; cama y baño, razonablemente limpios. Las chicas, como todo mexicano, son muy atentas, complacientes y agradables. Algunas más estrictas que otras, pero no hay sorpresas ni afán ni apriete. En ese sentido todo muy bien.- 1
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En 3/21/2019 a las 1:58 PM, PepeGandolfi dijo:
Já, iban a buscar """mujeres""" en Tailandia, la capital mundial de los ladyboys.
Otra cosa que no dice el post pero que agrega mucho, son las fiestas que hay en las playas de Tailandias, para conocer minas de allí o más internacional. MUY BUENAS. ahora no se me viene el nombre de ninguna, pero varias amistades han ido y volvian con un cajón lleno de historias.
En las islas de Ko Samui o Ko Phan Ngan se hacen las la fiestas de la luna llena. En la última nombrada se hace la más famosa. Casi voy, pero me enteré de los borrachos de varias nacionalidades y las peleas, y me pareció que mejor no. Al día siguiente, estaba en el puerto esperando el barquito cuando llegó el primero que venia de la isla de la fiesta de la noche anterior. Traía varios heridos. A dos de ellos los esperaban con ambulancia.
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Ya sé que hay establecimientos perfectamente reconocibles y abundantes avisos clasificados.
Pero, si alguien anduvo navegando el ambiente de Ensenada en Baja California Norte, le agradezco que me tire consejos.
Por ejemplo,
recomendación de una chica conocida por su buen servicio,
modus operandi y metodologías,
horarios,
qué evitar y qué buscar
(lugares o áreas, actitudes, detalles que puedan ser señales de alerta),
léxico local en estas lides y/o
otros.
¡Muchas gracias!
http://bajacaliforniabest.com/buena-onda-bares-y-buena-musica-en-ensenada/noche-ensenada/
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BUENO... sí, por supuesto.
Pero si uno recibe una recomendación es mucho mejor que andar pileteando palomita de noche en aguas inciertas, ¿no?
Ya en varias oportunidades he recibido excelentes ideas y recomendaciones en estos espacios.
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Tengo un viaje planeado por Granada, Sevilla, Córdoba y también voy a andar por Lisboa y Porto
¿Alguien está en condiciones de darme información que me pueda ser útil, aunque sea como orientación, por esas áreas del sur de Europa?
Muy agradecido, señores.
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TAILANDIA
3 áreas principales de zonas rojas:
BANGKOK, PATTAYA Y PATONG
Parece que fue en Pattaya es donde todo empezó; llegaban los soldados yanquis durante la guerra de Vietnam a buscar mujeres.
Patong es la ciudad más grande de la famosa isla de Pukhet, en las playas del sur.
Aunque estas son, si no me equivoco, las principales áreas de Tailandia para la actividad que nos ocupa en estos espacios, hay muchos otros destinos donde se puede encontrar en mayor o menor medida lo que detallo a continuación.
BANGKOK
Bangkok es una ciudad muy grande y hay de todo. Hay varias áreas “red light” pero, que yo sepa, las principales son Patpong, Nana Plaza en Soi4 y Soi Cowboy.
En las ciudades de Tailandia hay muchas calles muy angostitas que se llaman “SOI”. Así, tenés algunas muy famosas como soi4, soi cowboy, etc.
Patpong es una de esas soi que a la noche se hace peatonal porque se llena de puestos de comida, de artesanías y mucha chuchería donde se pelea mucho los precios porque le primero que te dan siempre está bastante infladito. También esa es la calle del famoso “pussy show”. Es muy famoso y por eso hay que saber dónde ir, te metés en cualquier lado y te aprietan lindo para sacarte toda la guita que pueden. Por suerte, la gente de Tailandia no es para nada como los prepotentes latinoamericanos. Así que es muy fácil ser prevenido.
PATTAYA
Es una ciudad con playa (playa fea) a dos horas al sur de Bangkok. Parece ser la capital del turismo sexual. Tiene varias áreas con bares y cabarulos. Está lleno de “falang”, la mayoría de 40 años para arriba. Tenés restoranes, bares, hoteles, shopping para todos los bolsillos. La avenida costanera o “beach road” está llena día y noche, de chicas paradas esperando la oportunidad de hacerse los mangos.
Un lugar muy divertido es la calle peatonal en pleno centro, la “walking street”. mejor no lo explico mucho aquí, hagan en una búsqueda en Internet con “waking Street pattaya” para que vean cómo es la cosa.
SHOW famoso
El “pussy show” o “pingpong show” es un cabarulo con precios un poquito mas altos que en cualquier bar que tiene un escenario o una barra grandota que se convierte en escenario. Las minitas te bailan y escupen pelotitas de ping pong con la concha. Después, siempre en bolainas, andan entre las mesas, mesitas y la barra pidiendo propina. A veces la mina te baila o cacho, te manosea un poco o te sacude las lolas por la cara. Estos shows son tan famosos que ves parejas de turistas, la chica les hace lo mismo a las mujeres, lo que arranca muchas risas y, potencialmente, más propina.
Los que vieron la película Emanuel, tienen mejor idea de lo que estoy hablando.
Escuché historias de situaciones de esas en que te engatusan con manoseo y tragos que fluyen para obligarte a pagar cifras astronómicas al final. Pero nunca me pasó.
La oferta femenina es gigantesca en todas esas zonas de Tailandia. En otras no tanto, pero hay siempre hay. Te vas a un bar en una zona roja (hay veces que pareciera que no hay bar que no sea parte de la “zona roja”) y hay chicas, generalmente muy jóvenes, aunque no siempre son tan jóvenes, que te hacen compañía. Lo bueno es que son muy simpáticas y muy agradables y la presión que podés sentir, si es que hay algo de presión, es mínima y siempre con muy buena onda. Hay bares donde las chicas son más grandes en edad también. Se nota a la legua. Pero también, hay que tener en cuenta que la mujer tailandesa siempre representa bastante menos edad.
En Patong, en la isla sureña de Phuket, hay un complejo de bares con luces, chicas y música que es impresionante.
Busquen en YouTube, hay mucho video.
En los BARES
En el bar te encariñás con alguna chica, le invitás una copa que te puede costar entre 150 y 200 baht (5-7 U$) dependiendo de la categoría del lugar. Hay bares que se nota la alta selección porque tienen todas chicas lindas. Lo mismo en los boliches “a go go”. La chica puede ser zafada o no. Esto quiere decir que se comporte como una dama o para convencerte de que te la lleves, te muestre un poco o te manotee otro poco. En general las chicas tailandesas son mas bien recatadas en público. Por eso, si una mina muestra mucho o anda sin ñocorpi, hay que sonar alarma porque por más buena que esté; es “ladyboy” (trava). Aunque en Tailandia están por todos lados y algunos tienen aspecto realmente muy femenino, este reporte no incluye información de las “ladyboy” porque no tengo la más mínima experiencia. Pero que los vi, los vi.
Tailandia también tiene los muy nombrados “BJ bars” (blowjob bar). Dicho en rioplatense, sería un “bar de pete”. son bares que tienen algunos rincones, que pueden ser escondidos o no, y también cuartos donde las chicas (o ladyboy) dan ese servicio. También ofrecen el llamado “hand job” es decir que en lugar de la boca es con la mano. Lo curioso de estos lugares es que hay algunos quías a los que les encanta el exhibicionismo. Vos estás muy tranqui tomándote tu cervecita y conversando con una chica o jugando a una especie de tatetí que tienen en los bares para entretener a la clientela, cuando, de repente, te das cuenta de que ahí, a pocos pasos, hay un chabón con el trozo afuera y una cabeza que sube y baja. Es curioso e interesante pero no muy agradable después de un rato.
HOTEL
Si estás pensando en llevarte a la chica a tu hotel, depto o telo (hay hoteles por horas, ellas te llevan) es buena idea hacer arreglos muy claros de antemano. También hay algunos cabarulos o bares que tienen cuartos. Tenés el “short term” y el “long term”. Eso quiere decir, un par de horas o toda la noche. Si pegás buena onda, cosa que no es difícil, la mina se queda toda la noche y al día siguiente sigue de novia. Es para pasarla bien, porque el “falang” (extranjero occidental) la va a llevar a comer y a pasear a lugares lindos. Si es por tiempo corto, hay que aclarar cuánto tiempo y si es tiempo fijo o “shots”, es decir, acabadas. El precio que te dan puede ser inflado, se puede negociar. Especialmente si es medio tarde, onda de doce a una de la noche. En Tailandia, a la una de la matina quedan pocos bares abiertos.
Las tailandesas son más bien flaquitas y de poca teta. Así que no es raro que, si no tienen siliconas, usen un ñocorpi con abundante relleno. Hay que tener el dato en cuenta para evitar la desilusión.
Una vez que te decidiste y arreglaste el precio por el tiempo que sea, hay que pagar el “bar fine”, es decir, la multa por llevarte una chica que entretiene a los parroquianos del establecimiento. Generalmente, el boliche te pide entre 1/4 y 1/3 de la tarifa de la chica. Si te querés llevar al hotel donde te estas quedando tenés que haber sido previsor de quedarte en uno de los hoteles recomendados para estas faenas: “guest friendly” o “girl friendly”, porque pueden decirte que no.
Hay información en Internet con listas de “guest friendly hotels” o “girl friendly hotels”.
Si tenés un depto de Airbnb, ponele, no tenés ningún inconveniente para entrar con quien quieras. Pero... tampoco tenés esa parte de que alguien verifica quien entra con vos y puede ayudarte si algo pasa. Igual, que yo sepa, no es un peligro tan grande.
El Show A GO GO
En los “A GO GO” la cosa es distinta. Hay algunos con muy buenas minas, otros no tanto. Bailan en bikini, a veces en lolas, en pocos lugares están en bolas. Usan uniformes, tienen fiestas especiales, se cambian de ropa y también tienen happy hour. Lo bueno de estos lugares, por ejemplo, DOLL HOUSE en Pattaya, es que no hay presión. Tenes que consumir, eso sí (U$6 la cerveza), pero podés mirar y mirar y mirar. Por la misma guita, le pagás a una chica un trago o “lady drink” y se te sienta en la falda y le manoteás tranquilo todita la piel. Generalmente, llevarte un de estos lugares es más caro y creo que tiene que ser después de las doce para que pueda ser “long term”. Pero, te atienden MUY bien, las chicas se te acercan con muy buena onda y si hay presión es poca y con la mejor onda. Si tenés pinta de europeo o norteamericano mejor, porque son los que tiene la guita. Japonés también, claro.
Otra ventaja, es que ves muy bien a la mina y evitas encontrarte con que esas gomas resultaron no ser reales y muy duras. O que era un ñocorpi con mucho relleno o que tiene mucha panza con estrías, se le cae el culo ni bien se libera de la chabomba.
Una vez en el hotel, la mina hace de todo, siempre con buenísima onda. Eso sí, ni bien llegás hay que bañarse y lavarse bien. Cosa que no es tan chalada si lo pensás porque en toda Tailandia hace mucho calor y la humedad sí que mata; si pasaste una hora en la calle, seguro sudaste de lo lindo.
Las INDEPENDIENTES
En todos lados, alrededor de las zonas rojas encontrás las llamadas free lance. Hay de todo en tamaño, edad, color de piel y onda. La mayoría no parecen ser chicas arruinadas. Una sola vez contraté a una callejera y estuvo todo bien. No lo aconsejan porque si te pasa algo no tenés a quien reclamarle. Las chicas que te llevas de un bar o cualquier boliche están perfectamente registradas y te podés quejar. Cuando llegás con tu chica al hotel, siempre le piden identificación, anotan los datos y le retienen la cédula hasta que sale. Nunca me pasó, pero escuché historias de que cuando la chica baja a reclamar el documento la recepción llama al cuarto para ver que estés bien y que no te haya dejado atado o drogado en la bañadera con un riñón menos…
En general, las chicas en el hotel son tus novias. Especialmente cuando se quedan un par de días con vos. Te tratan muy bien, te bañan, acceden en general a tus pedidos, podés echarte tres o cuatro en una noche sin problema y te ayudan por la calle a conseguir lo que necesitás… Desayunás con ella y te vas a relajar a la pileta del hotel. Y ves que esa es la realidad del ambiente: minitas tai con occidentales que pueden ser jovatos con pendejas. En lugares como Pattaya o Patong (Pukeht) es de lo más común.
Una parte interesante de esta relación es que muchos taxistas y conductores de los tuk-tuk (motos con asientos atrás) siempre te quieren cobrar mucho, pero con una chica tailandesa no, ellas siempre negocian en tailandés, la tarifa. Así es mucho más fácil andar moviéndose. Tambi;en es verdad que cuando la chica se despide, es mejor no acompañarla hasta el tuk-tuk porque si ven falang se avivan y les piden más por el viaje. Ellas también pueden ser guías y asesoras culturales que te cuentan sobre costumbres, te enseñan palabras y te llevan a comer a esos lugares donde van los locales. En general, he notado que aprecian mucho cuando las tratas muy bien y supongo que debe ser porque les toca cada bestia… Y, las chicas comparan.
MASAJE
En Tailandia hay Masajes por todas partes. Caro, barato, lindo, feo, etc. Te llaman en cada rincon de los soi, en cada esquina: "¡masaáásh, masaáásh!" (massage, massage)
Se nota cuáles son los lugares de Masajes donde te dan un buen masaje con final feliz o muy feliz. Son esos con las masajistas con polleras más cortitas o escotes más prominentes. Las ves sentadas en la puerta, a veces comiendo, o muy cerca de la entrada. Te pueden ofrecer el masaje muy barato, a 150 baht (5U$), porque ganan en el otro servicio. Te piden por lo general, unos 500 baht más (15U$) por los extras. Pero se puede negociar. Lo más común es que las colchonetas para masaje estén separadas por cortinas. En los lugares en que tienen cuartos privados, es más probable que ofrezcan el servicio completo.
MASAJE famosísimo
Mención especial merece el “soapy massage” o masaje jabonoso.
Ni bien entrás te encontrás con un salón espacioso con la pecera o “fish bowl”. Se trata de unas gradas muy iluminadas, (que pueden o no estar atrás de un vidrio) con chicas ostentando números en círculos de distintos colores. Los colores representan categorías que, a su vez, son precios. Depende la categoría del establecimiento, pero ronda entre 80 y 200 dólares. En los más caros, llenos de japoneses, hay de hasta U$500. Hay categorías que agrupan jóvenes curvóseas y esbeltas o maduras con rollitos o chicas de piel más oscura. Las más jóvenes, más delgadas y más blancas, son las más caras. Por supuesto, la mina infartante que te cuesta 300 dólares puede ser una mala onda de siliconas durísimas que te da un masaje con poca onda y la gordinha morenita puede ser una gran maestra que te da un servicio impecable; nunca sabés. La cuestión es que tenés un pibe que te recibe, te pregunta si querés tomar algo y te intima amablemente a elegir. No hay drama si no elegís y te vas… son todos muy amables en Tailandia y es rara la mala onda. A ese pibe que te recibió le podés hacer preguntas o explicar tu preferencia: flaquita, gordita, tetona natural, joven, etc.
Le decís el número de percanta por la que te decidiste y te dirigís a la caja donde se paga en efectivo. Ahí nomás aparece la chica con una flor de sonrisa y te hace el wai (las dos manos juntas como para rezar a la altura del mentón y la cabeza levemente inclinada). Te lleva por un pasillo hasta el cuarto que típicamente tiene esta configuración:
bañadera tamaño baño, cama y espacio azulejado con colchón inflable apoyado en la pared.
La chica recibe o ya recibió su canasta plástica con productos. Pone el agua para llenar la bañadera, se saca la ropa y te la saca a vos. Y vienen las preguntas, generalmente en inglés muy básico: de dónde sos, de que trabajás, primera vez en XX (ciudad o establecimiento), cuánto tiempo te quedás... Generalmente las chicas en todas partes te hacen las mismas preguntas. Le echa el jabón líquido al agua que va formando espuma y empieza a darte las indicaciones pertinentes. Lo primero es que te metas en la bañadera. Te pregunta si está bien la temperatura del agua, si es necesario la regula, se mete ella y empiezan los lavados. Hay algunas que lo hace mejor que otras pero, básicamente, te lavan todo el cuerpo. ¡Todo! Y te pregunta si querés que te lave el pelo y acondicionador. Ya tiene perfectamente clara cuál es cada posición para cada parte del lavado y cómo lograrla.
El siguiente paso es preparar un balde con un producto muy espumante y jabonoso con un proceso especial. Ahí, te indica que tenés que trasladarte al colchón inflable en el piso, al lado de la bañadera. Procede a echarte encima chorritos de este producto jabonoso con agua calentita. A mí me da frío porque el cuarto tiene aire acondicionado. Está muy bien cuando recién entrás porque venís con calor, mucho calor, de la calle. Pero después de un rato, y ya mojado, te da frío. Si lo llega a pagar, se calienta muchísimo el cuarto porque no se puede regular la temperatura.
Una vez que tenés el producto altamente jabonoso encima, la muchacha empieza el tan mentado y famoso masaje llamado cuerpo a cuerpo o “body to body”. Esto quiere decir que te frota diferentes partes del cuerpo, con distintas partes del cuerpo de ella y en varias posiciones diferentes. Ahí no hay garche. Algunas, son muy duchas para cambiarte de posición que también lo notás con el famoso masaje tailandés que incluye un final con expertas elongaciones o “streching”.
La última parte del proceso es levantarte del colchón para pasar a la cama. Esta maniobra no está exenta de riesgo porque para ese entonces el piso de baldosas está muy resbaladizo. Antes de la cama, la chica te enjuaga bien y te seca. La actividad en la cama es ya mucho más tradicional, te imaginarás. Algunas, después del boom-boom (así le dicen en Tailandia), y si tienen la habilidad, te pueden dar un buen masaje tailandés. Ojo, porque las que no saben te soban la espalda que parece que te van a desplumar. Después de un rato, llega el momento en que, si vos no te paraste y diste por terminada la sesión, ella te da unas suaves palmaditas o los típicos golpecitos con las dos manos con los dedos entrelazados tan característico, y te dice que se te acabó el tiempo. Puede ofrecer peinarte, ponerte gel, desodorante y esas cosas. Llegó el momento entonces, en que te mira con ojos dulzones, amplia sonrisa y te pregunta si te gustó. Espera que le tires unos mangos; la propina. Le podés dar entre 15 y 20 por ciento de la tarifa previamente abonada en caja. Te hace el saludo típico, el archiconocido “wai”, que te hacen en todos lados.
Abrís la puerta y te vas. Ella se queda para ordenar y limpiar.
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Respuesta: Plan de accion contra la mafia de "las tarjetitas"
Ya tengo a un amigo casi convencido de que ayude en esta causa. Se llama Ramón pero no digan nada porque tiene identidad secreta. Mi amigo puede ayudar mucho porque tiene algunos súper poderes pero, lamentablemente, casi nada de cerebro, no es de lo más brillante. Pero es muy buen pibe y no importa porque por suerte, me tiene a mí que pienso por él.
La cosa no es fácil, calculo que sería buena idea hacernos los boludos y caer en su trampa para que cuando estemos adentro él los agarra de las solapas, los revolea un poco y después le rompemo todo el boliche. Sin embargo, los tipos seguro se recomponen y empiezan todo de nuevo, ¿no?
¿Cómo les perece a ustedes que sería el mejor sistema para desbaratar todas esas bandas con mi amigo que tiene súper fuerza, las balas no le hacen nada y puede volar un poco?
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Respuesta: XP en Bche. BLANCA - MARIXA - LA CORDOBESA
soy nuevo en bariloche...adonde queda el center?Andá al Centro Cívico. Parate por la biblioteca, la estatua de Roca o el museo y mira para arriba. Lo más grande que ves, allá arriba, cuadrado, feo. Ese es el Center.
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Respuesta: Telos en Bariloche??
Hace años yo iba al hotel Venezia. Está por Morales, en la subida pasando Elflein y enfrente del Portofino. El sereno ya tarde, de noche, te dejaba una habitación por unos pocos morlacos. Ya me fui, estoy lejos de Bariloche, algún día volveré (snif)
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Viking’s Exotic Resort
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Viking's Ultimate Fantasy Package
Sometimes perfection is just not enough. For those gentlemen that want to experience the most exclusive vacation possible, an unsurpassed level of luxury and the absolute best of Viking's, we have designed the Ultimate Fantasy Package just for YOU!
Individual reservations for 4 days/3 nights are $7,900 and include:
Two girls for your entire stay
Enjoy 'first pick' of your favorite girl/girls at the Welcome Cocktail Party
The company of your companions for 4 days/3 nights
Accommodation at our private villa
All meals and drinks served at our villa (customized provisioning)
Transportation from the airport to our villa and back to the airport
Reception at the airport upon arrival by our hostess/concierge
Lifetime membership to our 'members only' section of the website
The above fare covers ALL ADULT ENTERTAINMENT (there are no hidden charges)!
Note: For those guests on a tighter schedule we also have a 3 day/2 night Ultimate Fantasy Package available for $5,900.
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Respuesta: Las Vegas, Nevada EEUU
En Las Vegas la prostitución no es legal y te arriesgas a cometer un delito.Donde sí es legal es en Amargosa Valley, cerca de las Vegas.
Allí hay varios lugares (Ranchos) con chicas como por ejemplo:
http://www.cherrypatchwhorehouse.com/
los precios son caros...
Me parece que si es legal, pero con muchisimas restricciones:
http://en.wikipedia.org/wiki/Prostitution_in_Nevada
http://www.nevadalegalbrothels.com/
Aprobaron prostitución masculina
Ser 'gigolo' ahora es legal en Nevada
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Como había habido una devaluación importante, el dólar en Argentina valía mucho. Y se notaba porque se había llenado de extranjeros por todos lados.
Nada mejor que andar por la misma ciudad en la que naciste y creciste pudiendo comer, tomar y comprar aquellas cosas que sabes que te gustan y dónde encontrarlas. Como me fui hace años a vivir a otro país, la plata que trabaje para estos 30 días en Argentina vale mucho y me podía dar muchos lujos.
Era una noche de un día de semana, familiares y amigos dormían porque al día siguiente tenía que trabajar. Por eso andaba solo por Buenos Aires y, después de comer en un buena parrilla de Recoleta y de tomar un trago mirando un estúpido show para turistas, caminaba pensando en la posibilidad de tomarme algo más, cuando me abordaron los tarjeteros que pocos años antes no se veían tanto. Claro, la zona de recoleta estaba llena de extranjeros y estos pibes andan buscando cazar clientes para todos esos boliches que antes no existían o, por lo menos no había tantos. Saben que como Buenos Aires está muy barato para los extranjeros, los tipos no pueden evitar la tentación de vivir aunque sea una noche dándose un pequeño lujo, una canita al aire. Me ofrecieron entrar a conocer uno de los antros y una promoción: con la entrada una copa o dos de champán. Yo me dije ¿por qué no? Y me metí en ese ambiente de discoteca pero lleno de mujeres con escasa ropa, sentadas, aburridas pero muy atentas. Me pedí mi copa de champán y enseguida se me aparecieron dos o tres que actuaron como si yo fuera galán famoso de telenovela y ellas mis ex compañeras de la primaria que no me ven hace años. Todas demasiado pintadas, demasiado frívolas o demasiado explícitas. Ante la escasez de posibilidades conmigo, dos de ellas se fueron y quedó una que si bien me sonreía cada tanto, ya no me prestaba tanta atención.
Dos asientos más allá había una negrita muy linda con el pelo lleno de trencitas. No estaba vestida tan provocativa como las demás y tenía una piel oscura que si bien se perdía un poco en la semioscuridad del lugar, la chica resaltaba por su exótica belleza. Me sonrió tímidamente y empezamos a conversar. Me dio un nombre en inglés que, para una caribeña, no queda tan fuera de lugar como cuando una Argentina te dice que se llama Jenny, Ashley o Debra. El acento y el español eran claramente dominicanos, había llegado a Buenos Aires hacía muy poco tiempo y todavía no había adoptado palabras o expresiones porteñas. Cuando le pregunté cuánto costaba su compañía, me dio una cifra desorbitante pero se notaba que se dio cuenta inmediatamente y me dijo que me podía hacer un descuento. Yo me reí, imaginando cómo las otras, mis ex compañeras, la habrían estado aleccionando sobre las tretas para hacerle creer al potencial cliente que le está recibiendo un descuento especial por su simpatía, belleza o algo así. Lo mío era pura curiosidad, como para tener una idea de cuánto se gastaba por una mujer en esos lugares. Buenos Aires tenía para mí una cantidad de amigas, ex novias o las amigas separadas de las mujeres de mis amigos, que siempre me presentaban cuando andaba por allá. Sí, ya se, estar con una de esas mujeres a las que uno les paga es distinto, se siente de otra manera. Sin embargo, esa noche no tenía (ni ninguna otra) ninguna intención de pagar por compañía femenina. La caribeña resultó ser simpática y dulce. Era una noche de poquísima clientela, los hombres ni bien entraban era acaparados por las otras, tal vez por esa, esta mujercita de belleza muy exótica y piel bien oscura no tenía mucho para hacer. Estoy seguro que, de haber habido más gente, hubiera atraído muchos clientes solamente por sus ojos grandes y su sonrisa que, en la profunda oscuridad, hubieran resaltado como perfecto señuelo.
La conversación no fue importante pero, supongo que por ser nueva, me reveló muchos detalles, posiblemente secretos, del gremio. De repente, eran ya las cuatro o las cuatro y media de la mañana, el gran salón se había casi vaciado y me dijo que se tenía que ir. La invité a ir a comer algo pero me dijo que si salía conmigo no sé cómo era, una historia complicada. Así que le ofrecí encontrarnos en la esquina de Pueyrredón y ella aceptó. Nos fuimos caminando hasta Las Heras donde nos sentamos en una confitería y pedimos tostados. Seguimos con la conversación hasta que le propuse que durmamos juntos. Le aclaré que no era mi intención contratarla, simplemente me parecía que los dos podíamos disfrutar de la compañía mutua. Ya para ese entonces me había contado que se llamaba María y que ese nombre en inglés era para el trabajo. Tenía dos hijos, un varón y una mujer, que había dejado en la pequeña finca familiar con sus padres, los abuelos. Fuimos a un telo y dormimos juntos. Al día siguiente desayunamos y nos despedimos. Para ese entonces yo ya sabía que ella había salido de República Dominicana con la promesa de un trabajo en Argentina que no era justamente ese, donde yo la conocí. Durante todo el día pensé en María, la de la piel tan oscura como tersa y la sonrisa grande de dientes blancos. Me metí en un cyber y me puse a leer los artículos que habían aparecido, sobre todo en el Página 12, sobre las mujeres que llegaban engañadas a Argentina.
La noche o la madrugada que pasé con esa mujer, cuerpo tan caribeño de piel oscura, fue intensa. Es que las negras, especialmente las caribeñas, son apasionadas y, cuando se encienden, son puro fuego. Claramente, la conversación no llegaba muy lejos pero teníamos mucho de lo que le llaman química.
A la noche siguiente la llamé por teléfono cuando ya estaba en ese... club, boite o como sea que se llamen ese lugar donde trabajaba, y me dijo que tenía que estar ahí hasta por lo menos las cuatro de la mañana. Quedamos en que me llamaba cuando saliera. A la noche me despertó el celular a eso de las cuatro y le dije que se tome un taxi para encontrarnos en la puerta de un telo sobre Marcelo T. de Alvear. Eran unas pocas cuadras para mí y cuando llegué ya estaba ahí, esperándome adentro del taxi. Se lo pagué y nos metimos en el cuarto. Esa noche, llorando, me contó cómo había tomado un préstamo poniendo la casa de los padres en garantía para poder volar a Buenos Aires y trabajar de lo que había estudiado. Con mucho sacrificio, los padres campesinos en el interior de la isla, le habían pagado la academia de peluquería. Esta iba a ser la oportunidad para desarrollar su oficio en un lugar importante, porque así se lo vendió la gente relacionada con esa misma academia que le ofreció el puesto y arregló el viaje; sus acreedores. Un lugar importante en una ciudad grande y muy europea donde todas las señoras van a la peluquería casi todos los días y hay mucha necesidad para lo que ella hacía. Empezó en una peluquería, pero después de unos días le dijeron que la cosa no estaba muy bien y que no iba a ganar mucho dinero ahí. La gerente, que siempre había jugado el papel de buena y comprensiva, le trajo la idea como para ayudarla y que pueda empezar a pagar lo que le debía a esa gente; "porque si no la casa de tus padres corre peligro". María lloraba mientras me contaba cómo tuvo que tomar la decisión porque era la única salida, desnuda en su piel oscura y tersa sobre la cama de un telo de Buenos Aires. Ahora, decía María entre sollozos, lo único que me puede sacar de esta situación es encontrar a alguien que me ayude. No sabía a qué se refería, pero aunque yo podía pagar comidas y telos, no podía ni hubiera querido a ayudarla a pagar su deuda. Sin embargo, pensé que sería posible que consiga un trabajo de verdad, que le permita hacer algunos pagos y, al mismo tiempo, vivir en Buenos Aires. Era muy claro que lo que esa gente quería era que María pudiera pagar mucho más por mes de lo que da un puesto de peluquería y que especulaba con la ignorancia y la pobreza.
Durante todo ese día estuve pensando y pensando. No podía simplemente decirme que "así es la vida, no hay nada que se pueda hacer". María tendría que tener por lo menos, la oportunidad de probar en un trabajo en el que no se tenga que prostituir. La sola idea de pensar que una chica menos de 30 años caiga en una trampa tan horrible me hacía sentir que la crueldad del mundo no tiene límites. La situación se me aparecía como la de una náufraga del barco de la ignorancia y la pobreza caída en la isla de los aprovechadores. Tenía una deuda y si no la pagaba, aquella gente en República Dominicana le iba a quitar la casa a sus padres. Por otro lado, se estaba convirtiendo en puta (ella decía que hasta ahora no había tenido ningún cliente) y se horrorizaba de sólo imaginar que su familia se enterase de esa realidad. Había sido ella la que había convencido al padre de poner la casa como garantía para el préstamo, era ahora su responsabilidad cumplir a cualquier precio.
Me encontré con un amigo a almorzar y le conté la historia que me daba vueltas en la cabeza. Le dije que quería ponerme a buscarle algo de ayuda a María y que tal vez hubiera alguna organización que ayude a las mujeres que caen en este tipo de trampas. Mi amigo, que es abogado, me dijo que iba a preguntar a ver que podía averiguar. Pero también y con mucho énfasis, me aclaró que si bien le podía solucionar el problema a una dominicana, había muchísimas en Buenos Aires y que el asunto necesita una solución que yo no le puedo dar. Que lo único que iba a lograr comprometiéndome tanto en la historia de esa chica, era ponerme mal y, quién sabe, hasta meterme en problemas con alguna mafia de la prostitución. "No podés andar por ahí solucionándole la vida a la gente”.
Pasaron tres o cuatro días hasta que la volví a ver. Nos encontramos a la tarde en el Abasto. Yo había averiguado sobre algunas organizaciones que ayudan a chicas en esa situación buscándoles trabajo y dándoles educación sobre cómo navegar en esa red de engaño y explotación. Mientras le contaba y le daba ánimo ofreciéndole mi ayuda durante los días que me quedaban en Buenos Aires, me sentía como esos personajes súper buenos de las películas que sacan a la bella y pobrecita de una vida de maltratos. María con sus grandes ojos oscuros y sus trencitas que le caían sobre los hombros, abrió esos labios tan voluptuosos para contestarme. Y lo que me dijo no me lo esperaba jamás. Estaba molesta y enojada; me dijo que quién era yo para venir a salvarla y que cómo sabía que ella quería o necesitaba ser salvada. Nos despedimos al poco tiempo y supuse que no la volvería a ver. Me sentí muy triste y al mismo tiempo un poco aliviado. Yo traté de hacer algo por ella pero de ninguna manera se puede obligar a nadie a ser ayudado.
Uno o dos días antes de que saliera mi vuelo hacia una vida muy lejana a esa realidad, María me llamó. Era su noche libre así que la invité a salir. Las llevé a comer a un lugar muy lindo en el centro. Ya para el final de nuestra comida, nos habíamos pedido algún tipo de licor, cuando ella enmudeció y los grandes ojos negros se marchitaron un poco. Cuando le pregunté qué pasaba me decía que nada. Unos minutos más tarde, con los ojos llenos de lágrimas y tono de reproche, María me dijo que para mí era muy fácil porque yo volvía a mi país del primer mundo, a mi trabajo y a mis amigos y ella se quedaba ahí, en esa mierda de la que no tenía escapatoria. Me dijo que se quería ir pero que antes iba al baño y se levantó. Yo pedí la cuenta y cuando ella volvió a la mesa, agarró su abrigo de la silla y siguió para afuera. Ahí se paró a esperarme. Llegué junto a ella y llorando me volvió a decir algo parecido. Yo traté de calmarla y de insistir con la idea de que busque ayuda. Me miró como con rabia, se dio la vuelta y empezó a caminar. Me tomó unos segundos decidir qué hacer y empecé a seguirla. María caminaba por las calles nocturnas de Buenos Aires contorneando las curvas de su cuerpo y moviendo sus trencitas. Yo no estaba seguro si ella quería que la siga o que, de una vez por todas, la deje en paz. Empecé a dejar distancia diez, veinte metros y ella seguía caminando, allá, sola. La empezaron a seguir dos chicos que, claro, la vieron tan sola y con tanta curvas en su exótico cuerpecito que parecía una invitación a ejercer ese deporte nacional del levante. Me parece que se asustó un poco cuando notó que la seguían y le decían cosas, que empezó a caminar más rápido y se dio vuelta, a ver si yo estaba por ahí todavía. Me apuré y llegando cerca la llamé por su nombre, sin saber que pasaría con los dos seguidores. Ella se dio vuelta mirándome, parecía aliviada. Los que la seguían bajaron la velocidad, me vieron acercarme y se fueron. María me abrazó y me agradeció la comida y la compañía. Con la cabeza levantada y sin dejar de abrazarme, me dijo con ojos tristes ¿por qué tú tienes que vivir lejos?
Nos despedimos en una esquina. Se subió un taxi, le ofrecí plata para que lo pague y me la rechazó molesta.
Nunca más volví a ver a María. Ojalá que haya podido salir de su trampa mortal.
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Carteles, letreros, signs
Por lo que veo, hay mucha gente con abundante iniciativa y entusiasmo por aca.
Despues de leer todito, se me ocurre que una tactica interesante podria ser la de usar carteles. Cuando uno viaja por Sudamerica, hay carteles en las terminales de buses desde Brasil hasta Mexico avisando de las practicas de los ladrones.
Un grupo que sale a pegar carteles puede ser mas realista que lo de los folletos. Carteles en la calle para que los lea el turista y el que anda por ahi y habla con amigos y difunde la informacion. Carteles vistosos y grandes que cuenten con detalles como es la historia.
Los folletos pueden estar en hoteles y restaurantes. Lejos del alcance de violencia de los tarjeteros.
El tema es que hay gente que vive de esto y que no esta dispuesta a que le caguen el ingreso asi como asi. Por eso, los que salgan a poner carteles tienen que ser grupos medio grandes, onda que no los anden apretando los tarjeteros. Podria haber camaras, como para registrar las acciones y escrachar a quienes estan metidos en las estafas y extorsiones.
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Me voy a México con mi novia,
Guadalajara y al DF.
Mi consulta es:
1) un buen lugar swinger. Un lugar de nivel, tipo Anchorena en Buenos Aires.
2) Un buen lugar para sauna para parejas. Sauna, Masajes etc.
3) Un lugar recomendable, bueno, distinguido en lo posible para que nos den a los dos Masajes sensuales… Para los dos.
¡Muchas gracias!!
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costa del caribe, 1996
En una cuidad de playa Caribeña. Estoy viajando con mi novia de cuatro años pero está todo mal, estamos peleados, muy feo. Paramos en un hostel donde hay gente de todas partes del mundo, Europa, Canadá, Brasil. Una noche tirado en una de las hamacas del exuberante patio lleno de palmeritas y verde, hay una neozelandesa sentada ahí, justo al lado. Estaba bárbara. No, no, de verdad, estaba MUY BUENA. La mina estaba sola. Conversamos y conversamos. La mina me pregunta si estoy solo. Medio automático, le contesto que no, estoy con ella, la rubia que esta allá, también es argentina, si, pero estamos peleados.
Estaba triste, en realidad. Ella se va, yo me quedo solo, nos estamos separando. Era cierto, no separamos ahí, en Colombia. Ella se fue a Europa y ahora vive en España.
Ahí quedo la cosa.
La noche siguiente. Ella llega cuando estoy sentado en la mesa del mismo patio, el mismo hostel.
Me dice al oído: “hay un restaurante que me recomendaron, ¿querés venir?” ¿Ya dije que la mina estaba bárbara, pero bárbara? Además, es el caribe, hace calor, están todas livianas, sueltas, se ve todo, se nota, no se puede esconder nada. Las neozelandesas son abiertas, no tienen mucho prejuicio, ellas muestran.
Fueron instantes de indecisión. Instantes tensos, cortantes, el corazón, como una bala, a mil. ¿Me voy con ella? Total, si está todo mal, nos separamos, ¿Qué problema hay?
Le dije que no. Estaba medio medio… Me pareció que no podía irme así como así. Es el día que de hoy que me pregunto si hice bien.
¿Ya aclaré que la mina estaba bár-ba-ra?
¿BOLUDO? ¿PELOTUDO? y, si ...
Me quedé como con una cosa ahí, una cosa dura, rígida... medio desesperado.
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Respuesta: Re: Que oportunidad te perdiste alguna vez???
parecia una pesadilla!!!!!. voy a la avitacion y los veo a todos dormiendo juntos en bolas!!!!
los chicos se despiertan, las chcas tambien, se cambian y se van.
fuimos a almorzar y nos volvimos a bs as.
los chicos me cuentan que me quede dormido todo bomitado abrazado al inodoro, que uno me levanto y me llevo al sillon donde quede dormido.
y me torturaron todo el viaje de vuelta a bs as, relatandome la orgia de lanoche anterior.
ME QUIERO M A T A R!!!!!.
es el dia de hoy que me lo cuentan y se mueren de la risa
¡POBRE PIBEEEEEEE!!!!!!!
¡Eso si que es feo, es lo peor, pobre chaboooonnnn!!!
Experiencia y data util de Tailandia!
en Internacional
Publicado
Pattaya:
WALKING STREET
¡Única en el mundo!
Hay varios videos en Youtube.
LO que no se ve es todo lo que pasa adentro de los boliches: im-re-sio-nan-te